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De como se me antojo comer cachapas con Chorizo


Mientras estaba en la cola para comprar un Sándwich note como uno de esos habituales Caraqueños que ocasionalmente nos visitan comentaba con otra lo pequeña que es Valencia y lo acertado que resulta calificarla como un pañuelo (también usaron la palabra pueblo, creo).

Casualmente yo me encontraba pensando acerca de ello, por que, resulta que si no quiero que en mi trabajo descubran mi orientación ¿Cómo hacer para salir con un novio sin que nadie sepa? Fue entonces cuando se me ocurrió la genial idea que lo mejor sería tener un novio en otra ciudad, e inclusive enumere las razones:

-Puedes dedicarte a trabajar bien en la semana sin preocuparte de tener que “ver a tu novio”: Sabemos que vernos es lo principal, pero conservar mi trabajo también, así que…

-Nadie te presiona en la semana para que lo acompañes a hacer alguna diligencia: Con unos mensajitos y llamaditas la cosa se mantiene bien hasta que llega el fin de semana.

Aunque no lo parezca tus gastos se ven reducidos: No es lo mismo salir a cenar casi todos los días, ir al cine, rentar películas o simplemente quemar croche y gasolina todos los días que hacerlo un solo fin de semana.

-La emoción por ver a tu consorte es mayor: Vamos que mantenerse cinco días sin “nada de nada” ya es bastante ansiedad acumulada.

-Nadie nunca en tu ciudad te vera con un hombre, por que tu hombre no vive en esa ciudad: Creo que esta no necesita aclaratoria

Sin embargo pensé que a pesar de todas esas maravillosas ventajas también tendría algunos contras:

-No tendrías a nadie que te acompañe a hacer molestas diligencias como “Ir a sacar el pasaporte bajo el inclemente sol de “La oficina de identificación en Los Colorados”

-La semana sería aburrida, no existiría la posibilidad de tener sexo de lunes a viernes: ¿Bastante triste no?

Y así, se me antojo comer mejor cachapas con chorizo y decidí que mejor que sea valenciano o residenciado aquí por favor… =)

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Un éxito con las mujeres.


El fin de semana pasado fue la tarde deportiva de la compañía para la cual trabajo. Nuestra tarde deportiva es como cualquier otra convivencia laboral, excepto que casi nadie hace deporte en realidad, hay cerveza y si te caes o emborrachas arruinaras tu carrera en forma irremediable (o la ayudaras, todo depende de quien te vea).

Yo llegue como a las diez de la mañana con mi vecina, que por cierto es nueva en la empresa, y de paso sospecho, gusta de mí. No es muy bonita (aunque como persona es una belleza), y supongo debe de estar algo desesperada. El sitio escogido para la reunión fue muy bonito, con varias piscinas, canchas y áreas verdes. Pase casi toda la mañana y principio de tarde salvando de largo a las actividades deportivas que intentaron convocar (sin mucho éxito) y en general la estaba pasando muy bien.

Para las 3 de la tarde gran parte de la asistencia ya estaba borracha. A mi se me ocurrió acercarme a donde estaban un grupo de conocidos, y de repente una de las muchachas con las que trabajo mas a menudo me llamo muy exaltada:

-¡Sandum! Ven vamos a tomarnos una foto.

“Debe de estar muy borracha, normalmente no es así de cariñosa conmigo”, pensé.

-Esta bien, dale –respondí simplemente.

De repente note como su mano estaba en mi bolsillo trasero, y yo con cara de: “¿Que rayos hace su mano ahí?” –de hecho hay una foto que demuestra que estaba pensando eso, y no conforme, luego de eso, mientras supuestamente me abrazaba, me tomo de la cintura con una mano y me apretó. No lo podía creer, me estaba amasando la muy descarada. Trate de zafarme de esa comprometedora situación pero luego de eso vinieron algunas fotos más, otras agarradas fortuitas, y mas gritos de ella mientras me alejaba.

Toda la experiencia me hizo descubrir muchas cosas: La primera es que cuando las mujeres lo tratan a uno con una supuesta indiferencia es que en el fondo quieren que le prestes algo de atención (P.S.: ¿Por qué hacer todo tan complicado?). La segunda, es que increíblemente tengo a dos mujeres detrás de mí y a ningún hombre. La tercera es que considero que en las tardes deportivas no debería de haber bebidas alcohólicas, pero creo que esto si es demasiado pedir.

Una semana después del incidente, cuando creía que el asunto fue solamente producto del alcohol, y por que no, algo de desesperación también, la chica agarrona me dijo en el trabajo: “Es que obviamente si tuviera que escoger entre ustedes dos, te escogería a ti”. Todavía quiero pensar que se refería solamente a nuestra capacidad como asistentes, pero el tono en el cual lo dijo, y ese calorcito que sentí en mi muy sensible cintura, me hizo dudar.
¡Nos leemos el miércoles! 

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Inevitables preguntas, fastidiosas respuestas


Estaba cenando con mi súper pareja favorita, cuando de repente me soltaron, luego de parar de reírse por algo que dije: “¿Por qué tu no tienes una novia? Sería demasiado depinga”. Llevaba días esperando esa pregunta, así que use una de mis salidas usuales tipo “acabo de salir de una relación” o algo parecido. Sin embargo a diferencia de otras ocasiones esta vez la pregunta me dolió un poco. Por mi mente pasaron los rostros de dos muchachas que quizá con un poco de esfuerzo de mi parte podrían ser mis novias. Imagine la salida fácil: una novia desatendida, que aguanta todo por ese tiempo de desesperación en el que no tenía novio; a cambio de no dar que hablar, a cambio de la tranquilidad que supone evitar ser discriminado o tratado como personal de segunda en un ambiente que de por si ya es algo hostil, todo por lograr decir: “Hoy vamos en un dos para dos”.

Por otro lado también imagine lo que podría ser la salida difícil: Una confesión, una taza que se rompe, una comida que cae fuera del plato, unos amigos que se levantan de la mesa profesando que no pasa nada, diciendo que respetan mi “decisión” (como si yo lo hubiese querido así) pero que al cruzar la puerta dicen que ya no será lo mismo. Quisiera pensar que esta situación sería más fácil si yo dijera la verdad, soñar con que ellos lo tomarán muy bien a pesar de las cosas que les he escuchado decir, pero nada me garantiza que será así, y la única forma de saberlo es cuando inevitablemente se los cuente, luego de que me increpen directamente (cosa que sucederá mas temprano que tarde). Me pregunto: En un mundo donde los heterosexuales son los que mandan ¿Ya no es posible tener amigos sin pasar por esta incomoda situación? ¿Debo unirme a un guetto para poder tener una cena normal con gente que en realidad me cae bien, quiero y aprecio demasiado?

Hoy quisiera ser orgulloso, desearía poder pararme y leer ese discurso que profesan todos esos portales gays, tipo: “Si se los dicen y reaccionan mal pues no eran tus amigos y no te tiene que importar”. Pero en el fondo me importa, quisiera congelar todo y que permanezcamos así por mucho tiempo, pero no se puede, tarde o temprano llegara el momento, y no puedo evitar este desgraciado sentimiento que tengo ahora. Creo que el aprendizaje es que la vida sigue, las personas se casan, los niños nacen ¡Y al carajo! Si, se lo toman mal, pues allá ellos. Punto.

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Cosas de parejas.


Me pregunto si mi empeño de rodearme de parejas responde a una necesidad de estar cerca de gente feliz, o se debe a un simple morbo del cual no puedo desprenderme. Cada una de esas cosas me parece terrible, pero en todo caso, el Sandum cerca de parejas no existiría si estas personas no le dieran cabida.

Mi última adquisición son un par que trabaja en la firma y jura y perjuran que tienen una relación “secreta”, de la que por supuesto ya todo el mundo sabe (y no por mí). Según entiendo me llevan a todas partes, por que mis comentarios (que de ninguna forma intentan ser graciosos) les hace mucha gracia. Yo me presto para eso, por que el chamo es muy lindo y la chama me cae bien.

No obstante hoy tuve un deja vú: Ella me mando un mensaje diciéndome que no me podía ir de la zona industrial con ellos por que “Ella necesitaba hablar a solas con su novio”. No me moleste por una cuestión de celos (que reconozco, sentí un poquito), sino por el comando que tuve que montar para conseguir que alguien me rescatara de allá avisando después de las 4 p.m. En todo caso estuve reflexionando sobre el asunto y mi iteración con las parejas siempre empieza de la misma forma:

aA) En primer lugar hago amistad con la mujer por razones obvias.

B) La mujer siente alguna empatía conmigo y me quiere llevar a todos lados, pero resulta que tiene novio, así que me lo presenta.

cC)Por lo general el novio termina siendo lindo.

D)Después de mucho compartir, yo termino haciéndome amigo del chamo.

eE) Finalmente, y como me pasa siempre, me vuelvo el pañito de lagrimas de ambos y obtengo una situación privilegiada sobre su relación amorosa: al final siempre obtengo los dos puntos de vista cuando tienen un problema.

fF) El conflicto empieza: La amistad con el hombre se fortalece, y la mujer quien veía en mi “un chamo diferente”, comienza a creer que soy el mismo perro, y le estoy alcahueteando las cosas a su novio, y encima contándole lo que ella me dice (lo cual nunca he hecho)

G)Finalmente la mujer me da una patada en el trasero.

Digamos que actualmente me encuentro en el literal “f” y decidí que no tengo por que aguantar esto, así me invente un nuevo literal:

G) Finalmente Sandum se obstina, habla con ellos y le dice que no le interesa sus problemas y los manda al carajo.

Siempre he considerado como regla de Oro esa que reza: “En pleitos de parejas nadie mete su cuchara”, y aunque se muchas cosas que me duele estar guardando, prefiero mantenerme así, lo que al parecer o ellos no entienden, o esta pasando algo en el mundo que no entiendo. ¿Sera que no soy el único morboso y ellos necesitan alguna especie de público para su relación? ¿Estaban aburridos y quieren que yo aporte drama?

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Hacía años.



Hacía años que no escribía uno de esos post locos en los que me iba de viaje, pero creo que es justo y necesario, ya que tengo demasiadas ideas en la cabeza y mucho sobre lo que quiero escribir (y no tengo tiempo), así que ¡Andando!

Me fui a San Cristoche Cristóbal.


Como ya lo había comentado por mi twitter me fui a San Cristóbal con esos amigos que tanto gustan de que los mire. El viaje fue súper divertido, aunque no pude dejar de pensar que los papás de mi amigo me veían como una especie de lámpara auxiliar que no traía su compañera. Comí de todo y en abundancia, vi muchos gochitos lindos, conseguí que uno me abrazara, aunque sea dormido, y lo mejor, pensé que mis amiguitos habían fortalecido su relación más que nunca… Aunque por lo que supe minutos antes de escribir esto, parece que no fue así. (Más info adelante).


Amo Colombia.


El sábado llegamos molidos a San Cristóbal y nos fuimos para Cúcuta, luego de que la mama de mi amigo nos sirviera un desayuno jodidamente delicioso y como ya no se ven en Valencia. Entre las colas de tres horas, la gente que gritaba y los “Bon Ice” sabor rojo, llegamos a la ciudad, y si señores, en mi humilde opinión Cúcuta puede y debería considerarse una ciudad; hay de todo y barato, la gente es amable, de cuando en vez se te atraviesa un hipster y en definitiva me gusto, sobretodo por la feria de comida en el C.C. Ventura… uhm! ¡La feria! En las ferias de comida rápida sirven el doble y hasta el triple de lo que se ve por acá y de una calidad infinitamente superior, de más esta decir que me comí una bandeja paisa, y a pesar de que no podía más, parecía que jamás la toque. Felicitaciones a los Colombianos por su país donde todo es de una calidad indiscutible, de más esta decir que el viaje a Cúcuta avivo mis ganas de ir a Bogotá y a Cartagena.


La llamada.


Después de regresar de Cúcuta (vale aclarar que andábamos en carros particulares) hicimos un recorrido nocturno por la ciudad. Lugares agradables, gente linda, quede gratamente sorprendido, sobretodo por el sitio donde pasamos mas tiempo, de nombre Butafoco, donde al parecer no dejan entrar a todo el mundo (pero a mi amigo sí) y tiene una decente selección de tragos propios y de autor a menos de 25 Bs.F. Así que tal cual Carrie Bradshaw menee mi par de Cosmopolitans, al ritmo de una música electrónica muy buena. 9 puntos al lugar, y 10 al bar tender Argentino, que mas bueno no puede estar (con el acento que me mata y todo).

El argentino en toda su belleza, haciendo malabares para preparar los tragos

Lo malo de Butafoco, fue que recibí este mensaje de voz:

—“Primo necesito que me llames urgente… Es un problema”.
Nervioso, le devolví la llamada a mi prima.
—¿Qué paso?
—Bueno sabes que Marielena —una prima mayor—, me dijo algo así como “Que bolas tú sabías que Sandum es gay y no habías dicho nada”.
Quede en una pieza, mi prima continúo:
—Yo por supuesto lo negué y le pregunte de donde había sacado esa estupidez y ella me dijo que tu lo había publicado en tu Facebook, algo así como que saliste del closet.
La sola idea de pensar en mi, en Facebook y la absurda frase de “Salí del closet” escrita en mi muro, me hizo reír, le dije que yo no había escrito tal cosa.
—¡Yo se primo! Después que la imbécil esa me dijo eso, me puse a revisar como una hora todas tus publicaciones, lo peor es que la muy desgraciada también le dijo lo mismo a mi mama —mi tía paterna.
—O sea que mi papá esta a nada de saberlo —balbucee yo.

De repente me vi traslado dos años atrás cuando en una cena a solas con mi papa, el me dijo algo así como que aunque la idea de “gays en la familia” nunca le había parecido, en mi familia materna se habían visto casos y que en el fondo si a el “le pasara eso” al final sus hijos serían sus hijos. Recordé mi temor y mi falta de valor en ese momento, y como después de una breve divagación decidí no decir nada y seguir masticando.


—¡Claro que no! Yo le dije a la huevona esa que ojala se atreviera a decirle a alguien mas, y mi mamá, que tan linda te defendió y todo —aún no entiendo el uso de la palabra “defender” en este caso, pero fue lo que dijo—, la mando a callar.


De manera que ahora estoy en esa etapa de mi vida en que la que se rompió la pequeña botella que contenía mi rumor y ya con el olor esparcido, nunca podre recuperar la confianza que mi papá quiso darme en aquella cena otrora olvidada por mí, en realidad es lo único que lamento en todo esto, no ser yo quien habló con él.


El abrazo


Uno de los gochitos que ahora vive en Valencia, y con el cual viajamos, me abrazo durante el camino de regreso. Me da demasiado morbo, pero estoy seguro que es hetero y el abrazo un error. Estoy predeterminado a ser abrazado por heteros de sueño profundo.


Mis amigos.


Vine confiado que salieron más enamorados que nunca. Mi amiga se metió la suegra en el bolsillo desde el día uno (tanto así que mientras me servía desayuno la señora me comento que la anterior era una odiosa de lo peor), pero al parecer no fue así. De camino a mi casa mi amigo me dio la cola, y me comento que una de las nuevas…
—Me mando un mensaje hoy.
—¿Y que decía el mensaje? —inquirí yo.
—Que yo le gusto
—¿Y le respondiste? —dije con voz algo trémula.
—Pues sí le dije que también me gusta.



Me sentí mal con mi amiga, y recordé el dicho ese, de la cuchara y las parejas. Estoy preocupado por esa situación, quisiera que nadie saliera herido, pero nada puedo hacer. Mas sobre esto, y el rol de los amigos gays en otro post ¡Saludos y disculpen la lentitud en publicar!