Que comiencen las citas.
Me encanta el Internet, casi desde el día que pude probarlo fui adicto a esta modalidad de comunicación. Y cuando llegaron los celulares de “2da Generación”, y logre tener uno de ellos, me hice adicto al Internet móvil… Por lo cual es obvio que, una vez decidido a tener un contacto diferente a amistad con un hombre, usaría esa plataforma…
En mi opinión el Chat de Movistar es correcto, fue ahí donde conocí a mi primera cita a ciegas… Se llamaba Jaime, y por celular chateábamos durante horas y horas… Incluso cuando empezó la fiebre de las noches a mil, nos trasnochábamos conversando por teléfono… Desafortunadamente el encuentro en vivo se fue postergando por que no habito precisamente en el centro del país, resido en un pueblo del interior, y el encuentro estaba pautado cuando pudiese acudir a Valencia (mi querida Valencia).
Pero mi inexperiencia me jugo una mala pasada… Imaginaba que Jaime era un ser hermosísimo, venido de la misma Grecia, por el cual, en el supuesto negado que no resultara ser tan bonito, sentiría una atracción inmediata, por el simple hecho que me gustaba conversar con el… Strike one.
Luego pasaba por alto las diferentes opiniones que teñíamos sobre hechos comunes de la vida, y que a veces terminaban en esos altercados menores, que no llegan a mayores por que no existe suficiente confianza entre los combatientes… Strike two.
Finalmente jamás nos enviamos una foto (No había suficiente tecnología, solo existía el servicio wap), y bueno jamás insistí con eso… Pensé que al verlo me enamoraría (¿?). Tampoco observe un mensaje importante, que por cosas de la vida me envió:
—“Bueno mi vida, no esperes que en mi encontraras un modelo de hermosura… Sólo soy un tipo normal” —decía el mensaje
—“No ando buscando belleza” —mentí—, estoy seguro que nos llevaremos bien”.
Lo que yo entendía por tipo normal, era una persona con apariencia, al menos varonil… strike three.
Llego el día del encuentro… Escogí metrópolis (para los que conozcan Valencia lo digo), pues el transporte es fácil… Y aunque a mi me llevarían y me irían a buscar, pensé en él y en el hecho que estaba en una ciudad que casi no conocía…
Cuando me llamo y me dijo que había llegado al centro comercial, sentí un vacío en el estomago… Pero intuí algo más, pensé que algo no saldría bien, y programe la alarma de mi celular, para tener una coartada de escape…
Me explico como iba vestido… Yo sólo le dije la mesa de la feria en donde estaba… Me situé estratégicamente y me puse a buscarlo con la mirada… Coincidencia… Alguien vestido similar, pero estaba acompañado… Vi que uno de ellos sacaba tu teléfono, pero no era aquel que me había llamado la atención…
—“¿Dónde estas?” —decía el mensaje.
—“En la feria, ya te dije —respondí—, ¿Andas solo?”
—No, ando con un primo.
No soportaba la idea de verme descubierto por otra persona en mi condición de gay… pensé que me vería despectivo o algo así, y envié otro mensaje:
—“Dile que se vaya, no vengo a encontrarme con nadie mas que contigo”.
Confirme mis sospechas… Aquel que parecía mi Jaime ideal se alejo por una seña de su acompañante y tomo las escaleras que llevan al nivel del cine… Me ubique en una mesa mas cerca, y cuando el verdadero Jaime (que no el de mis sueños), se acerco lo suficiente, levante los brazos para que me viera.
Sentía un calor por todo mi cuerpo… Pero no era por los besos que habíamos cuadrado darnos en los baños, ni por que el muchacho me excitaba… Me sentía ridículo, puesto en evidencia, percibía las miradas de todos los que estaban comiendo a mi alrededor, Jaime no necesitaba letreros en su frente para que la gente supiera que el era gay… En ese momento, EL para mi, era la misma definición de ser gay. Tenía modales amanerados y usaba un koala como si fuera una cartera (con lo nefasta que siempre me pareció esa “moda”).
No recuerdo lo que conversamos, pues tenía una baja de tensión, quería irme, necesitaba irme, no quería que nadie me viera. Como es natural, creo que el percibió mi nerviosismo y me dijo que estaba callado y distante.
Salvado por la campana. Sonó la alarma de mi celular. Fingí recibir una llamada de emergencia y salí de ahí como si anduviese sobre ruedas con un cohete en la espalda. Aún no sé por que experimentaba tanta vergüenza
Horas después recibí su habitual mensaje.
—“¿Qué te paso?”.
—“La verdad es que no me gustas, y no va haber nada entre nosotros” —le escribí.
—Bueno tú tampoco me gustas —me dijo, aunque intuía que mentía.
No le escribí más. No se me bajo la autoestima por que me dijo que no le guste, ni nada por estilo, quizás debido a que la mente es sabia y ve mas allá de nuestros ojos. Durante cierto tiempo me enviaba mensajes que yo no respondía, llego a llamarme alguna vez, sólo para decirme que ya tenía un novio y que le iba de maravilla. Le pregunte que como lo había conocido tan rápido si antes tenía problemas para relacionarse con hombres, y me dijo una estupidez que jamás olvidare en mi vida:
—Lo conocí en el autobús. —El de regreso a su ciudad luego que nos vimos.
Me reí por días. Aunque falle en mi objetivo de hacerme un novio, gane algo. Gane la confianza de encontrarme con alguien y sentir que realmente le gustaba físicamente. Comprobé que no era tan de mal ver como pensaba. El tiempo confirmaría mis supuestos, Jaime siguió llamándome y enviándome correos electrónicos por meses, de hecho hace poco me invito ser parte de sus amigos de Hi5. Llego incluso a confesarme que lo del novio era un invento suyo (con lo candentes que eran sus historias sobre lo que hacía con el), pero nada le funciono… Aún espera que le responda… Si algún día lee este relato, sabrá con certeza que es él, y encima sabrá cual es mi respuesta, como seguro ya lo saben los otros lectores.
Me prometí a mi mismo no tener mas citas a ciegas… El tiempo me ayudaría a romper ese compromiso…
En mi opinión el Chat de Movistar es correcto, fue ahí donde conocí a mi primera cita a ciegas… Se llamaba Jaime, y por celular chateábamos durante horas y horas… Incluso cuando empezó la fiebre de las noches a mil, nos trasnochábamos conversando por teléfono… Desafortunadamente el encuentro en vivo se fue postergando por que no habito precisamente en el centro del país, resido en un pueblo del interior, y el encuentro estaba pautado cuando pudiese acudir a Valencia (mi querida Valencia).
Pero mi inexperiencia me jugo una mala pasada… Imaginaba que Jaime era un ser hermosísimo, venido de la misma Grecia, por el cual, en el supuesto negado que no resultara ser tan bonito, sentiría una atracción inmediata, por el simple hecho que me gustaba conversar con el… Strike one.
Luego pasaba por alto las diferentes opiniones que teñíamos sobre hechos comunes de la vida, y que a veces terminaban en esos altercados menores, que no llegan a mayores por que no existe suficiente confianza entre los combatientes… Strike two.
Finalmente jamás nos enviamos una foto (No había suficiente tecnología, solo existía el servicio wap), y bueno jamás insistí con eso… Pensé que al verlo me enamoraría (¿?). Tampoco observe un mensaje importante, que por cosas de la vida me envió:
—“Bueno mi vida, no esperes que en mi encontraras un modelo de hermosura… Sólo soy un tipo normal” —decía el mensaje
—“No ando buscando belleza” —mentí—, estoy seguro que nos llevaremos bien”.
Lo que yo entendía por tipo normal, era una persona con apariencia, al menos varonil… strike three.
Llego el día del encuentro… Escogí metrópolis (para los que conozcan Valencia lo digo), pues el transporte es fácil… Y aunque a mi me llevarían y me irían a buscar, pensé en él y en el hecho que estaba en una ciudad que casi no conocía…
Cuando me llamo y me dijo que había llegado al centro comercial, sentí un vacío en el estomago… Pero intuí algo más, pensé que algo no saldría bien, y programe la alarma de mi celular, para tener una coartada de escape…
Me explico como iba vestido… Yo sólo le dije la mesa de la feria en donde estaba… Me situé estratégicamente y me puse a buscarlo con la mirada… Coincidencia… Alguien vestido similar, pero estaba acompañado… Vi que uno de ellos sacaba tu teléfono, pero no era aquel que me había llamado la atención…
—“¿Dónde estas?” —decía el mensaje.
—“En la feria, ya te dije —respondí—, ¿Andas solo?”
—No, ando con un primo.
No soportaba la idea de verme descubierto por otra persona en mi condición de gay… pensé que me vería despectivo o algo así, y envié otro mensaje:
—“Dile que se vaya, no vengo a encontrarme con nadie mas que contigo”.
Confirme mis sospechas… Aquel que parecía mi Jaime ideal se alejo por una seña de su acompañante y tomo las escaleras que llevan al nivel del cine… Me ubique en una mesa mas cerca, y cuando el verdadero Jaime (que no el de mis sueños), se acerco lo suficiente, levante los brazos para que me viera.
Sentía un calor por todo mi cuerpo… Pero no era por los besos que habíamos cuadrado darnos en los baños, ni por que el muchacho me excitaba… Me sentía ridículo, puesto en evidencia, percibía las miradas de todos los que estaban comiendo a mi alrededor, Jaime no necesitaba letreros en su frente para que la gente supiera que el era gay… En ese momento, EL para mi, era la misma definición de ser gay. Tenía modales amanerados y usaba un koala como si fuera una cartera (con lo nefasta que siempre me pareció esa “moda”).
No recuerdo lo que conversamos, pues tenía una baja de tensión, quería irme, necesitaba irme, no quería que nadie me viera. Como es natural, creo que el percibió mi nerviosismo y me dijo que estaba callado y distante.
Salvado por la campana. Sonó la alarma de mi celular. Fingí recibir una llamada de emergencia y salí de ahí como si anduviese sobre ruedas con un cohete en la espalda. Aún no sé por que experimentaba tanta vergüenza
Horas después recibí su habitual mensaje.
—“¿Qué te paso?”.
—“La verdad es que no me gustas, y no va haber nada entre nosotros” —le escribí.
—Bueno tú tampoco me gustas —me dijo, aunque intuía que mentía.
No le escribí más. No se me bajo la autoestima por que me dijo que no le guste, ni nada por estilo, quizás debido a que la mente es sabia y ve mas allá de nuestros ojos. Durante cierto tiempo me enviaba mensajes que yo no respondía, llego a llamarme alguna vez, sólo para decirme que ya tenía un novio y que le iba de maravilla. Le pregunte que como lo había conocido tan rápido si antes tenía problemas para relacionarse con hombres, y me dijo una estupidez que jamás olvidare en mi vida:
—Lo conocí en el autobús. —El de regreso a su ciudad luego que nos vimos.
Me reí por días. Aunque falle en mi objetivo de hacerme un novio, gane algo. Gane la confianza de encontrarme con alguien y sentir que realmente le gustaba físicamente. Comprobé que no era tan de mal ver como pensaba. El tiempo confirmaría mis supuestos, Jaime siguió llamándome y enviándome correos electrónicos por meses, de hecho hace poco me invito ser parte de sus amigos de Hi5. Llego incluso a confesarme que lo del novio era un invento suyo (con lo candentes que eran sus historias sobre lo que hacía con el), pero nada le funciono… Aún espera que le responda… Si algún día lee este relato, sabrá con certeza que es él, y encima sabrá cual es mi respuesta, como seguro ya lo saben los otros lectores.
Me prometí a mi mismo no tener mas citas a ciegas… El tiempo me ayudaría a romper ese compromiso…
5 comments
Chico, con las citas a ciegas es muy probable que te des unos estrellones terribles, pero a veces la cosa funciona y las sorpresas pueden ser muuuuy gratas...
Unos datos interesantes que a mí me han funcionado, son:
a. No esperes mucho tiempo para encontrarte con alguien a quien conociste el internet o chat, mientras más esperen habrá mas expectativas, más idealización y más temor a defraudar-ser defraudado... Hay que verse en calientito y si no hay química: a otra cosa.
b. Tómatelo con ligereza, eso de ilusionarse o 'enamoriscarse' con lo que alguien dice a través de correos o chats es 75% idealización propia... uno comienza a imaginarse al otro como el hombre perfecto, con todas las cualidades que uno desea y resulta que el carajo es otra cosa distinta... Por eso no hay que tomárselo en serio hasta que uno se ve en directo y hay química...
Abrazos!!
Nunca me he enamosriscado (Gracias por enriquecer mi diccionario) en citas a ciegas (Gracias a Dios), sólo me ilusione un poco con la primera... Tu sabes, cuando uno es un niño inocente, cualquiera viene te ofrece un dulce y te roba... Gracias tambien por tus consejos, un beso!
Todos tenemos una historia como esta...es así.
Saludos
siempro caigo en el error tipo "b" dicho por lascivus.. y no aprendo.. no aprendo
Publicar un comentario