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"Ser" Soltero contra "Estar" comprometido.


Hable con una mujer muy grosera sobre temas de la vida. Con mucho desparpajo me dijo sin más:

— ¿Por qué te casaste?

—Pues para tener un pene seguro todas las noches.

Por supuesto que les mentiría si les dijera que todo eso transcurrió en un ambiente de seriedad absoluta. Habían cambiado los vasos varias veces en la mesa y además todo fue dicho en esa típica plática en broma grupal. No obstante al día siguiente, mientras buscaba urgentemente un antiácido, recordé las palabras. Pensé que de verdad, ser soltero es un mundo difícil pero entretenido, incluso podría decir que actualmente hay muchas mas cosas que me gustan de ser soltero de las que me gustaban cuando tenía novio (y eso que nunca me case).

Lo primero que odiaba de tener novio es pensar todo el día en él. Ocupaba todo mis momentos libres divagando sobre que estaría haciendo y como la estaría pasando. Cuando mi celular emitía el pitido de los mensajes era como si recibiese un electroshock. Ahora no me pasa lo mismo: Si mi celular suena, mi emoción varia según la hora, si es de noche probablemente sea alguna invitación interesante. Si es de día probablemente sólo se trate trabajo.

Lo segundo que me encantaba de tener novio era amanecer con él. No pienso explicar como me las arreglaba para hacerlo siendo menor de edad, pero los que lo hayan logrado seguro conocerán los métodos, tengan en cuenta que siempre he sido un buen estudiante. No hay nada como faltar a la universidad con una excusa de verdad: El calor reconfortante de la cama es una buena excusa para quedarse hasta el mediodía.

Lo tercero que odiaba de tener novio es cuando, sin ninguna razón aparente este desaparecía. Era un suplicio gastarme todo el presupuesto de teléfono de un mes sólo para descubrir que el muchacho probablemente se encontraba “jugando fútbol” y tomando cerveza con algunos amigos, y por favor no se olviden de los goles.

Lo cuarto que me encantaba de tener novio es que el me defendía. Soy un debilucho que necesita de una carretilla para mover un saco de cemento, pero con mi novio podía hacer tareas como cambiar la posición de los muebles de mi cuarto en abrir y cerrar de ojos. Si le decía que cierta persona se metía conmigo, le resultaba muy fácil convertirse en un primo mío y acabar (literalmente) con el molestón. Era como estar en la escuela con mi hermano mayor de nuevo, sólo que esta vez no sólo era divertido, sino excitante.

Lo quinto que detestaba de tener novio era la incompatibilidad de planes. Algunas veces me descubría pensando en tener una vida juntos, largarnos y mandar a algunas personas al lugar que empieza con C, pero otras tantas me acordaba de mi carrera y veía como el desperdiciaba su vida entre delirios de ser jugador de futbol y sueños de titularse doctor. Odiaba la incompatibilidad de planes, por que aunque lo amaba mucho, pensaba que si lograba ser jugador de futbol profesional probablemente terminaría en la banca prostituyéndose con sus compañeros de juego o en el peor de los casos, si lograba ser médico, el plan de Chávez de traer médicos cubanos (por aquellos años era un plan) no era mala idea después de todo. La incompatibilidad de caminos sacaba lo peor de mí: El sarcasmo y la ironía.

Es un mundo rudo allá afuera, difícilmente puedes reconocerte entre tantas ambigüedades sexuales, personas que sólo buscan sexo, viejos verdes que empezaron una vida tardía y unas cuantas cosas más que conocemos. Cuando eres soltero debes enfrentarte a todo eso, pero existen algunos beneficios compensatorios. Puedes salir en las noches sin despedirte de nadie más que tu mamá. No le das explicaciones por que probablemente ella gasta las cestas tickets que te ganas cada mes comprando perfumes en Kromi y quejándose de lo cara que esta la comida hoy en día. Puedes quedarte trabajando hasta tarde para ganar un ascenso sin preocuparte de una constante fiscalización que probablemente empiece con frases endulzadas tipo “¿Dónde estás?” y termine con comentarios suspicaces como “Con que trabajando ¿No?”. Cuando eres soltero a la final tú única preocupación eres tú y nadie más que tú, de hecho ese es el mejor beneficio. Por eso es que los hombres solteros tienen fabulosos cuerpos y los casados barriga. Esa es la razón por la que los solteros pueden comprar fabulosos zapatos y los comprometidos deben pagar iniciales y enredarse entre cuotas, intereses bancarios y compras de supermercado los domingos. Al tiempo que mi único tema de los viernes o los sábados pareciera ser a que lugar voy a ir y con quien, a mi alrededor solo escucho cosas como: “Bueno yo ya no salgo tanto de rumba, tengo dos años con mi novio y estoy casi casado lo cual cambia un poquito las cosas”.

Mientras pensaba todo eso, le escribía a mi amigo Eduardo (persona que piensa que soy un desesperado) que el no tiene ni la menor idea de lo que es ser soltero. Esta felizmente comprometido con su novio casi desde que nació (o al menos por el tiempo así me lo parece a mí). Las personas comprometidas no evalúan que fue lo mejor o lo peor de sus relaciones. Los hombres con novio no buscan solteros en Gayromeo ni salen en plan de citas a ciegas ¿Quién dijo que eso era romántico? ¿Meg Ryan y Tom Hanks? Las parejas establecidas no soportan el fastidio que supone ser presentado a alguien con segundas intenciones. A la final mientras ellos amanecen tibios y entre brazos o bravos con sus medias naranjas y pensando que cuando estaban solteros eran más felices, yo, mientras busco mi antiácido del día de bebedera después, pienso que todos somos unos inconformes incorregibles, aunque algunos como la chica de la mesa, sean mas sinceros que otros…

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Fuera de contexto.

Finalmente llego el día esperado por todos: La fiesta de navidad de la empresa. No puedo decir que me disgusta la idea de ir a comer y beber gratis, pero la verdad es que tampoco estaba demasiado emocionado: Llevo escaso tiempo trabajando ahí, conozco a pocos compañeros y algunos no me caen bien la verdad.

 

Cuando entre un mesonero me recibió el regalo que llevaba en la mano (para el intercambio), me pregunto que quería tomar. Mientras agitaba el whisky veía hacia todos lados, nadie de los que conocía había llegado aún, pese a mi esmero de llegar con una hora y media de retraso. La incomodidad se hacía cada vez mas manifiesta en mí. Recordé como esa tarde estaban hablando de un compañero de la oficina:

—Bueno en la fiesta del año pasado la gente se volvió loca —comento uno de los compañeros, quien lleva un año mas trabajando que nosotros—, incluso Arnaldo cuando se termino de volver mierda empezó a gritarle a Samuel Sosa que lo iban a llevar a conocer unas mujeres.

— ¿Y por que le diría eso? —Inquirió una de las muchachas. Parecía evidente que sabía por que, aunque no lo preguntaba de frente.

—Bueno tu sabes que ese Samuel es como raro —continuo el primero—, me imagino que fue por eso.

Después de eso perdí el control, me sentía ridículo en medio de la fiesta, empecé a apurar cada vez más rápido el vaso de Buchanan's 18 años. Pasado un par de minutos, llegaron algunos de los chicos que hicieron el curso conmigo. Sentí un alivio, finalmente me alejaría de esas mujeres odiosas que tienen como tres años mas que yo en la organización y siempre cargan ese gesto como de asco en la cara ¡Me encantaría decirles lo mal vestidas que son! Me contengo y me dirijo a saludar a mis compañeros. Fotos van y fotos vienen, conversamos sobre los pormenores de esa semana. Los entremeses bajan rápidamente y whisky todo lo contrario: Se me sube a la cabeza más rápido de lo previsto. Y entonces llego él. Vestía formal como de costumbre aunque con algunas concesiones. Haberlo visto nuevamente me hizo recordar más de aquella conversación de la tarde:

—Si marico —siguió otro—, a mi me toco ir a un cliente con él y era medio extraño, además comía con una paciencia. Yo creo es medio extraño también —Recalco la palabra extraño de una forma bastante particular, era como si quisiera evitar decir gay, pero lo remarcaba vehementemente, como para dejar la idea en el aire.

Sentí unos deseos horribles de decirles a todos que se callaran. Quería gritarles que vivieran sus vidas, que dejaran su curiosidad morbosa, que la vida de ese chamo no era de su incumbencia… Quería, pero no lo hice. Todos se volvieron esperando que añadiera algo. Sólo dije:

—No sé quien es él.

Trataron de explicarme sus rasgos, pero seguí mintiendo.

En la fiesta me lo presentaron por segunda vez. Por cortesía dije que ya nos conocíamos. Hice un comentario sobre mi apetito, el se acerco y me susurro en el oído:

—Yo espero eso también —Creo que se refería a que la hora de servir la comida.

Alarma. Quise hablar con el. Quería decirle que en su intento de parecer serio se veía más gay que ningún otro. Quería alejarme con él a algún sitio apartado y conocerle más. Me hubiese gustado prevenirle sobre las cosas que sus compañeros hablaban a sus espaldas. Lo deseaba, pero no lo hice. Me dedique a asentir nerviosamente cuando me susurro en el oído y lo esquive toda la fiesta: Mantuve la distancia mientras bailaba con otras personas. Me levanté de la mesa cuando el se aproximaba, me acercaba a otros grupos cuando creía que el se acercaba. Quería por todos los medios evitar ser asociado a él, pero ¿Por qué?

 

Aunque intentaba divertirme lo cierto es que no lo estaba logrando. La bebida no logro darme suficiente ánimo etílico por lo que aún me seguía aburriendo. Por más que trato cada vez me es más difícil hablar con hombres heteros. No se nada del futbol, del Barcelona, ni me interesa el lugar que ocupa Magallanes en la clasificación. Las mujeres seguían siendo odiosas y mal vestidas. Resulta paradójico que me haya dedicado a evitar aquel con quien quizá hubiese podido llevarme mejor.

 

A las dos de la mañana me sentía lo suficientemente invisible ya como para marcharme. Me arrepentí de mi actitud,  traicione todo lo que he querido creer y vivir estos meses por mantener una imagen que tarde o temprano caerá por su propio peso. Quizá faltan muchos años para superar las desventajas que los gays tenemos en ciertas situaciones. De repente tales desventajas no existen y solo soy yo y mis ideas. Por un momento imagine como sería tener novia y saber sobre la liga española. Mientras divagaba sentado junto al chofer, esa noche no me gusto ser yo…

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La ciudad, los gays.

Me cuentan que Valencia es una de las ciudades mas gay de Venezuela. Jamás he visitado todas las localidades del país, ni siquiera aquellas que pueden ser consideradas como “una ciudad”, aunque si le preguntan a alguien de Caracas, seguro dirá que yo vivo en el interior (del país por supuesto) y en un pueblo, en fin. El hecho es que esta afirmación la he venido escuchando desde que llegue, y especialmente de unos gochos (gente de San Cristóbal) quienes obviamente tienen poco tiempo viviendo aquí. Decidido a aclarar la cuestión fui a comer con ellos:

—Es que aquí en Valencia si que hay maricas —dijo una de ellas, le aclaro a los lectores que el acento de los gochos es muy similar al Colombiano—, donde quiera que uno va hay uno.

Yo aún seguía con los ojos en blanco.

—Huy si, el otro día fuimos al cine y vi a uno, pero daba como pena, y hasta usaba una pollina y todo —dijo otro, que por cierto, es súper lindo.

— ¿Y como estaba vestido? —inquirí yo.

Procedió a describirme todos los atributos de un emo.

—Tal vez no era gay —dije—, creo que por lo que me dices es un emo.

Todos me vieron con cara de circunstancia, debía decir algo rápido antes que me hicieran la inevitable pregunta, a la que más nunca responderé que no…

—Bueno eso se ve mucho por aquí, son niños que sufren por que las focas de algún polo se están muriendo, o se cortan los brazos por el hambre mundial y hacen unas cuantas estupideces mas —y como no había quedado claro, añadí—: además son fanáticos de Jack y Pucca.

 

De manera que las cosas quedan esclarecidas: La primera es que la gente del pueblo de San Cristóbal (Lo siento pero aunque tengan un Sambil [centro comercial famoso de aquí] aún no pueden ser considerados una ciudad) no esta acostumbrada a toda esa fauna de seres modernos que se ven hoy en día, en consecuencia como le tememos a aquello que desconocemos procedemos a aplicarle alguna etiqueta que nos deje en una zona de confort, esa etiqueta es: Gay.

 

Como me pareció interesante el asunto, seguí buscando por mis alrededores. Mi “radar” es pésimo, pero al menos mi intuición no es tan mala cuando se trata de descubrir parejas. Luego del almuerzo con los gochos, esa tarde fui a un centro comercial, el C.C. La Granja. Entre en varios establecimientos, preguntaba cosas absurdas sólo para ver a los chicos. Fui a visitar a mi amor platónico que vende videojuegos en las tiendas que están en la parte exterior. Aunque es muy amable, no creo que sea gay, además no tenía el juego de Sonic; sorry, aunque tu carita sea muy linda no te alegrare el día con una comisión llevándome un juego que no quiero, pienso y salgo de ahí. Me arrellano en la feria de comida rápida y miro a mí alrededor: Chicas vestidas con blusitas pegaditas, pantalones pitillo y bailarinas son lo que abunda en el lugar. Abuelitos comiendo con sus nietos, niños emo, niños punk, niños wannabe hippie ¿Dónde están los gays?

 

Me levanto y voy al restaurante de Sushi Express… Y ahí estaban muy animados, los 4 gays conversaban sobre chicos, ante la mirada atónita de los que alcanzaban a oír, y la vista impaciente de aquellos que esperaban por su salmón…

—Y estaba maquillada horrible —decía uno en tono apenas audible mientras enrollaba la masa de arroz—, no debio haber ganado.

—Tú sabes que esas vainas siempre están compradas —dijo otro. Se veía algo lindo.

— ¿Y no vieron al tipo que llego con Luís la otra noche?

—Yo no lo había visto antes —interrumpió otro desde la parte posterior.

 

No pude entender mucho más pero es evidente de lo que hablaban.

 

Al día siguiente, mientras esperaba que me pasaran recogiendo luego del trabajo, me senté en una de las panaderías que están cerca de “El Camoruco”. En la mesa junto a mí, dos chicos se encontraban muy acaramelados. No se besaban, pero de verdad no era necesario que lo hicieran; sus sonrisas picaras, sus miradas complacientes y sus susurros los delataban. Colegí que la única razón por la que estaban ahí debía ser que esperaban a alguien más, como en efecto era: Dos hombres más se sentaron en la misma mesa. Acto seguido, me puse al corriente de muchas cosas: Supe como fue que hace algún tiempo hubo un tiroteo en una disco que queda –precisamente- en el edificio donde trabajo. También me entere como es que un sujeto llamado Miguel se la pasa metido en la discoteca -aunque desconozco cual-. Aprendí que no debo meterme con un tal José Eduardo, quien es una puta en toda regla, pese a que, como dijo uno de ellos “es amiguísimo mío”.

 

Mientras transcurría esa conversación rompe oídos, noté como aunque la panadería no estaba llena, si que habían algunas personas más alrededor de ellos. Ninguno parecía interesarse en los chicos. Estaba dudando ¿Será que si bien no estoy en la ciudad con más gays, estoy en la más gay friendly?

 

Quizá solo sean unos hechos casuales que se volvieron notorios por lo sugestionado que estaba; quizá no, lo cierto es que, si Valencia no es la ciudad con más gays, al menos es donde aquella donde hay un tal José Eduardo que es “putísimo y amistoso a la vez”

—Adiós chicos —les dije cuando abandone la panadería para abordar el carro. No me volví, así que no supe si me miraban…

El Centro Comercial "La Granja"
"El Camoruco"

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El post más loco de la vida.


Hay algunas asignaciones que tenía pendientes en el mundo bloggero. Algunas no podía hacerlas por trabajo, otras por flojera, en fin… No es fácil mi vida en este momento. Lo cierto es que hoy saldare cuentas con todos… ¡Vamos!

1. Alguien me pregunto por ahí que fue lo que me pasó en mi último viaje a Caracas. Creo que ya conté lo más relevante aquí y aquí

2. Mi queridísima Nykka me nomino a un meme y ahí vamos con la respuesta:

Enumerar 6 cosas que me gusten

a) Comer helados cuando hace frío (y no me pregunten por qué)

b) Ver episodios repetidos de mis series favoritas, incansablemente una y otra vez.

c) Vestir ropas locas e ir a sitios comunes (como el cine) a evaluar la reacción de la gente.

d) Leer cualquier cosa que me pase por las manos.

e) Salir de compras y gastar todo mi límite de crédito.

f) Besar a un hombre.

Ya la enlacé así que tarea cumplida…. Para este meme nomino a Iago mi esposo, a Akira mi novio, y a Javo mi amigo… A todos los conocí por el blog, así que se me hace muy apropiado… ¡Además te quiero fastidiar Eduardo!

3. Jernest, un bloggero muy simpático que me dejo plantado en Caracas, también me nomino al mismo meme de Nykka (I love your blog award o algo parecido), pero como las damas van primero… En fin, decidí revertir el premio y en vez de decir las seis cosas sin importancia que me hacen feliz (Wich I did), diré las 6 cosas que me gustan de su blog:

1) Por que es verde…

2) Por que no le gusta Britney (Aunque se disfrazo de ella y le salio genial) y a mi sí (Adoro discutir gafedades con la gente).

3) Por que publica post de fotos buenas y fotos malas J

4) Por que explica todo muy bien en el primer párrafo pero luego se le enreda el papagayo y nos confunde… (Y el proceso es divertido).

5) ¡Por que vio a Israel en algún lado y yo aún no!

6) Por que su header lo diseño alguien que dijo que el mío era horroroso (Mara es contigo).

7? Por que es genial y punto!

No se a quien nominar para este meme, supongo que no se vale la misma ¿Verdad?

4. Finalmente es el turno de mi marido… Con él tengo dos asignaturas pendientes… Primero BIRA una maja española me invito a hacer un meme para él por su cumpleaños (ya dije que las damas van primero). Después Iago me nomina a hacer un post sobre el origen de los niños (ver imagen ilustrativa del post). Como ya cumplí con la segunda, vamos con la primera:

1. Explicar como conocí a Iago.

Bien… Corría el año de 1965…. ¡Nop! No fue así… Resulta que un buen día me encontré yo con este comentario en mi blog:

“olassssssssssssss

Cari, tu post es súper divertido, me ha encantado y eso que no quiero ocultarte que me daba pereza leer tanto. Y me ha gustado imaginar Altamira como es aquí en Madrid, Chueca, el barrio gay.

Todo eso que has contado te daba para siete post, creo que tienes un ataque de "verborragía" jajaaj. Pero me ha gustado mucho imaginarte (sin culo, eso ya lo se) y con la cara explicando a tus primas que eres gay...Yo creo que no lo voy a hacer, pq ¡¡¡tengo muchas primas, jaajaj!

Bezos de tu nuevo amigo, ya. Jajaj”.

Como me intrigo que se incluyera entre mis amigos sin ninguna invitación (probablemente con algo de premeditación y sin alevosía), decidí visitar su blog. Por aquellos días estaba fundando uno de sus tantos blogs, el cagarruting blog, un sitio muy divertido, donde incluso yo postee una vez (les debo el enlace). Y así empezamos a mandarnos bezos, que si un saludito por aquí, que si otro cosa por allá. Después me invito a Chueca, el barrio gay de Madrid… Cuando nos dimos cuenta ya nos tratábamos de marido y marido, y no nos despedíamos de beso ¡Sino de agarrada de ass y todo! Creo que me enamore más de él cuando leí que era un surfista, y vi un post político que escribió por allá en el lejano junio de 2008… No tengo mucho tiempo de buscar fotos, pero le dedicaré una que aunque sé que ha visto, nunca está de más…

3.4. Por lo demás soy malísimo con los poemas… Y no quiero dar mi cel, ¡Después te lo mando cari!

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P.S.: Ya tengo Internet de nuevo, así que mañana publicare un nuevo post… Y no, aún no se que hacer con mi cabello.

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2 cosas...


...Son las que necesito:
1) Una nueva compañia que me proporcione el servicio de Internet (Ver foto).
2) Un nuevo corte de cabello (El de la foto ya me lo cambie).
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Sobre Heteros y Gays...


La vida gay requiere en algún momento pasar como un swicht, desconectarnos de todo lo que éramos antes y transformarnos en un nuevo ser, en mi opinión mucho mas pleno, por que aunque los estilos de vida difieran entre un gay y otro, cierto es, que uno es mas feliz haciendo lo que plazca; pero ¿Qué tan capaces somos de asumir que nuestra vida, luego de salir del closet, es diferente? O me explico mejor: Si ya le contamos a nuestros padres, que se supone era el paso más difícil ¿Por qué algunos optan por no contarle a sus amigos heteros, y en algunos casos continúan con su doble vida?

 

Mucho se ha escrito, hablado y televisado sobre historias de mejores amigos, que dejan de serlo cuando uno de ellos se declara gay, incluso el asunto concluye de forma mas violenta de la que me gustaría detallar, pero aún así me pregunto ¿Será solo esa la única razón?

 

Yo en lo particular aún no tengo muchos amigos gays, salvo honrosas excepciones. A día de hoy ninguno de mis conocidos heteros saben de mis gustos, aunque naturalmente la mayoría, por no decir todos, han de sospecharlo. A veces creo que no les digo por miedo a perder credibilidad ante ellos… Es decir luego de haber pasado mas de una década diciéndoles que me gustaba tal y cual chica, arguyendo supuestas novias, e inventándome falsos rompimientos ¿Les voy a venir ahora con el cuento de que lo que mas me gusta es aquella cosa? Quizás sea como dice la mayoría, que al común de la gente que nos rodea le importa menos nuestra preferencia sexual, de lo que nosotros creemos, pero entonces volveríamos al inciso anterior; si esto de verdad fuera así ¿Por qué hay casos de agresiones entre mejores amigos?

 

Un amigo me contó acerca de cierto personaje del que el sospecha que es gay… Al parecer el tipo en cuestión desea con desesperación que mi amigo “lo saque del closet” como jocosamente el me cuenta, dado que cada vez muestra conductas mas gays… Primero era que nunca presentaba novia, hecho de por si ya sospechoso, sobretodo analizando las razones, supuestamente “por que él es el cacho”… Luego para más inri, siempre le pregunta por cierto personaje, de esos que son súper lindos, de aquellos con el que todo el mundo quiere estar, de esos que todos desean tener, y —desafortunamente— aquellos que todas las semanas (o los días, todo hay que decirlo), llevan a alguien distinto a su lugar de descanso… De manera que mi amigo, aún sospechando que el otro es gay, nunca le contó acerca de que también el lo era. Hace poco y en una de esas “platicas” por MSN por alguna razón salio el cuento del muchacho, y mi amigo me escribe algo como “Lo último es que quiso que viéramos el Miss Universo juntos, y hasta hablaba de vestidos y todo eso, por lo que, ya no me cabe la menor duda”. Yo ni corto ni perezoso, y habiendo visto fotografías del aquel hetero que “amaba a una chica secreta y veía el Miss Universo” le pedí a mi amigo que organizara un encuentro amistoso para conocerlo… ¡Alarma! “De ninguna manera él se enterara que soy gay” fue lo que recibí por toda respuesta…

 

Asi que al margen de la situación planteada vuelvo al tema, ¿Es el miedo al rechazo lo único que nos motiva a mi amigo y a mi? ¿Será que exagero y debo creer que como bien dice mi compañero, el no le dice por que “El hetero amante secreto” no es una persona digna de fiar? ¿Sera que soy solo yo el del problema, y amigo esta manejando la situación de una forma perfectamente normal?

 

La respuesta no la tengo, asi que por lo pronto me dedicare a buscar a “el otro” por Facebook… Dios bendiga a las redes sociales.

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Vuelta de Tuerca.


Les explico esto de una vez, para que nos entendamos desde el principio: Tengo un marido en España. Aunque aquí no haya podido pasar de unos besos con menores indocumentados y sin cédula, en nuestra madre patria tengo un Esposo. El es surfista, de esos que les juro me matan, es guapo, estudiante de algo que me parece, es similar a comunicación social, administra 3 blogs (aunque aún no genera muchos ingresos, por eso nos seguimos vistiendo en Inditex) nos gustan los mismos zapatos, medio niches como diría la amiga Bira (Disculpa, pero debía nacionalizar la palabra hortera, aún no la entiendo del todo bien). Por algún tiempo ha participado en la versión bloggera de Gran Hermano, y fue ahí que me entere que tiene 19 años (es que nuestro matrimonio fue algo tipo las Vegas). Una vez comento en este blog, o en otro que ambos leemos (Por que como somos marido y marido vamos juntos a todos lados) que el sexo es una cosa y el amor es otra, y bueno, no es que el haya descubierto el agua tibia con esa afirmación (No digas nada Santi, yo se que eres brillante), pero entender las cosas desde un punto de vista abstracto, es muy distinto a llevarlas a la practica.

 

Cuando nos enamoramos de alguien siempre puede ser de varias maneras, lo cual lo hace aún mas divertido. Podría pasar que el sujeto en cuestión tenga unas nalgas de roca y quedes prendado de él desde el primer momento. Enamorarse comenzando por ahí siempre es emocionante, sobretodo cuando se inicia ese proceso de llamar la atención del chico que nos desvela. En las relaciones que empiezan por ahí siempre habrá ese plus de “¿Recuerdas como nos conocimos?” “¿Recuerdas cuando descubrimos nuestra canción?” y ese montón de tonterías, como diría cualquiera, pero que a la final resultan siendo más importantes de lo que parecen…

 

Otra forma de enamorarse es mediante esfuerzos, esto es citas programadas, “Segundas”, Internet, operación cupido y ese montón de cosas, que pese que a mi no me haya funcionado del todo bien, no quita que a otros les resultara mejor. Cuando te enamoras así, recordar el momento en que se conocieron nunca será muy grato ¿O acaso alguno quiere revivir la cara de gafo que tenía cuando estaba esperando con un libro verde en la mano en el café XXX? ¿O lo cortado que estaba cuando fueron con un amigo a un restaurante a sabiendas de que ahí iban a ser cuadrados con alguien que de seguro estaba esperando con cara de tonto? Quizá por divertimento si, pero definitivamente eso no es romántico. Este tipo de enamoramiento es mediante esfuerzos, por que lo normal luchar por obviar los detalles que siempre buscamos, así sea a la fuerza, en nuestra cita a ciegas, a menos que, desde luego, este reúna las características del párrafo anterior (Cosa poco probable según mi experiencia).

 

Mi forma favorita de enamoramiento es cuando no te das cuenta. Algunos pensaran que estoy loco, pero esto pasa más a menudo de lo que crees, y sobretodo en círculos sociales como los míos, esto es: poca cantidad de amigos, muchas salidas,  grandes cosas en común. Después de tanto compartir, de tantas fiestas, de tantas actividades juntos, pasa lo inevitable. De repente notas la alegría cuando te llama aquel fulano que es tu amigo. Inevitablemente necesitas llamarlo todos los días con cualquier excusa. Cuando hay reunión grupal te sientes animado a vestirte mejor si el estará, hasta que un día, y en el baño, frente al espejo, como todo gay con sentimiento que se respete dices: “Estoy enamorado de ese carajo”

 

¿Por qué escribí los 3 párrafos anteriores y encima no estaba hablando de eso en el primero?

 

Resulta ser que yo me he enamorado al menos de dos de las formas anteriores, y de la otra tengo muy buenas referencias, así que el punto es: Cuando te enamoras de esas formas hay un proceso implícito que es acostumbrarse a la química y a las cosas de esa persona. Parezco un anciano anticuado y encerrado en una capsula del tiempo ¡Lo sé! Pero ¿Como tener sexo con alguien que no conoces? ¿Y si no me gusta el olor que hay en su cuello? (Uno de mis fetiches, debo aclarar) ¿Y si cuando se quita los zapatos tiene una sorpresa? Y seamos mas sinceros ¿Y si no me gusta aquello de su entrepierna?

 

Los mas audaces seguro estarán pensando, además de que soy gafisimo, que en todo caso cualquier persona, por mas que me guste, puede tener mal aliento, golpe de ala, pies olorosos o lo que sea, pero se olvidan de algo muy importante: Cuando uno esta enamorado esos detalles, aunque molestos, uno tiende a pasarlos por alto (No digo que según los niveles de confianza seas capaz de decirle algo como “deberías cambiar de desodorante”, pero eso es otro post). Yo lo he hecho, y los que crean que no, miren en sus relaciones, o pero aún, en las relaciones de sus papás… De manera que, como dice mi marido “El sexo es una cosa, y el amor otra”… Cierto mi Iagito querido, pero como dije antes, gafisimo es mi segundo nombre, por eso a tu frase celebérrima le agregare algo de mi adorada profesora de metodología: “La mejor manera de aprender algo es haciéndolo”. Supongo que debo superar ese complejo anterior, salir el viernes, y si acaso llegase el momento (tampoco es que yo sea irresistible) decir: Let’s do it!


La foto que me pediste darling ¿Cuales son mejores?
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Visión nocturna underground.

Ser sexualmente ambiguo es lo que manda en estos momentos, pero ¿Qué significa exactamente serlo? Debo reconocer que tenía toda una percepción errada del asunto, pues colegía que esto se refería simplemente a la forma de vestir y ya. Error.

 

Hace algunos días acudí a uno de esos toques underground que tanto se dan en estos días. Me esforcé al máximo para dar el paso de salir solo, sin ningún amigo, primo y/u otro familiar que me acompañase, y luego de superada  esa prueba llegue al lugar. Supuse que no habría muchos chicos por debajo de la edad permitida para caminar por esas zonas de la ciudad, a esas horas de la noche, pero de nuevo me equivoque. In situ descubrí la cantidad de niños que están fuera del control de sus padres, además de notar que la mayoría (incluyéndome) usaban converse, ¿Pero que hago? ¡Quería sentirme parte de la masa, además que ningunas son como las mías! Después de pasar mil y una penurias para conseguir un cajero automático en el que no me diera pánico tratar de sacar dinero, me senté un rato en las afueras, como casi todos. Aparentemente el evento no había empezado todavía.

 

Adentro ya, con una firma horrenda en mi mano (¡Hey! ¿No pudieron comprar brazaletes?), me senté en la barra a observar los alrededores. Hasta ahora nadie lindo, todos eran muy niños, y no dejaba de pensar que aunque me gustara alguien ¿Un bebé de esos estaría a gusto con alguien como yo? Quisiera pensar que si, pero luego de escuchar cosas sobre grupos que no conozco, y sobre los cuales no podría opinar, de no entender como se puede decir “Marico o webon” en vez de “Amigo” o simplemente el nombre de la persona, creo que tengo mis reservas. Después de mi tercera cerveza, acerté al pensar que, o había llegado más gente, o simplemente yo empecé a emborracharme con Solera verde.

 

Y entonces ahí estaba… Un chico que siempre me encuentro en todos los centros comerciales, que tiene ese aspecto de surfista mal bañado, que les juro, me parte completamente (Cada cual con sus fetiches). Jamás me habría imaginado que era gay, pero un momento… ¿Es gay? Veamos que dice el radar:

 

1.- Andaba con dos hombres, de la misma edad que él. El radar da un pitido de aprobación.

2.- Uno de los acompañantes vestía una franela tan gayish que yo no la usaría. Además usaba una pollina, especie de modernización de la que usaba Betty la fea, solo que era de lado, y probablemente con mucha más gelatina. El radar emite otro pitido.

3-. El otro acompañante parecía ser un poco menor y además ¿Era su hermano feito? El radar emite dos pitidos de desaprobación, los gays no salen con sus novios y hermanos menores.

4.- No se veía señal alguna de pluma gay, cara de gay, accesorios de gays (Salvo lo mencionado en el punto 2). El radar emite dos pitidos.

 

Fue entonces cuando reaccione ¿Qué clase de personas estaban en este lugar? Algunas parecían lesbianas pasando momentos intensos con ciertos hombres. Otros aparentaban ser mariquitas besándose con niñas de expresión agresiva. Varios mas allá lucían tan delgados que casi me sentía gordo delante de ellos ¿Got drugs? ¿Qué esta pasando en el mundo? ¿En que momento me perdí de esta onda? Mas tarde, llegaron un grupo de hombres más grandes, uno de los cuales estaba divino, pero muy altanero. Un niño de rulos, pantalones pitillo y converses blancas que ¡Wow! Tuve que controlarme apurando medio vaso de cerveza. Con esa rauda observación entendí el asunto de la ambigüedad: soy lo que quiero, pero no necesariamente lo que parezco. En un sitio así ¿Cómo lograr ligar con alguien, si ni siquiera sabes quien es quien? Y mientras pensaba todo eso, saboreando la quinta (¿o la sexta?) cerveza, algunos me habían echado el ojo encima.

 

— ¿Si quieres te sientas en mis piernas?

1...

2...

3… Procesando, un momento

4…

5… Error, a ti te gustan los niños, no las niñas…

 

¿Qué demonios? No quiero ser amable con niñas, no quiero hablar con ellas, ni nada… Al final termine en medio de dos chicas, conversamos por un rato, pero luego como que la chica de las piernas entendió el mensaje…

 

— ¿Eso es un blacberry?

1…

2… Yes, he is a man… Talk!

 

Y luego de quince minutos descubrimos que no estábamos hechos el uno para el otro, y que bajar aplicaciones para mi Palm es mucho más fácil que para su blacberry. En uno de los momentos en que prendieron algunas luces, para que se montara otra banda, mi surfista mal bañado me miro, y yo lo mire a él… Yo sonreí, como manda el protocolo gay, y el siguió viéndome serio… Entonces como si alguien me empujara por la espalda, salí del lugar… Tropecé con personas, incapaces de entender que deben apartarse de aquellos, que luego de 10 (¿U once?) cervezas, no saben calcular muy bien las distancias entre ellos y los cuerpos más próximos. A mitad de la calle me volví, y ahí estaba él… ¿Salgo corriendo? Seguí caminando, y luego de un callejón aguarde… No iba a alejarme tanto de la gente, podría ser peligroso… Y como si hubiese sido un guión planificado, cuando él llego hasta a mí, quien no se atrevía a volverse, nos besamos… Fue como cuando despiertas de un letargo, luego de dormir ocho horas, te levantas y vez un nuevo día frente a ti… De entre las cosas que nos dijimos entre besos, las mas destacables eran, que no tenia teléfono (y por supuesto, no le creí), además que tenía 18 años (Y yo le quise creer para no pensar en cosas legales), y lo más impresionante, que el siempre salía con nenas, pero que en algunas otras oportunidades me había visto y que bueno, de vez en cuando se daba sus “desahogos” con “panas que le llamaran la atención”, finalmente aclaro que en efecto andaba con su hermano y un amigo...

 

—Seguramente nos volveremos a ver  —dijo, mientras me montaba en el taxi, mareado entre cervezas, besos y brisas de media noche…

 

Jernest querido, gracias por el premio, le dedicare un post pronto, solo que no he tenido tiempo (un Internet, ni luz) para hacerlo… ¡Gracias!

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Cambiando ideas.


Todavía quedan muchas cosas que contar acerca del viaje… Bueno en realidad no son muchas, solo que, como deje entrever en el anterior post, en este viaje he quedado prendado de alguien por el que usualmente no voltearía ni a ver…

 

Su nombre para los efectos será Jonás… Cuando lo vi, junto al grupo de amigotes con el que decidió salir a buscar trabajo, pensé, o mejor dicho,  observe al macho alfa de todos ellos, que llamaremos Mangia para hacer honor a sus raíces italianas… Tiene un cuerpo de infarto, perfecto, con la estatura adecuada, y ni hablemos de la retaguardia…

 

Con el pasar de los días y sentado atrás de Jonás y diagonal a Mangia, me distraía demasiado viendo hacia la derecha… A duras penas podía sopesar las cosas del curso con tamaña distracción… ¡Y es que esa camisa rosada se ve tan bien en él! ¡Y no hablemos de la blanca en la que se le marcan sus hermosos bíceps! El momento más esperado de la mañana para mi no era del coffee break y los nefastos cachitos ¡No señor! Mi instante más esperado era cuando Mangia sentía calor y se quitaba ese molesto saco… ¡Dios!

 

Pero entonces durante la segunda semana sucedió lo impensable… Jonás se revelo como un chico fascinante, al cual todos los del salón bautizaron por unanimidad como “la rata”… Yo por el contrario lo veía como un ser súper divertido, que no solo pensaba las cosas con el mismo desparpajo que yo, sino que además las decía… En un modulo, por ejemplo uno de los instructores se disculpo:

 

—Les  pido disculpas por la tardanza, es que mi asistente me pidió un permiso de post natal y yo tuve que atender algunas cosas.

 

Minutos después entro una chica algo pasada de peso, la cual, al sentarse dejo marcada bajo franela, una gran y flácida barriga… Entonces Jonás se volvió y me dijo:

 

—Bueno ¿Y el permiso era de post o de pre natal?

 

Y así empezaba mi día, Jonás hablaba y Sandum reía… Pero entonces lo inevitable sucedió. Desde esos días deje de ver hacia la derecha. Mi momento más esperado de la jornada ya no era cuando Mangia se quitaba el saco, sino que todo el día era genial mientras pudiese escuchar algún comentario o decirle algo a Jonás… ¿Cómo era posible que existiera alguien que me divirtiera tanto? O peor aún ¿Estaba prendado de nuevo de un hetero?

 

Si me gustaba o no, si estaba enamorado de un hetero o no, ya no importaba… En el almuerzo de despedida pase los momentos más divertidos de la semana; estar en medio de Jonás y Mangia es lo más súper que se puedan imaginar… Eso sin contar la risa que me dio por los wirchos que se levantaron con el plato sucio de la mesa, a repetir en el buffet… So sad (Lo siento, pero tenía que decirlo), al tiempo que Jonás le decía a Mangia:

 

—Recuerda que no debes levantarte con el plato sucio de la mesa…

—¿Qué te pasa chamo? —Respondió Mangia—, tu crees que yo soy marginal como tú…

—Bueno… esteee….

 

Al final, y en la fiesta de despedida, llegue a la única conclusión posible… Estaba literalmente BABEADO por Jonás… Por que aunque Mangia estaba más sexy que nunca con una camisa blanca manga larga abotonada al descuido para la ocasión y mostrado pecho como todo un Dandy Boy Caraqueño, Jonás, con su camisa doscientas tallas mas grandes, con su pantalón ancho, con su esclava de plata y sus zapatos negros de obrero —sin contar que lucía mucho más delgado en esa ropa—, se robo toda mi atención… Durante la velada, además de bromear y reírnos, descubrí que tiene novia, que a pesar de lucir como todo un Tukky (Salvando los obvios detalles en el corte de cabello y algunas otras cosas en el comportamiento) detesta el regaeton, y que con las personas con que mejor baila en la vida son su mamá y su hermana… Y así, con su numero de teléfono, con un abrazo que disfrute enormemente y un dibujo que todos vieron pero que solo a mi me firmo, me despedí de Caracas, y aprendí, que a pesar de los paradigmas que tengamos, siempre puede pasar algo que de una nueva vuelta de tuerca y nos haga ver las cosas de otra manera…

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Asi está bien...

Me he dado cuenta (tarde) que muchas veces cometemos el error de creernos mas de lo que somos… Y conste que yo soy el ser más autocritico conmigo mismo, casi rozando al punto de menospreciarme (como me dijeron alguna vez). De verdad no creo que llego a ese nivel, de hecho, estos días en Caracas, me di cuenta que en realidad me creo más de la cuenta…

 

El viaje empezó como una de las cosas más grises que he hecho en la vida… No solo tuve que soportar una cola interminable desde Valencia a Caracas con el estomago vacío sino que además, mis compañeros de faena, eran todos los tipos de gente que no soporto, a saber:

 

La chica de voz nasal: Las odio, son ese tipo de mujeres, tipo “The Nanny”, que parecen tener las cuerdas vocales en un conducto nasal y no donde deberían tenerlas… Y si a eso le sumas  una pizca de Yubiri, con unas cucharaditas de “soy simpática y bromeo, pero no te metas conmigo”, estamos ante el esteriotipo de mujer por el cual yo me convertiría en asesino…

 

El Hablo hasta por los codos: Yo antes era uno de esos, pero el tiempo me transforme en alguien más retraído, quizás esa es la razón por la que no soporto a las personas que hablan por hablar, que siempre van en contra sin razón, que siempre tienen algo que decir aunque no sea verdad etc.… Si a eso le sumas algunas de la peores corbatas que he visto en mi corta vida, una voz insegura y casi de tartamudo, más los peores modales en cuanto a comida… Uff… Mejor no les digo en que me convertiría…

 

El “soy simpático por que si”: Es el tipo de chico o chica al quien alguien le ha dicho que es muy bonito, con o sin razón… De hecho el chico me atraía físicamente hasta que tristemente descubrí que por cada diez palabras que salían de su boca, se correspondía una mierda, o por cada diez debes decir “mierda” para entendernos de mejor… Así en su construcción de oraciones y opiniones encontramos cosas como “Vete para la mierda”, “Esta pasta es una mierda”, “El agua caliente del baño es deliciosa pero la tina es una mierda” y así… Si a eso le sumas que se autodenomino “El más chévere y querido por todos”… Digamos que… En fin…

 

Con ese precedente, y con una mala actitud de mi parte, creo que me predispuse… Mientras algunos se conocían entre si, y empezaban grandes lazos de amistad (o bueno, al menos lo intentaban, nunca sabemos que puede pasar en el futuro), yo me la pasaba en el día como un fantasma, del que pocos sabían su nombre… ¿Es normal que me aburran los temas de conversación de gente dos y tres años menor que yo? ¿Será que andar con gente mayor que yo influyo en mi personalidad definitivamente? Creo que pase esa semana preguntándome eso, mientras mis compañeros de curso discutían cosas como: “Lo complicado de la vida universitaria”, “Las desventuras de ciertas chicas de la facultad”, “Como es que Pedrito se acostó con susanita”… Hubo un día en que la otra de las chicas, —que no caía en los tipos de gente insoportable— hablo de libros y me sentí como liberado… Era como si hubiesen pasado años y yo no hubiese hablado con nadie… Después de unos minutos en que les solté toda la perorata de mis autores favoritos, los libros más fascinantes que he leído e inclusive los intríngulis de algunas novelas que me han inspirado (No sin antes haber pasado por la pena ajena de tener que explicarle “al más simpático” en que consistía un libro de cuentos, el cual, bajo su lupa de la ignorancia, solo eran para niños) todos me miraban con cara de tres letras y un signo: WTF?... Así que seguí en silencio… Eduardo fue de paso fugaz esa semana y además de brindarme una cena (la cual como habrá de imaginar el lector recurrente me la arruino) conversamos divinamente… Así que...

 

¿Será que soy muy aburrido y me he puesto muy filosófico? Era lo que pensaba en la segunda semana, mientras el resto del grupo se dedicaba a burlarse entre ellos, a rayarse los habladores con sobrenombres e inclusive a formar sólidas parejas… Mal acostumbrado como estoy a ser el centro de atención entre mis amigos y familia, excepto cuando esta mi prima V que es cuando nos compartimos el trono, me decía: “Se suponía que yo era chévere”… De hecho en el aula se formo un grupo de los chéveres —se denominaban así—, en cual yo estaba más por accidente por haber venido de Valencia –precisamente- con alguno de ellos, que por ser considerado “chévere” propiamente…

 

Pero al final, luego de algunas salidas en la noche, de dejar de parecer simpático y simplemente ser yo, conocí a algunos chicos e inclusive descubrí que puede llegar a gustarme alguien mucho mas allá de su aspecto físico (todo un logro en mi) y mucho mas allá de su vestimenta (algo que definitivamente nunca en la vida veía venir) y me alegro, me alegro mucho por ello, por que finalmente entiendo que el sentir atracción por alguien siempre será algo misterioso e interesante cada vez, me alegro por tener 23 años y que me falten un mundo de cosas como esas por descubrir, me alegro de haber ido a Caracas y entender que lo gris puede volverse blanco según la actitud con que se tome, y me alegro por ser yo, el que todos creen muy serio pero que en el fondo no lo es tanto, el que todos piensan que es odioso pero que al conocerlo se dan cuenta que solo es un poco de ironía que simula ser graciosa, el que le fastidia el bochinche cuando de trabajo se habla, el que odia las cadenas de plata, el que nunca dejara de jugar videojuegos, el que siempre hará lo que sea por sus amigos, el que a pesar de estar de low mood siempre encuentra algo positivo hacia donde ver… Así que al final, no era lo que pensaba, ni lo que los demás creían, soy simplemente yo, and I love it!

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Perdonen la gafedad, pero es que no puedo evitarlo, fue el viaje. El chico que conocí no es un novio ni nada por es estilo, solo fue un amigo, de esos heteros flexibles como diría el Sr. Pues… En el próximo post mas detalles (No hubo dirty details).

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Tres semanas...

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Sutiles y no tanto.


Les aseguro que luego que leí este post del genial Monchis, me ha dado por imaginarme uno de los incisos del tema en cuestión… ¿Cómo reconocer cuando alguien reiterativamente te manda señales de alerta? O peor ¿Cómo son esas señales de alerta?

 

Luego de memorizada tal información, empecé a probar algunas de las técnicas… Me le quedaba mirando a ciertas personas, con algunos resultados (Aunque cuando había resultados positivos siempre estaba acompañado por alguien más) , pero es que creo que me sugestione tanto con el asunto, que ahora me da por creerme irresistible (Y les aseguro que concordare con aquel que diga que no lo soy), pero la verdad estoy convencido de algo: Es imposible saber con una certeza razonable (los contadores entenderán mejor)  si el sujeto es cuestión es gay, sin que exista una pluma, un novio, o algún otro elemento similar de por medio… Y ya lo sé, algunos me dirán: “Ya te he dicho que”… “Acuérdate que”… “El otro día te deje un coment”… Pero es que en serio, estoy confundido… Les daré algunos ejemplos:

 

-Si digamos que un chico equis que hizo equis curso de ingles conmigo, siempre me pregunta algo, y hasta sugiere que le de mi número de teléfono… ¿Debo pensar que quiere estudiar o que es gay?

 

-Y si resulta que cierto grupo o un chico en particular se me queda mirando y ese día cargo un pantalón de vestir, con una franela de inspiración ochentera al menos 2 tallas mas grande, mas unas converse bicolores… ¿Me esta coqueteando? ¿O solo se burla de mí?

 

-Y si en cierta dinámica laboral una vez determinado por mi persona el espécimen que es gay, y este me muestra sus dientes con frecuencia ¿Debo pensar que es un aliento a mi desempeño o que yo le gusto?

 

Ok, los experimentados búrlense todo lo que quieran llámenme pollo-menor-confundido-ridículo-enrollado-niñaco, pero es que no puedo con esto…

 

El otro día me encontré con un antiguo compañero de bachillerato… Estaba con su novio, y además de fingir distracción para evitar saludarme, pareció mostrarse muy divertido en el momento que pase junto a ellos… No lo recuerdo muy bien, pero muchas veces el me acompaño hasta mi casa luego de la salida del colegio, algunas veces me preguntaba por mi hermano, y luego hablamos de cualquier tontería ¿Mal interprete las señales entonces?

 

¿Y que me dicen de esos chicos que se acercan que a la par que te explican algo parece que fueran a abrazarte y hasta sientes su respiración en la nuca?

 

A lo mejor es que (empiezo a entenderlo luego de escrito esto) es que yo recibo bien las señales, pero no se como enviar la retroalimentación… Pero es que llegado el momento me digo: ¿Le pregunto de una si es gay? ¿Acaso hay otro procedimiento más efectivo que la pregunta anterior para obtener lo que quieres o en su defecto recibir un golpe?

 

Aunque ahora que lo pienso mejor, estoy en el punto de partida… Hace algún tiempo tuve un cliente, cuyo dependiente era similar a los chicos que usualmente me gustan. Este chico cada vez que yo llegaba al sitio es cuestión me saludaba efusivamente y hasta me sonreía… Siempre buscaba la manera de conversar conmigo, y para rematar mientras hablaba con mi clienta se acercaba a mi, y me confundía ¿Quiere escuchar y participar en la conversación, o quiere olerme el cuello? Resulto que por cuestiones éticas, decidí no confrontarlo directamente, y usando mis contactos conseguí su número de teléfono… Le envié un mensaje, no pareció inmutarse cuando le dije que era UN AMIGO de una amiga de él… El asunto es que cuando le dije mi nombre (uno ficticio inventado para la ocasión) El tipo me salio con una patada en el ass (y respire tranquilo por no haber dado mi verdadero nombre)… Tamaña equivocación me genero dos dudas ¿Mal interprete las señales? ¿El chico tenia miedo de declararle a un desconocido que era gay? O ¿Solo quería saber el nombre del infame hombre que lo confundió para molerlo a palos en la calle? La respuesta nunca la supe, por que eso que me griten desconocidos en la calle, o dar shows en la vía pública nunca ha sido de mi agrado… ¡Eso es todo!

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Inocua Curiosidad.


No se que hacer, creo que mi mamá se a obsesionado con el tema de mi sexualidad… Parece que desde que se lo conté, el tema la persigue a ella y luego ella me persigue a mí… Insiste en ser la primera en saber cuando salga con algún chico (cosa que ya ha sucedido un montón de veces desde que estoy aquí) y además que le de algunos otros detalles, que sólo me hacen pensar: ¡No! ¿Será que mi madre cayó victima del morbo común que envuelve a las personas acerca de sexualidad gay? O por el contrario ¿Estaré exagerando?

 

El otro día llegue algo tarde a la casa… Estaba en una misión especial que no viene al caso, pero horas más tarde, en el desayuno, los ojos le brillaban y las palabras se le salían de la boca:

 

—¿A dónde fuiste anoche? —Preguntó finalmente.

—A ningún lugar en especial…

 

Siempre le respondo con evasivas, por que la verdad, a mi me sería muy difícil por ejemplo decirle “Salí a conseguir a alguien interesante para %&%%”, cosa que no fue así, mas sin embargo, no es una versión muy alejada de la realidad…

 

Luego de eso me sorprendió diciéndome que yo parecía tener las intenciones de conseguirme un novio que me resuelva —hablo económicamente—… “¡¡Que-Que!!!” Por un momento pensé que quizás había leído mi blog, en cierta entrada donde comente algo así a modo de broma… Pero de ninguna manera esa es mi intención, de ser así, ni buscaría trabajo, podría vivir de ella, dedicarme en cuerpo y alma al gym y meterme en un sauna… Pero no, y aunque así lo fuera, creo que no sería capaz de confesárselo.

 

A veces me sugiere que dado que yo no tengo experiencia con hombres, quizás necesite conseguirme una mujer muy bonita and… God!

 

Otras veces me comenta que “Juanito y Pedrito de la novela tal se besaron”, “Que vio tal película y resulto que uno de los actores de reparto era gay”, lo mas cumbre es que lo remata con frases como: “Y el tipo ni parecía gay”.

 

Me quería como morir cuando antes de la entrevista me dijo: “Trata de que no se note tanto” y yo: what? Y entonces ella al ver mi cara dijo: “Bueno no es que yo piense eso, sino que tu tía dice que tu eres muy evidente” Y yo de nuevo: What? Como parecía que el comentario no se había arreglado me confeso: “Lo que pasa es que el cachifo de Oraima le dijo a tú tía apenas llegamos al almuerzo, que tu eras” Y yo de nuevo: So? Finalmente salí de mis cascaron y le explique que era lógico que un gay experimentado como la loca peluquera y plumífera cachifa (Si con a) empleada de Oraima –una prima- me reconociera, dado que por mas que tratara de ser masculino (y no trato, soy como soy) al ser gay, pues tenemos gestos y hasta características físicas reconocibles por miembros de nuestro ambiente. La explicación, lejos de acallar el asunto nos hizo entrar en un debate de las cosas que debe y no debe decir un empleado de servicio, y yo finalmente le explique que no se puede esperar nada de un espécimen, que por naturaleza le gusta practicar aquello del “outing” ¿O no son esas loquitas las que les encanta andar diciendo quien si y quien no? Además remate diciendo que es común que cuando la gente se entera que tal o cual es gay, empiece a ver gestos que si bien antes estaban ahí, a la luz de la nueva información resultan más evidentes… El resto del día no me molesto mas con el tema, aunque luego le explique que no iba a sacrificar mi dignidad (sobre el tema de portarme hetero por conservar un trabajo) por un salario de 15 y último.

 

Lo último de esta semana es que como me voy a Caracas por tres semanas, me ha dicho: “Seguro la pasaras buenísimo con tus amiguitos de allá”. Su tono de voz me desconcierta, no hay un dejo de ironía o malicia en la frase, pero viniendo de mi mamá me asusta ¿Me estaré volviendo loco? O por el contrario ¿Estoy en el paraíso y no me he dado cuenta?