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Falsa superioridad moral

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Creo que desde que revelé mi identidad en este blog y encima me relacione con algunas personas de acá sin lograr entablar lo que se dice una amistad, el espacio perdió gran parte de su gracia. El chiste siempre fue contar cosas personales sin tapujos, protegido como no, por el velo del anonimato. Sin embargo a estas alturas de la vida, ahora me da miedo ser juzgado. Es una tontería mía, porque si me lo preguntan las personas que se sienten moralmente superiores, y de hecho lo expresan, como si tal cosa fuera posible, me parecen unos engañados que; o bien en el fondo desean ser como aquello que critican, o simplemente están locos y decir esas sandeces es parte de su delirio. También está el hecho de que no tengo una vida demasiado escandalosa tampoco, ni más faltaba.

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Lo pondré más claro: Es como el sacerdote que te habla sobre lo malo del sexo prematrimonial pero a escondidas está tocando a su monaguillo; o como el tipo que repudia a lo que él cree es una “loca”, pero en la comodidad de su baño canta toda la discografía de Cher; o como el gobiernero que te habla de democracia e igualdad, pero sale a patear a quien surge a debatir en contra de su idea. Sentirse superior sin demostrarlo de forma alguna, y tratando de rebajar al prójimo mediante juicios sesgados, sembrados de ideas ridículas carentes de todo fundamento y base, porque no conoces a la persona que estás leyendo, porque no sabes de lo que hablas, o sencillamente porque te crees dueño de una verdad que no es tal cosa, es una de las peores cosas que podemos hacer como seres humanos. Es algo que va en contra de una máxima básica de la sociedad avanzada: Vive y deja vivir.

Ayer leí una nota en Tumblr que decía esto:

Juzgar a una persona no define lo que son ellos, define quien eres tú

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Me parece que se trata de una verdad tan grande como un templo. La madre que se enfrenta a su hijo por primera vez declarado homosexual y le prohíbe salir porque cree que se la va a pasar “repartiendo por ahí”, no está hablando de lo que sabe; habla bajo el manto de sus prejuicios. Se le olvida que ya tiene “diez y tantos” años conociendo a su hijo, se le olvida que él no es así, que el estudia, que ella conoce a sus amigos, y solo repite ideas inculcadas por generaciones pasadas, por no decir que se le olvida el pasado amoroso de ella misma. El tipo homofóbico que ve locas donde no las hay, que se viste con ropas anchas porque “así se comportan los machos”, que jura que la gente no se da cuenta que va para 40 años sólo y por lo tanto es otro gay mas del montón (pero más triste) no está viviendo su vida, esta irrespetando a personas que probablemente no le están haciendo nada, y habla de lo que no sabe, porque jamás ha vivido su vida, ni ha hecho lo que quiere hacer en realidad. Se ahoga en su propia bilis y se envenena con ideas que lee y recolecta de los lugares equivocados.

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Ahora, si yo solo llegue a esta conclusión ¿Cual es mi miedo? No lo sé, tal vez necesitaba poner todo esto por escrito, pues llevaba muchos días pensando en eso, sobretodo porque ahora tengo varios amigos que están en una dura etapa familiar, y veo que están siendo juzgados con ideas totalmente equivocadas. Este post va dedicado a ellos, sepan que todos tenemos dudas, nos da miedo el qué dirán, pero escondidos nunca vamos a ganar nada. Salgan de ahí, no sean homosexuales tratando de vivir la vida de un hetero, sean personas normales, que su sexualidad no los limite, no dejen nunca que alguien con una falsa superioridad moral se crea más que ustedes.