| 14 comments

Este como que se metió a gay.


A medida que he ido creciendo (pero no de estatura pues tengo años con mi 1.73 Mts.), he empezado a ser mas tolerante. Al principio, cuando me descubrí gay, sentía rechazo por todo lo que tuviera que ver con plumas, como dice el venezolano común, inclusive evitaba caer en conversaciones de ese tipo, tratar a gente “demasiado gay” como decía yo en esa época, y evitar alguna pose que creía podía delatarme. De hecho, cuando empecé a manejar el concepto de homofobia me sorprendió verme como uno de ellos, por lo que poco a poco empecé a tratar de ampliar mi mente y actualmente nada de eso me espanta o me produce rechazo.

Con el pasar del tiempo me he acostumbrado a los términos de “loca” “queer” y similares, es mas, me río al pensar que las cosas que antes veía como un insulto hacia nuestra comunidad, son usadas por nosotros mismos como algo cotidiano y gracioso…. Pero hay algo, una frase con la que no puedo y no soporto, esa que dice “Mira a fulanito, ahora se metió a gay”.

Eso es algo más insultante, tercermundista, nefasto e ignorante que cualquier otra cosa que nos puedan decir ¿Por qué lo digo? Se que muchos no estarán de acuerdo pero, en mi caso dudo mucho que si en algún momento de nuestra vida tuviésemos la opción de escoger a voluntad nuestra preferencia sexual, de una forma como la siguiente, alguien llegara a decantarse por la opción B:

“Bueno señor X, le ha llegado la adolescencia, es el momento de escoger su preferencia sexual, que elige:
a) Tener preferencia por personas de su sexo opuesto, lo que en la mayoría de los casos le garantizara una vida respetable, una familia, un ambiente de cero exclusión entre otras cosas o,
b) Tener preferencia por personas de su mismo sexo lo que en la mayoría de los casos le garantiza una vida de exclusión, rechazo por la sociedad hipócrita y una vida full de prejuicios de terceros”.

¿Estoy en un error? Quizás los más activistas y hasta heterofóbicos dirán Dios nos hizo así y punto, que no debemos desear más nada, pero no, ese no es mi punto, lo que trato de decir aquí es que nosotros no escogemos nada, ni nos metemos a nada, solo sentimos y ya.

Yo puedo solo imaginar en que consiste la atracción que un hombre straight siente por una mujer. Del mismo modo puedo imaginarme la atracción que ese mismo hombre siente por otro hombre (no me vengan con que no les pasa), es decir, algo de envidia o gusto por ver en ese otro algo que quisiéramos tener; quizás esa atracción entre hombres heteros no pase a lo sexual, pero de que algunos les atraen, les atraen. Siempre recuerdo a un primo, ciento por ciento heterosexual (y muy mujeriego y buscado por mujeres), que nos soltó, no se con que intención, algo acerca de su admiración por David Beckham: “Yo por ese tipo me meto a marico”. Pues señores, eso es lo que nosotros los gays sentimos por una mujer, quizás una atracción leve, pero no lo suficientemente fuerte como para despertar un interés sexual.

Igualmente a esos hombres straigh les pregunto ¿Qué pasa cuando ven cerca de una mujer que les gusta, que les atrae? ¿Cómo se dan cuenta? ¿Cómo se percatan que esa mujer les gusta? ¿Acaso se dicen a ustedes mismos: Esa mujer es mi tipo, debería gustarme? No, verdad, cuando ven o están cerca de una mujer que les gusta supongo que sienten lo mismo que yo cuando estoy cerca de un hombre: Mis ojos se dilatan, veo su cuello, sus ojos, su trasero y todo eso despierta en mi un deseo, algo pasional y hasta sexual. No hablemos si tengo cerca de esa persona, su olor, sus manos… En fin es algo inevitable, que no se planifica previamente, simplemente se siente y ya…

De manera que, hombres straigh, en resumidas cuentas, nosotros no nos metemos a nada, somos así, lo que ustedes sienten por un hombre, nosotros lo sentimos por una mujer, y lo que ustedes sienten por una mujer, nosotros lo sentimos por un hombre. No lo decidimos así, no sabemos a que factores se deben, algunos de haber podido escoger se decantarían por la opción a, pero que hacemos, nos llego la pubertad y Dios ni nadie nos dio a escoger nada ya estábamos hechos de esa manera.
| 19 comments

Necesito un tip.


Bueno, creo que algunos no han entendido la idea de este blog. Es verdad, desahogarme a través de mis historias me ayuda mucho, pero o sea yo ando en busca de un novio. Hasta ahora todos los comentarios de mis lectores se resumen en “Que buena historia”. Si, me alegro (mucho muchísimo ¡Gracias!) que piensen que son buenas pues soy un escritor frustrado, pero también espero comentarios como: “Si necesitas un novio llama al…”

¡En pocas palabras, necesito ayuda! ¡I need help!

No entiendo esos epigramas de personas que sus familias nunca tienen la certeza si son gay o no, pero a su vez estos consiguen novios, tienen sexo maravilloso y son felices por mucho tiempo, digo ¿Eso solo pasa en la televisión? ¿Me estoy volviendo loco? ¿Es mucho pedir?

Nunca falta aquel que te recomienda que uses el Internet, pues les digo ¡Yo uso el Internet! Y hasta ahora nada de nada… ¿Será que tengo que hacer como el amigo Mirko y mandarme a hacer una franela que diga “99% Queer” y esperar que no me golpeen en la calle? ¿O me consigo un prendedor de esos que tienen la bandera de orgullo gay y lo coloco en mi maletín ejecutivo? De verdad que no entiendo, ahora que lo pienso, ese concepto del radar es algo utópico para mi, en serio se los escribo, por que según lo interpreto nosotros tenemos un sexto sentido, un aparato detector, un ojo de loca, que dicho sea de paso no se equivoca, para localizar si hay un gay a nuestro alrededor… Pues yo concluí que: o nací sin ese radar, o lo tengo pero me funciona malísimo, pues si estoy con mis amigos heteros y les digo cosas como “ese tipo como que es medio raro”, me miran con cara de circunstancia y me dicen: “Sandum, o sea, hello, es obvio”, por tanto ¡el radar de los heteros funciona mejor que mío, que se supone soy Gay!

Luego tenemos las historias más maravillosas aún, de aquellos que pregonan a los 4 vientos: “Hice contacto visual con él y la atracción fue inmediata” ¡Dios! Eso si no es una utopía para mi, es algo superior a un milagro… Una vez lo intente, estando yo solito, almorzando en la feria del Éxito (Valencia), vi un grupo de muchachos, bueno de los mi tipo, mayores de 30, almorzando… Se veían espectaculares todos, excepto por uno medio mariposuela que activo mi defectuoso radar y me hizo caer en cuenta que estaban en un dos pa’ dos. En un instante mientras me estoy comiendo mi galleta de chocolate grasoso que dan con el combo de Subway, el mas joven (que no el mariposuela) se levanto a comprar algo cerca de donde yo estaba —siempre me siento cerca de los stands para bucearme algún cajero—, y me dije: “Hagamos el intento”. Primero lo vi fijamente, buscando su mirada, obvio —ya le había detallado lo suficiente el trasero, y no quería que me viera fijando la vista donde no era—, pero nada. Puse la mirada intensa, rodé la silla a ver si el ruido le llamaba la atención, fingí tener un ataque de tos, me saque varias basuras del ojo, busque ruidosamente algo inexistente en las bolsas de mis compras, rompí de punta a punta el papel que viene con la galleta de subway… Y nada. En fin que llego su turno frente al cajero, y yo exhausto solo me quede viéndole sus nalgas de piedra… ¡Bingo! Se volvió con su bandeja, me vio y yo lo ví, casi tengo la certeza que me iba a sonreír (Pues en ese punto creo que yo tenía los carrillos semi flexionados); lamentablemente su “novio” —creo—, se dio cuenta de todo mi show y corrió a su encuentro, lo tomo del hombro —el llevaba las manos ocupadas con una bandeja—, le susurro algo al oído, disimularon y se dirigieron a su mesa. A los segundos de haberse arrellanado, escuche una risa estridente y miradas disimuladas del mariposuela a mi mesa. Parece que mi show fue harto divertido. Cuando los cuatro snob se marcharon, recibí un mensaje de mi madre linda avisándome que debía esperar 20 minutos más en el centro comercial pues ella todavía estaba en la peluquería. Compre un helado, y me senté nuevamente —cerca de otro cajero por supuesto—, el fracaso anterior no me hizo perder las esperanzas. Entonces vi a tres chamos. Estaban ataviados con esa moda playera de los años ’90, pero eran lindos. Parecían creer que estaban en la celebre escena de la película “Mean Girls” cuando Cady se cae en la papelera. Observaban con aprensión a todo el mundo y caminaban hombro con hombro por el corredor que separa los stands de las mesas de la feria. Pese a eso me quede mirándoles. Con mucha petulancia me observaron por el rabillo del ojo, y siguieron su camino. Quizás era por que no andaba con un suéter billabong o algo así (¡Señor! Casi no me gusta usar esas “marcas”). Resignado termine el helado y salí a esperar a mi mama. Antes de abordar escuche un silbido. Observe por el resplandor del papel ahumado… Era uno de ellos. “Lo siento —pensé—, demasiado tarde” y abrí la puerta sin mirar atrás.

De manera que con el contacto visual soy un fracaso. Pero entonces no hablemos de Cruising (creo que así se escribe para referirse a los encuentros casuales netamente sexuales). Algo poco menos que una experiencia extrema para mí, y que pensé solo existía en películas de esas donde sale gente en los baños del metro de NY… De verdad no se me ocurría que algo así pudiese pasar en Venezuela (si, soy tonto e inocente ¿y que?). Descubrí (ojo descubrí, no experimente) que ese hecho era una realidad, por ejemplo, en los baños del Sambil Valencia, por mucha casualidad. Estaba yo en el cine, y resulta que muchos baños estaban dañados, por lo que había cola dentro del mismo, cerca de los lavamanos para poder usar el urinario. Como no resistiría ir a un baño más lejano (bendito nestea gigante), aguarde en la cola. Cierto señor de la fila, parado antes que yo comento para que todos escucháramos:
—Lo que pasa es que hay una vieja limpiando una de las pocetas y por eso hay más cola aún.
Naturalmente “la vieja” escucho. Amablemente le explico al señor que eso se debía a que el baño estaba tapado, y eso siempre sucedía, de hecho, esa era la razón de la avería en los otros sanitarios. Aparentemente el señor no quedo conforme y continúo con su perorata:
—Bueno no creo que ese baño se tape con un pupú, además quien hace esas necesidades en un baño público…
La señora, consternada al ver que su palabra y su digna labor era puesta en duda, respondió:
—Mire señor, usted no tiene ni idea de lo que es este trabajo, ni de lo que uno encuentra en esas pocetas… —y continuo nombrándole una serie de cosas inauditas que encontraba en los baños. En ese punto yo trataba de aguantar la risa para evitar tener algún accidente vergonzoso. Observe al resto de los hombres y parecían tener el mismo problema… No obstante algo paro mis ganas de reírme:
—… Hasta interiores llenos de sangre se encuentran ahí.

¡Señor! Dos segundos de silencio en el baño. Mientras trataba de pensar que de repente era una panty de mujer con una toalla sanitaria, el señor de la perorata pregunto por todos los presentes:
— ¿Interiores llenos de sangre?
—Si señor, seguro de gays que se meten en los baños a hacer sus cochinadas.

Dios mío, no lo podía creer ¿De verdad alguien hacía cosas como esa en baños públicos? Para mi hubiese sido aceptable una felación… Pero una penetración, era algo que en mi cabeza no entraba ¡Y sin lubricante! Me imaginaba perfectamente a cualquiera saliendo con las piernas arqueadas por la herida y disimulando la cara de dolor. Investigue esa noche por Internet, y comprendí las reglas básicas de la movida del Cruising; que si una mirada por aquí, que si hay unos sitios claves que cambian con frecuencia para evitar riesgos, que hay que estar bien atento a las señales de los que alivianan a los ávidos de aventura, y un largo etcétera… Cavile un rato esa noche y pensé: ¿Qué le diría yo al otro hombre si se me presentara la ocasión de un cruising?

—Ya va chamo, solo un blow por que, o sea, soy virgen…

Considero que con eso ya no habría cruising posible ¿Que tal si me dejara penetrar como ese tipo del interior? Creo que tendría que llamar a algún familiar que me rescatara, por que no solo dejaría el interior lleno de sangre, sino el pantalón, las medias, la camisa ¡Y hasta la chaqueta! (¡Asco!)

De manera que el cruising no me sirve tampoco. Donde quedaron esos tips reveladores que salen en revistas como TÚ (¡Ja!), que según ellos funcionan, esos que dicen: “Cuando vayan a una fiesta vístanse así”, “Para que tu chico te pele dile…”, “Compra entrada para… Seguro allí conocerás gente maravillosa”, “Sal en bolita, por que en bola…” ¿No puede haber un manual para gente inexperta (no tan nefasto como la revista antes nombrada) que nos explique a nosotros, la gente extraña y necesitada como hacer, paso a paso, para lograr una experiencia satisfactoria con alguien del mismo sexo?

Esto iba a ser un post corto, pero la escritura es un barco sin rumbo, como dice el amigo Coelho, pero vuelvo al principio: ¿Tienes un primo? ¿Un amigo? ¿Un conocido? ¡Ayuda! ¡Necesito un novio!

| 21 comments

I’m Out (Fuera del Closet).


Así es, tengo varias historias y temas en el tintero, pero creo que lo sucedido en estos días es mucho más interesante de contar. Generalmente no me gusta transcribir conversaciones a menos que recuerde las palabras exactas, prefiero no inventar nada y resumir la idea general. Pese a eso, lo que viene a continuación nunca lo olvidare.

En medio de una conversación telefónica con mi mamá:

—Creo que en estos días mi papa quiere pelear conmigo —mencione como parte de lo que veníamos conversando.
—Bueno bien sabes que tu papá esta loco —comento mi mamá.
Luego de suspirar profundo, le dije:
—Yo estoy casi seguro que quiere provocarme por que sospecha algo de mí.
— ¿Algo de ti?
—Bueno tu sabes, ya hemos conversado de eso otras veces, el asunto ese que no tengo novia…
—Bueno pero es que todo el mundo sospecha lo mismo.
— ¿Y tu crees que yo no se? —Respondí—, inclusive en mi cumpleaños las llamadas que recibí de mis tías siempre venían endosadas con la pregunta de siempre: “¿Tienes novia?” —Y luego de otro suspiro profundo—, pero sabes llega un momento madre, que uno se cansa, y en definitiva a nadie le interesa con quien me acuesto.
—Bueno Sandum, discúlpame pero todo el mundo que te conoce piensa lo mismo, y me preguntan…
—Si pero eso ya no me importa —mentí un poco, aunque me sorprendió un algo esa afirmación, digo, yo que pensaba que lo ocultaba tan bien (¡Ja!)
—Ah… Y bueno ya estas seguro que eres… —soltó mí mama en tono inquisidor pero tragándose la ultima palabra.
—Aún estoy confundido —mentí—, pero se exactamente que es lo que tengo que hacer.
— ¿Todavía estas confundido! Pero sí…
—Un momento no salgas con eso del psicólogo que yo se exactamente lo que tengo que hacer, pues ya que estamos conversando de esto te voy a ser sincero. Yo jamás he experimentado con un hombre —La verdad es que nunca he llegado al grano, pero experimentado si.
— ¿Y con mujeres?
—Sí
— ¿Pero que es lo que pasa entonces? ¿No te ha gustado?
—Ha sido algo satisfactorio, pero creo que no me emociona tanto.
—Bueno pero es que esas mujercitas que has tenido son muy feas —sentencio mi mamá—, a lo mejor cuando ya estés aquí conoces a alguien diferente.
Y yo riéndome un poco por lo último que dijo, continué:
—Mira mama esto es algo muy difícil, yo ya pase todas esas etapas de rechazo y auto aceptación, todos los días me doy fuerzas para que no me importe lo que diga la gente en la calle. Pero es difícil, sobre todo en este pueblo, donde no puedes dar un paso sin que nadie se entere. No quisiera someter a mi papá a que viniera alguien y le dijera de la nada “Tu hijo es una loca”, por que así son aquí, despectivos, aquí la gente es mas prejuiciosa que en el resto de Venezuela, créeme. Esa es una de las razones también (que no te había dicho), pero por las que quiero mudarme este año, necesito vivir mi vida. Quizás allá también comenten, pero allá soy uno más del montón, allá nadie me conoce, soy una x más en el abecedario. Y bueno no puedo hablar con mi papá, las veces que se habla del tema en la casa, el pone de manifiesto su enorme rechazo.
—Bueno hijo, esto es algo muy difícil de aceptar para una madre, uno siempre quiere que sus hijos te den nietos y esas cosas… —hizo una pausa—, pero tu tienes que vivir tu vida.
—Yo también pienso eso, a mi me gustaría tener un hijo, casarme, pero esto no es algo que uno escoja, hay que vivirlo, para entender lo que realmente uno siente.
—Bueno pero por que no lo intentas, de repente conoces una mujer…
—No —corte enseguida—, ya la etapa de intentarlo paso, no puedo seguir desperdiciando oportunidades.
— ¿Y has tenido oportunidades? —inquirió mi mama, notablemente sorprendida.
—Si y varias veces —le confesé—, pero en muchas me he cohibido por el que dirán, en verdad me molestaría un poco ver como se burlarían de mi familia aquí, solo por hecho que no tengo una preferencia sexual igual a la que se supone debería tener. Pero ya descarte seguir desperdiciando mi vida.
—Tienes que estar preparado para lo que te viene, incluso entre la misma familia hay rechazo, mira el caso de Olda —si, el protagonista de uno de mis post— y su mamá, ella estuvo en tratamiento psicológico cuando el se lo dijo, y inclusive años después le cuesta aceptarlo, y a los hermanos y a ella les molesta aún cuando el llega a las reuniones familiares con su pareja —muchacho que aclaro, es como 20 años menor que el, es un catire triple A, y tiene un aviso de neón en la frente que dice “Chulo”. Quizás a eso pueda deberse la molestia de la mama y los hermanos de el, pero mi progenitora lo interpreta de otra forma.
—Bueno solo me queda sentirlo por aquellos que no lo acepten, pero por los momentos te garantizo que tratare de no montar un show como este tipo, exhibiendo su trofeo por todos lados.
—Tal vez deberías mudarte solo.
—Eso no ayudaría mucho, es lo mismo, estoy casi seguro que mi papá es capaz de golpearme si se entera, por eso te digo que en las vacaciones me voy a mudar contigo otra vez, tenga o no tenga trabajo.

El trabajo que estaba tratando de conseguir el día de mi cumpleaños es un cargo fijo, que posteriormente permite a uno pedir traslado, aclaratoria que hago para que no haya confusiones.

—Bueno hijo, yo te apoyo en todo lo que decidas. —finalizo, con una seguridad y un tono de cariño y amor, que nunca olvidare en mi vida.

Y yo, con lagrimita en el ojo, simplemente le dije que le agradecía esas palabras, y que cuando estuviera por allá en semana santa conversaríamos mejor.

¿No están de acuerdo conmigo en que mi mamá es linda?

¡I’m Out! ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii!
| 13 comments

Mi mejor amiga se enamoro de mi, II.

Lee la primera parte de esta historia en la entrada "Enamorarse del mejor amigo".

“Siempre es mejor lo que pasa”. Un refrán popular y que, créanlo o no, nunca había escuchado realmente o no le había prestado atención. Esa frase contundente fue la que tarde o temprano me hizo abrir los ojos.

Luego de la conversación con Llovizna, disimule en seguida de la segunda clase para fingir que me sentía mal y no salir esa noche, parece que además de soportar el hecho que ella estaba con otro, tenía que aguantar al “señor” que se me había adelantado. En la casa y dubitativo, me lamentaba de mi pésima suerte. No cabía en mi asombro por lo que estaba pasando, justo cuando yo me decido ya es demasiado tarde…

Aún descompensado, al día siguiente fui a hablar con mi tía la espiritual. Ella percibió a los segundos lo que estaba pasando, no por sus cosas religiosas, ni por que tuviera poderes o algo así, sino por que jamás le había contado a algún familiar, diferente de mi prima la bella, una experiencia tan personal.
—Bueno Sandum, son cosas que pasan, y que nos ayudan a aprender —me dijo—, pero creo que no tienes todo perdido, de todos modos deberías intentar hablar con ella… Pero recuerda algo, siempre es mejor lo que pasa.

La charla con mi tía me refresco el panorama, pero las cosas no pintaban bien para mí. Durante la siguiente semana aguarde pacientemente el momento para decirle a Llovizna mi discurso, entupidamente ensayado en un espejo. Estaba preparado para un rechazo espectacular, pero en el fondo esperaba un abrazo y unas palabras parecidas a “lo hice para darte celos”. Desafortunadamente mi vida seguía en formato película, pues siempre éramos interrumpidos, o me tragaba la lengua, o me quedaba lívido cuando por fin había un silencio entre nosotros. Total que llego el viernes y de alguna manera todos los amigos de pachanga cuadraron un mega plan que incluía visitar a todos los sitios del pueblo. Yo no me pude negar, pensando que mas tarde en la noche se presentaría la oportunidad de hablar con Llovizna.

Entrada ya la madrugada y luego de haber entrado en el último de los sitios, sucedió lo inevitable… En la pista de baile estaba el. Lo busque ansiosamente con la mirada cuando Llovizna lo señalo, tratando de no parecer idiota, pero me sentí peor. Mi rival era uno de los muchachos mas populares de aquí, cosa que yo en esa época estaba lejos de ser, y además tenía un gran sex appeal. Me sentí ridículo, como una especie de cucaracha, de esas que salen de día solo para ser aplastadas pues ya se están muriendo. Se me metió en la cabeza la idea, que era obvio que Llovizna le gustara un muchacho así pues inclusive a mi me llamaba la atención. Solo ahora que plasmo esta idea en las líneas, me río de mi mismo, ¿Me gustaba el chamo que era el novio de la chama que también me gustaba!

Pero Carlos no era el novio de Llovizna, y necesite de unos minutos para confirmarlo. El joven la ignoro olímpicamente durante el resto de la noche, y mientras yo bailaba con ella, tenía que soportar comentarios como “no se por que me trata así”, “no entiendo por que me ignora”. Desde ese día, sólo por ese momento, jamás pude ver a Llovizna igual. Me pareció una muchacha equis más, de esas que se rebajan por estar encima de un hombre. Parece que después de todo no era tan diferente.

Finalmente vino el cierre de la noche. Cuando nos disponíamos a irnos, ella decidió quedarse. Visiblemente molesto (creo) le pregunte:
— ¿No vienes con nosotros?
—No vale, todavía no me quiero ir por que… —y se corto, parecía que mi evidente molestia, había dicho todo lo que mi boca no pudo durante esa semana— ya conseguí con quien irme, y vamos muy apretados en esos carros.

A partir de esa noche, comencé a superar la etapa Llovizna. Empecé a ver el lado positivo de las cosas y no me preocupe mas por decirle nada, entendí que siempre es mejor lo que pasa. Pero había sido tan evidente esa noche, que en una de las tantas conversaciones Llovizna me pregunto:

—Se que tienes tiempo pendiente de decirme algo… ¿Qué es?
—No lo creo, hablamos todos los días, si tuviera algo que decirte ya lo habría hecho.
— ¿Estas seguro?
¿De verdad estaba seguro?
—Si, completamente.

Y paso el tiempo, Llovizna se olvido de su fucking boy, pues nunca llegaron ser novios realmente, vinieron otras historias, y un tormentoso amor, que termino algo trágico para ella, pues al parecer el hombre la dejo por ser muy posesiva. Durante ese tiempo Llovizna se retiro de la universidad y como la veía menos, dejo de importarme… Mi vida volvió a la normalidad.

Paso mucho tiempo, y con Llovizna inscrita de nuevo en la universidad, cierta noche me dijo:

—Sandum hay algo que siempre quise decirte, y que tenía previsto hacerlo cuando te graduaras y te fueras de aquí.
—Si —dije yo, sospechando el asunto, pero incrédulo por otra parte— ¿Y que será?
—Tú siempre me gustaste.

Fue como regresar atrás en el tiempo. Era como verme a mi, meses atrás tratando de decirle lo mismo a ella.

—Nunca me lo imagine, —fue la tontería que le dije, y de nuevo como a borbotones me salieron las palabras—: tú también me gustabas.

Aún no se por lo dije. Ya en esas fechas tenía a alguien muy diferente en la cabeza (un hombre), tener algo con ella en ese momento estaba totalmente fuera de lugar. Le comente por que no se lo había dicho antes, y le explique que en tanto tiempo, ya lo había superado. Pero al parecer ella no entendió la última parte. Retornamos de nuevo a las conversaciones subidas de tono, a los besos de medio labio, a las miradas cómplices. Yo sin saber que hacer, no me atrevía a hacerle un desplante. Por esa época también otros de nuestros amigos estaban empezando un romance, y era algo así como el dos para dos. Lo único que pude sacar de esa platica, y me alegro por ello, es que desde el principio y cuando pensaba declararme, yo si le gustaba a ella, sólo que como no me decidía ella abrió sus horizontes, pero nunca me olvido —pese a lo novelero que pueda sonar, pero es lo que ella manifestó— y ahora que estaba sola otra vez, pues nada le impedía decírmelo.

Use todas las formas sutiles para rechazar a Llovizna. Empecé a esquivar sus señales, pero comencé a pisar los terrenos de la incomodidad. Luego comencé a evitarla, no frecuentaba las reuniones donde sabía que ella iba a estar, y parece que luego de un tiempo todo volvió a la normalidad; volvimos a ser amigos.

Cierta noche, ya en esta época actual, salimos a una fiesta de la cual me dieron 4 pases. Como no tenía con quien ir, invite a mis amigos casados (los que empezaron su relación cuando Llovizna empezó a andar tras de mi nuevamente) y le dije a Llovizna que me acompañara. En cierto momento comente:
—Yo siempre invito a Llovizna a bailar, pero se que ella no le gusta lidiar con mis 2 pies izquierdos.
—Si supieras —susurro ella.

Esa noche termino en una discoteca donde nos encontramos a mi hermana y al día siguiente me pregunto:
— ¿Tu y Llovizna son novios otra vez?

Tal parece que las cosas están hechas para que las queramos cuando no las podemos tener, y las tengamos cuando no las podemos querer. Sin darme cuenta viví mi propia novela con ella, pues solo como referencia les diré que todos estos hechos ocurrieron en un periodo de 7 años… Soy bueno para resumir ¿No?
| 5 comments

De todo un poco.



Con la enorme cantidad de trabajo que siempre tengo por estas fechas, no pude escribir nada el día de los enamorados y siguiente, aunque en realidad no tenía mucho que aportar. Creo que todos los días de los enamorados que recuerdo los he pasado sólo, pero no me estoy refiriendo a amistades precisamente.

No voy a caer aquí en el absurdo de decir que ese día me parece una faena hiper comercial, y que no debería celebrarse, pues lo cierto es que a mi si me gustaría celebrarlo algún día. Aunque a veces siento que para algunos este día es como una especie de competencia de “quien tiene más admiradores”, “quien recibió el regalo más bonito”, y bueno no quiero parecer peyorativo, pero si la felicidad en ese día dependiera sólo de eso yo ya hubiese ganado hace tiempo.

Creo que algunos se olvidan del verdadero tema de la celebración, como aquí donde vivo, donde sólo se preocupan de caminar por la calle exhibiendo el enorme peluche comprado, el fabuloso regalo recibido… Yo me hubiese conformado sólo con una cena romántica, ¿o por que no? amanecer con un abrazo o una llamada de alguien especial recordándome el compromiso en la noche, en vez de recibir un montón de cosas, de las cuales sólo les voy a dar uso a las que se comen…

¡Espero encontrar mi hombre el año que viene, así que avisados están!

-0-

Luego del trauma de los párrafos anteriores sigamos con cosas más interesantes. Como el día de mi cumpleaños. Me gustaría decir que todo fue perfecto pero, hubo algunas cosas que lamentablemente no salieron del todo bien:

-No había suficientes copas pues fue más gente de la presupuestada. Debido a esto algunos invitados terminaron bebiendo su vino (que según mi amigo el músico era caro), en horrendos vasos de plástico (ahí fue donde se acabo todo lo trendy de mi fiesta).
-Mi hermana fue la encargada de la torta y nunca le dijo a la repostera si era para un hombre o para una mujer, por lo que la vieja asumió (no se por que) que era para una mujer, en consecuencia, mi torta ¡Tenía un decorado rosado! (De verdad les digo que ya el universo esta jugando en mi contra).
-A pesar de que fue más gente de la prevista, sobro mucha comida, por lo que nos lamentamos de haber gastado más dinero de lo necesario.

Lo que si salio bien:
-Fueron todos mis amigos, y faltaron unos indeseables que invite por compromiso y nadie quiere (¡nice!).
-Se me ocurrió comprar 2 botellas de vodka pues el vino no me cae muy bien y aprendí a hacer un cóctel con fresas y hielo picado que causo sensación y reafirmo mi imagen de chico nice (¡dos bien!)
-Con el cóctel logramos rascar a una amiga que casi nunca la vemos en ese estado, y es súper graciosa cuando esta así (¡súper!)
-Recibí muchos regalos y entre los mejores: Una botella de Blue Label, cuatro perfumes (Hugo Dark Night, Aqua di Gio, 360º y Tommy True Star), y algunos invitados que me llevaron dinero en efectivo, lo que ayudo a pagar la otra parte del festejo al día siguiente (¡tres bien!).
-Voy mas que sobrado para el concurso de mi próximo trabajo (en tres semanas aproximadamente), pues la directora de la institución fue tratada como una Reina y quedo muy complacida con la comida, además que por supuesto me tiene alta estima pues compartimos algunas cosas cuando estábamos en la universidad. (¡Lo mejor!).
-Pude agarrarle las manos y abrazar a mi amor platónico (no se que tan bueno haya sido, pero me gusto sentirlo).

Lo inevitable:
-El olor a resaca y el sueño insufrible que sentí durante todo el día siguiente en la oficina, lo cual se vio aderezado con la llamada de mi amiga, la rascada, diciéndome algo que me hizo reír todo el día: “todavía tengo tufo de borracho”.

-0-

Finalmente para terminar este largísimo post les anunció que en las próximas horas publicaré la parte final de la última historia. ¡Saludos!
| 6 comments

Y el ganador es…


Finalmente y luego de una dura deliberación la máxima autoridad y el comité organizador declaro como ganador del concurso del post anterior a…

¡El señor Lascivus! Me permito transcribir aquí el acta de entrega del premio.

“El comité organizador envía su más sincera felicitación al señor Lascivus por haber ganado el concurso del día de la Juventud y cumpleaños de Sandum. No obstante, la máxima autoridad del concurso, envió algunas aclaratorias:

-El señor Lascivus no gano por invocar la norma Nro. 2, que muy habilidosamente demando. Pese a que la presunta fotografía no llenaba las expectativas de jurado calificador al no mostrar algo “más actual y excitante”, se reconoce el defecto en la norma, al no especificar como debía ser el desnudo. Sin embargo, la regla in comento rezaba claramente “el que envié una foto”, por lo que obviamente un enlace a un video no cumple, ni mucho menos, los requisitos. Estudiosos de la jurisprudencia tomen nota para futuros procesos.

-No obstante, y dado que el jurado calificador no pudo parar de reír por varios minutos, pues observo atenta y ansiosamente el mencionado video esperando el momento cumbre, considerando además lo ingenioso del señor al leer entre líneas, se le otorga el premio por enviar la “respuesta mas original y divertida” con mucha diferencia.

-La máxima autoridad calificadora, convencida de las dotes de abogado del señor ganador, tomara en cuenta su habilidad para futuras querellas legales.

-El comité y las autoridades desean a agradecer a todos los participantes que utilizaron la vía email, fueron algo más de los esperados, y además hacen una exhortación a aquellos que LLEGARON TARDE y otros que querían ganar pero no se esforzaron (pese que el consejito le hace mucha falta al Sr. Sandum).”

Fin del documento.

Bueno así están las cosas, Lascivus un besote, espero que disfrutes tanto el premio como yo sufrí escogiendo las fotos que te iba a enviar, y que me hagas llegar a mi y a los lectores de mi humilde blog tus opiniones. Gracias P3ter y Miss Neumann que llego tarde, y gracias por los regalos virtuales que me enviaron (no sabía que existían esas páginas).

¡Gracias a todos! ¡Y hasta el otro año!

Lista de Premios otorgados esta noche:

Títulos de las historias:
-De la Fundación del pueblo
-Las profesiones más antiguas (se entrega hoy)
-Conversaciones (se entrega mañana en el transcurso del día pues fue escrito en momentos de ocio en la oficina).
-Desde donde se mire (ver paréntesis anterior).
-Una fotografía de cuerpo entero
-Una fotografía de rostro (para que no digan que uno envía fotos borrosas o de lejos, yo soy un tipo de palabra).

P.D.: Lascivus aunque las historias son tuyas, están debidamente registradas, así que nada de enriquecerte con ellas, ¿Ok?
| 6 comments

Nada de historias truculentas por hoy 12 de Febrero.



El día 12 de febrero es muy importante para Venezuela y para mí. Para nuestra patria por que el “día de la juventud” es uno de los momentos más memorables en la historia de nuestro país, pero como este no es un blog de historia, sino sobre mi búsqueda de un hombre, le aviso que este día también es importante para mi pues… ¡Es mi cumpleaños!

Siempre dije que tenía 23, pues estaba mintiendo (¡Oops!), hoy es que oficialmente tengo esa edad, por tanto tengo una propuesta muy importante para todos los lectores. Como lamentablemente nadie que lea esto podrá acudir a la cena que prepare especialmente para la ocasión (con lo mucho que me encantaría tomarme un vinito con Lascivus y brindarle un plato de Paella Valenciana), abro aquí un concurso, y es como sigue:

Aquel lector que me envíe durante todo este día la felicitación más original, divertida o especial, bien sea a través de un comentario o en el correo politiricavzla@gmail.com, podrá escoger uno de estos premios:

*Una cena todo incluido…. ¡Noooo! Mentira. Un relato escrito por mi, alejado de la temática del blog (Que versa sólo sobre mis desventuras Goofyanas), que garantizo gustara a todo aquel que haya leído gratamente lo que aquí se ha publicado (y si no le gusta, pues a caballo regalado…).

*Una fotografía de mi persona, la cual será… Totalmente vestido y en ropa normal ¿Qué pensaban? Y si consideras discutible la utilidad del segundo premio, pues te digo que te puede servir para espantar a cualquier bicho rastrero que tengas en tu casa… (¡Dios que malo soy conmigo!).

*Los lectores gold (P3ter, Lascivus, Mujer, Mi recién invitado amigo virtual, Miss Neumann, etc…) Podrán incluso ganarse los 2 premios.

Condiciones:
-Cero fotos de fisting y cosas de corte similar.
-El que envíe una foto de alguno de los Chicos de Gossip Girl desnudo ganara automáticamente, siempre que no sea un montaje en Photoshop (a menos que sea uno muy bueno).
-Los insultos no valen (a menos que me den risa, lo cual es probable)

Y bueno hoy no habrá historias truculentas pues estaré muy ocupado en mi cena súper trendy, de la que depende además conseguirme un trabajo mejor del que tengo actualmente (habrá una invitada de lujo que es directora de una importante institución).

¿Qué opinas de este post? ¿Demasiado alabancioso? Lo siento pero en mi cumpleaños todo se trata de mí… ¡Saludos!
| 8 comments

Enamorarse del mejor amigo.


Recientemente leí en un blog del que soy fanático, (http://thetaboomustdie.blogspot.com/2008/01/we-love-cliss.html) un artículo sobre los clichés (o clisé como sabiamente Sebastián per Dolce, el autor se anima ampliar el vocabulario de los incultos y mal hablados), y mi sorpresa es mayor cuando uno de esos fulanos clichés (lo siento Sebas pero no puedo escribir clisé), es enamorarse del mejor amigo, no obstante recalcaba que esta es una experiencia necesaria en la vida.

Yo obviamente la viví, pero este articulo hizo replantearme completamente la forma en la que pienso abordar ese tema, ya que al ser algo que todo el mundo a vivido, debo ser mas especifico, so pena de no caer en los clichés narrativos de esa historia, y convertir ese post en una anécdota súper repetida y común para todo el mundo Pero como hoy tengo ganas de hablar del asunto, narrare la historia desde la perspectiva contraria, por lo que a partir de aquí empieza un nuevo titulo.

Mi mejor amiga se enamoro de mí.

Recién empezando la universidad (tengo un lagrimita en el ojo), y en los primeros contactos sociales conocí a Llovizna. Cuando comencé a tratarla tenía una depresión horrible, pues estaba un poco arrepentido de haberme mudado al pueblo, y además me estaba auto presionando para conseguirme una “novia”.

Llovizna es una muchacha excelente que dejo bien claro desde el día uno que no era la típica chama de pueblo cabeza hueca… De hecho lo único que la diferenciaba de mis amigas de la ciudad era que vivía en el pueblo, mas nada, era altiva, moderna, muy open mind, si me permiten el termino anglosajón.

Yo que en esa época estaba vuelto un ocho emocional y sexual, creo que realmente llegue a enamorarme de ella. Jamás le manifesté eso, por que en realidad sabía que lo que me estaba pasando era algo pasajero, nunca había tenido noviazgos con mujeres que duraran poco mas de un mes, por lo que estaba absolutamente convencido que aquí no tenía nada que hacer.

Transcurrieron las semanas, los semestres y con Llovizna supe lo que era salir a rumbear (acoto aquí que empecé la Uni a los 16), lo que era tener un equivalente en forma de mujer. Me confeso sin desparpajo alguno que todavía era virgen por que estaba esperando al tipo ideal para que se la quitara, y no le iba a entregar ese tesoro al primero que cruzara en el camino… Pero al final, y entre tanta conversación y confesiones, entre tanta rumba y baila’o (ella fue la que pudo coordinar mis 2 pies izquierdos pues es bailarina empírica), mi amiga empezó a mandarme señales de alerta. Nuestras charlas súbitamente subieron de tono, y yo como el atolondrado que soy, no me di cuenta, pensé que ahora “nos estábamos jugando así”. Muchos en la universidad pensaban que éramos novios, o cuando menos “nos estábamos acostando” (por decirlo de manera elegante). Finalmente otra amiga me abrió los ojos y entendí lo que estaba pasando.

Yo viví mucha confusión en esos días. Había una parte de mi que decía: “Dale Sandum, quizás con ella puedas dejar de ser Gay”, pero la otra salía al paso “Ni loco le hago eso a mi amiga… ¿Que se supone que haré cuando me guste un hombre? ¿Cómo se sentirá si en ves de dejarla por una mujer la dejo por un hombre? ¿Y nuestra amistad?”. Yo quería demasiado a Llovizna como para usarla, cual ratón de laboratorio, solo para comprobar “si en verdad podía llevar un noviazgo con una mujer” ¿Y si fallaba el experimento? Descarte por tanto toda posibilidad de noviazgo, pero obvie algo, una espinita que tenia en el fondo atascada, y que llegue a sentir sin verla: Sabía que Llovizna era virgen, sabía ya que yo le gustaba, por lo tanto sabía que ella podía ser solo mía cuando yo quisiera, no había estado con otros hombres, por lo que mi inexperiencia no sería problema. Aunque el lector no lo crea, jamás llegue a afirmarme esto a mi mismo, pero inexplicablemente y ahora que traigo esos recuerdos era algo que simplemente SENTIA. ¿Qué como lo sé? Sigamos:

Hubo un día en que me dije: “Creo que voy a empezar algo con Llovizna”. Había contemplado esa posibilidad varios días en esa semana, y ese viernes me decidí. Atrás había dejado todos los temores, pues me afirmaba con convicción que jamás podría tener algo con un hombre en el pueblo y esquivar el que dirán al mismo tiempo, por lo que si “el experimento fallaba”, yo tarde o temprano me mudaría de aquí, y me realizaría como Gay a plenitud sin que ella tuviese que enterarse. A media mañana recibí un mensaje de ella: “Sandum tengo algo que contarte”… “Yo también” le respondí… Pensé que como era viernes acudiríamos a una fiesta nueva o a un sitio nuevo (siempre salíamos a rumbear los viernes), y de eso se trataba lo que quería contarme. No se que mas paso ese día, solo tengo un recuerdo horrible… Una escena nefasta, que hemos visto hasta el cansancio en comedias románticas y películas similares, pero que nunca creemos que nos pasara a nosotros. Cuando me disponía a pedirle a Llovizna que fuera mi novia, ella me dijo:

—Tengo algo que decirte… Ayer me acosté con un chamo que me gusta.
— ¡En serio! —Exclame disimulando, pero sentí que todo a mi alrededor se paralizo. Me veía inmerso en la típica escena en la que el fondo que esta tras el actor se nubla y se vuelve borroso… Advertí que caía en un vacío, sin retorno…

Luego de intercambiar las primeras impresiones sobre su confesión, ella me pregunta:

— ¿Y que ibas a decirme tú?
— ¿Yo? Nada, era una tontería, creo que ya se me olvido…

A estas alturas el lector debe estarse cuestionado, sobre quien se enamoro de quien, pensando que el cambio del titulo en el post no era necesario… Pero los invito a buscar la segunda parte de esta historia, en donde por inverosímil que parezca, un refrán popular me salvo del error que pensaba cometer…
| 7 comments

Mi obsesión televisiva.


Si revisas el post anterior entenderás por que la foto de arriba, necesitaba calmarme y creo que viendo a este bombón, aunque sea en fotos, hace que mi mente se ocupe en otras cosas más relajantes… ¡Ja!

Sigo buscando, cuando encuentre alguna desnudo o por lo menos en la playa y en shorts les aviso...
| 8 comments

¡¡¡¡¡¡Estoy Molesto!!!!!!


Estoy molesto, bravo, @rrech0… No se que otras palabras existirán, pero estoy aburrido de vivir en este fin de mundo donde la gente sin oficio anda pendiente de los otros… Digo por en Valencia o Caracas sólo eres una X mas en el abecedario, pero aquí no, aquí los chismosos, sin oficio sólo viven pendiente de la vida del otro.

Los hechos:

El viernes salí de mi trabajo y me dispuse a ir a una licorería cercana a comprar una tarjeta telefónica… El orden de los establecimientos de esa cera es el siguiente: Banco, CANTV, Venta de Electrodomésticos, Panadería, Estacionamiento, Hotel, Licorería… Y yo preciso, voy a la licorería y el gerente del Banco también va saliendo (El cual es el propio “Queer” y mide como 1.90), y como yo soy amable y no me gusta hacerle el feo a nadie, lo salude y camine unos segundos con el hasta la licorería, y luego el siguió…

Los mensajes de la gente entrépita:

“¿Y para donde vas tu con esa loca?”
“¿Te acabo de ver rumbo al hotel con el Gerente del Banco XXX o son ideas mías?

Los comentarios de la gente sin oficio:
“Ayer te vi con XXX… ¿Y para donde ibas tú con ese señor? Te iba a escribir un mensaje echándote broma pero no tenia saldo…

Mi única respuesta:

No te respondo como mereces por que perdería mi tiempo… (Y encima hay que explicarles el por que, si no se te quedan viendo con una cara de pendejos que ni les cuento)… A Los mensajes, solo les respondí:

“Es que me propuso acostarme con el y no me pude resistir…”.

Lo más triste es que si llegamos a caminar juntos un minuto fue mucho… Y para rematar tuve que deleitarme viendo las risas de unos indígenas mal vestidos que nos observaban como si fuéramos un espectáculo en waterland o algo así… Pena deberían sentir ellos de ser tan ridículos y ociosos…

Superado ese incidente, y hablando de todo tipo de cosas con mis hermanas en el almuerzo, surge este comentario:

“Uno no puede hablar así —le dice una a la otra—, acuérdate lo que dijo mi tío de Sandum, solo por que lo ven así arreglado todo el tiempo y ellos no conocen a su novia (y la verdad no se que novia me han conocido ellas)…”

Ahí les va lo que dijo el tío:

“¿Bueno y Sandum que? Es travestí, marisco o que… Por que a ese carajo no se le conoce novia…”

Yo entiendo que la gente se extrañe, es lógico, y eso no es lo que molesta… Lo que me molesta es: ¿Cuál es el m@ldito problema que tienes tú con mi vida? ¿Te pagan para que me investigues y andes vociferando mis asuntos personales?...

Cédula de la personalidad del tío (no es mi tío, si alguien lo duda):

Un hombre que ni siquiera termino la primaria, mas ordinario que una pantaleta de caki, mas feo que un tropezón a media noche. No trabaja, es un mantenido por las mujeres patéticas que se consigue, que obvio, son mas horribles que el (en los casos que es posible claro)… Ha golpeado a todos sus hermanos por motivos absurdos, es grosero con la mama ¿Continuo?

Creo que los niveles tan altos de desempleo (y flojera), que existen en Venezuela terminan afectando a mas de uno… Me parece que el Lunes voy a invitar a almorzar al fulano señor gerente, digo, para dale mas material jugoso a los sin oficio…
| 7 comments

Preguntas capciosas.


Si te encuentras en situaciones embarazosas por preguntas capciosas, he aquí algunas respuestas que te pueden sacar de apuros, suponiendo que tu intención sea ocultar tu naturaleza:

Pregunta:
¿Qué color es este? —mientras te muestran una hoja que tu sabes que es fucsia.

Respuesta:
Rosado —Los hombres no dicen Fucsia o Beige por dar algunos ejemplos.

Pregunta:
¿Y tu novia?

Respuesta (una de miles):
Terminamos por que era malo en la cama —nadie te creerá, parecerás gracioso y pasaran a otra cosa, funciona de verdad.

Pregunta:
¿Cuál es tu cantante favorito?

Respuesta:
Ricardo Arjona —Es un tipo romántico, pero que a la vez le monto cacho a su esposa, por lo que entre machos es aceptable. Esta prohibido decir Britney, Madonna… Y ni se te Ocurra decir Cher o Bárbara Streisand.

Pregunta:
¿Por qué tienes un mensaje recibido por un hombre y que dice mi amor?

Respuesta:
Es el hermano de mi novia, no tiene saldo y su hermano le presto el cel.

Pregunta:
¿Eres Gay?

Respuesta (una de miles):
Si, y quiero comerte a besos —si es un hombre.
Si, y quiero ser tu intima —si es mujer. La gente siempre anda buscando las 5 patas al gato, si lo niegas no te creerán, si le dices que si de esa forma, no te creerán tampoco, parecerás gracioso y pasaran a otra cosa. En esa pregunta nunca debes:
Contestar con otra pregunta como: ¿Es importante? ¿Te interesa?
Decir, no y luego agregar “allá tú si no me crees”.
Insultar al inquisidor y empezar a soltar plumas.

Recomendaciones:
No escuches Madonna todo el día.
No te lamentes por la trágica vida de Britney.
No tengas tus películas de COLT o FALCON es una gaveta sin llave.
Evita hablar de farándula.
No uses bolígrafos de colores, solo esta permitido el kilométrico o uno ejecutivo marca Parker o superior.

Mucha suerte, les dejo 2 refranes populares:

“No se puede ocultar el sol con un dedo”
“Entre el cielo y la tierra no hay nada oculto”

¡Besos!

| 4 comments

El que se mete con niños sale…


Más de alguno pensara que personas jóvenes e inexpertas como yo, deben salir (o buscarse) a alguien más experimentado, esa persona curtida, nos daría… Como decirlo, el impulso definitivo… Y aunque para terminar este párrafo, debo añadir que la idea me parece cierta desde el punto de vista teórico, en la práctica me fue un poco difícil llevarla a cabo… Veamos los hechos.

En plena época universitaria llego a mis oídos una jugosa información:

— ¿Sandum tu sabías que Olda, el hermano del esposo de tu prima es del otro lado?
Por supuesto que lo sabía, las desventuras de ese ser me las conocía gracias a mi mamá y mi tía.
—No, no lo sabía —fue mi respuesta —, no trato para nada a esa gente.

Aunque lo sabía hacía mucho tiempo, jamás se me había ocurrido la idea de relacionarme con él. Por todo lo que había escuchado el sujeto en cuestión era un poco “queer”, y aunque ahora soy más receptivo a cualquier clase de gente, en esa época sufría de homofobia contra nuestro propio género (que malos días aquellos), aún estaba evolucionando como persona, y cualquier cosa que oliera a plumas me producía rechazo.

Días después del chisme, y con el cuento presente que Olda era más loca que nadie, fuimos a visitar a mi prima. En algún momento de la charla, surge el tema de todos los bienes y negocios que poseía el señor en cuestión, y entonces se me ocurrió una idea ridícula: “Quizás ese señor pueda resolverme, sería bueno tener un novio con plata”. Aunque jamás me falto nada, y mi mamá nunca dejo que vistiéramos mal o algo por estilo, yo concebí esa posibilidad ridícula. Con una excusa tonta le quite el teléfono a mi primita (la hija de mi prima casada) y memoricé el número de su tío.

Algunos días luego, y con la idea ridícula aún dándome vueltas en la cabeza, le envié un mensaje de texto (compréndanme aún era estudiante y ustedes saben como son las finanzas personales en esa época):

—“Hola, no me conoces, pero me gustas mucho y me gustaría conocerte”
—“En serio y donde me has visto?” —fue su respuesta.
—“Siempre te veo por la urbanización donde vives”

No me respondió más. A los minutos me llamo. Con nerviosismo tome el teléfono:

— ¿Alo?
—Hola es Olda… Me enviaste un mensaje hace unos minutos.
—Ah si… Lo que te dije es cierto.
— ¿Pero de donde me conoces?
—Siempre te veo en un café —mentí y le dí el nombre de un café que había frecuentado por esa zona en unas vacaciones pasadas.
— ¿En serio? Pero eso lo cerraron hace años…
No puedo decirles lo nervioso que me puse, de mi respuesta siguiente saldría si había corazón o no… En su ambiente, mentir es grave:
—Pero te vi hace tiempo… No supe más nada de ti, después que cerraron ese café… Conseguí tu número por medio… Bueno no te puedo decir quizás después te cuente…

Segundos de tensión. ¿Lo habré convencido?

—Ah entiendo… Bueno ¿Y que mas?

Victoria. Hablamos muchas cosas. Su voz era agradable y tenía una conversación muy amena. Parecía ser un hombre muy recorrido. No había silencios incómodos. Luego de varios días, me invito a merendar…

— ¿Me aceptarías un café?
—Con gusto… ¿En donde?

Me invito a un lugar que por aquella época estaba IN en Valencia… Quedaba cerca de aquel café donde lo había visto y, le dije que si sin pensar… Pero se me avecinaba un problema… Yo vivía al otro extremo de la ciudad, no tenía mucho dinero… ¿Y si las cosas no marchaban bien? Al final resolví con la extensión de la tarjeta de crédito de mi mamá. Cuando llegue al sitio Olda estaba esperándome en una mesa para dos. El lugar parecía discreto, nadie se me quedo observando al entrar (o al menos disimulaban, llegue a suponer que me verían como algún outsider a su sitio de moda)… Como ya conocía al señor en cuestión, fui a su mesa directamente…

—Hola —lo saludé.
— ¿Supongo que tu eres…?
—Ese mismo…
Segundos de tensión… Me detallo por unos momentos… ¿Será que no le gustaba mi ropa? Había pensado en emperifollarme más, pero no me pareció apropiado para la hora de la cita (4:30) ni para el lugar, siempre he pensado que menos es mas… Llevaba simplemente una Chemise de Algodón (Tommy Hilfiger), color crema con rayas rojas y azules muy simples, un jean prelavado de la misma marca y unas botas marrones hi-tec… Como no tenía un reloj más caro, deje el mío en casa, tenía la equivocada idea que el se fijaría primero en mi ropa (¡Que tonto era en esa época!)…

—Bueno pero no te quedes ahí, siéntate…

¿Y si me reconoció? Probablemente me había visto cuando yo era más niño, y se acordaba de mí…

—Tienes el cabello muy bonito —me soltó de repente, mi cabello es semi largo, negro y muy liso— ¿Nos tomamos el café? —Y le hizo una seña al mesero, que aparentemente lo conocía.

No recuerdo todo lo que conversamos. Fue una plática muy amena, en cierto momento y luego de 2 cafés y algunos dulces me invito a su apartamento. Sentí ganas de ir al baño. Por supuesto que no estaba preparado para esa invitación, pero Olda rondaba ya los 40, por lo que debí haber supuesto que de llamarle la atención algo así iba a pasar.

Mientras iba en el carro con el, estaba hecho un manojo de nervios, trate de disimular todo lo que pude, pero estoy casi seguro que lo noto, pues a momentos soltaba risas como para el mismo… No puedo decirles mucho del apartamento, recuerdo muy poco, pero evidentemente el señor tenía muy buen gusto, era tipo estudio, decorado con un estilo minimalista impecable, y tenia hasta un bar muy acogedor. Se las dio de experimentado al ofrecerme un cóctel que el mismo preparo, pues el bar estaba bien equipado. Yo que ya no estaba coordinando bien mis ideas y apenas podía contener mis ganas de ir al baño (a hacer Nro 2 para los que tengan dudas, y no por la merienda, sino por los nervios), lo observaba distraído… El cóctel era una bomba, tenía mucho licor y sabia a algo parecido al níspero (no se nada de esas bebidas). Era obvio que quería rascarme, pues el bebía a grandes sorbos, como intentando que yo hiciera lo mismo… Hasta que llego el momento, una escena que recuerdo como si fuera ayer, y una frase que aún resuena en mis oídos:

— ¿Vamos al cuarto? —Me pregunto, haciéndome sentir como en una de las tontas películas que veía siempre…
—Esteee… —y me quede pegado así, estaba totalmente fuera de mi…
— ¿Me vas a rechazar?
—No estoy preparado para estar contigo…
— ¿Eres virgen?
—Esteee…
—Si eres virgen puedo ayudarte con eso…

No me deje ayudar, le dije que me tenía que ir, y entonces el hombre seductor, que vestía y franela gris un poco brillante, y demasiado ceñida para mi gusto, me espetó:

—Fue un error haberte traído, siempre me han dicho que el que se mete con muchachos sale c@g@do...

Y se me quedo mirando, y yo con toda la pena del mundo, sin saber que hacer, creo que susurre algo ininteligible que sonó a me voy… y el siguió indiferente, como que si ya no hubiese nadie en frente de él…

No puedo decirles todo lo que me costo agarrar un taxi… El edificio estaba ubicado en una zona desértica, donde al parecer todos sus habitantes tenían carro… Me sentí horrible, como el tonto más tonto entre todos los tontos del mundo… Fue una oportunidad perdida, en mi ya creciente record…

-0-

¿Quieren saber como era Olda? Era alto, con unos rasgos toscos, típicos de la gente con ascendencia italiana, y vestía un poco “queer”, franela de mangas cortas, gris un poco brillante, y muy ajustada, pantalón también algo ajustado, y creo que unos zapatos negros. Tenía un torso musculoso y manos grandes… Creo que se adaptaba al esteriotipo de musculoca… Fin del cuento.
| 3 comments

Las pintan calvas.


“No hay peor ciego que el que no quiere ver”. Definitivamente la sabiduría popular, o de las abuelitas como le digo yo, nunca falla. Recordando y recordando momentos de mi vida, y con el aprendizaje o la “experiencia” (que no es mucha), que tengo ahora es que me doy cuenta que oportunidades de tener contacto con alguien tuve, y no fueron pocas…

El primero de ellos fue Pancho (Nombre clave). Recién llegado a mi pueblo, fui invitado a una fiesta de Haloween, la cual fue realizada en un Fundo alejado del casco, por lo que fuimos escoltados por el Papá de una amiga de mi hermano (quien no haya entendido que lea de atrás a adelante). La fiesta magníficamente decorada, con calabazas de fantasía, vasos alegóricos, telarañas y demás, adolecía del defecto de tener mala música, por lo que resignado (de todos modos no bailaba mucho), me atrinchere estratégicamente cerca de los pasa palos y comencé la degustación. En cierto momento se me sienta al lado Pancho:

— ¿Tu eres hermano de…? —me pregunto.
—Si ese mismo…

Conversamos un rato sobre las hazañas de mi hermano, y luego sobre las de mi hermana pues el estudiaba en el mismo colegio que ella (que no en el mismo salón, no soy tan asalta cunas)… Recuerdo muy poco de lo que hablamos por que en principio el muchacho me pareció harto fastidioso, además que dejo que se me enfriara unos canapés calientes que pensaba comer… Conversando y conversando y entre el fastidio de la horrible música, el muchacho me empezó a parecer simpático. Estaba extrañado (o fascinado, todo hay que decirlo), que me siguiera a todos lados, incluso jugo billar conmigo luego que los mas exasperados instaron al anfitrión a que abriera un salón donde estaban algunas mesas…

En cierto momento, Pancho me dijo que lo acompañara a la explanada ubicada hacia la parte posterior de la casona… Yo que ya estaba un poco tomado, sin estar acostumbrado a ello, y que además en mi mentepolles extrema ya me había emocionado con el juego, no entendí (si es que había algo que entender) aquella situación que él estaba propiciando… Salimos del salón, atravesamos el amplio corredor donde se desarrollaba la fiesta, tocamos la grama, y poco a poco nos fuimos alejando de la luz del poste que iluminaba esa parte del fundo, camino hacia un árbol de mango frondoso, cuya oscuridad alrededor apenas dejaba ver el tronco. Aún estaba aturdido, y por supuesto que no entendía nada de la situación, pensé que quería orinar o algo así… Y cuando casi llegamos el tronco, sentí su hombro cerca del mió, y dije:

—Chamo ¡Estas loco! Yo se donde quedan los baños, vámonos de aquí.
Tenía 17 años. Aún hoy me lamento por lo olímpicamente gafo que fui, sólo al día siguiente fue que reaccione. Lo buscaba por todos lados… Pero nunca lo volví a ver, salvo en una ocasión que lo encontré en la calle y yo no tenía tiempo que perder. Años después cuando coincidíamos en fiestas (y ya no me saludaba), pues aquí se ve la misma gente en todas y cada una de las reuniones, me lamente aún más, por que Pancho se había convertido en un triple A, es decir, no tenía desperdicio en ningún lado (Aunque en cierta ocasión mi hermana me comento que no se aseaba muy bien).

Hace poco, lo vi nuevamente en una celebración de 15 años. Descubrí que ya no me importaba en lo absoluto (aunque en esta ocasión si me saludo), y además tuve una revelación que hubiese preferido no descubrir, so pena de seguir pensando que en aquellos años el muchacho quería algo conmigo… En cierto momento mientras cataba si los refrigerios estaban en su punto, observe hacia la mesa donde estaba él. Con una seña invito a otro muchacho, hacia la parte trasera de los baños. No puedo decirles como me sentí en ese momento, no tenía nada en la cabeza, sólo quería seguir observándolos sin que se dieran cuenta, y sin que los que estaban alrededor mió lo notaran. El otro, asintió positivamente y entraron… Demoraron cierto tiempo, y salieron tomándose… La nariz.

No había que ser empleado de Hogares CREA para percibir lo que estaba pasando. El resto de sus acompañantes en la mesa se irguieron ante mi como los muchachos de la plaza que todo el pueblo sabe que necesitan rehabilitación (Definitivamente una chaqueta bien puesta hacer pasar a cualquiera a una fiesta)… Ahora me pregunto: ¿Será que ese día Pancho me estaba invitando a…?
| 8 comments

Accidentes aparatosos sucesivos II: Estrella Estrellada.


El ser humano es una persona inconforme y contradictoria en general, digo habrá sus excepciones, pero en mi caso, esa característica intrínsecamente humana creo que es mas acentuada que en cualquier otra persona conocida, ¿A que viene todo esto? Pues que sencillamente había tenido varias citas en las que los citados aparentemente se morían por mí, pero yo sin embargo los rechacé sin titubeos… Pero como el mundo da vueltas, un día me toco vivir la historia del otro lado de la moneda…

Durante mis tertulias con Jaime, Arnaldo y Ulises, también había conocido a un cuarto personaje. Hasta ese momento no le había dado mucha importancia, por que a pesar que me gustaba más que los otros 3 (no había visto su foto), las comunicaciones con el eran mas esporádicas y mas cortas… Parecía ser más normal, pues a través de mensajes nunca me manifestó que le gustaba o algo así, siempre era como una charla entre amigos. Por medio de sus textos viví con el las desventuras que paso cuando se enamoro de un amigo, cuando le dijo a ese amigo que era gay, cuando el amigo lo apoyo pero le dijo que el no era, cuando le dijo a sus padres que era gay, luego cuando empezó a relacionarse con la gente del ambiente caraqueño… Y finalmente por un tiempo no supe de el…

Mientras se corto la comunicación con Esteban, regreso Arnaldo… Su ausencia había sido por más de 2 meses. Me contó que había empezado las pasantías de la carrera, siendo confinado a un pozo petrolero y prácticamente estaba incomunicado. Por supuesto que no lo perdone (y según recuerdo no le creí), pues al menos pudo haberme avisado que se iba a hacer las pasantías ¿No? Sin embargo a los días, lo exonere… Lo cual fue en vano, pues se volvió a perder, cuando volvió a intentar comunicarse, le di la tarjeta roja definitiva, sólo nos mandamos mails en cadena.

Entre tanto, regreso la comunicación con Esteban. Había cambiado de celular y en el proceso perdió mi número, el cual recupero por una casualidad que ahora no recuerdo. El hecho era que por esos días había un asueto y yo estaba en Caracas. Con recelo le propuse que nos encontráramos.

—“Que te parece si nos vemos?” —le escribí.
—“Estas en Caracas?” —me respondió.
—“Si, por eso te lo digo”.

Cuadramos el sitio, el insistió que le diera la dirección donde me estaba quedando, pero no acepte, pues mi abuela vive en el 23 de Enero, no quería que después se echara a perder el encuentro, si el se perdía entre las enrevesadas calles del Barrio (Aunque la dirección es fácil pues es cerca de la estación del metro de Agua Salud). Estaba en lo cierto, pues cuando le dije donde vivía mi abuela, respondió:

—Wow! De todos modos si quieres —aunque seguro lo dijo por amabilidad.

Le reitere que no se preocupara, y que más bien me pasara buscando por alguna estación del metro. La escogida fue la de La California, al parecer el vivía en la Urbina o algo así. Trate de vestirme lo mejor que pude, dentro de la escasa ropa que había llevado y salí al encuentro.

Antes de entrar al Fiat Palio morado, estaba nervioso, pero entre. Sólo pensaba en que si era una especie de loco o algo así, pero todo lo contrario: Esteban era un muchacho, no muy bonito, pero que llamo mi atención enseguida… Poseía un cuerpo normal por lo que pude observar, y no era para nada afeminado, además hablaba con ese acento típico de los Caraqueños, que a mi particularmente me encanta, y debido a su inteligencia supongo (Era estudiante de Ingeniería Electrónica en la USB), la conversación fue maravillosa… El quería salir al Sambil a pasear, pero como yo me tarde más de lo debido (¡Ouch!), solo fuimos a Wendy’s a tomar un helado, al parecer tenía que entregar el carro temprano. Sobra decir que no me dejo pagar el helado, lo cual puso la guinda final a un encuentro que para mi iba de maravilla… Lamentablemente ya dije todo lo reseñable, es decir, no paso nada, y mucho menos nos encontramos en la noche, ni nada por estilo (Aunque mi abuela no me habría dejado creo)… Al parecer, durante algún momento entre el helado y la despedida yo había sido sutilmente rechazado sin darme cuenta (quizás por que estaba ocupado recogiéndome la baba o algo así).

Por los mensajes todo siguió como antes, y para evitar que se cortara la comunicación, le escribí simplemente:

—“No creas que soy un loco, yo se que no te guste, seremos amigos nada más”

Ahora que lo pienso el nunca me dijo nada directamente, pero si le guste y no me lo confeso, mate todo tipo de posibilidad con ese mensaje. Toda la autoestima que había ganado en mis otros encuentros se fue al caño, y me pregunte de que me servía gustarle a otros si no podía llamarla atención del que me gustaba a mi (Esteban, Esteban, si nos hubiésemos conocido hoy… otro gallo cantaría te lo aseguro). En otras palabras, era un inconforme, la estrella se había estrellado.

Fue así como en el autobús de regreso a mi pueblo, decidí olvidarme de esos encuentros fugaces, lo mejor —pensaba—, era tener los ojos bien abiertos, concluí que así conocería más gente. Lamentablemente nunca los abrí, pues mi experiencia actual, me ha hecho recuperar una serie interminable de oportunidades fallidas, que por mi mentepolles inverosímil perdí sin darme cuenta… Pero bueno eso ya será en otro post.
| 5 comments

Accidentes aparatosos sucesivos.


Luego de mi primera experiencia fallida conociendo gente en la Web móvil, pensé no recurrir mas nunca a esta forma de contacto, pero el aburrimiento y la imposibilidad de conocer gente, sin sentirme delatado, en un pueblo tan pequeño, hizo mella en mi promesa, y lo intente nuevamente… Luego de conversaciones tediosas sobre el tamaño de mi pene, mis características físicas, pude aprender un poco el oficio erótico de excitar a otros con palabras picantes, incluso lo hacía vía texto con seres desafortunados cuyas finanzas no alcanzaban para una llamada… (De hecho, hubo alguno que llego a acabar con mis mensajes, según me dijo).

Pero ese tipo de actividades no me llamaban la atención… Entonces llego Arnaldo. Arnaldo era estudiante (ya se graduó) de los últimos semestres de Ingeniería Petrolera. Con la experiencia adquirida, lo primero que hicimos fue enviarnos fotos, yo le envié primero la mía, so pena que no le gustaran mis huesitos, y luego el me permitió la entrada a su perfil, donde pude observar varias fotos suyas… El gusto era reciproco. Con Arnaldo, la conversación fluía de manera mas madura y natural, que con Jaime, por lo que el “flechazo” se dio más rápido. Pero de repente Arnaldo desapareció sin dejar rastro, no respondía mensajes ni atendía llamadas. Pensé que había conocido a alguien más cercano y no insistí mas, borre su número de mi agenda, y volví al principio, al Chat, llamadas nocturnas, pajeo telefónico, mensajes eróticos, y en eso llego Ulises… Ulises estudiaba segundo año de Medicina… Me gustaba mucho conversar con él, aunque en algunas cosas era un poco más infantil que Arnaldo. Cuando logramos intercambiar fotos… No me gusto… Mi mentepolles extrema no me permitió decirle que no me gustaba, y el insistió tanto con verme, que para no caer en los errores antes mencionados accedí.

Nos encontramos en una zona neutral. Como vivo en Amazonas y el en San Juan, decidimos vernos en Apure… En aquella época ya estaba trabajando, por lo que podía pagar mi viaje y mi hotel sin mayores complicaciones… El por su parte tenía una tía que solía visitar de vez en cuando, prometió tener todo listo cuando llegara…

Pero el viaje empezó mal. Nunca había viajado en los colectivos que van de Amazonas a Apure, para que se den una idea de los horribles que son, basta con decir que viaje al lado de una gallina. Cuando llegue al Terminal moría de hambre y de cansancio, pues a pesar de la corta distancia el viaje dura 6 horas (hay pasos de chalana). Ulises me estaba esperando. Una mirada rápida luego de dar unos pasos me hizo reconocerlo enseguida: vestía casi todo de negro, con un estilo familiar a los hipies modernos que se la pasan por Sábana Grande o Plaza Venezuela. Lo peor era que llevaba una especie de gorro-media en la cabeza… En conclusión, si en la foto no me llamaba la atención, en vivo pues mucho menos. Pero esta vez me esforcé; aunque durante el camino al hotel (que recorrimos a pie muy a mi pesar), casi no lo vi (me sentía apenado no se por que), cuando subimos a la habitación use todos mis recursos para caerle bien a la gente, no obstante me decepciono pues ni siquiera se molesto en averiguar algún lugar donde pudiésemos almorzar. Finalmente logramos conseguir sitio en un restaurante mas o menos “elegante” (no se me ocurre otra palabra), con una atención regular llegando a mala, y una comida semi-decente. Nos demoramos más de una hora en el restaurante… Yo lleve el peso de la conversación durante todo ese tiempo (algo que es sumamente raro en mi), pero Ulises estaba extraño, ya me diría por que…

Regresamos al Hotel, y sólo vimos televisión y conversamos… No paso nada, ni siquiera un beso. Cuando lo llamaron y se tuvo que ir, respire profundo… Jamás, en toda mi vida, había tratado de ser tan simpático, y había logrado conversar de tantos temas, estaba agotado. Pero sabía que algo no marchaba bien, y espere el mensaje… 5 minutos… Suena el timbre de mensajes:

—“Siento que hubo mucha distancia entre nosotros” —me escribió.
Y bueno que pretende el estúpido este —pensaba yo—, hice de todo, lo único que me falto fue intentar sacarle las palabras de la boca con una cucharilla.
—“Es verdad —le respondí—, pero es que sinceramente me decepcionaste”.
—“Por que? —preguntó.
—“Me dijiste que tendrías todo listo, y ni siquiera te preocupaste por averiguar hotel —y en otro mensaje—: además ni sabías donde comeríamos, eso es tener todo listo?”
Y de paso tuve que pagarte tu almuerzo estúpido.
—Es verdad, pero siento que no te guste y pusiste una barrera.
Si lo hice, esquivaba tus insinuaciones, que fueron muy pocas además, pero es que no me inspirabas ni un solo mas pensamiento.
—“Puede ser —continué—, pero es que la verdad es que no me gustas”.
Y ahí comenzó con una serie de mensajes dramáticos, en los que sólo me imaginaba que estaba llorando o algo así. Me convencí de que estaba loco ¿Cómo es posible llegar a querer sin conocer en vivo? Me preguntaba Fui insultado, me dijo que era un desalmado, que no me esforcé por que hubiera algo… Un horror con todas sus letras en mayúsculas. Yo sólo le repetí que no me gustaba, que pensé que yo tampoco le gustaba pues fue un pésimo anfitrión y que además me respondía solo con monolisabos. Remate agregando que guardara esos sentimientos tan intensos para alguien que lo supiera entender (un psiquiatra quizás). Me dijo que yo si le guste (¡Wow! Parece que mis huesitos tienen gusto como para una sopita) y que le diera otra oportunidad.

Jamás se la dí, y aunque meses después “volvimos”, cuando sentí que empezó con su extraña dependencia conmigo lo abandone sin dejar rastro. Sobra decir, que sentí un sentimiento agridulce, a pesar que estaba 75% seguro que esto pasaría, invertí mucho tiempo (y dinero, pero es lo menos) en Arnaldo, y lamentablemente las cosas no salieron bien, resulto ser un loco enamorado de mis textos.


Sólo tenía un 2 Ases bajo la manga, antes de abandonar definitivamente los Chat de conocer personas… Uno era Esteban, pero eso material de otra edición…
| 9 comments

Notas actuales: El cartelito de Gay.




Se que tengo a algunos siguiendo mis “blast from the past”, pero es justo y necesario que cuente aquí algunas anécdotas actuales, pues muchas de las cosas que he escrito ya han sido superadas, y por el contrario, día a día, me suceden cosas mas extrañas que al propio Goofy.

Últimamente y revisando muchos blogs, he visto un tema recurrente: Salir del Closet. Yo no lo hecho, obviamente, y no escribo esto para darle consejos a alguien sobre como salir. Lo único que puedo decir, es que la mayoría de post, artículos, páginas y libros inclusive que he leído sobre el asunto, llegan o algunas veces coquetean con la idea que tal salida se vaya dando sola, es decir, la gente debe darse cuenta y ya.

No estoy de acuerdo con esa idea, más de uno dirá que si estoy tan seguro de eso, entonces salga y publique un mini anuncio en El Carabobeño, con mi nombre, mi número y la palabra Gay, pero no es así, a ver y les explico:

Durante años y en nuestra juventud (Que aún estoy viviendo ¡Ojo!), nos esforzamos por ocultar a toda costa nuestra preferencia sexual, pasamos por todas las etapas habidas y por haber (Perfectamente explicadas en la Web de ¡Atacadas!), y incluso en algún momento los mas inocentes (como yo), piensan que lo mejor es irse a otro lado donde nadie te conozca, cosa que no me parece, pues estar cerca de un familiar es lo mejor que hay en la vida (créanme pues ya he vivido lejos de ellos). Los que aún estén así, les digo: Llegado cierto tiempo se darán cuenta que no tiene sentido y es extremadamente fastidioso tener que inventar una vida delante de otros; que si aquella fue mi novia, que si me encanta el fútbol, que si mi tipo de mujer ideal es, que si mi “novia” no me acompaño a tal fiesta por que se sentía mal, etc... Algunos familiares tercos, no entienden eso de la salida gradual… ¿No me creen? Les doy algunos ejemplos de mi vida:

-Empecé a escuchar a Madonna recurrentemente, veía los videos “The Inmaculated Collection” hasta 3 veces por jornada… Observaba la presentación de Vogue, en vivo en los VMA todos los días de mi vida, y hacía énfasis en que me fascinaba (y decía fascinaba, no gustaba como se supone que dicen los machos).

-Nunca presente a mi novia, y deje de hablar de ella y de invitar a la amiga mía, que todos suponían que era mi consorte a cualquier tipo de reunión familiar.

-Cuando me regalan algo suelto el típico ¡Ayyyyy!

-Uso todo tipo de productos faciales.

-Soy el mejor vestido de mi trabajo (perdón por echarme flores a mi mismo, pero es la verdad, ya me lo han confirmado otras personas).

-Casi toda mi música favorita es interpretada por mujeres.

-En mi agenda hay muchos “amigos”, que nadie ha visto y muchas “amigas” que hasta el perro de la vecina de la esquina conocen…

Y podría seguir con mas, pero a lo que quiero llegar es que, a pesar de todo eso, en la casa de mi papá, hablan del tema homosexual como siempre lo han hecho, hablan de mis futuros hijos (¿?), que si mi mujer debe ser buena cocinera por que no se ni prender la cocina, que mi mujer ha de ser buena planchando y lavando pues tengo mucha ropa, insisten en preguntarme por Carmelita (mi falsa novia), etc... Les aseguro que sus preguntas no son capciosas, como las de mis hermanos maternos…

¿Y que pasa? A algunos les parecerá el tipo de vida ideal, tengo una familia que no quiere ver, y puedo hacer mi vida como me plazca pues ellos no lo notaran… El problema es, que el día que se me ocurra salir con un hombre en este pueblo, ya no habrán mas mentiras, tarde o temprano en mi casa se enteraran (aquí no hay nada oculto entre el cielo y la tierra), y será peor…

Es por eso que esta semana me colgare mi cartelito, estoy harto de la presión familiar que me obliga a inventar una mentira, quiero quedarme el sábado en la noche en mi casa, y que ante la pregunta de que por que no salí a algún lado, no me vea obligado a inventar cualquier cosa mientras pienso “Por que no conozco a ningún gay en este pinche pueblo y me da ladilla salir con heteros todo el tiempo”.

Y para rematar la idea de estos párrafos, con el tiempo, los mas jóvenes (digo los de 13 para arriba, pues yo aún soy joven ¡Ojo!), se sentirán con mas fuerza de voluntad para colgarse su cartelito, es preferible superar ese impacto, que tener que vivir años y años sopesando las calamidades de vivir en una mentira. Creo que a futuro preferiré tener amigos que desde el comienzo sepan que me gustan los hombres (con lo chocante que pueda ser decir: “Hola soy Sandum, y soy Gay), que tener amigos heteros ladillándote todos los meses con frases como. “¿Para cuando conoceremos bien a tu novia?”. Amigo joven, no te apures, espera tu momento, llegara mas pronto de lo que imaginas, así como hoy a llegado el mió (dije que no iba a dar consejos, y termine el post con una especie de moraleja y todo ¡Que horror!)

He elegido 2 personas para mostrarles el cartel… Mi hermana de 15 años (con una madurez que sorprendería a cualquier muchacha de 22, créanme), a la que le tengo mucho, mucho cariño, la quiero demasiado, y por lo tanto se merece la exclusiva, ella me ha confiado muchas cosas, y ahora es mi turno… La otra persona es la esposa de mi papá, y antes de que me pregunten por que ella, y no mi propio papá, digamos que con mi papá la relación y la confianza que hay entre ambos es nula, mientras que por extrañas razones yo me he convertido en el confidente de la esposa, sin duda alguna, mi mamá complementaria. Mi mama biológica y mi complementaria se compensan de una forma, que de ser una sola, se acabaría el mundo por haber llegado la madre perfecta…

¡Deséenme suerte por lo menos!

P.D.: En el próximo post continúo mi historia.
| 16 comments

Chace Crawford vs. Zac Efron.


Uno es una estrella emergente de una serie que veo, casi sólo por él. El otro es una estrella joven consolidada, que recientemente fue elegido como el actor joven más guapo de Hollywood (Aunque en esa lista había unos feos infiltrados, pero yo no trabajo en People). ¿Será algunos de ellos el próximo Brad Pitt? ¿Cuál les gusta más?

Yo me quedo con Chace…
| 5 comments

Que comiencen las citas.


Me encanta el Internet, casi desde el día que pude probarlo fui adicto a esta modalidad de comunicación. Y cuando llegaron los celulares de “2da Generación”, y logre tener uno de ellos, me hice adicto al Internet móvil… Por lo cual es obvio que, una vez decidido a tener un contacto diferente a amistad con un hombre, usaría esa plataforma…

En mi opinión el Chat de Movistar es correcto, fue ahí donde conocí a mi primera cita a ciegas… Se llamaba Jaime, y por celular chateábamos durante horas y horas… Incluso cuando empezó la fiebre de las noches a mil, nos trasnochábamos conversando por teléfono… Desafortunadamente el encuentro en vivo se fue postergando por que no habito precisamente en el centro del país, resido en un pueblo del interior, y el encuentro estaba pautado cuando pudiese acudir a Valencia (mi querida Valencia).

Pero mi inexperiencia me jugo una mala pasada… Imaginaba que Jaime era un ser hermosísimo, venido de la misma Grecia, por el cual, en el supuesto negado que no resultara ser tan bonito, sentiría una atracción inmediata, por el simple hecho que me gustaba conversar con el… Strike one.

Luego pasaba por alto las diferentes opiniones que teñíamos sobre hechos comunes de la vida, y que a veces terminaban en esos altercados menores, que no llegan a mayores por que no existe suficiente confianza entre los combatientes… Strike two.

Finalmente jamás nos enviamos una foto (No había suficiente tecnología, solo existía el servicio wap), y bueno jamás insistí con eso… Pensé que al verlo me enamoraría (¿?). Tampoco observe un mensaje importante, que por cosas de la vida me envió:

—“Bueno mi vida, no esperes que en mi encontraras un modelo de hermosura… Sólo soy un tipo normal” —decía el mensaje
—“No ando buscando belleza” —mentí—, estoy seguro que nos llevaremos bien”.

Lo que yo entendía por tipo normal, era una persona con apariencia, al menos varonil… strike three.

Llego el día del encuentro… Escogí metrópolis (para los que conozcan Valencia lo digo), pues el transporte es fácil… Y aunque a mi me llevarían y me irían a buscar, pensé en él y en el hecho que estaba en una ciudad que casi no conocía…

Cuando me llamo y me dijo que había llegado al centro comercial, sentí un vacío en el estomago… Pero intuí algo más, pensé que algo no saldría bien, y programe la alarma de mi celular, para tener una coartada de escape…

Me explico como iba vestido… Yo sólo le dije la mesa de la feria en donde estaba… Me situé estratégicamente y me puse a buscarlo con la mirada… Coincidencia… Alguien vestido similar, pero estaba acompañado… Vi que uno de ellos sacaba tu teléfono, pero no era aquel que me había llamado la atención…

—“¿Dónde estas?” —decía el mensaje.
—“En la feria, ya te dije —respondí—, ¿Andas solo?”
—No, ando con un primo.
No soportaba la idea de verme descubierto por otra persona en mi condición de gay… pensé que me vería despectivo o algo así, y envié otro mensaje:

—“Dile que se vaya, no vengo a encontrarme con nadie mas que contigo”.

Confirme mis sospechas… Aquel que parecía mi Jaime ideal se alejo por una seña de su acompañante y tomo las escaleras que llevan al nivel del cine… Me ubique en una mesa mas cerca, y cuando el verdadero Jaime (que no el de mis sueños), se acerco lo suficiente, levante los brazos para que me viera.

Sentía un calor por todo mi cuerpo… Pero no era por los besos que habíamos cuadrado darnos en los baños, ni por que el muchacho me excitaba… Me sentía ridículo, puesto en evidencia, percibía las miradas de todos los que estaban comiendo a mi alrededor, Jaime no necesitaba letreros en su frente para que la gente supiera que el era gay… En ese momento, EL para mi, era la misma definición de ser gay. Tenía modales amanerados y usaba un koala como si fuera una cartera (con lo nefasta que siempre me pareció esa “moda”).

No recuerdo lo que conversamos, pues tenía una baja de tensión, quería irme, necesitaba irme, no quería que nadie me viera. Como es natural, creo que el percibió mi nerviosismo y me dijo que estaba callado y distante.

Salvado por la campana. Sonó la alarma de mi celular. Fingí recibir una llamada de emergencia y salí de ahí como si anduviese sobre ruedas con un cohete en la espalda. Aún no sé por que experimentaba tanta vergüenza

Horas después recibí su habitual mensaje.

—“¿Qué te paso?”.
—“La verdad es que no me gustas, y no va haber nada entre nosotros” —le escribí.
—Bueno tú tampoco me gustas —me dijo, aunque intuía que mentía.

No le escribí más. No se me bajo la autoestima por que me dijo que no le guste, ni nada por estilo, quizás debido a que la mente es sabia y ve mas allá de nuestros ojos. Durante cierto tiempo me enviaba mensajes que yo no respondía, llego a llamarme alguna vez, sólo para decirme que ya tenía un novio y que le iba de maravilla. Le pregunte que como lo había conocido tan rápido si antes tenía problemas para relacionarse con hombres, y me dijo una estupidez que jamás olvidare en mi vida:

—Lo conocí en el autobús. —El de regreso a su ciudad luego que nos vimos.

Me reí por días. Aunque falle en mi objetivo de hacerme un novio, gane algo. Gane la confianza de encontrarme con alguien y sentir que realmente le gustaba físicamente. Comprobé que no era tan de mal ver como pensaba. El tiempo confirmaría mis supuestos, Jaime siguió llamándome y enviándome correos electrónicos por meses, de hecho hace poco me invito ser parte de sus amigos de Hi5. Llego incluso a confesarme que lo del novio era un invento suyo (con lo candentes que eran sus historias sobre lo que hacía con el), pero nada le funciono… Aún espera que le responda… Si algún día lee este relato, sabrá con certeza que es él, y encima sabrá cual es mi respuesta, como seguro ya lo saben los otros lectores.

Me prometí a mi mismo no tener mas citas a ciegas… El tiempo me ayudaría a romper ese compromiso…