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Adan y Adan.


Alguna vez leí por ahí, no recuerdo exactamente donde, que es un mito esa creencia popular de la gente cuando piensan que en una relación homosexual existe alguien que asume el rol de la mujer, y el otro el del hombre.

—Yo creo que ella es el hombre de esa relación —me soltó ella de repente.

—Eso que acabas de decir es ridículo, eso del hombre y la mujer en la relación es un mito de la gente —respondí repitiendo simplemente lo que había leído con anterioridad.

—Tú podrás decir eso, pero la verdad es que no sabes mucho, y además es imposible dejar de creer eso. Mira a Rosa, nunca hace nada de mujer, no usa uno gota de maquillaje, todo lo que viste es de hombre… Y ahora para rematar se la pasa con esa gorra de Magallanes… ¡Eug! Te juro que me provoca regalarle una bonita o de alguna marca al menos. Y en cambio la novia, es tan femenina, y hasta sexy me atrevería a decir.

Y ahí me quede sentado y obligado a cerrar la boca. Bien cierto es que Rosa es absolutamente masculina, de hecho de no ser por una sutil feminidad que aún conserva su rostro, sería imposible determinar si es un hombre o una mujer. Tiene algo de sobrepeso y además insiste en saludar a la gente dándole la mano, tratando de evitar en la medida de lo posible en acostumbrado beso en la mejilla.

—Y mira el caso de Olda, —continuo diciendo ella—… Totty me dijo que él le contó que le fascina atender a su hombre, que si él es quien le lava y le plancha, le prepara platillos especiales…

La verdad es que ese sujeto no debe necesitar que le planchen la ropa” pensé yo, “Siempre viste como dos tallas menos”

Y entonces la pregunta sigue en mi cabeza ¿En verdad es un mito que las parejas homo asumimos ciertos roles? Yo siempre creí que si y que no… Si, por que ciertamente a veces me gusta coquetear con los hombres, complacerlos, hacer lo que ellos digan… Ese quizás sería mi parte femenina… No, por que de ahí a que voy a saltar a prepararle un platillo especial, no lo se, quizás debe correr mucha agua bajo el puente para poder decirlo a ciencia cierta. Sin embargo juzgarlo con mi poca experiencia me convertiría en un mentiroso… ¿Ustedes que piensan? ¿Asumen un rol en su relación? O por el contrario ¿Este se intercambia según el caso, como me pasa a mí?

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Cancelado el proyecto anterior.


En mi anterior post mencione ese esfuerzo sobrehumano que venia realizando para mejorar “mis maneras”. Sin embargo hubo un detonante, y es que, según parece, tengo la manía de disfrazarme. Pongámoslo en contexto:


C.C. Cristal. 4pm.


Iba yo, apurado a conseguirle el tinte a mi mama, que si no fuera por la tarjeta de 2gb, me habría colapsado el buzón de mensajes



“No c te olvide comprarme el tinte”.


“No puede ser el 8.1. Tiene que ser el 8”


“Recuerda comprarme el tinte”



Dado que me encontraba lavando (viendo bien, de cualquier forma probablemente hubiera llevado la misma ropa), no me moleste mucho en combinar su vestimenta (en realidad me esfuerzo poco en combinar mi ropa). Llevaba unas bermudas de un extraño estampado color tierra, beige y gris a un tiempo, una franela bi color, tan particular que no se puede decidir si es naranja claro o crema fluorescente, unas medias de rombos azules-blancos sobre fondo negro, con unos mocasines gamuzados beige. Es probable que al verme, Agy me hubiese seleccionado como su “sidekick” o algo así. Algunas pistas:




No se si fue una fortuna o una desgracia no haber conseguido el tinte, pero mientras me dirigía a pagar el estacionamiento, me pareció familiar una muchacha. Dispuse a hacer mi mejor maniobra de “Oops no te ví”, pero ya era tarde, una de ellas me saludo. Le devolví el saludo con la mano sin acercarme y llegue a la cola para pagar. Discretamente me volví y note que sus acompañantes también eran compañeras de trabajo ¡Rayos! Y encima sin disimulo una de ellas me veía de arriba-abajo. Las tres se acercaron y después del riguroso saludo una de ellas (la mirona) me dijo:



—Nunca me imagine verte en bermudas.



Traducción: Eres tan flaco, que me imagine que vives acomplejado y regularmente usas 6 capas de ropa para esconder tu delgadez, pero ver que no te importan tus raquíticas pantorrillas es una sorpresa.



—Que te puedo decir, acomplejado no soy.



Momento de risas fingidas. Se aproxima la otra estocada.



—Y se ve que andas como apurado.



Traducción: ¿Saliste tan rápido que no viste lo que llevabas o no hay espejo en tu casa?


Ya no puedo más. Las analizo a las tres. Se ven tan baratas como las del comercial de Traki. Son un caso perdido.


—Si ando apurado, intentaba comprar algo que no conseguí.


—De pana, te ves demasiado extraño —dijo otra de las chicas, sin poderse contener.


—Bueno es que nos vemos tan formal en el trabajo, que los fines de semana son la única oportunidad que tengo para disfrazarme —les respondo serio y con cara de “Mejor lárguense”.



Fingimos risas nuevamente y las chicas se retiran ¿Ven como hay personas que no me dejan seguir adelante en mi proyecto? ¿Qué habrías hecho tú?



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La gente buena (quiero ser).


Noto como a mí alrededor siempre soy tachado como una persona “acida”. Anteriormente este calificativo no me molestaba en absoluto, y debo confesar, que inclusive me agradaba. No obstante, de un tiempo para aca, creo que mi “acidez” además de ir en aumento, se ha tornado bastante desagradable, para mí, y para las personas que me rodean, que no me conocen del todo bien (es decir, personas que saben que en el fondo soy bueno).

 

Como la moda por acá es decir que no se entienden mis post (Thanks Eduardo), pondré tres ejemplos de cosas que normalmente me dicen, y mi respuesta inmediata:

 

En el cine:

— ¿Me compraste refresco? —me preguntan.

— ¿Y tú me pediste refresco? —Respondo—, siempre me haces lo mismo, dices que no vas a tomar refresco y luego te antojas.

—Un “no” hubiese bastado por toda respuesta —me responden.

 

En la cola del microondas de la oficina:

—Permiso —me dicen, cuando apenas estoy abriendo la compuerta para sacar mis peroles.

—Te esperas —respondo—, no voy a correr a meter todo en la lunchera por que vienes tú.

—Usted como siempre con sus respuestas —me responden.

 

En el break del curso que estamos haciendo en la oficina:

—Bueno Sandum, tu sabes como es, si estas sirviendo jugo, debes servirle a todos —me dicen, mientras estaba sirviendo mi jugo y el de una compañera.

—Si, a ti nunca te había tocado —afirma otro al mismo tiempo.

—Lo peor es que uno va sirviendo y sirviendo y la final uno se queda sin nada —dice entre risas otro.

—Ustedes si son mentepollos —finalizo yo.

 

De manera que además de decirme que soy “acido”, me dicen rata, y cosas tipo: “Sandum no habla, pero cuando lo hace hay que tenerle miedo”.

 

No se por que esto viene a molestarme a estas alturas, pero de verdad quiero cambiar eso en mí, por lo que he tomado varias medidas, a saber:

 

-No respondo automáticamente cuando me dicen algo: En vez de eso, pienso la respuesta, y suelto algo que normalmente no diría, lo cual me esta resultando hasta divertido.

-Tengo un modelo de conducta: El cual es un compañero de trabajo de esos que todo el mundo dice que “es más bueno que el pan”, nunca dice que no, es súper simpático, y aunque me resulte empalagoso en ocasiones, y probablemente nunca llegare a comportarme así, tener un modelo como él, funcionando junto al mío, quizá aumente la media, y logre un comportamiento intermedio.

 

¿A cuenta de que digo esto? ¿Qué rayos tiene que ver con mi blog?

 

Muy fácil, el otro día en la misma situación del microondas, pero no en la oficina, resulto que alguien me estaba coqueteando, y por salir con mis “Irónicas respuestas” no me di cuenta, cosa que si noto, una queridísima amiga junto a mi ¿Pueden creerlo?