| 11 comments
Solo quiero que decir que el estúpido del Sidekick, tiene novio, me hizo sentir rebotado, y encima intento hacerle la segunda a su amigo... Nos vemos el miercoles, hoy no hay pasión por la escritura.
| 8 comments

El “Sidekick” y el fallo de llevarlo a una cita.


Yo era de los que consideraba antes de ayer, que si de citas a ciegas hablamos, una excelente idea sería llevarse a un acompañante. Esta persona, a quien pasare a denominar “sidekick”, serviría sobretodo en el caso de que nuestra cita resulte ser un psicópata (créanme que he estado cerca, para muestra revisen mis primeras entradas). No obstante he cambiado de opinión, pues ayer:

—Si, ¿Quién habla? —pregunte, pues no reconocía la voz al teléfono.

—Es Tom ¿Sabes quien es?

Por supuesto que lo sabía, tengo como dos semanas detrás de él. No podía creer que me estaba llamando, cuando ya casi lo arrojaba a la lista de los “descartados”.

—Ah! Hola —Saludé sin disimular mi sorpresa.

Después del baile de saludos y “que bueno que me llamas” me dice:

—Es que ando por el shopping —un centro comercial—, y quería saber que estabas haciendo a ver si nos vemos. También ando con un amigo.

—Perfecto —respondí yo—, estoy saliendo de mi trabajo, en una hora mas o menos puede que llegue por allá.

Mientras esperaba en la tienda de joyas del centro comercial, veía misteriosos hombres que se acercaban y si no me gustaban, decía para mis adentros: “Por favor Dios que no sea él, que no sea él”. Tenía una idea bastante clara de muchacho. Me sabía de memoria sus fotos de Facebook, sin embargo las imágenes son engañosas, y el nerviosismo nubla tu raciocinio. Finalmente se acerca un par, el cual reconocí apenas cruzaron el pasillo. No lo podía creer. Era mi cita y un ser ridículo con el que estuve pendiente para salir varios meses atrás ¿Se negó a salir conmigo a solas pero si viene de “sidekick”?

Después de superar la impresión y decirle al ridículo algo como esto…:

—¡Yo a ti te conozco!

… Caminamos un rato por el centro comercial, y a los minutos estaba anotando en mi bitácora de las citas una información incuestionable, que había pasado por alto: Las fotos son demasiado engañosas. Si bien mi cita se parecía bastante a sus imágenes; en vivo salía peor parado. Mas bajo de lo que imaginaba, mas ojeroso, con cierta ascendencia árabe, y por que no decirlo, bastante presumido sin tener con que. Su amigo era todo lo contrario, en fotos siempre me pareció lo mas equis (X) del mundo, aunque me prendaba su sonrisa. Mi instinto no fallo. Era bastante alto, de cara bastante tierna y contextura normal. Lo mejor, tal como esperaba, su sonrisa era perfecta. Dientes blancos, como de propaganda de pepsodent. Su no estudiada barba de dos días remataba un excelente conjunto.

Decidimos ir a un café cercano. La plática transcurría amena y entretenida entre los tres, aunque para nuestra mala suerte el servicio estaba pésimo ese día. Tom estaba criticando y alardeando de nuevo, mientras “Sidekick” le replicaba que era muy melindroso. Me encantaba la forma en que me veían cuando yo hablaba. Prestaban mucha atención, como si mis palabras fueran muy sabias, aunque no me dejaban terminar mis oraciones a veces, para interrumpir con otro comentario. Finalmente nos fuimos del café sin poder superar la falta de atención y culminamos en una “calle del hambre” a la cual mi cita, de una forma que me pareció bastante tonta, declaro no haber ido jamás.

No se en que momento, pero el muchacho empezó a molestarme un poco. Criticaba y presumía demasiado, y aunque al principio empecé a tomarlo como un juego, al parecer el hablaba en serio. “Sidekick”, en cambio era todo sencillez. Me odie a mi mismo por desear siempre lo que no esta a mi alcance, y tristemente descubrí que lo que menos me gustaba de mi cita radicaba en que el fondo se parecía demasiado a mí (aunque exteriorizaba su critica en demasía, cosa que yo jamás hago). Las cualidades en común que te hacen chatear por horas en MSN resultan chocantes en la realidad.

Al final deje a ambos en su casa, y al llegar a la mía decidí no conectarme, alistarme para dormir y escribir esto, para despedirme como ya se ha vuelto costumbre, con mi pregunta de las mil lochas: ¿Por qué siempre nos antojamos de lo inalcanzable?

| 12 comments

Victimas de un guion predeterminado.


El otro día un lector (si, a pesar de mi inconstancia todavía tengo algunos de esos) me dejo un comentario, el cual abusadoramente reproduzco a continuación:

De pana tanto esperar y te apareces con escuetas lineas,pareciera que lo meditastes mientras orinabas o algo asi. Un post de verdad? bueno a la espera de ello,a veces no se si leerte es hobbby o adiccion a ver como resuelves situaciones realmente parecidas a las que vivo,sera que la gayway tiene un script preestablecido? o cada vida de nosotros es un remake o version de otros!

Antes de esa observación llevaba mucho tiempo reflexionado (que no en el baño) sobre eso. ¿Tenemos nosotros un guion predeterminado el cual seguimos y establece poco a poco lo que va a pasar con nuestras vidas?

Si yo tuviera que escribir un guion con cosas que me han pasado y que los demás han compartido conmigo, tal vez serían:

-En nuestra infancia sucedió algún tipo de extraño suceso con alguno de nuestros familiares (el mío esta detallado en alguna parte de este blog). Aunque en mi opinión este hecho no incidió en nada en mi sexualidad, después de esa entrada, recibí muchos correos y plática de personas que me decían haber vivido momentos similares.

-La escuela se convierte en un martirio debido a la crueldad de los compañeros de estudio y las insoportables clases de deporte: Considero que generalizar aquí sería muy exagerado, pero hay matices. En mi caso por ejemplo, no puedo decir realmente que fui victima de algún abuso escolar, aunque ciertamente siempre me hice de compañeros más fuertes que me “defendían”. Nunca pude comprobar a ciencia cierta que tanto necesite a esos amigos. Sin embargo si he sabido de casos terribles, tal películas, donde se ven golpes, empujones, insultos, cabezas en los W.C. y pare usted de contar. Y si hablamos de deportes… Bueno mejor no.

-Siempre nos enamoramos de un estúpido mejor amigo: Esta es clásica entre los clásicos. No conozco a nadie, a nadie, que no se haya enamorado en algún momento de su mejor amigo. Y aunque el guión de este episodio siempre mas o menos similar (el amigo nos manda al carajo), siempre hay vertientes. Yo nunca he escuchado de un caso que alguien se haya quedado con el amigo a vivir el anhelado “Y seremos felices para siempre”. Creo que la diferencia en mi caso radica en que al menos me acosté con él.

-Hay una época oscura en la que nos dedicamos a buscar lo que no se nos ha perdido en clubs nocturnos: Mi época oscura duro algo así como un mes (la escena valenciana en ese sentido es bastante triste). Pero estando en el club propiamente dicho, conocí casos terribles de personas muy jóvenes adictas a esto (a saltar como perras en maricotecas diría el siempre rudo Hefes –no lo digo en mal son, sabes que te adoro-). Este episodio, uno de los mas largos termina cuando la mayoría descubre que ahí no encontraron lo que –sin saberlo o no- todos estamos buscando.

No puedo continuar con cosas que me han pasado, sin embargo falta una ultima en el guión, que por lo menos a mí me aterroriza:

-Sobre la vejez: Me da terror esta última parte ¿Qué puedo escribir yo sobre nuestra vejez cuando apenas estoy a punto de alcanzar los 25 años? Sólo puedo repetir el fatídico guión que los heterosexuales se empeñan en encasquetarnos: Terminamos solos, probablemente padeciendo algún tipo de enfermedad, y por supuesto como somos victimas del repudio familiar, seguramente en un asilo. Yo me niego a creer que esto me vaya a suceder a mi (considerando mi despiste tal vez muera victima de un atropello), considerando que en mi familia no soy repudiado (sin meter en esa lista a mi papá, del cual aún no puedo decidir su reacción), y además siempre albergare la esperanza de compartir mi casa con alguien que como yo, guste del Mario bros, odie a los perros pequeños y sepa que no hay nada mejor que el café con leche y chocolate en las mañanas.

¿Y ustedes que dicen? ¿Pueden comentar alguna otra experiencia típica?

| 10 comments

Nada que hacer.


Acabo de descubrir amargamente que mientras mas dices “No tengo tiempo de hacer esto”, a pesar de no ser tan cierto, al final termina convirtiéndose en algo real y creo que eso es lo que me mantuvo muy alejado de mi blog ¡Por más de un mes!

Parecer ser que durante este tiempo se ha convertido en casi una moda hacer un post de regreso, excusándonos siempre en “No he tenido tiempo de escribir”. Y lo cierto es que, aunque he estado trabajando full gracias a jefes cuya única labor en la vida parece ser rascarse la nariz y mandar (dar ordenes pues) yo jamás dejo de escribir, sólo que hay cosas destinadas a “otros proyectos”.

Como este blog se trata de mí y punto, considero justo y necesario hacer una pequeña lista numerada:

1.- Durante este tiempo he decido que mi trabajo con su mísero sueldo dejo de ser mi prioridad. Lo hago lo mejor posible, pero evito dejar a un lado mi vida personal por él.

2.- Conocí a un chico genial por FB y resulto que teníamos un amigo en común (el cual esta muy pendiente de mí) y la cosa se volvió en un drama horrible que termino espantando al chamo nuevo (Es oficial, odio el FB aunque lo mantendré abierto).

3.- Volví a viajar a San Cristóbal, pero esta vez con mi hermano mayor (el cual es muy buenmozo) y disfrute mucho de su compañía, de conocerlo más. Además me divertí viendo como llama la atención de hombres y mujeres por igual y el parece no notarlo.

4.- Mi mamá tuvo el tupé de preguntarme si “No había conseguido a nadie”. Acorde con mi novia Ana Marie que cuando tu propia mamá es quien pregunta eso, has llegado a nuevo nivel de sensaciones patéticas.

5.- Tuve una maravillosa tarde con Javo, Norimi y su novio. Me encanta la gente friendly y que conversan de muchas cosas a la vez.

6.- Mis mejores amigos del momento (siempre he tenido de esos amigos que son súper por una temporada y luego desaparecen de tu vida) no hacen mas que pelear por estupideces y estropean lo que según mi opinión podría ser una estupenda relación.

7.- Durante este tiempo me hice adicto a: El Mc Pollo, Nescafé latte vainilla, libros de V.C. Andrews, comida mexicana, salidas absurdas y sin plan los viernes, gastar dinero sin necesidad (esa es vieja, pero regreso).

8.- Mi abuelito solía decir que las mujeres que la pasan todo el día irritadas es por falta de… eso. De un mes para acá he estado más irritable. Como mi carga hormonal es menor a la de una mujer, quiero pensar que es por el trabajo =)

9.- En mi post anterior el chorizo quería simbolizar que las relaciones a distancia no funcionan por falta de… eso. ¿Got it?

10.- Pronto un post de verdad!

Saludos!

| 14 comments

De como se me antojo comer cachapas con Chorizo


Mientras estaba en la cola para comprar un Sándwich note como uno de esos habituales Caraqueños que ocasionalmente nos visitan comentaba con otra lo pequeña que es Valencia y lo acertado que resulta calificarla como un pañuelo (también usaron la palabra pueblo, creo).

Casualmente yo me encontraba pensando acerca de ello, por que, resulta que si no quiero que en mi trabajo descubran mi orientación ¿Cómo hacer para salir con un novio sin que nadie sepa? Fue entonces cuando se me ocurrió la genial idea que lo mejor sería tener un novio en otra ciudad, e inclusive enumere las razones:

-Puedes dedicarte a trabajar bien en la semana sin preocuparte de tener que “ver a tu novio”: Sabemos que vernos es lo principal, pero conservar mi trabajo también, así que…

-Nadie te presiona en la semana para que lo acompañes a hacer alguna diligencia: Con unos mensajitos y llamaditas la cosa se mantiene bien hasta que llega el fin de semana.

Aunque no lo parezca tus gastos se ven reducidos: No es lo mismo salir a cenar casi todos los días, ir al cine, rentar películas o simplemente quemar croche y gasolina todos los días que hacerlo un solo fin de semana.

-La emoción por ver a tu consorte es mayor: Vamos que mantenerse cinco días sin “nada de nada” ya es bastante ansiedad acumulada.

-Nadie nunca en tu ciudad te vera con un hombre, por que tu hombre no vive en esa ciudad: Creo que esta no necesita aclaratoria

Sin embargo pensé que a pesar de todas esas maravillosas ventajas también tendría algunos contras:

-No tendrías a nadie que te acompañe a hacer molestas diligencias como “Ir a sacar el pasaporte bajo el inclemente sol de “La oficina de identificación en Los Colorados”

-La semana sería aburrida, no existiría la posibilidad de tener sexo de lunes a viernes: ¿Bastante triste no?

Y así, se me antojo comer mejor cachapas con chorizo y decidí que mejor que sea valenciano o residenciado aquí por favor… =)

| 11 comments

Un éxito con las mujeres.


El fin de semana pasado fue la tarde deportiva de la compañía para la cual trabajo. Nuestra tarde deportiva es como cualquier otra convivencia laboral, excepto que casi nadie hace deporte en realidad, hay cerveza y si te caes o emborrachas arruinaras tu carrera en forma irremediable (o la ayudaras, todo depende de quien te vea).

Yo llegue como a las diez de la mañana con mi vecina, que por cierto es nueva en la empresa, y de paso sospecho, gusta de mí. No es muy bonita (aunque como persona es una belleza), y supongo debe de estar algo desesperada. El sitio escogido para la reunión fue muy bonito, con varias piscinas, canchas y áreas verdes. Pase casi toda la mañana y principio de tarde salvando de largo a las actividades deportivas que intentaron convocar (sin mucho éxito) y en general la estaba pasando muy bien.

Para las 3 de la tarde gran parte de la asistencia ya estaba borracha. A mi se me ocurrió acercarme a donde estaban un grupo de conocidos, y de repente una de las muchachas con las que trabajo mas a menudo me llamo muy exaltada:

-¡Sandum! Ven vamos a tomarnos una foto.

“Debe de estar muy borracha, normalmente no es así de cariñosa conmigo”, pensé.

-Esta bien, dale –respondí simplemente.

De repente note como su mano estaba en mi bolsillo trasero, y yo con cara de: “¿Que rayos hace su mano ahí?” –de hecho hay una foto que demuestra que estaba pensando eso, y no conforme, luego de eso, mientras supuestamente me abrazaba, me tomo de la cintura con una mano y me apretó. No lo podía creer, me estaba amasando la muy descarada. Trate de zafarme de esa comprometedora situación pero luego de eso vinieron algunas fotos más, otras agarradas fortuitas, y mas gritos de ella mientras me alejaba.

Toda la experiencia me hizo descubrir muchas cosas: La primera es que cuando las mujeres lo tratan a uno con una supuesta indiferencia es que en el fondo quieren que le prestes algo de atención (P.S.: ¿Por qué hacer todo tan complicado?). La segunda, es que increíblemente tengo a dos mujeres detrás de mí y a ningún hombre. La tercera es que considero que en las tardes deportivas no debería de haber bebidas alcohólicas, pero creo que esto si es demasiado pedir.

Una semana después del incidente, cuando creía que el asunto fue solamente producto del alcohol, y por que no, algo de desesperación también, la chica agarrona me dijo en el trabajo: “Es que obviamente si tuviera que escoger entre ustedes dos, te escogería a ti”. Todavía quiero pensar que se refería solamente a nuestra capacidad como asistentes, pero el tono en el cual lo dijo, y ese calorcito que sentí en mi muy sensible cintura, me hizo dudar.
¡Nos leemos el miércoles! 

| 12 comments

Inevitables preguntas, fastidiosas respuestas


Estaba cenando con mi súper pareja favorita, cuando de repente me soltaron, luego de parar de reírse por algo que dije: “¿Por qué tu no tienes una novia? Sería demasiado depinga”. Llevaba días esperando esa pregunta, así que use una de mis salidas usuales tipo “acabo de salir de una relación” o algo parecido. Sin embargo a diferencia de otras ocasiones esta vez la pregunta me dolió un poco. Por mi mente pasaron los rostros de dos muchachas que quizá con un poco de esfuerzo de mi parte podrían ser mis novias. Imagine la salida fácil: una novia desatendida, que aguanta todo por ese tiempo de desesperación en el que no tenía novio; a cambio de no dar que hablar, a cambio de la tranquilidad que supone evitar ser discriminado o tratado como personal de segunda en un ambiente que de por si ya es algo hostil, todo por lograr decir: “Hoy vamos en un dos para dos”.

Por otro lado también imagine lo que podría ser la salida difícil: Una confesión, una taza que se rompe, una comida que cae fuera del plato, unos amigos que se levantan de la mesa profesando que no pasa nada, diciendo que respetan mi “decisión” (como si yo lo hubiese querido así) pero que al cruzar la puerta dicen que ya no será lo mismo. Quisiera pensar que esta situación sería más fácil si yo dijera la verdad, soñar con que ellos lo tomarán muy bien a pesar de las cosas que les he escuchado decir, pero nada me garantiza que será así, y la única forma de saberlo es cuando inevitablemente se los cuente, luego de que me increpen directamente (cosa que sucederá mas temprano que tarde). Me pregunto: En un mundo donde los heterosexuales son los que mandan ¿Ya no es posible tener amigos sin pasar por esta incomoda situación? ¿Debo unirme a un guetto para poder tener una cena normal con gente que en realidad me cae bien, quiero y aprecio demasiado?

Hoy quisiera ser orgulloso, desearía poder pararme y leer ese discurso que profesan todos esos portales gays, tipo: “Si se los dicen y reaccionan mal pues no eran tus amigos y no te tiene que importar”. Pero en el fondo me importa, quisiera congelar todo y que permanezcamos así por mucho tiempo, pero no se puede, tarde o temprano llegara el momento, y no puedo evitar este desgraciado sentimiento que tengo ahora. Creo que el aprendizaje es que la vida sigue, las personas se casan, los niños nacen ¡Y al carajo! Si, se lo toman mal, pues allá ellos. Punto.

| 8 comments

Cosas de parejas.


Me pregunto si mi empeño de rodearme de parejas responde a una necesidad de estar cerca de gente feliz, o se debe a un simple morbo del cual no puedo desprenderme. Cada una de esas cosas me parece terrible, pero en todo caso, el Sandum cerca de parejas no existiría si estas personas no le dieran cabida.

Mi última adquisición son un par que trabaja en la firma y jura y perjuran que tienen una relación “secreta”, de la que por supuesto ya todo el mundo sabe (y no por mí). Según entiendo me llevan a todas partes, por que mis comentarios (que de ninguna forma intentan ser graciosos) les hace mucha gracia. Yo me presto para eso, por que el chamo es muy lindo y la chama me cae bien.

No obstante hoy tuve un deja vú: Ella me mando un mensaje diciéndome que no me podía ir de la zona industrial con ellos por que “Ella necesitaba hablar a solas con su novio”. No me moleste por una cuestión de celos (que reconozco, sentí un poquito), sino por el comando que tuve que montar para conseguir que alguien me rescatara de allá avisando después de las 4 p.m. En todo caso estuve reflexionando sobre el asunto y mi iteración con las parejas siempre empieza de la misma forma:

aA) En primer lugar hago amistad con la mujer por razones obvias.

B) La mujer siente alguna empatía conmigo y me quiere llevar a todos lados, pero resulta que tiene novio, así que me lo presenta.

cC)Por lo general el novio termina siendo lindo.

D)Después de mucho compartir, yo termino haciéndome amigo del chamo.

eE) Finalmente, y como me pasa siempre, me vuelvo el pañito de lagrimas de ambos y obtengo una situación privilegiada sobre su relación amorosa: al final siempre obtengo los dos puntos de vista cuando tienen un problema.

fF) El conflicto empieza: La amistad con el hombre se fortalece, y la mujer quien veía en mi “un chamo diferente”, comienza a creer que soy el mismo perro, y le estoy alcahueteando las cosas a su novio, y encima contándole lo que ella me dice (lo cual nunca he hecho)

G)Finalmente la mujer me da una patada en el trasero.

Digamos que actualmente me encuentro en el literal “f” y decidí que no tengo por que aguantar esto, así me invente un nuevo literal:

G) Finalmente Sandum se obstina, habla con ellos y le dice que no le interesa sus problemas y los manda al carajo.

Siempre he considerado como regla de Oro esa que reza: “En pleitos de parejas nadie mete su cuchara”, y aunque se muchas cosas que me duele estar guardando, prefiero mantenerme así, lo que al parecer o ellos no entienden, o esta pasando algo en el mundo que no entiendo. ¿Sera que no soy el único morboso y ellos necesitan alguna especie de público para su relación? ¿Estaban aburridos y quieren que yo aporte drama?

| 8 comments

Hacía años.



Hacía años que no escribía uno de esos post locos en los que me iba de viaje, pero creo que es justo y necesario, ya que tengo demasiadas ideas en la cabeza y mucho sobre lo que quiero escribir (y no tengo tiempo), así que ¡Andando!

Me fui a San Cristoche Cristóbal.


Como ya lo había comentado por mi twitter me fui a San Cristóbal con esos amigos que tanto gustan de que los mire. El viaje fue súper divertido, aunque no pude dejar de pensar que los papás de mi amigo me veían como una especie de lámpara auxiliar que no traía su compañera. Comí de todo y en abundancia, vi muchos gochitos lindos, conseguí que uno me abrazara, aunque sea dormido, y lo mejor, pensé que mis amiguitos habían fortalecido su relación más que nunca… Aunque por lo que supe minutos antes de escribir esto, parece que no fue así. (Más info adelante).


Amo Colombia.


El sábado llegamos molidos a San Cristóbal y nos fuimos para Cúcuta, luego de que la mama de mi amigo nos sirviera un desayuno jodidamente delicioso y como ya no se ven en Valencia. Entre las colas de tres horas, la gente que gritaba y los “Bon Ice” sabor rojo, llegamos a la ciudad, y si señores, en mi humilde opinión Cúcuta puede y debería considerarse una ciudad; hay de todo y barato, la gente es amable, de cuando en vez se te atraviesa un hipster y en definitiva me gusto, sobretodo por la feria de comida en el C.C. Ventura… uhm! ¡La feria! En las ferias de comida rápida sirven el doble y hasta el triple de lo que se ve por acá y de una calidad infinitamente superior, de más esta decir que me comí una bandeja paisa, y a pesar de que no podía más, parecía que jamás la toque. Felicitaciones a los Colombianos por su país donde todo es de una calidad indiscutible, de más esta decir que el viaje a Cúcuta avivo mis ganas de ir a Bogotá y a Cartagena.


La llamada.


Después de regresar de Cúcuta (vale aclarar que andábamos en carros particulares) hicimos un recorrido nocturno por la ciudad. Lugares agradables, gente linda, quede gratamente sorprendido, sobretodo por el sitio donde pasamos mas tiempo, de nombre Butafoco, donde al parecer no dejan entrar a todo el mundo (pero a mi amigo sí) y tiene una decente selección de tragos propios y de autor a menos de 25 Bs.F. Así que tal cual Carrie Bradshaw menee mi par de Cosmopolitans, al ritmo de una música electrónica muy buena. 9 puntos al lugar, y 10 al bar tender Argentino, que mas bueno no puede estar (con el acento que me mata y todo).

El argentino en toda su belleza, haciendo malabares para preparar los tragos

Lo malo de Butafoco, fue que recibí este mensaje de voz:

—“Primo necesito que me llames urgente… Es un problema”.
Nervioso, le devolví la llamada a mi prima.
—¿Qué paso?
—Bueno sabes que Marielena —una prima mayor—, me dijo algo así como “Que bolas tú sabías que Sandum es gay y no habías dicho nada”.
Quede en una pieza, mi prima continúo:
—Yo por supuesto lo negué y le pregunte de donde había sacado esa estupidez y ella me dijo que tu lo había publicado en tu Facebook, algo así como que saliste del closet.
La sola idea de pensar en mi, en Facebook y la absurda frase de “Salí del closet” escrita en mi muro, me hizo reír, le dije que yo no había escrito tal cosa.
—¡Yo se primo! Después que la imbécil esa me dijo eso, me puse a revisar como una hora todas tus publicaciones, lo peor es que la muy desgraciada también le dijo lo mismo a mi mama —mi tía paterna.
—O sea que mi papá esta a nada de saberlo —balbucee yo.

De repente me vi traslado dos años atrás cuando en una cena a solas con mi papa, el me dijo algo así como que aunque la idea de “gays en la familia” nunca le había parecido, en mi familia materna se habían visto casos y que en el fondo si a el “le pasara eso” al final sus hijos serían sus hijos. Recordé mi temor y mi falta de valor en ese momento, y como después de una breve divagación decidí no decir nada y seguir masticando.


—¡Claro que no! Yo le dije a la huevona esa que ojala se atreviera a decirle a alguien mas, y mi mamá, que tan linda te defendió y todo —aún no entiendo el uso de la palabra “defender” en este caso, pero fue lo que dijo—, la mando a callar.


De manera que ahora estoy en esa etapa de mi vida en que la que se rompió la pequeña botella que contenía mi rumor y ya con el olor esparcido, nunca podre recuperar la confianza que mi papá quiso darme en aquella cena otrora olvidada por mí, en realidad es lo único que lamento en todo esto, no ser yo quien habló con él.


El abrazo


Uno de los gochitos que ahora vive en Valencia, y con el cual viajamos, me abrazo durante el camino de regreso. Me da demasiado morbo, pero estoy seguro que es hetero y el abrazo un error. Estoy predeterminado a ser abrazado por heteros de sueño profundo.


Mis amigos.


Vine confiado que salieron más enamorados que nunca. Mi amiga se metió la suegra en el bolsillo desde el día uno (tanto así que mientras me servía desayuno la señora me comento que la anterior era una odiosa de lo peor), pero al parecer no fue así. De camino a mi casa mi amigo me dio la cola, y me comento que una de las nuevas…
—Me mando un mensaje hoy.
—¿Y que decía el mensaje? —inquirí yo.
—Que yo le gusto
—¿Y le respondiste? —dije con voz algo trémula.
—Pues sí le dije que también me gusta.



Me sentí mal con mi amiga, y recordé el dicho ese, de la cuchara y las parejas. Estoy preocupado por esa situación, quisiera que nadie saliera herido, pero nada puedo hacer. Mas sobre esto, y el rol de los amigos gays en otro post ¡Saludos y disculpen la lentitud en publicar!
| 10 comments

El público preciso



No cabe duda que todos tenemos nuestro público, por más feos que nos consideremos, el mío por ejemplo son algunas mujeres muy inteligentes (o con un mal gaydar) y los hombres maduros. Puede que a simple vista mi aspecto sea el de un adolescente mal alimentado de 16 años, pero lo cierto es que según mi partida de nacimiento tengo 24, por lo que pese a que hay algunas cosas que he evitado vivir, ya cualquiera no puede engañarme con tanta facilidad (o al menos lo quiero creer así), les cuento:

La semana pasada estaba en el cine con unos amigos, quienes en su afán de tener público a donde quieran que van, me invitan a todos lados, vale aclarar que son un hombre y una mujer, y pese a que me incomoda la situación de ser un “hombre-lámpara” en medio de unos recién empatados que no pierden ocasión para mostrar su afecto públicamente, lo cierto es que voy por puro voyeourismo: El chamo, a pesar de su “no soltería” es demasiado lindo como para rechazarle alguna invitación, y ambos son amigos, agradables e inteligentes. Pero me salí del tema; como les decía estaba en el cine con ellos, y mientras mi amiga cancelaba las golosinas yo aderezaba mi perro caliente en el espacio destinado para tal fin (Los que hayan ido a Cines unidos sabrán cual) junto con él. Entonces note como una mano peluda (si era peluda) me pasaba diligentemente todas las salsas y finalizo alcanzándome las servilletas. No me hubiese atrevido a volverme de no ser por que mi amigo lo miro de arriba abajo y se quedo viendo su bandeja: Disimuladamente hice lo mismo, y note como ya había aderezado sus perros y estaba en el espacio completamente sólo. Se trataba de un señor que podría ser mi abuelo. Trate de parecer casual, despistado, extrañado y fruncí el entrecejo viendo a mi amigo: Salimos del área rápidamente y el señor fue tras nosotros. Afortunadamente no se pudo hacer cerca, debido a que habían otros amigos adentro que nos apartaron puestos.

Mientras me atragantaba con todo lo que había comprado para evitar hablar, mi amigo me dijo:

—¿Qué tal ese viejo? —Agregar un cantadito gocho a la pregunta— Como raro ¿No?

Trate de parecer casual, despistado, con la boca llena y solo levante los hombros en señal de “ni idea”.

Situaciones así me pasan todo el tiempo, sólo que esta fue muchísimo mas evidente y hasta un hetero se dio cuenta, y yo, no hago más que preguntarme ¿Deberé cambiar mis gustos por hombres “post-adolescentes” a señores “post-adultos contemporáneos”?

| 11 comments

Al fin, racional.


Lee las partes anteriores en >>>aqui<<<

Un día me agoté. Estaba cansado de “nuestra relación”, que no era nada, de tratar de controlar todos los elementos que nos mantenían unidos, de conspirar en contra de Ana quien ya empezaba a caerme bien, y finalmente sucedieron los hechos que me hicieron volver a la racionalidad.

La cama donde yo dormía por razones que desconozco se había estropeado. Yo me hice el tonto diciendo cosas como “¿Se supone que debemos dormir en la misma cama?” Pero ciertamente me moría por que eso sucediera, el hermano menor de el, que siempre dormía con nosotros en el cuarto se fue a acostar en otro cuarto, y desde ese día siempre que me quedaba en su casa, dormíamos en la misma cama. Creo que tenerlo tan cerca, fue la tortura más grande a la que pude someterme, saberlo ahí, junto a mí, en short, sin franela, desataba las más bajas pasiones y a la vez me martirizaba el hecho de ni siquiera poder abrazarlo. Esto termino de agotarme mentalmente, necesitaba salir de esa situación rápidamente y superar ese sentimiento cuando antes. Y aunque me repetía eso una y otra vez, fue difícil, muy difícil empezar hacerlo, de hecho no empecé a desbaratar todo mi reino de control sobre él hasta una noche en la que pasaron dos cosas.

La primera fue una confesión de él, mientras preparábamos de comer en la cocina de su casa. Estábamos tocando ciertos temas sexuales, cuando de repente el me dice:
—Yo nunca he estado con una mujer.
—O sea que eres cero kilómetros —dije yo con sorna, totalmente incrédulo.
—En serio —remato, desdibujando la pequeña sonrisa que tenía luego de confesión. Estaba totalmente serio.

Yo no podía creer semejante historia. Sobretodo considerando el hecho que su novia estuvo casada y además tuvo un niño. Mientras seguía incrédulo, el se dedico a explicarme las razones, los motivos y yo caí en la actitud que tomamos los amigos, de apoyar las decisiones. Use todas las frases que tenía en el cajón, como: “Me parece muy bien”, “me alegra que tengas esas convicciones”, “No tengo el derecho a juzgarte por algo así” y la peor: “Deberías mantenerte así, si quieres llegar así hasta el matrimonio a mi me parece bien.”

Me contó tantas cosas que durante las horas siguientes antes de dormirme no dejaba de pensar en otra cosa. Muchas ideas pasaban por mi cabeza. El Sandum enamorado, el loco, se sentía feliz por tamaña confesión, pensó equivocadamente que el noviazgo de ambos no era tan fuerte, por el simple hecho de no haber pasado al nivel sexual. El Sandum racional, que poco a poco empezaba a tomar el control comenzó a entender muchas cosas, y comenzó a sentir horror por haber caído en la misma trampa dos veces, por haberse tropezado otra vez con la misma piedra… Pero el loco, seguía tratando de acallar al racional, no quería siquiera pensar en eso, quería seguir viviendo esa farsa.

Esa misma noche, al dormirnos, me despertó un calor extraño sobre mi pierna. Sin moverme mucho, me di cuenta que Enawo había abrazado mis piernas con una de las suyas. El corazón me latía trepidante. ¿Qué debía hacer? ¿Voltearme y hacerle notar que estaba consciente de lo el estaba haciendo? ¿Debía quedarme tranquilo y simplemente suponer que el abrazo se debía a que estaba en un sueño profundo?

A la mañana siguiente, y luego de haber supuesto que Enawo fue victima del sueño profundo, volví a ser yo, semejante situación y la confesión me hizo entender que entre nosotros jamás iba a haber nada mas allá de lo que ya teníamos. En parte por que yo nunca iba a ser capaz de confesarle lo que sentía, por miedo y sólo por eso, y en parte por que, en el remoto caso que Enawo fuese Gay o Bi, que por supuesto ya estaba convencido que no lo era, sus valores altamente evangélicos, su familia perfectamente constituida, sus prejuicios, la comunidad eclesiástica, sus principios “morales” (entrecomillado por que ser Gay no es inmoral), no lo dejarían siquiera considerar la posibilidad de tener algo con alguien de su mismo sexo.

¿Qué si finalmente le gustaba? Por supuesto que si, sólo que Enawo estaba pasando por su fase lógica pre sexual, esa fase en la que todos hemos tenido contacto con personas de ambos sexos, fase que al terminar, desemboca en la que definitivamente será nuestra preferencia sexual. Yo agotado emocionalmente y además incapaz de soportar nuevamente una lotería en la que un muchacho no sabe si es gay o no, decidí acabar con todo.

Para darle fuerza a mi decisión di un primer paso. Deje que Ana entrara a nuestro circulo. Recuerdo la primera vez que por pedido mió le dije a Enawo que incluyéramos a Ana en el grupo:
— ¿Para que? —fue su respuesta.
Estaba tan acostumbrado a dejarla por fuera que ahora era el quien actuaba a la defensiva.
—Vamos a meterla y ya, el trabajo es de tres y a que otra personas podemos incluir, ninguno de mis amigos querrá estar en grupo contigo.

Con Ana compartiendo tan cerca de nosotros, Enawo poco a poco fue recobrando la conciencia también, en varias ocasiones declinaba compromisos conmigo por encontrarse con ella ahora, cosas que naturalmente no me decía, que yo descubría con facilidad, sobre todo por que ya conocía su manía de mentir. Pase de un enamoramiento extremo a un sentimiento racional, en el que pensaba, la relación de ellos era lo mejor y más saludable para él, y aunque fueron muchos días terribles en los que sufría cuando luego de prolongadas ausencias de ellos ella aparecía misteriosamente sin labial, poco a poco lo fui superando. Descubrí en Ana una gran amiga también.

Me obsesione con su relación, al punto que de tanto presionar (de forma muy sútil), ella me confirmo que en efecto eran novios (cosa que Enawo todavía me negaba) y me confesó el por que del secreto:

—Todavía no estoy divorciada, Enawo piensa que es mejor que se resuelva mi situación hasta hacer público el noviazgo.

El simple hecho de mantener en secreto un noviazgo por algo así, y encima de todo por petición de él, me hizo caer en cuenta, que en el absurdo caso que Enawo y yo hubiésemos materializado algo, esos valores absurdos lo harían sentir rechazo tarde o temprano.

El día que hicieron público su noviazgo pude saber con exactitud que es eso de tener dos sentimientos a la vez. Nunca, hasta el sol de hoy, me he sentido tan feliz y tan triste al mismo tiempo. Feliz pues Ana estaba contenta de terminar con todo ese misterio y por Enawo también, que aunque seguía evitando dar muchas manifestaciones de afecto, se le notaba más en confianza con ella. Triste, por que lo que nunca había sido mió ahora se alejaría más que nunca…

--------------------------------------------------------

Actualmente aún somos amigos, y hasta lo tengo en el Facebook! =)

| 10 comments

Nuestro extraño noviazgo


lee la primera parte >>>aqui<<<

lee la segunda parte >>>aqui<<<

lee la tercera parte >>>aqui<<<

Al terminar y empezar el otro semestre Enawo y yo éramos seres inseparables, a diferencia de las vacaciones anteriores hablamos por teléfono muchas veces (de la cuales me sentía feliz pues el fue el que llamo la mayor parte del tiempo), aunque claro no nos veíamos pues yo pasaba las vacaciones en Valencia.

No obstante Ana empezó a emitir señales de alerta, la separación física de Enawo y mía durante ese tiempo pareció unirlos más, por lo que necesitaba reforzar el plan. Estaba claro que el noviazgo existía y que ellos lo mantenían en secreto. Estaba convencido además que Enawo sentía atracción por mí, aunque quizás no se atrevía a confesárselo frente al espejo como hacemos los gays asumidos. En ese escenario, su propio secreto era mi tabla de salvación para mantenerlos separados el mayor tiempo posible. Usaba todas mis artes manipuladoras para convencer, acallar y aplacar cualquier rumor del noviazgo con ella. La gente se convencía conmigo, pues ¿Quien mas que yo para saber, que pasaba todo el día con el! Era increíble que en ese nivel de éxtasis, no me importaban los comentarios cada vez más insistentes de la gente sobre Enawo y yo. Mi estatus académico impedía que la gente se burlara o comentara delante de nosotros. Muchos de los chismosos que seguramente se morían por hacernos pasar vergüenza (injustamente, por que materialmente no teníamos nada) dependían de mí, de mis cuadernos perfectos, de mis preparadurías de Costos, Estadística y Contabilidad, de mis exámenes resueltos. Llegue a un punto en que controlaba todo a mi alrededor, y se sentía muy bien además. Me divertía tanto observar a esos chismosos susurrando cosas cuando nos veían reír en el cafetín, o cuando llegábamos juntos a la universidad, cuando nos veían en la calle. El amor ciego hizo esfumar todos mis miedos de revelarme como un homosexual.

Pero en este semestre Ana pasaba más tiempo con nosotros. Me fastidiaba verla en todas mis clases. Enawo había adquirido la costumbre de rodar su pupitre junto al mío en las clases, costumbre que se hizo molesta cuando Ana también rodaba el suyo, y así nos sentábamos, como una paradoja, con el en el medio, el hombre que nos obligaba a tratarnos y que el fondo nos hacía sentir celos del otro.

No soporte a Ana mucho tiempo, me fastidiaba su manía se querer saber todo de mi, y me irritaba cuando le enviaba mensajes de texto a Enawo cuando todos estábamos juntos. Un comentario de Enawo, me ayudo a intensificar el plan.

—Me gustaría inscribirme a estudiar Derecho en la mañana —fue lo que dijo.

Que además de compartir trabajo y una carrera, compartiéramos otra carrera, me obligaría prácticamente a mudarme a su casa. Volví a caer victima de las bajas pasiones. Lo convencí para inscribirnos y aunque a último momento luego que el formalizo su inscripción yo estuve por no hacerlo, por motivos económicos, un refrán vulgar de una ex cuñada me dio el empujón que necesitaba: “Cualquier culo echa sangre” rezaba el refrán.

De manera que, me inscribí y empezamos a estudiar juntos. Ahora lo veía desde las siete de la mañana, desayunábamos juntos, nos íbamos a su casa, almorzábamos juntos, pasamos la tarde haciendo trabajos, nos íbamos a la universidad y en la noche nos despedíamos. ¿Qué si me fastidie de tanto verlo? Todo lo contario, era feliz, completamente feliz. Ahora antes de los examines era ritual obligado que yo me quedara durmiendo en su casa, y como a veces su papa se instalaba a jugar en la computadora, matábamos el tiempo hablando, cenando por ahí… Era tan feliz, que creo no podría expresarlo en palabras. Sus papás no tenían dudas con respecto a mi, confiaban tan ciegamente en el, que a veces rayaban los limites de la idiotez. Ya había notado yo, que Enawo poseía un gran defecto: Algunas veces decía mentiras pequeñas en forma compulsiva. Mentiras que aunque no hacían daño a nadie, eran mentiras, que su papas se tragaban enteritas y sin vaso con agua de por medio.

Nuestra relación se fortaleció y mi dominio sobre él también (y el suyo sobre mi). Me prestaba dinero que nunca le pagaba. Le pedía favores inverosímiles que implicaban irme a buscar a la casa y esperar afuera que yo me terminara de vestir. Me ayudaba con mis labores personales con respecto a mi casa y a mi papá, estaba totalmente a mi disposición. Ana nunca hacía trabajos con nosotros por pedido específico mío. Cuando me sugería incluirla en algún trabajo sólo le decía: “Ella no, tu sabes que a veces no aporta mucho”. Amén. Recuerdo especialmente una vez que le pedí que me fuera a buscar a un centro de comunicaciones para luego ir a su casa. Estaba en el Messenger esperando la transferencia de una foto cuando el llego, le dije que me esperara afuera (de todos modos no podían estar dos personas en una computadora), y me espero cerca de 30 minutos bajo el sol inclemente de las 11 de la mañana, obvio que me mando mensajes de texto, pero yo solo le respondía, “Ya bajo, espérate”. Yo también hacía cosas por el, lo acompañaba a hacer molestas diligencias bancarias para su papa, me trasnochaba con él mientras preparaba los productos químicos que vendía su papa (algo muy rentable debo añadir). Lo acompañaba a lejanas comunidades donde los únicos habitantes parecían ser los zancudos que me picaban y los desarrapados indígenas que compraban los productos de limpieza y las mercancías de su padre, que el llevaba para vender. Usaba mi red de conocidos para hacerle firmar los estados financieros que su papá necesitaba para sus operaciones comerciales. Le ayudaba a asear su cuarto, también le prestaba dinero. Pero ir al banco no era fastidioso, las picadas de zancudo no se enrojecían ni me dolían, no sentía ninguna pena de molestar a alguien para que me firmara un balance (gratuitamente, he ahí la magnitud de ese favor y de la pena), no me daba sueño, y creo que no sentía mi acostumbrada aversión a acomodar y ordenar…

En este punto algunos se preguntaran ¿Si lo controlaba tanto al punto que hacía cualquier cosa por mi, por que no le confesé mis sentimientos? Más allá de todo lo narrado hasta aquí, Enawo no había dado muestras de querer acercarse (aún) más a mí, hacíamos todo lo que se suponen hacen los novios, menos lo que mas disfrutan claro… Muchas veces estuve a punto de confesárselo, pero el Sandum razonable se apoderaba de mí en ese momento. Me hacía ver como sería mi vida si no tuviese a Enawo y me atormentaba con imágenes de separaciones abruptas e insultos de su parte.

Ana siguió marcando posiciones, se aparecía en nuestros desayunos, algunas veces intentaba pasar la tarde con nosotros, y aunque varias veces no fue a petición mía, bajo el argumento que interrumpiría nuestro trabajo o actividad, a veces era inevitable. Sufría más con las largas conversaciones telefónicas, y decidí marcar territorio también. Una noche mientras estábamos estudiando, sonó el teléfono: “Es esa estúpida”, pensaba. En efecto, pasaron los minutos, y la molestia iba creciendo en mí. Acomode la cama y me hice el dormido. Cuando de verdad me estaba durmiendo escucho: “Sandum, Sandum, Sandum”, recobre el sentido sin abrir los ojos y balbucee: “Estudia tu sólo yo tengo sueño”.

A la mañana siguiente le pedí encarecidamente que no me llevara a su casa para hacerme perder el tiempo mientras el hablaba por teléfono. Amén. Al día siguiente sentí un gozo tremendo cuando escuche que le dijo a Ana: “Hoy no vamos a hablar tanto, Sandum esta aquí y vamos a estudiar”.

Conocer tanto a Enawo, no me quito el enamoramiento que sentía, pero si me hizo tocar tierra y deje de idealizarlo. Descubrí por la convivencia que era desordenado en extremo, pasaba dos o tres horas más de las debidas sin tomar un baño, y lo peor es que era un mentiroso compulsivo, y aunque aún me lanzaba a cualquier barranco por el, la euforia y la adoración inicial comenzaba a pasar y mis sentimientos eran mas sosegados.

| 11 comments

El plan (crónica de un noviazgo implícito y sobreentendido).


lee la primera parte >>>aqui<<<

lee la segunda parte >>>aqui<<<

Fue en el siguiente semestre, luego de comprobar que Enawo estaba más lindo que nunca, que confirme mis sospechas. El había llegado con Carla y se fue con ella, luego de haber conversado un rato conmigo al finalizar la clase. Mientras terminaba de hablar conmigo ella aguardaba silenciosa en la puerta, como esperando que se callara para poder marcharse con él. Además ver la lista de los alumnos me hizo comprobar que ella no se llamaba exactamente Carla, sino Ana Carla. Ya no tenía ninguna duda, ella era la novia de Enawo. Entonces surgía otra interrogante… ¿Por qué el me negó el noviazgo? Pese a que me sobre excite pensando que quizás yo le gustaba también y por eso me lo negó, mi usual suspicacia me hizo pensar que se trataba de algo más. De una manera sutil, que recuerdo muy poco, aborde a Ana y le pregunte si Enawo y ella tenían algo. Me lo negó como es natural, aunque la forma en que lo hizo no me dejo ninguna duda.

Trate de imaginarme que instaba a dos personas que se gustan mantener un noviazgo en secreto, estaba embelesado en descubrir ese desvelar ese misterio, pero luego pensé que esa situación encajaba perfectamente en mi plan, así que con ligeras modificaciones lo puse en marcha.

Primero le explique a Enawo que estaba en la búsqueda de un socio para ayudarme a llevar las contabilidades de pequeños negocios que tenía con mi papa. Argüí que mi papa abandonaría esas empresas, lo cual no era enteramente cierto y necesitaría una ayuda extra. ¿La verdad? Mi papa se había desligado un poco de ese trabajo, de hecho el sólo visitaba los clientes debes en cuando, y yo me encargaba de todo el trabajo. En una ocasión me manifestó que me dejaría todas esas empresas a mí, y yo pensé que era el momento de hacerle cumplir su promesa.

—Fino chamo, cuando empezamos —fue la lógica respuesta de Enawo.

—Yo te aviso, tentativamente el mes que viene, después de la quincena.

Necesitaba precipitar todo. Me dedique a visitar a todos los clientes para hacerles notar mi existencia y evidenciar que yo era el que estaba haciendo el trabajo y no mi papa. Los clientes ante una racha de desplantes de mi progenitor me fueron entregando sus empresas paulatinamente y en menos de un mes mi papá estaba fuera de la jugada. Reconozco que fue una bajeza vil, pero ya no era el mismo Sandum, estaba totalmente fuera de mí.

—Yo no tengo la culpa —le replique cuando me pregunto por uno de ellos—, yo los he estado visitando por los papeles, por que tu nunca lo haces y ellos son los que quieren que yo sea el responsable de ahora en adelante.

No tengo ni idea si mi papá me creyó o no. Lo cierto es que, todas las contabilidades ya estaban bajo mi control en menos de un mes. Sólo me pidió que continuara pagando el alquiler de la oficina (cosa que no iba a hacer) y me quedara con todo el dinero. Luego de eso hable con Enawo para concretar la parte monetaria de la sociedad y empezamos a trabajar. Ahora yo pasaba mucho tiempo más en su casa. Salíamos en su carro a hacer las diligencias juntos, almorzábamos juntos, llegábamos a la universidad juntos y pude estar mas tiempo con él. Algunas veces contestaba llamadas en forma misteriosa y se perdía considerable tiempo a hablar por teléfono.

Mis amigos (Un grupo mixto de hombres y mujeres heterosexuales) estaban en shock, cansados de que les declinara las invitaciones algunos me retiraron el habla. Sufrí mucho por eso, pero cuando estaba con Enawo, poco me importaba, abandone mi vida social por su causa, y a muchas de mis amistades también. Nuestra relación crecía cada día y los comentarios de la gente también. Se que incluso mi papá una vez vocifero en casa, que él y yo parecíamos novios. La gente de la universidad no cesaba de preguntarnos por que pasamos todos los días juntos.

—Nada —siempre contestaba el.

Hasta ese momento aún no entendía por que lo negaba. No confirme si alguna vez le llegaron esos rumores universitarios de que teníamos algo, pero era imposible que no lo supiera, al respecto tengo 2 teorías: 1) Enawo estaba tan seguro de si mismo que estaba por encima de cualquier comentario mal sano. 2) Enawo sentía una ligera atracción por mi, y a sabiendas de la existencia del rumor prefería no comentar nada, so pena que yo me alejara de el. Pareciera que, que la razón 2 es muy remota, pero ¿Qué impulsa a un hombre a pasar mas tiempo con otro hombre que con su propia novia? ¿Podríamos decir que no hay atracción en ese caso? No lo creo… Sobretodo considerando que el trabajo que hacíamos juntos se resolvía en poco tiempo y la actividad debía cubrirse en una quincena, por lo que los otros quince días restantes no había mucho trabajo (ni razón para estar tantos tiempos juntos).

Tan fuera de mí estaba, que no percibí la magnitud del problema que estaba causando en el círculo de mis amigos cercanos. Yo era una pieza fundamental en ese núcleo, la más importante diría yo, pese a que suena alabancioso. Luego de mi abandono el grupo se fragmento en dos, los que me hablaban y los que no me hablaban, era obvio que ambos grupos tampoco se hablaban entre ellos. No entendía tanto drama hasta que uno de los que me hablaba me dijo:

—Marea dejo de hablarme a mí también.

— ¿Ah si? —replique yo, desesperado esperando a Enawo en el cafetín y un poco fastidiado por que si llegaba en ese momento ya no estaría a solas con el.

—Me dijo que te había retirado el habla, por que tu vivías pendiente de ayudar a Enawo, hacerle favores a el y le habías hecho desplantes en varias ocasiones, y como yo me la paso defendiéndote, me dejo de hablar a mi también.

No necesito que nadie me diga que retirarle el habla a alguien por algo así es una soberana estupidez. Es más, el simple hecho de retirar el habla a seres queridos me parece una ridiculez. Por esos minutos volví a ser el Sandum de siempre, a mi mente llegaron recuerdos vagos de varias cancelaciones que le había hecho a Marea para estudiar, aunque nunca fueron a última hora. Trate de entenderla un poco, y era lógico que reaccionara mal ante mi intempestivo abandono. Lo que si no era lógico era que tratara de envenenar al resto del grupo en mi contra. Pero ella era así, por las buenas, buena, y por las malas no tanto. Entonces caímos en una lucha de poder, en la que al final casi todos me hablaban, con excepción de ella, y otra amiga, que solo lo hacía con manifiesta hipocresía. Luego me enteraría por que:

—A Marni le gusta Enawo —me comento una de las que me hablaban, sobre la amiga hipócrita.

Sentí unos celos terribles, que me hicieron decir cosas terribles. Estaba furioso por que además de tener que lidiar con los mensajes de “Hola cielo” y extensas llamadas telefónicas tenia que alejar a la creciente nube de admiradoras de Enawo. Le dije a mi amiga chismosa que yo le preguntaría a Enawo si el le correspondía a Marni. Por supuesto que no lo hice, al contrario, se lo comente a Ana (quien inmediatamente le retiro el habla a Marni), y le dije a mi amiga chismosa que Enawo manifestó que Marni “ni en sueños era su tipo” y remate con mi apreciación personal:

—Tu sabes que el es como más sifrino de lo normal… Y Marni ¡O sea! Es medio india a veces…

Me había convertido en un antagonista de telenovela. Claro que en ese momento no lo veía así. La locura cerebral que tenía, aunado a la capacidad que tengo de convencer a las personas (la cual me sale natural, pues nunca he podido usarla de manera racional) me hizo decir y hacer cosas impensables, no vale la pena detallar otras tantas similares a estas, solo me queda narrar la peor…

---------

Recuerden que es una vieja historia...

| 7 comments

La historia sin fin


Lee la primera parte >>>aquí<<<
El saber que el hombre que me ilusionaba era evangélico de nacimiento me decepciono ese fin de semana. El sentimiento de derrota frente a un plan armado por mi, y que ya ni siquiera pondría en marcha me deprimió. Decidí colocar punto y final a la situación, a partir de ahora me comportaría más seco, y volvería estar tiempo completo con mi sequito de amigos anterior (quienes ya habían mostrado señales de celos por mi nuevo amigo). Sin embargo Enawo no facilito nada las cosas. El lunes siguiente a su revelación, le manifesté que ya habíamos estudiado suficiente costos, que consideraba que ya estaba preparado y que le prestaba mi cuaderno el tiempo que quisiera (mis cuadernos son tan organizados y con tantos ejercicios y clases perfectamente copiadas que algunos lo ven como una especie de “guía”). Enawo no manifestó sentirse rechazado, al contrario, siguió tratándome como si nada, cuando me veía solo en las escaleras se sentaba a mi lado (y yo suspiraba), se sentaba conmigo el cafetín, insistía en estudiar conmigo las materias que compartíamos, de manera que al muchacho le interesaba mi amistad… Y nos hicimos amigos.

Yo seguía enamorado de él por supuesto. Ya no era algo físico. Teníamos una empatía especial. Podíamos conversar horas y horas sin cansarnos. Llego el punto que nos entendíamos perfectamente sin hablar, compartíamos un lenguaje de señas. Llegue a pensar cosas que el decía en voz alta. Secretamente, y sin que el lo supiese le decía “Mi Enawo”. Naturalmente las suspicacias no se hicieron esperar. El primero fue mí papá quien me pregunto directamente que hacia todo el tiempo con ese muchacho:
—Es mi amigo y estudiamos juntos, mas nada —corte enseguida.
Sólo había una piedra en mi camino, algo que me molestaba en el zapato. Los mensajes de “Ana”. Una mujer que llegue a odiar sin saber quien era, que lo llamaba cielo, que le preguntaba que estaba haciendo, inquiriendo que comió en la cena… “Esa estúpida”, era lo que pensaba cuando leía los mensajes…

Cierta situación me hizo perder la cabeza por completo. Un día por motivos académicos acordamos que yo dormiría en su casa para terminar un trabajo (Yo no tenía computadora en mi casa en ese entonces). La posibilidad de verlo al menos sin franela, o en pijama me erizo completamente y acepte tragándome un suspiro. El durmió en una cama matrimonial con su hermano, y yo en la cama de su hermano (una individual). A la mañana siguiente luego que yo tomara una ducha y el la suya, Enawo entro con una toalla al cuarto. Ver sus hombros musculosos, su piel blanquecina, su pecho fuerte y abdomen fuerte, ligeramente flácido (tenía un poquito de barriga), me emociono, pero luego, cuando se retiro el paño y lo vi… En boxers, creo que debí agradecer que estuviera yo sentado en la cama. Desde ese día Enawo ya no era para mí el hombre que me gustaba y que conversaba conmigo, desde ese día era EL HOMBRE.

Afirmo, sin temor a equivocarme, que yo estaba dormido antes de conocerlo. Sentimientos que nunca había sentido por nadie se despertaron en mí. Creo que sólo cuando estamos enamorados vivimos de verdad. De un día para otro el centro de mis intereses, la universidad, mi familia, mi mama, fueron como satélites distantes, el centro de todo, mi único interés era Enawo. Abandone a mis amigos sin titubeos, rechazaba salidas a comer y a pasear sólo por ir a casa de Enawo a ayudarlos con sus pendientes, a jugar en su computadora (cosa que desteto, no me gusta jugar en PC), estar cerca de él era mi único interés. Detestaba que por ser miembro activo de su iglesia no podía verlo los fines de semana.

Pero llego el final de semestre, y una información importante: Me entere que Carla la muchacha que rondaba a “Mi Enawo” perdió 2 materias por lo que el semestre siguiente compartiríamos clases con ella. Pase dos meses de vacaciones suspirando y recibiendo ayuda psicológica de Esteban que ya había pasado por eso, y además no le fue muy bien cuando se le declaro al amigo en cuestión. Pero la piedra en el zapato seguía ahí: Carla, Carla, Carla…
Continuara pronto, ya recupere mis archivos =)
| 15 comments

El Clavo que saca a otro clavo…


Una de las cosas que no le deseo a nadie, ni siquiera a enemigos que aún no tengo, es ese horrible sentimiento que queda luego de terminar una relación en circunstancias que escapan de tu control y tus deseos. Experiencias como esas me han enseñado que uno nunca debe decir frases como: “Yo jamás me rebajaría de esa manera”, “Yo nunca suplicaría por alguien de esa forma” o cosas similares. En esos casos creo que para mi lo peor, es esa sensación de cómo sería ese momento equis que estés viviendo si el estuviera aquí. O la convicción que aunque conozcas a alguien nunca será igual, no se jugaran igual, no llegaran al mismo nivel de confianza y otros pensamientos que no dejan de atormentarnos una y otra vez.

Creo que no me equivoco al pensar que, la mejor y mas rápida manera de superar eso es conociendo a otra persona. Una nueva ilusión te da un nuevo par de ojos, que te sirven, entre otras cosas, para notar todos los defectos que tenía tu pareja anterior. A la luz de un nuevo amor, el pasado se torna distante, y el sentimiento que te impulsaba “a rebajarte” es superado rápidamente por la vergüenza de haberlo hecho en primer lugar.

Me paso eso luego de mi primer “novio” (entre comillado por razones que algún día revelare, pero hay una pista en mi primer post). Me humille de formas que mi orgullo snob no me hubiese permitido, hice de todo para lograr una conciliación, pero fue inútil. Un día, mientras esperaba que unos compañeros salieran de un examen, estaba el otro. Me pareció un muchacho con una apariencia incompatible con los apelativos, bonito o feo, creo que simplemente no era mi tipo, pero analizando bien el asunto, Enawo, es un hombre llamativo, labios rosados y carnosos, espalda ancha, ojos grandes (quizás demasiado), digamos que algunas veces se ve como un caramelo de chocolate y otras como un caramelo piñata, pero es caramelo al fin y al cabo. Yo no recordaría este primer momento, pese a que en varias oportunidades intercambiamos miradas, si no fuera por un evento posterior. Desde ese día fue que el para mi empezó a existir. Estando en una “clase participativa” de Auditoria II, el muchacho hizo una brillante intervención que incluía un ejemplo basado en los Estados Financieros de una corporación venezolana muy importante. Todo el resto del salón cayo presa de la envidia, emitiendo comentarios como: “Que ridículo, para que tenia que hablar tanto”, “¡Quería dar la clase!”, entre otros. Yo, me hice eco de alguno de esos comentarios, pero en el fondo, me había cautivado su intervención, la manera en que hablo, la inteligencia con que emitió los juicios de valor que ameritaba el caso, en pocas palabras estaba en un éxtasis de fascinación. Recordé luego de esa clase, que ya lo había visto en aquella oportunidad anterior, su look semi punk, semi chico skater, no era de mi agrado, pero en realidad todo eso paso a un segundo plano luego de escucharlo.

En esas fechas mis amigos y yo éramos un grupo extremadamente cerrado. Además de ser los más jóvenes de nuestra sección, también éramos los mejores índices, por lo que nuestra presencia siempre levantaba comentarios de parte de los repitientes. Una vez, en el cafetín sugerí integrar a Enawo al grupo (que también estaba repitiendo por otras cosas). Fue como un intento de asesinato múltiple por cada uno de los de mi grupo. Ninguno estuvo de acuerdo. Frustrado pero decidido a conocer a ese muchacho que despertaba algo en mi, empecé a sentarme cerca de el en las clases que compartíamos (Auditoria y Contabilidad Superior). En cierto momento escuche que le comentaba a otra persona que tenía problemas Contabilidad de Costos (materia en la que yo era el consentido de los profesores) ¡Bingo! Disimule al terminar las clases, y lo aborde:

—No pude evitar escuchar que tienes problemas con Costos.

Me miro con aprensión, pero luego con una mirada simpática me dijo:

—Si vale, perdí muchas clases el semestre pasado y estoy perdido.

—Yo puedo ayudarte —le dije—, a mi me fue muy bien en esa materia y tengo los apuntes y todo.

No se negó a semejante propuesta. Y yo feliz, pensé que lo conocería mejor. Bastaron algunos días conversando de la universidad y luego de asuntos mas personales para darme cuenta que Enawo era todo lo que yo andaba buscando. No sólo poseía una inteligencia excepcional, que a veces me sorprendía, sino que también era creativo y ocurrente, tocaba el teclado, y pensábamos igual ante muchas situaciones de la vida. No se que día sucedió exactamente, pero estaba totalmente enamorado hasta la medula. Un mensaje de el, me hacía suspirar como un tonto. Frente a todo eso, los recuerdos de mi primer novio se hicieron distantes y borrosos. Me parecía de terror las niñerías que hacía (que antes les llamaba juegos), no soportaba su manía de fastidiarme como un niño pequeño (que antes llamaba juegos de cariño), incluso las cosas que conversaba con el me parecían tontas, en comparación con las charlas amenas y maduras que sostenía con Enawo… ¡Victoria!, pensaba, un clavo saca a otro clavo.

Pero entonces luego de esa primera ilusión vino el conflicto interno “¿Enawo es Gay?” me preguntaba. En mucho tiempo no le conocí novia, así que tenias mis dudas. Por otro lado, no había nada en su comportamiento que hiciera funcionar mi malogrado radar. Nos veíamos casi todos los días (aunque por motivos académicos) y nunca escuche llamada de mujer alguna. El conflicto interno fue creciendo en mi, hasta que un día algo lo detono: Enawo me envío un mensaje que tenia el sábado en la tarde libre (Nunca estaba disponible los fines de semana por razones que desconocía) y que era bueno que terminamos el trabajo de estadística. Le dije que si, obviamente pero le pedí que me viniera a buscar. Al salir al frente de mi casa una vez que el hubo llegado, me di cuenta que estaba afuera, pero en moto (siempre me recogía en su carro). No era una Harley ni nada similar., era una moto Job, de esas en las que a duras penas cabe un pasajero. Con algo de aprensión (No soy amante de las motos), me monte. Aún no me arrepiento. Sentir su cuerpo tan cerca del mío, su olor, el perfume que expedía en su cuello me enloqueció. No iba abrazándolo en la cintura, obviamente, pero tuve que hacer un gran esfuerzo para soportar las ganas. Ese día al regresar a mi casa, alumbrado por su esencia masculina, descubrí que sentía algo demasiado fuerte por él. Necesitaba saber si era gay o no. Además debía descubrir si tenía una novia, que se suponía hacía los fines de semana, en pocas palabras, necesitaba inmiscuirme mas en su vida (créanme que en ese momento lo pensé así). Me tomo varias semanas diseñar una estrategia para que pasara mas tiempo conmigo (si, tenía un plan), y antes de eso necesitaba comprobar si tenía novia. La ocasión de descubrirlo se presento un día mientras estudiábamos en mi casa. Unos profiteroles comprados por mí para la coyuntura y gran cantidad de refresco ayudo a que me pidiera prestado el baño. Aprovechando el momento revise su celular en busca de mensajes. Me sorprendí al ver que en efecto había mensajes de una mujer de nombre Ana, con la que intercambiaba frases melosas como “cielo”. Rápidamente hice una revisión de todos mis conocidos (en esa época ya me conocía a medio núcleo de la universidad) y pese a que es un nombre común nadie de los conocidos comunes, ni del ciclo profesional de la carrera tenía ese nombre (o por lo menos era conocida por ese nombre). Me calme pensando que quizás era una muchacha que conoció cuando estudio en la sede de la universidad en Caracas y no había perdido el contacto con ella. Seguí revisándole el bolso y encontré un extraño libro negro…

Empecé a hablar de mujeres para luego soltar la pregunta:

—Enawo… ¿Tú tienes novia?

—Ahorita no —respondió secamente.

—Ah… ¿Y Carla? —en varias oportunidades lo vi conversando con una susodicha que conocí tiempo atrás, pues me pidió un cuaderno. Se llamaba Carla y estaba un semestre encima de nosotros.

—No vale, ella y yo somos amigos —balbuceó.

Estaba seguro que no me decía toda la verdad. Carla había estado casada con un hombre acaudalado de aquí y además tenía un hijo con él, no creí que fuesen novios, aunque sospechaba que a el le atraía, pues muy bonita si es.

No obstante mis planes se fueron al caño por los momentos, mientras recogía sus cosas saco por accidente el extraño libro negro.

— ¿Y eso? —pregunte.

—Una Biblia

—Yo se que es una Biblia —respondí—, lo pregunto es por que nunca me imagine verte con una, ¿La lees siempre?

—Si, yo soy evangélico.

No, no, no, pensaba… Estaba ido, con esa sensación de “¿Me perdí de algo?”. Yo que había tenido muchos amigos evangélicos, pensaba que ya conocía todos los esteriotipos de esta gente, pero no, Enawo no encaba en ninguno de ellos.

— ¿Qué intentas? —Pregunte tratando de usar un tono jocoso— ¿Vacilarme?

—Para nada…

Me explico que existían varios tipos de evangélicos y el pertenecía a los que son mas liberales, por eso usaba esas ropas modernas y escuchaba la misma música que escuchamos todos. Aclaro además que nació en el seno de una familia evangélica (lo cual me ayudo a entender por que su papa se la pasaba con un “Dios me lo bendiga hijo” en la boca).

Acostado en la cama y derrotado, pensé que ya no había nada que hacer, debía tratar de superar ese sentimiento ¡Que difícil sería!

-------------------------------------------------------------------------------

Con este post cumplo una promesa vieja que hice >>>>aqui<<<<

Si quieren leer las otras partes deben dejarlo por sentado en un comentario--- =) Si son muchos, lo pensare!