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Mientras llega el jueves, ¿Por qué no lees mi otro blog,y te enteras de lo que necesitas para ir a la embajada norteamericana sin pasar por cosas embarazosas?

¡Clic!

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Fiesta a la cubana

Este post en un pequeño homenaje para mis nuevos amigos. Les pregunto: ¿Como sería si no conocieran a Jonathan y en su lugar hubiese sido Sandum, un completo desconocido, quien acudiera en mi lugar? Aquí los resultados:

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Y pues no estoy hablando de una fiesta donde los pasapalos son a base de huevo, o donde (lastimosamente) no hay pasapalos. Nada que ver.

En días recientes acudí a una fiesta cubana, estilo años 50. Fue algo muy divertido en realidad, aunque al principio no estaba tan seguro. No es sorpresa para nadie lo mucho que a mí me cuesta integrarme a un grupo nuevo, siempre me invaden pensamientos tipo “¿Y de que voy a hablar yo con ellos?”. Pero al final decidí ir por que había un dress code, y yo amo las fiestas con dress code.

En la noche enfundado en mi guayabera Kenneth Cole (La compré cuando aún vivíamos en democracia) mis kakis Banana Republic (democráticos también) partí a la fiesta. Al llegar me encontré en la puerta a una de las invitadas. Vestía un vestido verde ajustadísimo, y unos tacones. Me sonrió un poco, y me pregunto si ya habían atendido a mi llamado con el timbre. Le respondí que no, y acto seguido pensé que era sexy. Después pensé que tenía muchos problemas ya como para andar pensando en mujeres sexys, y me concentre en mi cajita de regalo.

Al entrar la hermana de la cumpleañera no me saludo, pero de algún modo esa es su forma de saludo, así que me sentí complacido; además se veía hermosa con su falda de lunares y su peinado, por lo que rápidamente la perdone/olvide. Luego observé una mujer muy hermosa en la cocina de la sala decorando una torta de ¡Patilla! Vestía un vestido fucsia a tono con la fiesta, y bueno era la propia cumpleañera en persona. Lucía preciosa, sólo por verla valió la pena haber ido. Lamente no haber comprado unos zapatos mejores, pero no pensé que la cosa del dress code fuese tan rigurosa. Primer error oficial de la noche.

Al salir al jardín quede gratamente sorprendido. Había un toldo, mesa de pasapalos y centros de mesa frutales. Estaba amando todo intensamente, pero entonces sucedió algo.

―No ha llegado tu amigo aún ―dijo Lorelai, la cumpleañera.

Todo me empezó a dar vueltas. Mi amigo es súper puntual (o te embarca temprano pues) de manera que eso no estaba en mi plan. Mire a todos lados y no había nadie conocido “¿Y ahora qué hago?”, pensé.

―¿Y donde me siento yo? ―Le pregunté a Lorelai.

Al final me acomodaron en una mesa junto a la señora del vestido verde de la puerta. Y comenzaron a llegar las bebidas. Y de repente se me soltó la lengua, y no sólo eso, comencé a hablar bien de la firma, tipo:

―Si lo bueno de la firma es que a pesar de todo te da grandes oportunidades de crecimiento ―decía, mientras pensaba “¿Por qué rayos estoy diciendo eso? ODIO la firma”

―Yo también trabaje en una firma, la que es competencia de ustedes ―me contaba ella.

Y así seguí hablando de la firma, hasta que finalmente llego mi amigo. Se veía bien, y al ver a alguien conocido finalmente comencé a respirar con normalidad.

Ya bien entrada la noche, cometí el segundo error de la noche. Comencé a hablar con una amiga que estaba a mi espalda, sin voltear la silla, y al rato comenzó un dolor de cuello que no me abandono en toda la noche. Me sentí viejo, pero trate de que no me afectara. Y transcurrieron muchas charlas amenas sobre series, películas, series, libros, series, gente que no conozco, series, gente que no conozco, y después de la 1 a.m, el esquema cambio un poco, fue sobre conciertos, series, gente que acababa de ir, series, libros, facebook, series, y así.

Al final la pase muy bien, y no me queda más que agradecerle a mi amigo por presentarme a su inner circle, y lo digo en spanglish, ya que así nos divierte más, isnt it? ;)

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Año nuevo

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Me tomó más bien poco tiempo leer todo lo que había escrito en el 2010, para recordar más o menos que hice con mi vida durante esos meses, saber más o menos donde me quede, y lo más importante: Comentarles algunos hechos sueltos que he vivido en los últimos meses.

De un tiempo para acá he tenido un poco más de ánimo de hacer las cosas. No tiene nada que ver con el año 2011, o que piense que el año “me traerá lo bueno”. Es como una decisión consciente de que debo trabajar “más y mejor” para lograr mis metas. Y por eso he decido volver a mi espacio. Dicho esto, empecemos:

La evolución positiva en el trabajo.

En mi trabajo han pasado muchas cosas. Yo creo que a estas alturas mi sexualidad no debe ser “un secreto” para nadie, puesto que nunca hablo de sexo, ni de mujeres, ni de novias por no mencionar las puntas que me lanzan, (poco frecuentes, ya que nunca le doy a nadie la confianza para hacerme eso y enseguida los pongo en su sitio), que creo obedecen más a una cuestión de simple curiosidad, que de maldad o destrucción. La verdad me importa muy poco cuales sean sus intenciones, porque primeramente no pienso confirmar nada, en segundo lugar al parecer es más importante la calidad de mi trabajo (como en cualquier organización productiva que se precie), y finalmente al final no es algo que interese tanto a las personas como solemos creer.

Mi jefe

Mi jefe es un caso especial del trabajo. Durante el periodo que me aleje más de aquí, él fue el verdadero culpable. Me asigno una enorme cantidad de trabajo que en un principio me arropaba y no me dejaba hacer más nada en la vida. Luego vino el drama, las peleas, impuse mi carácter, le dije dramático, el me empezó a hacer mofa, ahora me ama y hace poco fui a su cumpleaños. Así son las cosas con él. Me divierte muchísimo ver que el año pasado me dio el “felisaño” con un simple apretón de manos y este año, me hizo levantarme de la silla y me abrazo. Un gran cambio, impulsado tal vez por mis mensajes de “GrasiaJefeTKM” por BBMsn. Lo que no me divierte tanto es que a veces imita la forma en me acomodo el cabello (mentira, si me divierte y mucho).

Gente homofóbica

Entrar en el mundo de la adultez, implica que cada vez me gusta menos ir a discotecas y salir oliendo a de todo con los chorros de sudor corriendo por la sien. Es por ello que ahora me muevo en un ambiente de “jóvenes que van al tercer piso o ya están ahí”, aunque todos heterosexuales debo decirlo. Son divertidos, y la paso bien con ellos las pocas veces que coincidimos (invertir más tiempo ahí sería perder oportunidades, si saben a lo que me refiero), pero a veces suceden cosas imprevistas, como la homofobia solapada de la gente. Yo no puedo negar que a veces digo frases que me delatan, no sé, se me ocurre en este momento, tal vez de música, y entonces esta gente homofóbica te mira de hito en hito, primero con estupor, luego incrédulos, luego con un poco de lastima, y finalmente te ignoran y tratan de alejarse de ti durante todo el rato. No es que me importen especialmente, pero aún me parece increíble que existan seres así, y luego se quejan porque los dejas en estatus de “vetado de las reuniones”.

Citas.

No tengo una cita a ciegas como desde Mayo o algo así. Si he salido con una que otra persona, intentado algunas cosas. Pero últimamente no estoy de ánimos para eso. Me concentro en otras actividades, y tomo consejo de los amigos “La desesperación es mala consejera”. Esto se mantendrá así más o menos hasta las semanas venideras, ya que el nuevo ánimo que tengo me da ganas de experimentar :)

Así está la situación por estos lares, prometo una narración menos prosaica para la próxima, pero considérenlo como que su amigo se está poniendo al día durante todo el tiempo que dejaron de verse.

¡Hasta el jueves!