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Vuelta de Tuerca.


Les explico esto de una vez, para que nos entendamos desde el principio: Tengo un marido en España. Aunque aquí no haya podido pasar de unos besos con menores indocumentados y sin cédula, en nuestra madre patria tengo un Esposo. El es surfista, de esos que les juro me matan, es guapo, estudiante de algo que me parece, es similar a comunicación social, administra 3 blogs (aunque aún no genera muchos ingresos, por eso nos seguimos vistiendo en Inditex) nos gustan los mismos zapatos, medio niches como diría la amiga Bira (Disculpa, pero debía nacionalizar la palabra hortera, aún no la entiendo del todo bien). Por algún tiempo ha participado en la versión bloggera de Gran Hermano, y fue ahí que me entere que tiene 19 años (es que nuestro matrimonio fue algo tipo las Vegas). Una vez comento en este blog, o en otro que ambos leemos (Por que como somos marido y marido vamos juntos a todos lados) que el sexo es una cosa y el amor es otra, y bueno, no es que el haya descubierto el agua tibia con esa afirmación (No digas nada Santi, yo se que eres brillante), pero entender las cosas desde un punto de vista abstracto, es muy distinto a llevarlas a la practica.

 

Cuando nos enamoramos de alguien siempre puede ser de varias maneras, lo cual lo hace aún mas divertido. Podría pasar que el sujeto en cuestión tenga unas nalgas de roca y quedes prendado de él desde el primer momento. Enamorarse comenzando por ahí siempre es emocionante, sobretodo cuando se inicia ese proceso de llamar la atención del chico que nos desvela. En las relaciones que empiezan por ahí siempre habrá ese plus de “¿Recuerdas como nos conocimos?” “¿Recuerdas cuando descubrimos nuestra canción?” y ese montón de tonterías, como diría cualquiera, pero que a la final resultan siendo más importantes de lo que parecen…

 

Otra forma de enamorarse es mediante esfuerzos, esto es citas programadas, “Segundas”, Internet, operación cupido y ese montón de cosas, que pese que a mi no me haya funcionado del todo bien, no quita que a otros les resultara mejor. Cuando te enamoras así, recordar el momento en que se conocieron nunca será muy grato ¿O acaso alguno quiere revivir la cara de gafo que tenía cuando estaba esperando con un libro verde en la mano en el café XXX? ¿O lo cortado que estaba cuando fueron con un amigo a un restaurante a sabiendas de que ahí iban a ser cuadrados con alguien que de seguro estaba esperando con cara de tonto? Quizá por divertimento si, pero definitivamente eso no es romántico. Este tipo de enamoramiento es mediante esfuerzos, por que lo normal luchar por obviar los detalles que siempre buscamos, así sea a la fuerza, en nuestra cita a ciegas, a menos que, desde luego, este reúna las características del párrafo anterior (Cosa poco probable según mi experiencia).

 

Mi forma favorita de enamoramiento es cuando no te das cuenta. Algunos pensaran que estoy loco, pero esto pasa más a menudo de lo que crees, y sobretodo en círculos sociales como los míos, esto es: poca cantidad de amigos, muchas salidas,  grandes cosas en común. Después de tanto compartir, de tantas fiestas, de tantas actividades juntos, pasa lo inevitable. De repente notas la alegría cuando te llama aquel fulano que es tu amigo. Inevitablemente necesitas llamarlo todos los días con cualquier excusa. Cuando hay reunión grupal te sientes animado a vestirte mejor si el estará, hasta que un día, y en el baño, frente al espejo, como todo gay con sentimiento que se respete dices: “Estoy enamorado de ese carajo”

 

¿Por qué escribí los 3 párrafos anteriores y encima no estaba hablando de eso en el primero?

 

Resulta ser que yo me he enamorado al menos de dos de las formas anteriores, y de la otra tengo muy buenas referencias, así que el punto es: Cuando te enamoras de esas formas hay un proceso implícito que es acostumbrarse a la química y a las cosas de esa persona. Parezco un anciano anticuado y encerrado en una capsula del tiempo ¡Lo sé! Pero ¿Como tener sexo con alguien que no conoces? ¿Y si no me gusta el olor que hay en su cuello? (Uno de mis fetiches, debo aclarar) ¿Y si cuando se quita los zapatos tiene una sorpresa? Y seamos mas sinceros ¿Y si no me gusta aquello de su entrepierna?

 

Los mas audaces seguro estarán pensando, además de que soy gafisimo, que en todo caso cualquier persona, por mas que me guste, puede tener mal aliento, golpe de ala, pies olorosos o lo que sea, pero se olvidan de algo muy importante: Cuando uno esta enamorado esos detalles, aunque molestos, uno tiende a pasarlos por alto (No digo que según los niveles de confianza seas capaz de decirle algo como “deberías cambiar de desodorante”, pero eso es otro post). Yo lo he hecho, y los que crean que no, miren en sus relaciones, o pero aún, en las relaciones de sus papás… De manera que, como dice mi marido “El sexo es una cosa, y el amor otra”… Cierto mi Iagito querido, pero como dije antes, gafisimo es mi segundo nombre, por eso a tu frase celebérrima le agregare algo de mi adorada profesora de metodología: “La mejor manera de aprender algo es haciéndolo”. Supongo que debo superar ese complejo anterior, salir el viernes, y si acaso llegase el momento (tampoco es que yo sea irresistible) decir: Let’s do it!


La foto que me pediste darling ¿Cuales son mejores?
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Visión nocturna underground.

Ser sexualmente ambiguo es lo que manda en estos momentos, pero ¿Qué significa exactamente serlo? Debo reconocer que tenía toda una percepción errada del asunto, pues colegía que esto se refería simplemente a la forma de vestir y ya. Error.

 

Hace algunos días acudí a uno de esos toques underground que tanto se dan en estos días. Me esforcé al máximo para dar el paso de salir solo, sin ningún amigo, primo y/u otro familiar que me acompañase, y luego de superada  esa prueba llegue al lugar. Supuse que no habría muchos chicos por debajo de la edad permitida para caminar por esas zonas de la ciudad, a esas horas de la noche, pero de nuevo me equivoque. In situ descubrí la cantidad de niños que están fuera del control de sus padres, además de notar que la mayoría (incluyéndome) usaban converse, ¿Pero que hago? ¡Quería sentirme parte de la masa, además que ningunas son como las mías! Después de pasar mil y una penurias para conseguir un cajero automático en el que no me diera pánico tratar de sacar dinero, me senté un rato en las afueras, como casi todos. Aparentemente el evento no había empezado todavía.

 

Adentro ya, con una firma horrenda en mi mano (¡Hey! ¿No pudieron comprar brazaletes?), me senté en la barra a observar los alrededores. Hasta ahora nadie lindo, todos eran muy niños, y no dejaba de pensar que aunque me gustara alguien ¿Un bebé de esos estaría a gusto con alguien como yo? Quisiera pensar que si, pero luego de escuchar cosas sobre grupos que no conozco, y sobre los cuales no podría opinar, de no entender como se puede decir “Marico o webon” en vez de “Amigo” o simplemente el nombre de la persona, creo que tengo mis reservas. Después de mi tercera cerveza, acerté al pensar que, o había llegado más gente, o simplemente yo empecé a emborracharme con Solera verde.

 

Y entonces ahí estaba… Un chico que siempre me encuentro en todos los centros comerciales, que tiene ese aspecto de surfista mal bañado, que les juro, me parte completamente (Cada cual con sus fetiches). Jamás me habría imaginado que era gay, pero un momento… ¿Es gay? Veamos que dice el radar:

 

1.- Andaba con dos hombres, de la misma edad que él. El radar da un pitido de aprobación.

2.- Uno de los acompañantes vestía una franela tan gayish que yo no la usaría. Además usaba una pollina, especie de modernización de la que usaba Betty la fea, solo que era de lado, y probablemente con mucha más gelatina. El radar emite otro pitido.

3-. El otro acompañante parecía ser un poco menor y además ¿Era su hermano feito? El radar emite dos pitidos de desaprobación, los gays no salen con sus novios y hermanos menores.

4.- No se veía señal alguna de pluma gay, cara de gay, accesorios de gays (Salvo lo mencionado en el punto 2). El radar emite dos pitidos.

 

Fue entonces cuando reaccione ¿Qué clase de personas estaban en este lugar? Algunas parecían lesbianas pasando momentos intensos con ciertos hombres. Otros aparentaban ser mariquitas besándose con niñas de expresión agresiva. Varios mas allá lucían tan delgados que casi me sentía gordo delante de ellos ¿Got drugs? ¿Qué esta pasando en el mundo? ¿En que momento me perdí de esta onda? Mas tarde, llegaron un grupo de hombres más grandes, uno de los cuales estaba divino, pero muy altanero. Un niño de rulos, pantalones pitillo y converses blancas que ¡Wow! Tuve que controlarme apurando medio vaso de cerveza. Con esa rauda observación entendí el asunto de la ambigüedad: soy lo que quiero, pero no necesariamente lo que parezco. En un sitio así ¿Cómo lograr ligar con alguien, si ni siquiera sabes quien es quien? Y mientras pensaba todo eso, saboreando la quinta (¿o la sexta?) cerveza, algunos me habían echado el ojo encima.

 

— ¿Si quieres te sientas en mis piernas?

1...

2...

3… Procesando, un momento

4…

5… Error, a ti te gustan los niños, no las niñas…

 

¿Qué demonios? No quiero ser amable con niñas, no quiero hablar con ellas, ni nada… Al final termine en medio de dos chicas, conversamos por un rato, pero luego como que la chica de las piernas entendió el mensaje…

 

— ¿Eso es un blacberry?

1…

2… Yes, he is a man… Talk!

 

Y luego de quince minutos descubrimos que no estábamos hechos el uno para el otro, y que bajar aplicaciones para mi Palm es mucho más fácil que para su blacberry. En uno de los momentos en que prendieron algunas luces, para que se montara otra banda, mi surfista mal bañado me miro, y yo lo mire a él… Yo sonreí, como manda el protocolo gay, y el siguió viéndome serio… Entonces como si alguien me empujara por la espalda, salí del lugar… Tropecé con personas, incapaces de entender que deben apartarse de aquellos, que luego de 10 (¿U once?) cervezas, no saben calcular muy bien las distancias entre ellos y los cuerpos más próximos. A mitad de la calle me volví, y ahí estaba él… ¿Salgo corriendo? Seguí caminando, y luego de un callejón aguarde… No iba a alejarme tanto de la gente, podría ser peligroso… Y como si hubiese sido un guión planificado, cuando él llego hasta a mí, quien no se atrevía a volverse, nos besamos… Fue como cuando despiertas de un letargo, luego de dormir ocho horas, te levantas y vez un nuevo día frente a ti… De entre las cosas que nos dijimos entre besos, las mas destacables eran, que no tenia teléfono (y por supuesto, no le creí), además que tenía 18 años (Y yo le quise creer para no pensar en cosas legales), y lo más impresionante, que el siempre salía con nenas, pero que en algunas otras oportunidades me había visto y que bueno, de vez en cuando se daba sus “desahogos” con “panas que le llamaran la atención”, finalmente aclaro que en efecto andaba con su hermano y un amigo...

 

—Seguramente nos volveremos a ver  —dijo, mientras me montaba en el taxi, mareado entre cervezas, besos y brisas de media noche…

 

Jernest querido, gracias por el premio, le dedicare un post pronto, solo que no he tenido tiempo (un Internet, ni luz) para hacerlo… ¡Gracias!

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Cambiando ideas.


Todavía quedan muchas cosas que contar acerca del viaje… Bueno en realidad no son muchas, solo que, como deje entrever en el anterior post, en este viaje he quedado prendado de alguien por el que usualmente no voltearía ni a ver…

 

Su nombre para los efectos será Jonás… Cuando lo vi, junto al grupo de amigotes con el que decidió salir a buscar trabajo, pensé, o mejor dicho,  observe al macho alfa de todos ellos, que llamaremos Mangia para hacer honor a sus raíces italianas… Tiene un cuerpo de infarto, perfecto, con la estatura adecuada, y ni hablemos de la retaguardia…

 

Con el pasar de los días y sentado atrás de Jonás y diagonal a Mangia, me distraía demasiado viendo hacia la derecha… A duras penas podía sopesar las cosas del curso con tamaña distracción… ¡Y es que esa camisa rosada se ve tan bien en él! ¡Y no hablemos de la blanca en la que se le marcan sus hermosos bíceps! El momento más esperado de la mañana para mi no era del coffee break y los nefastos cachitos ¡No señor! Mi instante más esperado era cuando Mangia sentía calor y se quitaba ese molesto saco… ¡Dios!

 

Pero entonces durante la segunda semana sucedió lo impensable… Jonás se revelo como un chico fascinante, al cual todos los del salón bautizaron por unanimidad como “la rata”… Yo por el contrario lo veía como un ser súper divertido, que no solo pensaba las cosas con el mismo desparpajo que yo, sino que además las decía… En un modulo, por ejemplo uno de los instructores se disculpo:

 

—Les  pido disculpas por la tardanza, es que mi asistente me pidió un permiso de post natal y yo tuve que atender algunas cosas.

 

Minutos después entro una chica algo pasada de peso, la cual, al sentarse dejo marcada bajo franela, una gran y flácida barriga… Entonces Jonás se volvió y me dijo:

 

—Bueno ¿Y el permiso era de post o de pre natal?

 

Y así empezaba mi día, Jonás hablaba y Sandum reía… Pero entonces lo inevitable sucedió. Desde esos días deje de ver hacia la derecha. Mi momento más esperado de la jornada ya no era cuando Mangia se quitaba el saco, sino que todo el día era genial mientras pudiese escuchar algún comentario o decirle algo a Jonás… ¿Cómo era posible que existiera alguien que me divirtiera tanto? O peor aún ¿Estaba prendado de nuevo de un hetero?

 

Si me gustaba o no, si estaba enamorado de un hetero o no, ya no importaba… En el almuerzo de despedida pase los momentos más divertidos de la semana; estar en medio de Jonás y Mangia es lo más súper que se puedan imaginar… Eso sin contar la risa que me dio por los wirchos que se levantaron con el plato sucio de la mesa, a repetir en el buffet… So sad (Lo siento, pero tenía que decirlo), al tiempo que Jonás le decía a Mangia:

 

—Recuerda que no debes levantarte con el plato sucio de la mesa…

—¿Qué te pasa chamo? —Respondió Mangia—, tu crees que yo soy marginal como tú…

—Bueno… esteee….

 

Al final, y en la fiesta de despedida, llegue a la única conclusión posible… Estaba literalmente BABEADO por Jonás… Por que aunque Mangia estaba más sexy que nunca con una camisa blanca manga larga abotonada al descuido para la ocasión y mostrado pecho como todo un Dandy Boy Caraqueño, Jonás, con su camisa doscientas tallas mas grandes, con su pantalón ancho, con su esclava de plata y sus zapatos negros de obrero —sin contar que lucía mucho más delgado en esa ropa—, se robo toda mi atención… Durante la velada, además de bromear y reírnos, descubrí que tiene novia, que a pesar de lucir como todo un Tukky (Salvando los obvios detalles en el corte de cabello y algunas otras cosas en el comportamiento) detesta el regaeton, y que con las personas con que mejor baila en la vida son su mamá y su hermana… Y así, con su numero de teléfono, con un abrazo que disfrute enormemente y un dibujo que todos vieron pero que solo a mi me firmo, me despedí de Caracas, y aprendí, que a pesar de los paradigmas que tengamos, siempre puede pasar algo que de una nueva vuelta de tuerca y nos haga ver las cosas de otra manera…

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Asi está bien...

Me he dado cuenta (tarde) que muchas veces cometemos el error de creernos mas de lo que somos… Y conste que yo soy el ser más autocritico conmigo mismo, casi rozando al punto de menospreciarme (como me dijeron alguna vez). De verdad no creo que llego a ese nivel, de hecho, estos días en Caracas, me di cuenta que en realidad me creo más de la cuenta…

 

El viaje empezó como una de las cosas más grises que he hecho en la vida… No solo tuve que soportar una cola interminable desde Valencia a Caracas con el estomago vacío sino que además, mis compañeros de faena, eran todos los tipos de gente que no soporto, a saber:

 

La chica de voz nasal: Las odio, son ese tipo de mujeres, tipo “The Nanny”, que parecen tener las cuerdas vocales en un conducto nasal y no donde deberían tenerlas… Y si a eso le sumas  una pizca de Yubiri, con unas cucharaditas de “soy simpática y bromeo, pero no te metas conmigo”, estamos ante el esteriotipo de mujer por el cual yo me convertiría en asesino…

 

El Hablo hasta por los codos: Yo antes era uno de esos, pero el tiempo me transforme en alguien más retraído, quizás esa es la razón por la que no soporto a las personas que hablan por hablar, que siempre van en contra sin razón, que siempre tienen algo que decir aunque no sea verdad etc.… Si a eso le sumas algunas de la peores corbatas que he visto en mi corta vida, una voz insegura y casi de tartamudo, más los peores modales en cuanto a comida… Uff… Mejor no les digo en que me convertiría…

 

El “soy simpático por que si”: Es el tipo de chico o chica al quien alguien le ha dicho que es muy bonito, con o sin razón… De hecho el chico me atraía físicamente hasta que tristemente descubrí que por cada diez palabras que salían de su boca, se correspondía una mierda, o por cada diez debes decir “mierda” para entendernos de mejor… Así en su construcción de oraciones y opiniones encontramos cosas como “Vete para la mierda”, “Esta pasta es una mierda”, “El agua caliente del baño es deliciosa pero la tina es una mierda” y así… Si a eso le sumas que se autodenomino “El más chévere y querido por todos”… Digamos que… En fin…

 

Con ese precedente, y con una mala actitud de mi parte, creo que me predispuse… Mientras algunos se conocían entre si, y empezaban grandes lazos de amistad (o bueno, al menos lo intentaban, nunca sabemos que puede pasar en el futuro), yo me la pasaba en el día como un fantasma, del que pocos sabían su nombre… ¿Es normal que me aburran los temas de conversación de gente dos y tres años menor que yo? ¿Será que andar con gente mayor que yo influyo en mi personalidad definitivamente? Creo que pase esa semana preguntándome eso, mientras mis compañeros de curso discutían cosas como: “Lo complicado de la vida universitaria”, “Las desventuras de ciertas chicas de la facultad”, “Como es que Pedrito se acostó con susanita”… Hubo un día en que la otra de las chicas, —que no caía en los tipos de gente insoportable— hablo de libros y me sentí como liberado… Era como si hubiesen pasado años y yo no hubiese hablado con nadie… Después de unos minutos en que les solté toda la perorata de mis autores favoritos, los libros más fascinantes que he leído e inclusive los intríngulis de algunas novelas que me han inspirado (No sin antes haber pasado por la pena ajena de tener que explicarle “al más simpático” en que consistía un libro de cuentos, el cual, bajo su lupa de la ignorancia, solo eran para niños) todos me miraban con cara de tres letras y un signo: WTF?... Así que seguí en silencio… Eduardo fue de paso fugaz esa semana y además de brindarme una cena (la cual como habrá de imaginar el lector recurrente me la arruino) conversamos divinamente… Así que...

 

¿Será que soy muy aburrido y me he puesto muy filosófico? Era lo que pensaba en la segunda semana, mientras el resto del grupo se dedicaba a burlarse entre ellos, a rayarse los habladores con sobrenombres e inclusive a formar sólidas parejas… Mal acostumbrado como estoy a ser el centro de atención entre mis amigos y familia, excepto cuando esta mi prima V que es cuando nos compartimos el trono, me decía: “Se suponía que yo era chévere”… De hecho en el aula se formo un grupo de los chéveres —se denominaban así—, en cual yo estaba más por accidente por haber venido de Valencia –precisamente- con alguno de ellos, que por ser considerado “chévere” propiamente…

 

Pero al final, luego de algunas salidas en la noche, de dejar de parecer simpático y simplemente ser yo, conocí a algunos chicos e inclusive descubrí que puede llegar a gustarme alguien mucho mas allá de su aspecto físico (todo un logro en mi) y mucho mas allá de su vestimenta (algo que definitivamente nunca en la vida veía venir) y me alegro, me alegro mucho por ello, por que finalmente entiendo que el sentir atracción por alguien siempre será algo misterioso e interesante cada vez, me alegro por tener 23 años y que me falten un mundo de cosas como esas por descubrir, me alegro de haber ido a Caracas y entender que lo gris puede volverse blanco según la actitud con que se tome, y me alegro por ser yo, el que todos creen muy serio pero que en el fondo no lo es tanto, el que todos piensan que es odioso pero que al conocerlo se dan cuenta que solo es un poco de ironía que simula ser graciosa, el que le fastidia el bochinche cuando de trabajo se habla, el que odia las cadenas de plata, el que nunca dejara de jugar videojuegos, el que siempre hará lo que sea por sus amigos, el que a pesar de estar de low mood siempre encuentra algo positivo hacia donde ver… Así que al final, no era lo que pensaba, ni lo que los demás creían, soy simplemente yo, and I love it!

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Perdonen la gafedad, pero es que no puedo evitarlo, fue el viaje. El chico que conocí no es un novio ni nada por es estilo, solo fue un amigo, de esos heteros flexibles como diría el Sr. Pues… En el próximo post mas detalles (No hubo dirty details).