La historia sin fin


Lee la primera parte >>>aquí<<<
El saber que el hombre que me ilusionaba era evangélico de nacimiento me decepciono ese fin de semana. El sentimiento de derrota frente a un plan armado por mi, y que ya ni siquiera pondría en marcha me deprimió. Decidí colocar punto y final a la situación, a partir de ahora me comportaría más seco, y volvería estar tiempo completo con mi sequito de amigos anterior (quienes ya habían mostrado señales de celos por mi nuevo amigo). Sin embargo Enawo no facilito nada las cosas. El lunes siguiente a su revelación, le manifesté que ya habíamos estudiado suficiente costos, que consideraba que ya estaba preparado y que le prestaba mi cuaderno el tiempo que quisiera (mis cuadernos son tan organizados y con tantos ejercicios y clases perfectamente copiadas que algunos lo ven como una especie de “guía”). Enawo no manifestó sentirse rechazado, al contrario, siguió tratándome como si nada, cuando me veía solo en las escaleras se sentaba a mi lado (y yo suspiraba), se sentaba conmigo el cafetín, insistía en estudiar conmigo las materias que compartíamos, de manera que al muchacho le interesaba mi amistad… Y nos hicimos amigos.

Yo seguía enamorado de él por supuesto. Ya no era algo físico. Teníamos una empatía especial. Podíamos conversar horas y horas sin cansarnos. Llego el punto que nos entendíamos perfectamente sin hablar, compartíamos un lenguaje de señas. Llegue a pensar cosas que el decía en voz alta. Secretamente, y sin que el lo supiese le decía “Mi Enawo”. Naturalmente las suspicacias no se hicieron esperar. El primero fue mí papá quien me pregunto directamente que hacia todo el tiempo con ese muchacho:
—Es mi amigo y estudiamos juntos, mas nada —corte enseguida.
Sólo había una piedra en mi camino, algo que me molestaba en el zapato. Los mensajes de “Ana”. Una mujer que llegue a odiar sin saber quien era, que lo llamaba cielo, que le preguntaba que estaba haciendo, inquiriendo que comió en la cena… “Esa estúpida”, era lo que pensaba cuando leía los mensajes…

Cierta situación me hizo perder la cabeza por completo. Un día por motivos académicos acordamos que yo dormiría en su casa para terminar un trabajo (Yo no tenía computadora en mi casa en ese entonces). La posibilidad de verlo al menos sin franela, o en pijama me erizo completamente y acepte tragándome un suspiro. El durmió en una cama matrimonial con su hermano, y yo en la cama de su hermano (una individual). A la mañana siguiente luego que yo tomara una ducha y el la suya, Enawo entro con una toalla al cuarto. Ver sus hombros musculosos, su piel blanquecina, su pecho fuerte y abdomen fuerte, ligeramente flácido (tenía un poquito de barriga), me emociono, pero luego, cuando se retiro el paño y lo vi… En boxers, creo que debí agradecer que estuviera yo sentado en la cama. Desde ese día Enawo ya no era para mí el hombre que me gustaba y que conversaba conmigo, desde ese día era EL HOMBRE.

Afirmo, sin temor a equivocarme, que yo estaba dormido antes de conocerlo. Sentimientos que nunca había sentido por nadie se despertaron en mí. Creo que sólo cuando estamos enamorados vivimos de verdad. De un día para otro el centro de mis intereses, la universidad, mi familia, mi mama, fueron como satélites distantes, el centro de todo, mi único interés era Enawo. Abandone a mis amigos sin titubeos, rechazaba salidas a comer y a pasear sólo por ir a casa de Enawo a ayudarlos con sus pendientes, a jugar en su computadora (cosa que desteto, no me gusta jugar en PC), estar cerca de él era mi único interés. Detestaba que por ser miembro activo de su iglesia no podía verlo los fines de semana.

Pero llego el final de semestre, y una información importante: Me entere que Carla la muchacha que rondaba a “Mi Enawo” perdió 2 materias por lo que el semestre siguiente compartiríamos clases con ella. Pase dos meses de vacaciones suspirando y recibiendo ayuda psicológica de Esteban que ya había pasado por eso, y además no le fue muy bien cuando se le declaro al amigo en cuestión. Pero la piedra en el zapato seguía ahí: Carla, Carla, Carla…
Continuara pronto, ya recupere mis archivos =)

7 comments

Monchis | 31 de agosto de 2009, 13:06

Vaya, vaya, vaya,

Quién creyera que tú todavía en esas?

Bueno, te lo diré nuevamente, porque creo que lo comenté alguna vez en tu blog hace tiempo: De los amores platónicos sólamente quedan los platos... rotos.

Puede que estés aprendiendo las habilidades de conquistador, pero aún te falta "concretar"; lo que pasa es que cuando uno no logra definir las cosas claramente, entonces la atracción se va convitiendo en amistad y en ese punto y hora ya perdiste la partida.

Si el otro ya sólamente te ve como un amigo, mas daños te harás tú si persistes en el intento de conquistarlo.

Con heteros declarados, es pelea casi perdida... (aunque nunca se sabe por completo y eso es lo que te hace hervir la sangre)

Saludos,

Sandum | 31 de agosto de 2009, 13:15

Hola monchis!

Esta es una historia, vieja, vieja, vieja, de mis días de estudiante universitario... Tranquilo que esa lección esta aprendida (Ver dibujo para entenderlo) jajaja Saludos!

Pridamo Prístino | 31 de agosto de 2009, 16:07

Bueno, parece que las historias de amores platónicos son el común denominador de nuestra pequeña blogósfera. Muy buen relato, me deja en ascuas y de qué manera, esperaré la próxima entrega..., como dice el señor Monchis, quedan sólo los platos rotos.

Pridamo

Anónimo | 1 de septiembre de 2009, 10:20

Esta historia esta como para alquilar balcon!!!

Besos novio!

Thiago | 2 de septiembre de 2009, 9:17

ains, cari por dios, jajaa venga, venga, porfa... sigue contando hombre.

A ver, sé que la cosa no terminó bien, pues ahora eres mi marido, pero vamos, acabaría por evangélico? por ser hetero? por ana o por carla?

y sobre todo que lo escribes todo tan maravillosamente bien...

bezos

Sandum | 2 de septiembre de 2009, 9:56

Pridamo: Aunque la narrativa esta pensada para hacer la historia algo romantica, lo cierto es que esto fue un poco menos platonico de lo que se podría pensar... Ya veras! Saludos!

Akira: Novio en mi casa hay terraza, no necesitas alquilar ningún balcón, jajajaja Besos!

Thiago: Darling! Me tenías abandonado, y yo a tí (Pero te tengo en mi reader, solo es falta de tiempo), tendrás que esperar para conocer el resto ¡Besos!

Joey | 4 de septiembre de 2009, 7:14

Jajajaja, creo que mucho hemos sentido cierta fascinación por heterosexuales que nada que ver con uno, en mi caso me pegue una embelesada con un familiar politico que aunque bello como pocos no era para mi. snif.

Esperemos el final de esta historia no sea tan triste.