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Pequeñas batallas, pero con orgullo



En estos días cuando se oye tanto acerca de las marchas por el orgullo gay y salen algunos a decir cosas tipo “Bailar en una tanga mientras pides respeto no funcionara” y otros tipo “Todos somos parte de esta hermosa comunidad a pesar de las tramoyas” (No intentaré adivinar que quiso decir esa persona colocando la palabra tramoya en su frase), no seré yo quien diga cuán útil o no es la marcha, principalmente porque nunca he acudido a una, aunque desde que escribí esto debo decir que mi opinión acerca de la misma a cambiado muchísimo y todo gracias al punto de vista de mi amigo @Arzola_d.

Lo que si puedo decir es que a veces son esas pequeñas batallas que ganamos día a día la que también marcan la diferencia. Les contaré la pequeña historia de Jonathan y Rafael. subordinado y jefe en una firma de auditoria. Pero primero conozcamos al jefe en unas rápidas líneas:

Rafael se expresa despectivamente sobre los maricos.
Rafael tiene novia y ya estuvo casado una vez.
Rafael es ordinario y entra dentro de lo que es el típico macho venezolano que te dice  ay vale por cualquier cosa.
Rafael le gusta jugarse con las personas, pero es picado.
Rafael es el coach de Jonathan desde que este entro a la firma.
Jonathan no soportaba a Rafael desde la primera vez que lo escucho hablar, y trataba de pasar desapercibido en su presencia.

Ahora comienza la historia:

Un día cualquiera robaron en la casa de Jonathan. El se encontraba trabajando cuando de repente recibe una llamada de la señora que ayuda en su casa. Se escuchaba nerviosa, y por alguna razón la llamada se corto. De repente a Jonathan se le vino todo abajo y salió del trabajo a toda prisa.

—Avisen al jefe —fue lo que dijo a los compañeros que se quedaron en la oficina.

No obstante Jonathan mando un mensaje al senior encargado de la auditoria, quien estaba en reunión junto con Rafael y otros mas en la firma.  Después vino lo usual. Manejar como un loco para llegar a casa, ir a la policía, tratar de calmar a la señora que estaba en la casa, y lo peor, darse cuenta que no robaron muchas cosas, excepto por una de las preciadas posesiones de él: Su laptop. Una vida desperdiciada.

Jonathan se calmó todo lo que pudo y dejo a su hermano de 18 años junto con la señora y su bebé, y regreso al trabajo. Si, porque a pesar de todo, a las 5 y media de la tarde él regreso a su trabajo.

Cuando Jonathan regreso a las oficinas del cliente Rafael ya estaba ahí, junto con el senior  encargado y otro senior mas como apoyo. Estaba el resto del staff. Jonathan se acomodo en el extremo opuesto de la mesa de conferencias e intento trabajar, a pesar de que al sentarse comenzó a procesar todo y noto que estaba muy alterado. Los recuerdos de todo lo que perdió con la computadora le venían una y otra vez. Por alguna razón se sentía un tensión en el ambiente, y Jonathan se dio cuenta que una de sus compañeras tampoco estaba. A los minutos Rafael estallo:

—Yo quisiera saber porque en este staff la gente esta haciendo lo que le da la gana ¿Dónde esta Alejandra?
—Se fue porque se dio un golpe con la puerta —respondió una de las compañeras de Jonathan.

Rafael, quien estaba rojo para ese punto, se puso peor con aquella excusa inverosímil y luego se dirigió a Jonathan:

—¿Y como es eso que TU te fuiste sin avisar? —le espetó.
—Bueno yo les envié un mensaje, y la gente aquí sabia donde estaba. Además cuando estaba en el CICPC le mande un mensaje a Norberto —respondió Jonathan. Norberto es el senior a cargo.
—O sea que si Norberto no ve el mensaje yo nunca me entero de donde estabas. Y bueno yo no te estoy diciendo que no salieras o algo así, pero coño avisa. Norberto no es tu encargado de trabajo, tu me reportas es a mi, se supone que el informe que estas haciendo me lo vas a dar es a mí, además…

Jonathan dejo de escuchar. Una rabia que poca veces había sentido se apodero de él ¿Cómo podía el pendejo ese reclamarle porque se ausento dos míseras horas del cliente por una emergencia en su casa? La cara de Jonathan se puso roja también, un calor que solo había sentido pocas veces en su vida se apodero de él, y entonces las palabras salieron a borbotones:

—¿SABES QUE RAFAEL? —profirió como en un grito ahogado— Yo no entiendo nada de este drama que me estas armando, NADA. Resulta ser que yo no me ausente del cliente para ir a comprarme una camisa en el Sambil, yo salí de aquí porque tenia una emergencia en mi casa y no tenia a nadie quien fuera por mí. Salí de aquí porque la mujer que trabaja en mi casa me llamo alterada y yo no tenia ni idea de lo que había pasado hasta que llegue allá, y ¿SABES OTRA COSA? Esto que hice yo de ir a resolver mi problema y regresarme no lo hubiese hecho NADIE ¿ME OISTE? NADIE y todo porque yo estoy claro de las responsabilidades que tengo acá y las cosas que te tengo que entregar.

Cuando Jonathan terminó toda la sala quedo en silencio. Era como cuando alguien grita muy fuerte en una habitación con eco. Las palabras y los gritos se quedaron flotando en la estancia amortiguadas por el sonido de los teclados de las laptops, tras de las cuales todos querían ocultarse en cierta forma.

Sin embargo Rafael no estaba feliz, y cuando parecía que iba a replicar, intervino la amiga de Jonathan:

—Yo creo que lo importante de todo esto es que Jonathan resolvió su problema, todo el mundo en su casa esta bien GRACIAS A DIOS y el tuvo el compromiso de regresar de nuevo.
Irónicamente, ese incidente, donde Jonathan por fin se pudo mostrar tal cual era frente a Rafael, fue el inicio de su amistad. Jonathan se conmovió cuando en la evaluación Rafael reconoció que se sobrepaso y que era algo que el sabía que tenia que mejorar. Jonathan también reconoció que el no había hablado de la mejor manera, y partir de ahí cualquier muro que existía entre ellos se rompió.

Sin embargo la amistad trajo para Jonathan otro problema.

Porque de repente surgen las fiestas de cumpleaños y los eventos sociales.
Porque de tanto socializar con alguien nuevo este comienza a preguntar por qué no tienes novia.
Y luego estaba el dilema.

Jonathan se preguntaba que debía hacer. Irremediablemente le había agarrado cariño a Rafael (y eso que llego decir que le odiaba luego del incidente), para bien o para mal, pero ¿Debía considerarle un amigo de verdad y contarle que nunca tendría una novia? Decidió que la mejor forma era irlo sensibilizando sobre el asunto. Haciéndose el loco cuando le preguntara por una mujer y colocándose en evidencia de cierta forma. Un día, luego de una consulta por chat, Jonathan le envió esto:

“GrasiajefeTQM”.

Jonathan sintió miedo, pensó que se había sobrepasado en su intento de sensibilizar a su jefe homofóbico. Pero nada de eso paso. Rafael le mando fue un “jajajajajaj Qué es eso?”… y fue así como empezó un juego que llego incluso a saludos con abrazo. Jonathan pensó que Rafael ya le tenía el suficiente cariño, y además pensaba que su labor humanizadora con él, tipo “Le puedes decir a otro carajo que le tienes aprecio sin que eso signifique que eres gay”, había terminado. Así que un día en uno de los interrogatorios por la novia, Jonathan habló:

—Yo supongo que tu te lo debes imaginar, pero por si acaso: Yo soy gay —dijo Jonathan—, y bueno si eso cambia algo, dímelo para renunciar y ver que hago con mi vida.
El silencio que se había quedado en aquella sala donde tuvieron un altercado tuvo un breve regreso, pero no duro mucho.
—No cambia nada —replico él.
Pero vaya que si cambio. Rafael se mostraba igual de cariñoso que siempre, pero exageraba la nota, lo intentaba demasiado. Además algo había cambiado en él, había algo diferente; hasta que un día, mientras salían de un cliente a comprar cena paso alguien muy afeminado frente a ellos. Jonathan comprendió que si Rafael lo había aceptado como era, el también debía ceder un poco, así que con un poco de pesar le dijo:
—Si tienes que decir que ese carajo es demasiado marico ¡Adelante! No tienes que dejar de ser quien eres porque estas conmigo.

Hoy en día Jonathan y Rafael siguen siendo amigos. Rafael esta en Londres estudiando inglés y en estos días le pregunto a Jonathan por texto:

“¿Como es que se llama ese grupo que te gusta?”
“Friendly Fires”, respondió.
“Te voy a comprar el CD”.

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La imagen de esta semana es cortesía de @DannEpp_
Pueden ver un poco de su trabajo acá http://www.flickr.com/photos/daniel_fdv/

¡Muchas gracias Dani!







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Tiempo de arraigarse



— ¿Y los novios? —Le pregunte en algún momento.
—Nada, no tengo nada ahorita.
—¿Me vas a decir eso a mí?

Mientras hacía ese interrogatorio, Taleb se encontraba conmigo. Estábamos en una de estancias amobladas de un centro comercial, y matábamos el tiempo mientras llegaba la hora de ver una película.

—La verdad es que si tengo un novio ahorita.

Luego del correspondiente “Esoooo”, Jore nos conto un poco más.

—Llevamos como un mes saliendo, tiene 26 años.
—¡Veintiséis años! —exclamo Taleb— ¿El sabe que eres menor de edad?

Me sentí viejo luego del comentario. Recordé que Jore tiene 17 años, aunque no se ve menor que yo.

—Obvio que sabe —respondió Jore—, nos va bien.

Nos conto que se conocieron por Facebook y que desde el momento que arreglaron un cita se volvieron inseparables. Cierto es que Jore es guapo, no demasiado, pero si lo suficiente como para no permanecer soltero mucho tiempo si así lo deseara.

Cuando nos despedimos, revise su estatus por mi BBMsn… Tenia un corazón. Me volví a repetir que tiene 17 años. Tengo la teoría de los gays jóvenes suelen arraigarse muy rápido (cuando alguien les gusta) lo cual trae mucha desilusión, y posteriormente en sus 20 se vuelven locos. Pero por otro lado ¿Cuál es tiempo lógico para considerar que alguien se arraigo demasiado rápido? Es mas ¿Eso existe?

A veces hasta dudo de la existencia del amor a primera vista, nunca me ha pasado. De mi primer novio creo que estuve enamorado toda la vida (éramos vecinos) y cuando vi a mi siguiente relación por primera vez pensé “Que raro… ¿Y por qué se ríe así?”, de manera que eso del arraigarse demasiado rápido nunca ha ido conmigo.

Taleb por otro lado parecía estar de acuerdo conmigo:

—No es posible enamorarse a primera vista, o enamorarse solo. Si tu te enamoras es porque esa otra persona te dio algo, una esperanza. De lo contrario solo te ilusionaste como un gafo. Por lo tanto no existe el amor a primera vista, pero si la ilusión.

¿Era verdad? ¿Es el amor a primera vista una ficción hollywodense que nos venden para hacernos sentir bien con nosotros mismos?

Tampoco es necesario hacer análisis tan profundos. Son etapas. Pueden ser que existan personas que tiene su tiempo. Hay diferentes tipo de relaciones. Cada caso y cada persona es un mundo. Puede ser casualidad que conozca puros jóvenes que se arraigan. La vejez trae pesimismo y cinismo en banda. Gente que cree en el amor. Gente que cree en cosas buenas. Gente que no cree en nada. Pérdida de la esperanza.

Ahora me cuesta entender si soy realista o pesimista.

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La imagen que acompaña este post es cortesía de @mbislick
Pueden ver algo de su trabajo acá >>click<<
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Se rompió una taza

Ejemplo de algunos demonios invertidos para darle drama



Resulta cuando menos curioso que para ciertas personas determinadas actitudes de nosotros o algún mínimo error se convierte en un “deal breaker” o más venezolano un “Echo tierrita y no juego más”.

Hace un par de años me paso eso (tengo 3 años con el blog ¡Dios!). Algunas personas que conocí mediante este medio, luego de una interacción muy chévere, cortaron todo tipo de comunicación conmigo. No creo haber hecho nada especial. Tal vez uno de los errores fue que, con permiso debo decir, use una historia que me contaron. Por más que le di vueltas al asunto, pienso que eso fue lo único “ofensivo” que pude haber realizado, y de todos modos no creo que sea tan grave ¿Cuál es el problema si nombro aquí a personas que se llaman “Taleb”, “Conchita” o lo que sea? Obviamente no son sus nombres reales, y nunca he usado una historia que no me pertenezca con el fin de “quemar” a alguien, siempre es algo a manera de ejemplo para exponer una idea, o llegar a un punto concreto. (De hecho a Taleb le encanta aparecer por acá y el nombre que le puse).

Sucede también que la gente se cree más importante, o se toma las cosas más a pecho de lo que debería. Me pasa a menudo que personas me cuentan cosas de ellos, y me dicen “Pero no le digas nada a tus amigos” y lo que normalmente pienso es “¿Qué voy a ganar yo con eso? Además mis amigos no te conocen”. Es como un retorcido placer de hacerse los importantes un te cuento algo oscuro de mi pero no se lo digas a nadie, aunque ya te lo dije a ti (y puede haber un riesgo de que lo cuentes), pero lo cierto es que según mi experiencia a nadie le interesa la vida de un extraño si no puede sacar algo de ello. Es decir, nadie se va poner a averiguar quién habrá sido esa persona de la yo dije por ejemplo “que se vestía mal”, a nadie le importa, a nadie le interesa, es un detalle accesorio del cuento principal que podrían ser “las maricas intensas como yo nos vestimos mal”. Pero me desvié demasiado del tema que quería plantear, que es este: ¿Cuáles son los deal breakers para ti? Qué cosa tiene que hacer una persona para que digas “¡A este loco no lo trato más

No puedo dar muchos ejemplos personales. Yo al parecer, y por más que crea que si, no tengo deal breakers. Recientemente me vi echando los cuentos con una chama que creía era mi enemiga. Y es que ahora yo no me doy mala vida por nada, ni le paro a lo que dice la gente. Esta señorita era mi enemiga porque deliberadamente invento cosas de mí en el trabajo, pero cuando hable con los jefes me dijeron, palabras más, palabras menos “Nosotros sabemos quién es ella, y sabemos quién eres tú. Ni te mortifiques por eso”. Ese fue el momento cuando entendí dos cosas: La primera es que mientras uno viva con cierta integridad, o al menos este claro consigo mismo, lo demás sobra, lo que diga la gente es el zumbido de una mosca a tu alrededor, así que no importa. La segunda es que lo mejor es no tomarse las cosas tan a pecho, ni creerse tan importante. Un chisme de pasillo, una afirmación vedada y un correo con copias pero sin pruebas siempre será eso: Algo que no importa. Claro indiscutiblemente ella nunca será mi amiga o algo así, pero al menos puedo llevar un trato cordial con ella, sin importar las estupideces que diga.

También puede darse el caso que aunque le tengas cariño a una persona y andar cerca de ella sea genial, determinadas cosas que haces la alejan. Una sobreprotección excesiva o una “echadera de broma” constante pueden ser algunos motivos para que la gente se aleje de nosotros. No todo el mundo tiene el mismo humor, y no a todo el mundo le cae bien un “ay vale”. Tal vez aquí sea simplemente un tema de excesos, que nunca son buenos.

Cuando le pregunte a muchas personas que pensaban del asunto, una de las repuestas mas fuertes fue: “No podría tener una relación con alguien que no tenga aspiraciones en la vida”. Me pregunte ¿Cómo sabes si alguien tiene o no aspiraciones en la vida de buenas a primeras? Pero luego al razonar un poco, no se trataba de aspiraciones nada más, era más bien un “No puedo salir con alguien que no me lleve el trote, tiene que ser una persona que tenga una profesión y metas”. Eso es perfectamente razonable, y de hecho luego de escucharlo, pensé que yo tal vez sufría un poco de lo mismo.

Hay otro tipos de relaciones que funcionan en base a una química que es difícil de explicar, y de hecho es muy común escuchar “Es que ya no hay química”. A veces escucho eso con cierta incredulidad pues no lo he vivido. Mi primera relación duro casi 2 años, y cuando terminamos sufrí, pues aún me gustaba como si fuera el primer día, aunque ya se había perdido cualquier tipo de romance y lo mismo paso en la siguiente relación ¿Seré yo alguien demasiado flexible, o hay gente que sigue normas muy estrictas y que difícilmente admiten?

Al final creo que todo se resume a muchos esquemas que heredamos de nuestros padres (hijo debes casarte con una “mujer” profesional y que este a tu nivel), del entorno (Amigo si ya no tienen sexo como antes esa relación murió) y hasta de la televisión (Internet es demasiado peligroso y hay criminales tan astutos que pueden saber de ti si tu nic es un acrónimo de tu nombre completo) lo cual es malísimo. En mi mundo ideal cada persona tiene un valor, y lo que tal vez sea muy bueno en una, es malo en la otra. Dar la oportunidad de conocer e ir un poco más allá debería ser nuestro único deal y el otro debería ser no tomarnos todo tan a pecho. Si dos personas pensaran así, tal vez mis primeros párrafos no tendrían sentido y ahorita tendría una amiga y un amigo más, pero ¿Qué le vamos a hacer?

Los espero el próximo jueves 


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El factor caer bien


En estas últimas 3 semanas me he visto involucrado en la ocasión de conocer nuevas personas más que en los últimos tres meses. Estos escenarios me han hecho replantearme muchas cosas. La primera de ellas es que aunque ninguno de estos individuos tal vez que lleguen a ser mis amigos, a medida que vayan pasando, tal vez algunos se queden y otros tal vez no, pero ¿Qué factor determina que eso pase? La segunda de esas cosas es que pretender estar sólo, o de hecho estarlo y “victimizarse” a uno mismo al respecto, no es más que una excusa para disfrazar un enorme miedo: ¿Soy una persona agradable para los demás? Aquí saldrán algunos a decirme que bueno uno tiene que ser uno mismo, y al que le guste bien y al que no también, pero eso genera otra interrogante ¿Cuál debe ser la línea que separe aquello de “ser uno mismo” de “ser política y socialmente correcto”?

En la antigua Roma era muy mal visto por ejemplo que alguien comprara algo ilícito o de mala fe (digamos un BlackBerry robado), pero ahora eso se dice con mucho orgullo: Conseguí este Bold en 2 palos. Esto no es algo arbitrario. Las costumbres sociales cambian constantemente y cuando se trata de las cosas más pequeñas no hay nadie ahí para documentar el cambio. Hoy en día parece ser imposible hablar de temas políticos o religiosos (la verdad es que probablemente esto ha sido así desde tiempos más remotos), tampoco puede uno hablar mal de algo hecho en Venezuela (te caen encima, como hienas hay que apoyar todo lo que se hace aquí, no importa si es tan horrible como “El niño que miente”), no se le puede decir a una mujer “gordita”, ni siquiera por equivocación. Y es muy extraño que un hombre hable por ejemplo de “Los productos para el cuidado personal que compro en Farmatodo” ¿Quién hace todas estas reglas?

Luego de haber conocido a todas estas personas nuevas, en la mayoría de los casos me han despedido con “Eres muy chévere me encanto conocerte”, lo cual puede ser cierto, o a su vez puede ser una nueva regla social debes decirle a cualquier extraño que te cae bien si es amigo de un amigo tuyo. Y si es cierto me pregunto ¿Qué hice de diferente esta vez? ¿Fue simplemente que di con la persona apropiada? Por ejemplo hace dos domingos, salí con mi amigo Taleb, y luego de ponernos al día me pregunta “¿Qué hacemos?”. Luego de muchas vueltas terminamos tomando algo en un centro comercial con tres amigos de él. La conversación fue muy agradable. Todos reímos, y lamentamos que no se pudiera prolongar más. Al final uno de ellos me dijo: “Que fino conocerte, tenemos que cuadrar algo”. Me acosté de nuevo con la duda de si había hecho algo diferente esta vez.

A veces también sucede todo lo contrario. Hay personas con las que te las llevas súper bien en el mundo virtual. Conversaciones de horas por Skype. Infinitos replies en twitter, correos van y correos vienen, pero cuando finalmente nos vemos en persona algo pasa. Nadie habla. Nadie dice nada. De repente lo único que te pasa por la cabeza es una comezón descomunal bajo la cual yace una pregunta ¿Qué rayos paso? ¿No se suponía que nos teníamos que adorar? Cabe preguntarse entonces que quizá en la amistad como en al amor, también interviene una química que es difícil de explicar.

Tal vez debe dejar de darle vueltas al asunto y hacer una lista de lo que me gusta a mí, y citar algunas de las cosas que he leído, le gustan a los demás:

Lista

-          Me cae bien una persona que hasta cierto punto le gusta hablar de ella misma. Pero no las que lo hacen en forma arrogante. No. Me caen bien cuando me cuentan cosas cotidianas, lo que hicieron en el día, algún problema que tuvieron, una anécdota. Que puedo decir, soy curioso.
-          “Las personas arbolarias son lo peor” @Javierx2010. Una persona arbolaria es alguien escandaloso que no conoce el límite entre lo que mencioné arriba: Ser uno mismo y ser políticamente correcto.
-          Me cae bien una persona con la que es fácil conversar: Es muy fácil hablar con una alguien que no esta pendiente del mas mínimo desliz para corregirte de la manera más ruda. Todo lo contrario me quita las ganas de hablar y impide relajarme.
-          “Personas que alardean de cosas materiales que no tienen” @olgamalpica. Son los pantalleros. Creo que son odiados por unanimidad ¿Debo decir más?
-          Me cae bien las personas alegres que se ríen por todo: Estas personas te dan energía, a diferencia de los negativos, que quieren hacerte la vida miserable, porque ellos se sienten así.

Creo que ya no tengo la energía necesaria para fingir alguien que no soy, así que si lees esta lista, y cumples con las parámetros, envíame tu lista y arreglamos algo J Eso si, sin conversar demasiado tiempo por Skype, no sea que…


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Fantasía: Un cambio de bando



La vez anterior escribí sobre los heteroflexibles, pero el tema tiene otros matices importantes. Así que terminemos con esto:

El lunes de la semana pasada acudí a un cine foro. El lugar era todo lo que se puede esperar de este tipo de eventos: Gente intensa y las personas que los aman (como yo), bohemios, hipsters y vaya usted a saber que mas tribus urbanas; todos reunidos en una pequeña terraza al aire libre, en El Viñedo, en la ocasión de ver una película Coreana, titulada Shi Gan, del director Kim Ki-duk.

El lugar se torno divertido porque además de la película vendían ensaladas, pizzas y cervezas, por muy loco que pueda sonar esto. Pero lo mejor además de todo lo que les he contado eran las personas en sí. Entrar era un requeme instantáneo de tu radar. Gente que no estabas seguro si era o no era, si estaban con mujeres o con hombres. Era difícil adivinar quien estaba con quien, y haberme acostado a las 2 a.m. un domingo y comenzar a realizar este análisis con 2 azules bajo el pecho tampoco me  hacía demasiadas esperanzas.

Pero entonces mientras uno de los desconocidos conversaba no podía dejar de preguntarme ¿Si o no? Luego por la forma en que observaba a las mujeres me di cuenta que no. No era que me gustara o algo así, sino que es inevitable para mí etiquetar en algún bando mentalmente a las personas. Luego, por otras conocidos me entere que el objeto de mis dudas había tenido muchas malas experiencias con mujeres. No vale la pena entrar en detalles, porque los mismos no interesan. Me pregunté ¿Es posible que alguien guapo sufra de tan baja autoestima y se deje maltratar por las mujeres?

Las relaciones heteros, con sus diversas variaciones y excepciones, tienen dinamicas fijas. Por ejemplo, si eres un tipo que normalmente sale con el mismo esteriotipo de mujer (de esas demasiado bonitas y que lo saben) tal vez siempre te veas obligado a repetir las mismas situaciones una y otra vez, pero ¿Que pasaría si de buenas a primeras esa persona decidiera que le va mejor como gay? Sería así:

a)     Un hetero egoísta, que no tiene éxito con las mujeres por esa misma razón, en el mundo gay encontraría fácilmente lo que está buscando: Otro gay egoísta que viviría encerrado en su mundo como él y ambos funcionarían como planetas orbitando alrededor de la misma cama. Cada uno en lo suyo, se encuentran esporádicamente y sus realidades no se verian alteradas. Es más, si presionamos un poco más puede que de tanto obtener eso que creía gustarle, termine cansándose y eventualmente se enamore de verdad.

b)    Un hetero que siempre sale con mujeres 10 cuando él es un cinco que arreglado y bien vestido parece un 8: Este tipo de hombres, tal vez por su condición de straigh acting en el mundo gay podrían ser un 7 que arreglados parecerían un 9, por lo que conseguir pareja se le haría harto fácil. Además se ahorraría todo el rollo de salir con una mujer 10 (caprichos, actitud de “deberías darte con una piedra en los dientes por estar conmigo” entre otras cosas), mientras este en su relación gay el siempre estará en control.

c)     Un hetero pichirre sería muy feliz siendo gay: Los hombres por lo general detestamos que nos paguen las cosas (a mi no, yo se discernir el valor de las objetos gratis), por lo que en un grupo de “primeras citas” con un hombre no gastarias ni el 25% de lo que te costaría salir con una mujer. Recuerdo que al respecto mi hermano mayor siempre me decía: “No salgo con esas tipas que creen que porque son bonitas, hay que estarles pagando todo”. Ahí lo tienen, mi querido hermano Juan.

d)    Una mujer hetero tipo peluche que no consigue novia porque no es lo suficientemente whore: Solo tendría que entrar vestida lo más cursi posible en una disco gay. En menos de una hora tendría una relación seria.

Tal vez estoy fantaseando demasiado, pero creo que si para algunos heterosexuales es posible pensar que nosotros “escogemos” ser gays por pura “sinverguezura”, podriamos aplicarle la misma a ellos ¿No? ¿Por qué no lo intentan?
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P.S.: Esta entrada es obviamente una broma, que no pretende en ningún momento ser una disertación seria, so, abajo la intensidad, arriba el juego.
P.S.: Les recomiendo muchisimo el lugar: Cinespacio, todos los lunes, detrás del Multicentro el Viñedo.