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Egoísmo zen


Es lógico que cuando uno lleva tanto tiempo viviendo una situación de pronto llegas a un estado de confort. Pasa en el trabajo cuando tu jefe te tiene miedo y de repente tu controlas todo. Pasa en tu urbanización cuando de pronto en el edificio del al frente se muda una familia con 2 hijos veinteañeros guapos y tu vida adquiere un sentido especial cuando los ves salir a trotar en tank tops todas las mañanas… Pero también pasa con las cosas mas serias, como la soledad.

Porque entras en un mundo donde solo piensas en ti y en nadie más. Al principio es aburrido. Usas armaduras porque crees que la gente te juzga o siente algún tipo de lástima de ti. No te atreves a ir al cine solo porque piensas que todos te mirarán. Piensas en tomarte un café, pero como no llevaste un libro o algo, no quieres ser visto disfrutando una bebida y mirando al vacío.

Pero un día luego de tantos momentos que creías embarazosos, luego de tantos tropiezos, luego de tantos pipi-flácidos, llegas a un estado de paz. Ves a tus amigos casados con sus problemas y sientes alegría por ti. Te saben a pepino sus rollos. Vas a la boda solo, disfrutas todo, bailas con quien te da la gana –o no bailas en absoluto- y te vas a la hora que es sin preguntarle nada a nadie. Ya no sientes esa autocompasión absurda provocada por una sobrexposición a las novelas rosas, a los finales felices de Disney y los comentarios de tus tías en las fiestas navideñas. De repente tienes como un poder y se siente genial.

Comienzas a ir al gym. Compras ropa nueva. La gente te dice que jamás te habías visto tan saludable. Tienes varios grupos de amigos y puedes mantener el contacto con todos, sin problemas. Eres la persona chévere que invitan a todos lados. Te suben el sueldo 3 veces en trabajo. Todo parece ir sobre ruedas. De vez en cuando sufres una pequeña recaída. Te llega la imagen de cuando cenicienta encontró al príncipe y no puedes dejar de pensar porque ese estúpido a quien le enviaste el número de teléfono –y tú nunca te equivocas con eso- en un mensaje de Instagram® no te respondió. Pero a las cinco horas de esperar el mensaje te recuperas. Una voz te dice que no necesitas eso y todo vuelve a la normalidad. Vas al cine solo y al salir ves la cara de mortificación de un chamo mientras su acompañante le dice que no le gustó la película por puras tonterías. Sonríes.

Pero luego el mensaje que enviaste es respondido.

Y luego salen y todo marcha tan bien que te asustas. Sientes algo que no recuerdas. La alfombra se mueve, ya no estás en la zona de confort ¿qué es esto?

Le escribes a tus amigos pero nadie te entiende. Te felicitan y te dicen que te desean lo mejor, como si te fueses a casar o algo así. No entiendes nada y ellos tampoco. De repente te das cuentas que muy en el fondo sentían como una pena por ti, pero eso no importa. Lo importante es que en tu mente ya no cabes tu solo, hay alguien mas y tienes miedo. No está muy claro a qué ¿a ser ese personaje pavoso que siempre quiere estar al lado de su ser amado en cualquier reunión? ¿a subir fotos en redes sociales que digan “nosotros”? ¿a la posible angustia que puedas sentir si te dice que “saldrá con unos amigos’? O todo no es más que miedo a algo que ahora es ajeno y desconoces, a salir de la zona de confort, a dejar el egoísmo… Piensas que solo queda algo por hacer,

Le escribes un mensaje.



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Iniciar una relación


Llevo tanto tiempo solo desde mi última relación larga y me siento tan cómodo de esa forma (con sus altos y sus bajos) que luego uno se olvida de las cosas tan ventajosas/desventajosas que te suceden cuando estás en pareja.

Todo empezó como siempre. Estas bailando y te dices “debería besarlo” y lo haces. De repente todo a tu alrededor comienza a dar vueltas y te das cuenta que no es un simple beso. La música se vuelve un eco mas lejano. Las luces cuando terminan de darse el beso y lo ves nuevamente son mas intensas. Comienzas a sentir como todo a tu alrededor es menos importante. Te das cuenta que esta noche, con esa persona puede ser diferente, pero luego vienen las preguntas.

Los amigos, debe (s) gustarle (s)

Cuando lo estás besando abres un poco el ojo y te das cuentas que los amigos con los que viniste –que además fueron los responsables de traerlo a él- te están mirando con aprehensión y te da risa, pero no te puedes reír porque estas en ese momento.

Y luego, como uno está en Valencia y aquí es perfectamente posible besarse con una persona y a las 12 horas siguientes fingir que no la conoces, haces tu primer move de la noche:

—¿Buscamos a los demás?
—No, quedémonos aquí solo nosotros —dice él.

Ya en ese momento descartas que esta será una situación de “besos que se olvidan a las 12 horas”.

Pero luego otro día vuelves a salir con él y eres torpe, preguntas cosas de más, que no son de tu incumbencia y él dice algo:

—Mi amiga me dijo de ti… Que bueno tu no estas en mi liga. Que tu no eres suficiente para mi.

Entonces sientes como un golpe. Las luces vuelven a la normalidad y la música se escucha fuerte y clara. Al fondo ves un sujeto divino en unos pitillos rosados y camisa blanca.

—… Pero yo le dije que a mi no importaba lo que ella considera que debe tener alguien con quien estuviese saliendo —“¿Estamos saliendo?”, te preguntas—. Le dije que me gusta bailar contigo y me gusta besarte.

El carajo del pitillo rosado entra y te das cuenta que la canción que suena no te gusta mucho, pero es aceptable. Te quedas y le dices:

—Bueno no se te puede negar que eres sincero cuando estas borracho.

Balancear, desventaja.

Balancear las cosas es difícil. Él te llama:

—El sábado cumplo años y me gustaría comenzar a celebrarlo desde día.
—Perfecto —le dices—, yo te busco y hacemos algo el viernes.

Pero luego tu mamá te llama:

—El viernes tenemos la despedida de tus sobrinos. Hay una cena en casa de tu hermano.

Y después tu jefe te llama:

—Para el viernes o antes deberíamos tener todo lo de la presentación gerencial.

Te imaginas que estás haciendo malabares y te añaden un par de pelotas mas. Piensas que no tener que lidiar con tantas cosas no es tan malo después de todo.

Ver con suficiencia, ventaja

Después de que milagrosamente balanceas todo, logran verse de nuevo. La misma intensidad, el mismo alrededor difuminado. Comienzas a hacerte un montón de preguntas ¿Podría tener un relación con él? ¿será que el quiere? ¿debería mandarle mensajes todos los días e invitarlo hacer cosas?

Entonces entran al sitio tomados de la mano y notas que causas un tipo de escozor en el lugar. Se besan y cuando miras a tu alrededor puedes sentir como las parejas de amigos fastidiados y solos te miran de formas extrañas o al menos comienzas a imaginar todo eso y se siente francamente bien. Las otras parejas te ven en forma amistosa y pareciera que hasta quieren hablarles. Todo se vuelve una locura inédita.

Comienzas a ver con suficiencia, aunque sea desde adentro y te da mucha risa, pero no puedes reír.

Resurrecciones de la carne, desventaja ¿o no?

“Hola”, dice un mensaje de Mr. Amigos.

Recuerdas que no le hablas hace como dos meses. Comienza a enviar tonterías hasta que finalmente pregunta lo que quiere saber: “¿Tu saliste anoche?”. Le respondes que si y luego quieres mandarlo al carajo, pero eres educado y escribes: “Te dejo, estoy trabajando”.

Un misterio, es mejor así

Te das cuenta que te resulta lejano tu forma de comportarte en una relación. No recuerdas casi nada de cómo se dieron las cosas la vez anterior y ni siquiera recuerdas haberte hecho todas esas estúpidas preguntas. Una pequeña voz te dice “ve con la corriente”, pero otra pregunta y pregunta.

Y luego comienzan a pasar muchas cosas en el carro.

Y luego le dices que deberían terminar lo del carro en tu apartamento.

Cesan las preguntas.

-0-

¡Hasta el otro sábado!
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Los solitarios


El fin de Jude y Sr. Arrogante

Luego de pasar un tiempo sin contacto porque Sr. Arrogante estaba en la playa o algo así, Jude le envía una foto. “Es algo que te compré”, le dice en el mensaje. “Genial”, responde Sr. Arrogante. “Debemos vernos para que nos cuentes todo lo que hiciste mientras no estaba”. Luego de leer aquello, Jude sabía que era el fin. No es bueno el plural en una situación así.

Luego Jude le invita a cenar, pero él no aparece por ningún lado. Cuando se tienen 20 una invitación a cenar no es mas que encontrarse en la calle del hambre de Mañongo o ir a algún restaurant barato donde existen esas cosas como la “sopa del día”, que en realidad es la sopa del día anterior. Pero cuando se tienen 10 años más, ir a cenar es un compromiso mas serio, uno se viste de cierta forma y va a ciertos lugares donde hay un anfitrión que te indica donde debes sentarte. Si pides una mesa para dos serás juzgado hasta que llegue tu compañía.

Jude decidió ser juzgado solo 20 minutos. Al salir del lugar llamó a otra persona y le dijo que le tenia un regalo.

Gente guapa que se sobrepasa a si misma

Todos conocemos a un solitario. Son personas guapas o interesantes a su manera.  Son independientes pero a la vez comúnmente tienen ese look adorable, sexy o delicado según el tipo, que de alguna manera atrae a cierto grupo de gente que otra forma inexplicable no le gusta a ellos. De todos modos resulta inconcebible para todos la razón por la cual estas personas están solas.

Para ellos es una tortura. Obviamente en el fondo están solos por una decisión personal o una combinación de muchas cosas: Una infancia extraña de jamás encajar en ningún grupo, padres demandantes y altos estándares.  Uno se pregunta y la gente les pregunta ¿Cómo llegaron a esa situación? Estaba hablando hace poco con alguien sobre el tema de estar solo y me sorprendí a mi mismo diciéndole que ya no tenía la energía necesaria para cuadrar más citas por internet, pues en todos estos años jamás había tenido alguna realmente buena que sirviera para algo mas que ir “Al triángulo” o ser un chiste durante el almuerzo. De repente la idea vino sola:

—Yo no quiero salir con alguien y “acostumbrarme” a esa persona —le dije—, no quiero que luego de compartir muchas cosas juntos es que me diga “ok, creo que te tolero lo suficiente, el sexo entre nosotros es bueno, me parece que podría vivir contigo”. No quiero nada de eso en mi vida, quiero un experiencia impredecible, que no sepa a dónde me va a llevar. Hay gente que hace esto porque no puede estar sola, pero yo jamás he podido ser así.

¿Podría ser este el problema de esta gente guapa que se sobrepasa a si misma? La televisión nos ha hecho creer que la gente bonita tiene los mismos problemas que nosotros…


Lista de seguidores

Para comprobar esta teoría le escribí a uno de esos amigos especiales que siempre ha estado solo. Tiene un cuerpo que yo jamás podré sacar a menos que tenga que llevar las finanzas de un gimnasio, pero encima de todo eso es amable y sumamente interesante.

"—Debes saber que hay una lista de personas que se mueren por saber de ti."
"—Si claro —responde sin dar crédito."
"—Es en serio —le insisto—, me envían mensajes y me textean apenas hago un tweet de que te visité o algo así."
"—¿Esas personas son reales?" —me pregunta y le imagino suspirando

Era fácil. Él también quería lo mismo. El no deseaba que yo le pasara una lista de personas al azar con las que salir y luego verse en un cita con un tipo “flácido”, como me dice Sr. Escritor siempre que regresa de un mal encuentro. Para salir del embrollo, me dice:

"—Por acá habrá un festival y tocara cierta persona que nos gusta."
"—Eres excelente cambiando de tema" —le replico.
"—¿Cuál tema?"

La gente te hostiga

Estoy en un cena y el novio de Sr. Controlador me pregunta:

—¿Por qué no tienes novio?

Me le quedo mirando en blanco ¿Es un chiste? ¿Es una pregunta en serio?

—¿No te gusta nadie en este momento? —insiste.
—Estoy bien así —le respondo. Pero enseguida me cambia el humor. No quiero estar en un lugar donde alguien me hace las mismas preguntas que me recita mi reflejo en el espejo cada mañana. Por un momento me siento Ally McBeal, me imagino que llegó el trago que pedí y se lo vacío lentamente en la cabeza.
—¿Qué te pasa? —me pregunta Sr. Intenso mientras estaba consumido en mi fantasía.
—Nada.

De por qué Sr. Arrogante no seguirá apareciendo aquí

—¿Sabes que el otro día te dije que iba a ver a Sr. Arrogante? —me pregunta Sr. Intenso.
—Ajam…
—Pues resulta que tiene un noviecito ahora, y por eso anda ausente de todo.
—Wow jamás pensé que el fuese de esos que abandona todo por un tipo. Esos que se las dan de malos digo…
—Si vale.

Ambos reímos. Luego reflexioné que Sr. Arrogante consiguió lo mismo que yo deseaba en un viaje fortuito. Me dije: “Debo salir más” y luego me reí de mi mismo, al tiempo que consideraba absurda la posibilidad de abandonar a mi amigos por un tipo.

Solterón

Estoy en Beco comprando ganchos con mi mamá (los ganchos son para ver si puedo ordenar mi closet y evitar gastar 30mil bs en reformarlo) y mientras escribo esto me doy cuenta de lo patético de la situación, pero ahí vamos:

—Si tu fueses mujer —me dice mi madre—, ya serías una solterona. Estarías entrando a esa edad donde es más difícil conseguir a alguien para casarse.

Enseguida pienso “Yo tengo que amar a mi madre” y agradezco su presencia porque para mi ella siempre fue una persona que no alimentó ninguna falsa pretensión. Ella jamás fue de esas que me dijo que yo era el más inteligente, el mas bonito o el más destacado. Siempre recuerdo que cuando le dije la noticia de que me gradué de número 1 en la promoción su réplica fue: “Bueno pero en esa universidad los actos no son de más de 100 personas”. Creo que todas esas cosas me hicieron mas fuerte y por supuesto, ya tenia la respuesta que se merecía:

—Si, pero yo soy hombre. En nosotros esa proporción es a la inversa ¡pero gracias!


Decidí entonces que no iba a fastidiar mas a mis amigos solterones, porque el hecho es que si yo me pondré mejor con el tiempo ellos lo harán tres veces más. Eventualmente algo los golpearía: el amor, un carrito de helados, un Aveo® en El Viñedo
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Diez años más


Lily Allen sacó un single con el que estoy obsesionado, se llama “Hard out here” y además que estar acompañado de un excelente video que lo explica por si mismo tiene una buena melodía. Aunque todo es muy chévere Lily déjame decirte que es mas difícil para un gay, en especial si se es joven.

Rondar los 18 años, ser gay y vivir con tus padres es una época que muy pocos quisiéramos volver a repetir, aunque es necesaria. Es un periodo de tiempo donde pueden concurrir diversas desgracias, no necesariamente todas a la vez: Preguntas constantes por la novia, salidas furtivas donde debes mentir mucho, tener que justificar todo tipo de cosas y si son varios hijos en la casa te conviertes en el hermano de segunda clase. Luego llega el día en que se enteran y por un tiempo que parece infinito la cosa se pone peor: Dicen que te aceptan pero te lanzan puntas, tus hermanos ya no te tratan igual, recibes la mirada crítica antes de informar cualquier cosa que vayas a hacer, tipo “Mamá voy a salir” –inserte mirada crítica- “¿Hijo por qué tu sales tanto?” y mientras tu intentas responder tu hermano mayor puede irse sin avisar en medio de esa conversación y a nadie parece preocuparle.

Tu vida social también es un desastre: Sales con la gente equivocada, usas la ropa que no es, dices lo que no debes, hay gente diva que te ignora y eso te importa. En general ciertas personas que ya tienen cierto tiempo en esto y  están afuera te tratan como una porquería. De manera que si tu joven, estás leyendo esto y te preguntas, como alguien me preguntó a mi “¿Cómo hiciste con tus padres y como tienes ese estatus en tu familia?” y además quieres saber como llegamos a este estado de paz, sigue leyendo.

La conversación

—No se lo quiero, pero no estoy seguro que sea una mujer —le dijo Jude al teléfono a su madre.

Hubo cierto silencio, durante el cual Jude pensó que ella iba a colgar. Aunque él ya no vivía con ella, aún le importaba su reacción

—Siempre lo supe —soltó ella finalmente.

Ambos rieron incómodamente.

Haciendo lo que no se debe

Estoy en una cena con unos conocidos y otros amigos. Esta Blandi, esta Mr. Amigos y esta Sr. Controlador. Yo tenia una imagen vaga de Mr. Amigos un día que salimos a comer y debí haberme quedado tranquilo, pero la forma en que me miraba ese bícep era mas fuerte que yo, de manera que decidí hablarle apenas llegó.

—Yo me vine de mi casa cuando terminé la universidad —me dice. En seguida pensé que era un buen partido —mi mamá sabe pero prefiere no lidiar con ello.
—Yo aún vivo con ella le digo… O ella conmigo, ya eso no esta definido.
—Cuando llegué aquí,  nadie sabía en mi casa y de repente comencé a ganar mucho dinero —comienza a recordar y entonces su mirada se tornó extraña, solo puedo usar una palabra para describirla: éxtasis—… Y hice muchos desastres —me dice
—Bueno eso es normal en la gente de tu tierra —digo riendo—, tengo un amigo de allá que cuando llegó aquí tuvo en el mismo año 3 mujeres en la firma.

Ambos reímos.

—Cuando se vive con los padres así, lo mejor es irse.

Luego Blandi comienza a hablar de alguno de los rollos de vivir con su madre, como la mirada crítica incluso cuando le dice que va a salir conmigo. “Ese muchacho esta viniendo mucho para acá”, le dice.

—La cosa es —explica—, que luego cuando le cuento a ustedes me da risa, pero no es fácil.

Todos asentimos. Pero Sr. Controlador me mira y me dice con los ojos “sé lo que estás haciendo”.

Saliendo con la gente equivocada

Un día salí solo, había bebido y en el bar una mujer se me acerca.

—¿Estas solo?
—Si —le respondo.
—Yo estoy con unos amigos por allá ¿te gustaría conocerlos?

En cinco segundos repensé todo y acepté. Los tragos siguieron viniendo y cuando me di cuenta estaba montando en el carro a 3 desconocidos que me parecieron divertidos y con uno de ellos ya estaba prácticamente empatado. Al día siguiente, aún con la resaca de malos cócteles, llamé a uno de ellos y decidimos encontranos en “El Éxito”. Al momento en que ese lugar fue propuesto yo debí echarme para atrás, pero bueno.

Bajo la luz del día te das cuenta que en verdad no todos los gatos son pardos. Lo único bueno de ese muchacho era que junto a él en verdad yo lucía mas “expensive”. Luego llegó el amigo. Decidí cambiar de planes. Al día siguiente me desempaté del otro y lo invite a salir. Aceptó sin titubeos.

Después de besarnos en el carro le pregunto que hace. Me dice que trabaja como estilista en algún lugar que prefiero no nombrar. “Que tanto”, me dije “Por lo menos trabaja, uno no debe dejarse llevar por ínfulas”. Lo volví a besar, lo hacía muy bien.

Pasadas varias semanas me di cuenta que lo único que hacíamos era beber todos los fines de semana y comencé a sentirme como un personaje de novela preguntándome “¿hacia donde va esto?”. Un día me cuenta que esta pasando por una mala situación económica y que es probable que deba regresarse a Caracas con sus padres, quienes en cierta forma lo odian.

—Si estás tan mal ¿Por qué vamos al bar hoy?
—Yo siempre voy al bar, es algo que no puedo evitar, es mas fuerte que yo.

Ese día yo no fui al bar.

Usando la ropa que no es

Antes solía vestirme de demasiados colores y creía que eso estaba bien. En la búsqueda por mi look actual, el cual defino como “effortless expensive”, tuve que pasar por muchas cosas terribles. Aprendizaje le dicen.

Estaba sentado en el Cristal y vestía una franela que no me quedaba muy bien pero la amaba, un pantalón de vestir y converse. Alguien comienza a verme e inicia un juego de miradas muy divertido. Al levantarme ve la combinación y de repente la magia se acaba.

Derechos en el hogar

—Como te dije yo no tengo problemas en que un amigo —mirada crítica— se quede aquí, pero esta tu hermano, pregúntale a él.

Jude finalmente decide llamar al hermano.

—No hay problema —dice el lacónicamente.

Otro día.

—¿Seguro que le dijiste a José?
—Le dije y el me respondió que al igual que tú —mirada crítica— no tiene ningún problema con ello. Viene el viernes en la noche y se va el domingo.
—¿Y los niños?
—Los niños no tienen que interpretar nada distinto a cuando mi hermano menor viene con la novia y se queda aquí ¿no crees?

Los niños

—Tío ¿Ese muchacho que se quedó aquí es tu…? —levanta las cejas, parece una mirada crítica, pero tiene candidez.

No puedo parar de reír como si tuviese once años de nuevo, justo como él.

Episodios conversacionales 2

No puedo creer que estemos teniendo esta conversación de nuevo —le dice Blandi a su madre.
—No lo acepto dice ella ¿Tú me estás diciendo que la enferma soy yo?
—Sí —responde él simplemente.

Al día siguiente nadie dice nada. Se comen una arepa y la masa estaba simple. Nadie habla de ello tampoco.

Mi episodio conversacional: Una excepción

—Ven que quiero hablar contigo —dice mi madre—. Quiero que me digas si eres gay
—Sí —respondí­—, olvida todo lo que te haya podido decir antes. Ahora estoy seguro
—Siempre lo supe —dice, y luego comienza el muchas veces escrito discurso de tu eres mi hijo y todo eso. La quise mas ese día.
—Lo único que te pido es que no me hagas hacer este show ante la familia, diles tu lo que quieras cuando lo consideres conveniente.
—Esta bien.

No decirlo

—Tu te quedaste en 17 años —le explico a Sr. Controlador—, mira a tu alrededor, miranos a nosotros. Incluso Blandi logró salir del entuerto,  llevas 10 años de retraso.
—Yo lo sé, pero es difícil.
—Mira ahora las consecuencias. Tu ahora tienes otra familia y debes caminar hacia allá. Él es tu familia y ese es el mensaje que te esta mandando. Las personas adultas no se ven de esa forma luego de tantos años de relación. Las personas adultas no van solas a la cena de navidad del trabajo. Las personas adultas no hacen viajes vacacionales con sus padres como si tuviesen cinco años. Tu has permitido que ellos en cierta forma anulen esa parte de ti. Debe acabarse.
—Tengo mucho que pensar —me responde y me siento como si le hubiese dado un correazo. Pero para eso estamos, los amigos se dicen la verdad y no lo que quieren.

Nunca se acaba

Mesa, cigarrillos de él y tragos. Noche de amigos en Green Hill Zone con Sr. Intenso. Hablamos de transporte público y aeropuertos, de vida en otros países y lo inusual que es estar aquí Valencia. Luego me comenta de sus padres

—Mi papá salió conmigo para tener “la conversación”. Luego que le dije la verdad, me dice “en todos estos años de relación jamás le he guardado un secreto a tu mamá y esta no será la excepción”. Al llegar a la casa me fui a prepararle un trago y cuando volví a la sala ella ya estaba en lágrimas.

Solo lo miré esperando que continuara.

—A partir de ahí han sido altibajos. Me han dicho cosas como que jamás me consiga a nadie y así ambos (ellos como un todo y yo) seremos mitad felices, pero yo he tenido el valor y les he dicho que yo no estoy solo.
—La gente siempre va a preferir actuar como si nada esta pasando, cuando eso sucede es mejor hacer un gesto dramático, algo que nadie olvide nunca —explico.
—¿Un gesto dramático?
—Es cuando por ejemplo llevas a alguien a una fiesta familiar sin avisar, algo grande, como una boda. Ese día te robarás el show, será terrible, pero a partir de ese momento ya no serás mas el elefante blanco en la sala del que nadie habla.
—Supongo que el mío será cuando me mude con él.
—Es increíble como la familia es un factor determinante en como actuamos ante la vida —digo y enseguida me doy cuenta que es hora de finalizar la noche, había mucha charla intensa ya.

Los nuevos

—El ya no es mi amigo —apenas digo eso, me doy cuenta que era algo que no me atrevía a pronunciar en voz alta
—Qué fuerte —dice Sr. Intenso. Sr. Controlador solo me mira.

Recordé algo que me dijo Sr. Controlador una vez sobre esa persona: “Ese carajito es muy bueno en muchas cosas, pero esas juntas y esa forma de vivir la vida lo va a arruinar”.

—No somos compatibles —le digo, pero luego me doy cuenta que es mentira, hay algo más.

En ese breve espacio comprendí que ya estoy superando mis veinte y me dirijo a una nueva etapa, una donde ya sabes escoger con quien sales, donde tu familia te respeta y sabes que ponerte en cada ocasión. Una nueva era donde puedes pagar tu trago y el de alguien mas sin preocupaciones, donde haces lo que quieres sin pedirle permiso a nadie. Estás del otro lado tratando a los otros como una porquería. Sonrisa.



¡Hasta el próximo sábado!