| No comment yet

Escribiendo desde el pedestal: Mujeres que buscan algo que no van a encontrar en ese lugar sin esperanzas, delusional types, masajes al ego y Sr. Dormido



He estado pensando en mis últimos post y luego de una charla sobre “el gerente coach” que tuve el día de ayer en la empresa creo que algunos podrán decir que estoy hablando desde un pedestal. No obstante ese problema tal vez no se resuelva en este post, solo quería decirles que lo tengo presente.

Mujeres en este blog

Hoy quería hablar de algo que últimamente ha captado mi atención. Es un tipo raro de mujer que enunciaré de la siguiente manera: Las mujeres desesperadas que buscan hombres en discotecas gays.

La verdad no tengo el conocimiento necesario para hablar de mujeres desesperadas ¿exactamente a que edad una mujer se convierte en desesperada? ¿De verdad eso esta relacionado con la edad? Actualmente mantengo contacto con seis amigas heteros aproximadamente. La mitad de ellas esta casada y la otra esta buscando hacerlo. Hace unos meses una de ellas se fue para Londres a estudiar inglés con el novio. Un día, ya estando instalados, mi amiga hizo pública una foto de una tienda de vestidos de novia de quedaba camino a su casa. Enseguida comenzaron los mensajes de todos los que conocemos a la pareja (incluyéndome) con chistes sobre la presión que debía sentir el novio con semejante foto.

Pero luego la cosa llego a mayores y tuvieron una especie de gran pelea al llegar a Venezuela, pero ahora ella tiene un anillo de compromiso y están juntos, al parecer la roca tenia propiedades relajantes.

¿Qué hubiese pasado con ella de no haber obtenido el anillo?

La belleza es subjetiva

Me cae bien la gente que tiene una imagen distorsionada de ellos mismos, en serio. Siempre que hablo con personas así obtengo perlas como:

—Yo no necesito trabajar tan duro, soy guapo.
—Esa mujer tiene la cara maldita.
—Ese se debería sentir feliz solo con el hecho de que le hablé.

Y por qué no, también es reconfortante cuando tratan de distorsionar la propia imagen que tienes de ti, casi siempre para obtener algo:

—¿Y ese que se cree? ¿por qué te habla? ¿no se ha visto?
—Eres hermoso, tu cabello es hermoso… ¿Por qué es tan suave?
—De ahí podemos hacer un caldo —no de las mejores, pero si de las mas comunes.

Sin embargo ¿Cuándo esta ilusión comienza a jugar en contra de estas personas?

Blandi, nuestro hetero-be por antonomasia

Si hay alguien que sabe de mujeres desesperadas, pero no puede ser entrevistado sin arruinar todo es Blandi. Una vez fuimos al Sambil vaya a usted a saber a que, no lo recuerdo y nos encontramos a una amiga. Luego que hubo terminado la velada ella me escribió: “Blandi es guapo”. Tenia ganas de responderle si estaba clara en su orientación sexual, pero se me activo una pequeña voz en la cabeza: “deje así”.

Pero luego paso lo mismo con  otra amiga.

Total que un día decidimos salir todos y esa noche pasó de todo. Todo el mundo bebió más de la cuenta y mi amiga terminó besándose con Sr. Dormido. Jamás nos habríamos enterado de ese beso de no ser porque otro día en una reunión Sr. Dormido lo comenta.

Me puse a pensar en Blandi y en Sr. Dormido. Tienen ese aspecto afable que puede poner duda a cualquiera de bando y bando.

Fanáticas de discoteca

Otro día estamos –de nuevo- en un sitio nocturno y una mujer comienza a hablar con Blandi. Los dejo tranquilos y luego a los minutos la veo como una especie de fan enamorada.

Ya en el carro le preguntó a Blandi qué paso:

—Yo no la conozco —me dice—, solo le dije que tenia buenas tetas.

Sr. Dormido

Un día hablando con alguien de Sr. Dormido, le comento:

—No lo entiendo, no es feo ¿No será que en realidad no quiere estar con nadie? —pregunto.
—El problema de Sr. Dormido es este: El siempre quiere estar con carajos que jamás le van a parar bolas. Es como dices tu: están fuera de su liga.

Al instante comienzo a pensar que Sr. Dormido y yo podemos ser mejores amigos.

Reflexiones

Cuando cumplí 18 años jamás se me hubiese ocurrido ir a un sitio gay, era demasiado inseguro para eso. Luego después de los 25 me convertí en todo lo contrario: Jamás piso un lugar donde sepa que habrán mas heterosexuales que gays. No se cómo explicarlo, es como si después de esa edad comenzaran a interesarme menos y menos las mujeres y ya ni hablar de los hombres hetero. Eso me hace preguntarme ¿Qué motiva a una mujer a buscar hombres en una discoteca gay? Me pregunto si la sensación es similar a la mía cuando veo muchos tacones de mujer: Son hermosos, son encantadores, quieres ponértelos todos, pero la verdad es que el final solo los tocas y luego  los devuelves al mostrador. Después de todo la belleza puede ser absoluta: No importa el sexo o de donde provenga, solo se es bello y ya.

Gripe

Tengo una gripe maldita, que no tiene nada de hermoso. Por eso hoy hablamos de todo.


¡Nos vemos otro sábado más coherente!
| No comment yet

Valencianidad





Desde que regresé al blog he estado usando este termino con frecuencia, conviene entonces explicarlo un poco, pero… ¿Pero como definir algo tan subjetivo? Usemos lo de siempre: Amigos y algunos cuentos.

Sr. Arrogante

De entre todas las personas sobre las que puedes escuchar algo en Valencia, Sr. Arrogante es un caso inspiración. Con su infame cuenta de Twitter® ha creado diatribas que harían palidecer cualquier respuesta grosera de Norkis Baptista en la misma red social. Tiene éxito económico y se ve bien.

La primera vez que escuché sobre él estaba saliendo con alguien quien lo definió como un “amigo” (ahora sé que solo se acostaron y ya) y todo surgió porque esta persona me estaba explicando que Sr. Arrogante tenía un negocio muy próspero. Me sentí atacado, acababa de gastar 4mil bs en una camisa y un suéter de algodón licra y no quería saber de nadie quien pudiese comprar eso sin pensar en las consecuencias.

La segunda vez que supe algo de Sr. Arrogante estaba en Twitter® y se creó una infame matriz de opinión con algo que él dijo, muy pedante por cierto, que prefiero no revelar, pues supongo que los tweets aún existen. Ese día concluí que era un idiota.

Luego escuché de él y el sexo casual con alguien en alguna institución de dominio público. Solo Dios sabe como odio esas historias de sexo casual contadas como si fuesen algo extraordinario.

Con todas esas piezas solo se podía sumar y concluir la razón por la cual Sr. Arrogante es/era tan popular: Se ve hetero, tiene una camioneta, tiene dinero y es buena cama. Decidí olvidarme de él en ese momento.


Cumpleaños infantil en Mc Donalds

Sentados en Mc café vemos que al otro lado hay una fiesta infantil. De repente entra un espécimen de nuestra valencianidad. Tenía el cabello negro, era morena, voluptuosa y además de usar hot pants muy poco apropiados para una fiesta infantil, sobre ellos llevaba una especie de tul. Parecía una profesora de danza árabe venida a menos.

Yo y mis 3 amigos la criticamos a mas no poder, mas sin embargo, los hombres de la fiesta de deshacían en atenciones con ella. Creo que hasta le cargaron al niño, que no parecía muy bien portado.

De eso tenemos acá, mujeres que creen en los excesos y personas que las odian y las aman.

Merú

Una camioneta terrible, con un tablero plástico horroroso, que sin proponérselo se ha convertido en un símbolo de estatus deplorable (aunque poco a poco se ha visto desplazada por la no menos tacky Fortuner).

Carros tacky, la pasión de los valencianos.

iPhones vs Samsung Galaxy

Yo compre un iPhone en 700 dólares y luego decidí que me iría mejor vendiéndolo y así lo hice.  Un día estoy en reunión cool y alguien ve mi BlackBerry (es del trabajo, tengo un Galaxy normal, pero esta aclaratoria me hace Valenciano honorífico) y me dice:

—¿Qué haces tú todavía con eso?

Al momento de escucharlo nuevamente supe había tomado la decisión correcta.

Teléfonos, un símbolo de estatus.

Sábado en la noche, valencianidad en pleno

Estoy con Sr. Intenso y Blandi cuando repentinamente vamos al encuentro con unos amigos del primero en Baccarat… Entonces ahí estaba. No lo reconocí al principio, solo vi a alguien de “interesantes brazos”. Pero luego cuando se habla de Twitter® y hay varias cervezas de por medio me doy cuenta:

—¿Tu eres Sr. Arrogante? —le pregunto.
—Si ¿por qué? ¿Me sigues? ¿Nos conocemos?
—No te sigo, pero si he leído tus cosas y ciertamente eres algo detestable.

Decidí que no había que medirme dado que probablemente nunca mas le vería, lo cual es un error en Valencia, donde eventualmente todos nos conoceremos y luego hay que mudarnos de ciudad para no aburrirnos. Pero también de eso hay acá: Sinceridad uncool.

Entonces me di cuenta que Sr. Arrogante era dos personas en una: El sujeto masculino que se monta en una camioneta poco apropiada para su estatura, va al gimnasio, alardea de lo que tiene y lo que ha hecho, pero en el fondo es como cualquier otro:

—Yo tengo que ir a Green Hill Zone porque una amiga me esta diciendo, pero yo odio esos lugares —dice.

Juro por Mario Bros que yo no soy una persona de andar provocando, pero me cuesta creer en el blanco o en el negro… Fue en ese momento en que decidí fastidiarlo.

Cuando estamos en el estacionamiento de Green Hill Zone le digo:

—¿Tu no ibas a buscar a una amiga?

Le tembló un poco la voz antes de responder:

—Me dio ladilla.
—Pensé que ella era la razón por la cual venías —le digo y sigo.

Y luego todos tomamos como locos.

Y luego todos nos agarramos el back pack.

Y luego ponen una canción terrible y de repente Sr. Arrogante me toma por la cintura y ya no se si es su pierna, su cartera o otra cosa lo que está ahí.

Antes de cerrar nos mira a Blandi y a mi. Dice:

—¿No quieren ir a mi casa? —y sube las cejas.

Yo tuve que resoplar para no reír y ni siquiera quise ver la cara de mi amigo. Se soltó el “no” de una forma sutil.

Eso si tenemos en Valencia. Nunca has rumbeado del todo bien hasta que sales con nosotros.

Dos caras

De nuevo en Baccarat, pero viernes en la noche. Normalmente este día es como un adelanto de lo que vendrá el sábado. El lema era “tipo temprano”.

Sr. Arrogante estaba en lo suyo: Hablando de los que ven el Miss Venezuela y sus pocas lucrativas vidas. Yo solo me rio y escucho. Cuando nos quedamos solos en la mesa le digo:

—Yo entiendo lo que estás haciendo, pero… ¿No te cansas? No tienes un momento en que dices “¡Al carajo voy a hablar cinco minutos de divas del pop!”

Me mira dubitativo, luego responde:

—Claro que si, de hecho ahora estoy con un amigo que mantiene al día y por eso ahora odio a Rihanna.

Reí, finalmente ahí estaba su otra cara. El creo que parecía algo aliviado también.

A ver

No estoy seguro si esto se entendió, pero así somos acá. Pareciera que hay que alardear de algo para no pasar desapercibido y sobrevivir pero en el fondo somos iguales a todos. Los grupos de amigos son cerrados pero siempre hay alguien que te invita a entrar, ya luego depende de ti si te quedas adentro o no. Tu decides que pretender y cómo lo harás, pero la cosa no es tan terrible. También puedes ir contra la corriente, criticar todo eso y aún así encontrarás un grupo con quien hacerlo. Hay mucho de donde escoger.

Siempre que leo “los valencianos tal cosa”, no puedo mas que pensar que esas personas en realidad no conocen nada de acá. Eso.

¡Hasta el próximo sábado!
| 1 comment

¿Somos putas o eres entrépito moralista?



Estoy con Blandi en BC y de repente veo que otro de nuestros amigos se esta besando con Sr. Especial. Me doy cuenta al momento, pero Blandi no, así que guardo la información para mí. Días después la comentamos. A Blandi no pareció importarle mucho y eso me hizo quererle mas.

Hace muchos años leía un blog que se llamaba “El blog de Mirko”. Era de un argentino que creo que todos leímos alguna vez (la mayoría de los que lo hacíamos estábamos enamorados de él). Detrás de las historias de ese blog se escondía alguien con mucha inocencia y bastante determinación (eso lo sé ahora) que para ese tiempo estaba pasando por los mismos problemas. En uno de sus post escribió una reflexión, palabras más, palabras menos:

“La relaciones entre hombres son distintas, primero tenemos sexo y luego vamos a lo demás”

Jamás pude olvidar el contenido de esa frase, por muchas razones a lo largo de los años. Al principio era incredulidad. Mirko era mayor que yo, así que ducho en esas cosas, escribió aquello que ahora sé que es verdad. No obstante en ese momento me negué a creerlo. Virgen, influenciado por novelas y desconociendo la dinámica distinta que hay entre las relaciones de los hombres sufría por eso. Principalmente era miedo e inseguridad en mi mismo.

Con el pasar de los años seguí alimentando la ilusión de que aquello no era cierto porque tuve sendas relaciones que empezaron como las peores películas de temática. Uno era un vecino de muchos años y el otro era un compañero de clases al que le explicaba contabilidad superior. Ambas cosas tumultuosas ya fueron ampliamente tratadas acá y la idea no es ser reiterativos.

Después del daño emocional que te dejan los rompimientos solo queda levantar la frente y seguir. Estaba en la calle, con una visión romántica de la vida a los ventipicos de años. Y fue difícil. Pero cuando te encuentras con personas que en vez de preguntarte que escuchas te piden que le mandes fotos desnudo por Hotmail© (era otra época), comienzas a cuestionarte muchas cosas. Por aquellos meses volví a recordar la frase de Mirko y no tuve mas que colegir que era cierta. Siempre a partir de esa reflexión le di gracias a la virgencita de las relaciones que me permitió vivir dos maravillosas experiencias antes de esto.

Pero al parecer no todos leían a Mirko. Las novelas de RCTV y Venevisión. Escuchar tanto a nuestra abuela que había que casarse con un hombre de bien (pero recordemos que esto se lo decía a las mujeres de la familia, no a nosotros) ha hecho mucho daño a nuestra sociedad, de manera que tenemos a varios grupos de personas que no se entienden entre si. Por un lado tenemos varios sujetos que se las dan de santas (con “a” como a ellos les gusta) y digo se las dan, porque en un mundo con Twitter©, Facebook© y Whatsapp® además de la posibilidad de hacer un captura de pantalla y enviar una conversación –lo cual elimina la necesidad de encontrarnos para echarte el chisme- hace muy difícil que se pueda interpretar ese papel con dignidad.

Míster amigos y la negación del sexo casual

Entonces estamos con Míster Amigos en Rico Ricón y el me cuenta qué hizo desastres en cuanto se mudó a Valencia hace unos cuantos años atrás –había alcohol de por medio y mi innegable habilidad para sacar confesiones-. Pero luego habla de otras personas siempre flanqueado de un desconocido del que nadie había oído/visto. Luego ves a Chicolin burlándose de otros, pero de las 4 ocasiones que lo has visto en 2 se ha ido con desconocidos de la discoteca y en las otras dos restantes al menos se a besado con extraños (y una de esas te incluye a ti) ¿Qué nos pasa?

Las pasivas

Y si hablamos de roles sexuales la cosa se pone peor. Tenemos a los todo poderosos “activos”. Ellos a lo suyo: Sus gorras de noche, sus camionetas o el deseo de tenerlas, su odio por las “divas” y todo lo que implique “plumas”. Por otro lado tenemos a los pasivos, alimentando el estereotipo, no solo dando halagos a esa pose casi siempre fingida de los “activos”, sino además comportándose como mujeres: Chismeando del otro, usando frases terribles como “La juan, esa pasiva” cuando ellos también lo son ¿Por qué tu rol sexual debe ser denigrante? ¿Por qué te haces eso? Como leí en twitter: Ambos tipo de personas son 50% divertidos.

Los tuiteros cachifa

Una especie que lejos de estar en extinción se reproduce a una velocidad vertiginosa. Se dedican a quemar a personas en Twitter®. Sus únicas preocupaciones reales parecen ser alguna diva del momento o venida para menos y el trasero ajeno. Una vez vi a uno en un cumpleaños: Jamás salió del celular.

Puta

Cuando fui a Toronto, no me di cuenta que de verdad estaba en otro país hasta que me monté en el subterráneo. Es un metro como cualquier otro, no tiene nada extraordinario, sin embargo son los pasajeros los que hacen la diferencia. Todo el mundo se esfuerza por no tocarse y creo que eso mis amigos, es la gran diferencia que nos separa de una sociedad avanzada y la barbarie en la que vivimos.

Mientras estuve allá hice varios tours. En uno de ellos conocí a un tipo de Carúpano (pueden contar conmigo para hazañas de ese tipo), quien una vez finalizado el paseo y mientras compartíamos espacio en el metro me invitó a su casa, sin películas de por medio, claro y raspado. Yo acepté sin pensarlo mucho (las vacaciones eran de 3 semanas y ya llevaba 2 que nada de nada). Mientras caminábamos las 10 cuadras que separaban su casa del metro comencé a arrepentirme. Incluso llegué a pensar que si estuviese en Valencia no habría hecho algo así. Luego me sentí súper tonto ¿acaso yo le debía ese viaje o mi trasero a alguien? Mientras yo pasaba por todos los tipos de ánimos posibles finalmente llegamos a la casa… Y no pasó nada. Había gente y bueno. Era una especie de Homestay el cual erróneamente él pensó que estaría solo.

Como esa experiencia tengo muchas más y por supuesto no soy el único, por eso la cuento aquí. Porque no tiene nada de extraordinaria, no es especial, es algo que pasa todos los días. No somos putas, somos hombres.

¡Hasta el otro sábado!