¿Qué se necesita para estar en una relación seria? (Y larga)




Tengo un amigo que tiene algunas normas con respecto a su relación. Juntos han pasado tantas cosas –que no voy a contar y tampoco es que me las se todas-, pero aún así se las han arreglado para permanecer juntos ocho años. Eso en años gays es toda una vida. Ellos tienen un arreglo de convivencia que es difícil de emular. Es único, es algo de ellos. También tienen normas, una de esas por ejemplo, es mantener su relación lo mas alejada posible de las redes sociales. Eso es pavoso, me dicen.

Estaba comentándole eso a Blandi (Otro amigo, no es su nombre real), mientras hablamos de otro par.

—Siento que he ido con ellos a todos sus viajes. Me monté con ellos en el Catamarán, escuche toda su conversación en el carro y de paso me insolé en la playa —dije.

Y era verdad. Pero luego ese mismo día me enteré que estaban pasando por algo muy difícil… Tienen de novios poco más ocho meses. Claro eso son como 2 años gays, pero igual es una pena. Me gustaría saber que pasa ahí. Son personas hermosas, que se quieren y parecían estar pasando por el mejor momento de su vida ¿Por qué están peleando?

A veces las peleas de parejas son como cuando te gusta un cereal muy crujiente acompañado de leche. Primero colocas el cereal en el plato con un poco de leche. Pero entonces sientes que le falta leche y le agregas más. Pero luego se pone aguado y ya no es crujiente, por lo que decides echarle mas cereal. Pero después te sobrepasas y de nuevo la leche. Al final terminas comiéndote la azúcar que tu nutricionista recomienda para dos semanas y no disfrutaste el desayuno en absoluto. Por esas razones cada vez que veo fotos con títulos románticos como “Un momento” y la imagen no es más que dos manos regordetas agarradas con unas camisas iguales, tengo dos fuertes reacciones; la primera es náuseas y la segunda es recordar a mi hermoso amigo y su sabiduría.

Entiendo que lo anterior puede generar una reacción negativa en el lector, especialmente si usted es de los que a la fecha ha tenido unas cinco relaciones (este año), todas con un bagaje fotográfico importante, todas terminando en desastres. Pero piensen lo que les digo ¿No es más importante invertir ese tiempo en conocer a la persona que dedicarse a hacer publicidad en las redes sociales? No se si todo pueda deberse a que tal vez y solo tal vez, no estoy buscando un relación para estar acompañado… Estoy buscando una relación porque quiero que el mundo sepa que no estoy solo. Porque quiero decirle al mundo que no soy un perdedor, quiero que la gente sepa que si quiero estoy solo y si quiero estoy con alguien, le doy Like a todas sus fotos en Instagram® y le profeso amor eterno, pero cuando vamos a ver películas en la casa en verdad vemos la película ¿la mayoría de las relaciones entre hombres son de corta duración?

“Plata, carro, verse bien y las amistades correctas”, es lo que recibo como respuesta cuando hago la pregunta con la que inició este post a Blandi. ¿Quién soy yo para negar tal reflexión? Hace poco cuando otro amigo me pregunto sobre que opinaba sobre su relación le lancé sin mas dilaciones algo como que debería estar con alguien donde el dinero no fuese un issue para conocerse. Varios días después me pregunté si en el fondo le había recomendado que se convirtiera en mujer.

Ese también es otro punto. Superado el tema de la publicidad y las discusiones sobre detalles tontos en los que bien podrías ceder ya que a veces se trata mas de eso que de tu ego, esta el tema económico ¿Cómo una relación podría funcionar cuando el único lujo que puede permitirse uno de los dos es desayunar en la mansión cada 15 días? Suena raro, pero ¿Qué pasa si tus amigos organizan una fiesta de llevar algo y tu novio considera inconcebible que gastes 2mil bs en una botella de Whisky cuando deberías estar ahorrando para lo que el considera qué es importante, como por ejemplo, un carro usado? Son las prioridades de cada uno otra de las cosas que entra en juego, especialmente si tu prioridad no es una relación. Ja-ja.

Vamos con la historia de hoy. Les presento a Santi.

Santi es un joven emprendedor. Vive en Valencia, según sé trabaja en lo que le gusta y tiene una legión de admiradores. Lo conozco por ese tipo de cosas que solo pasan en pueblos como los de nosotros donde es “amigo de un amigo de un amigo”. Santi es guapo, Santi es inteligente, pero Santi no tiene dinero, ni carro… Y probablemente tampoco las amistades correctas. Lo que si ha tenido Santi es un montón de relaciones fracasadas, con múltiples álbumes en Facebook y likes de gente sin camisa en Instagram®. Todo ese backround le ha dejado a Santi un par de cosas: 1) Una sobresaliente experiencia sexual en la cama 2) Una reputación que se quedará instalada en Valencia incluso si en algún momento el logra salir de aquí.

Una vez estaba en una reunión pequeña. Era de esas fiestas íntimas que solo suceden mensualmente, donde hay un montón de gente cool en un lugar –digamos un caney, un club o un estacionamiento-, donde todos realmente no se conocen entre si, pero tienen amigos en común. Yo ya había salido con Santi, porque soy un fiel creyente de que no somos nadie para juzgar el pasado de una persona, pero la gente de ese lugar no estaba de acuerdo conmigo.

—¿No trajiste a Santi? Pensé que eran amigos o estaban saliendo.
—No lo traje, yo también pensaba lo mismo, pero estaba equivocado —respondí.
—Ya veo. Es mejor así. Él no es bueno.

Mi primer impulso fue salir a defenderlo, principalmente porque quien me dijo eso no tenia moral. Una vez lo vi casi vomitando de la borrachera en la cola para comprar la entrada del concierto de Britney. Ese día se beso con tres personas distintas, las cuales seguramente no recordaba al día siguiente, luego de haberse tomado 2 alkaseltzers® que desmenuzó en una botella de agua Minalba® cuando por fin abrieron la venta de boletos.

Pero la cosa no acabo ahí. Otro día estoy en Green Zone, cuando me pasa lo mismo, pero con Míster Amigos:

—Ese amiguito de ustedes tiene muchísimas historias con bastantes conocidos míos.

Eso venía de alguien que cada vez que me lo encuentro en un sitio me presenta a un “pana” sin nombre. Empecé a correr una lista en mi cabeza de cuantos conocidos podría tener Míster Amigos, pero me detuve al darme cuenta que necesitaba Excel y que luego no me importaba.

Después que lo anterior se repitiera incontables veces entendí algo. Santi lo tenia todo, pero carecía de las amistades correctas. Para este punto había hecho tantas cosas y con tanta gente que nadie lo tomaba en serio. Ni siquiera él mismo, cambiando mensualmente su estado en Facebook de “En una relación” a “complicado”, sin pensárselo mucho.

Hace tiempo estaba en una arepera a las 3am y le pregunté a un respetado personaje de nuestra valencianidad –el cual es más popular de lo que el mismo sabe- en qué se fijaba él para salir con alguien y tomarlo en serio.

—Debe ser bien parecido —me dijo—, pero eso no es todo. También hay que ver quien lo conoce y con quien ha salido —palabras más, palabras menos, estoy parafraseando—. Si lo tiene grande, tampoco me opongo —y todos reímos.

Somos hombres, todos nos acostamos con quién sea apenas tenemos la oportunidad, pero hay una delgada línea entre tener un pasado hombreriego que me represente y hable bien de mi y ser un loco –usen la “a” a su conveniencia- y que nadie te tome realmente en serio. Es tan tonto, pero lo cierto es que pareciera que a pesar de ser gays aún tenemos arraigada la novelesca búsqueda de la mujer perfecta.

Otro día estoy en BC y me preguntan de nuevo por Santi:

—Una vez los vi juntos en el Sambil. Se veían bien.

“Díselo a él”, digo para mí, pero me excuso y voy al baño. Al parecer tampoco conozco a la gente correcta y jamás ahorro. Soy Santi pero sin cuenta activa en Facebook.

Pero después, en la mañana, mientras desayuno algo que venden en GNC, me detengo a finalizar este texto: Sólo se necesita que ambos en verdad lo quieran, se olviden del cereal, de lo crujiente, de lo que pueden o no pueden pagar y de lo que pasó (también dejar de hacer cosas pavosas como regalarse osos de peluches y publicarlos en Instagram®) ¿fácil no?

¡El otro sábado!

4 comments

Anónimo | 5 de octubre de 2013, 19:20

Samdun, tenía años esperado este post. En el que hablarás bien de las relaciones gays, o por lo menos de que dejaras sentado que es posible, porque aunque te leo siempre y me gusta, no me identificaba del todo con las historias. Y esta vez me atrevo incluso a hablar. Creo que es nefasto meterle a la promiscuidad, porque a la hora de enseriarte puedes llegar a tener dificultades y te va a pesar. Soy de los románticos y aunque no un santo, soy de los que cree que hay que guardarse para la persona correcta. Nada fácil. Ahora me identifico con el post porque mi estado sentimental es casado. Y me parece lo máximo. Tienes razón en que hay que mantenerse alejado de TODO, redes sociales, sociedad, gay o no, los problemas no se cuentan a nadie, se resuelven en casa, los detalles del cereal y la leche no importan, el ego menos, hay que creer que la fidelidad es posible, obvio, siendo buena cama y olvidándote de los límites a la hora de entregarte y hacer el amor, olvidate de los roles, son estúpidos. Yo siempre quise para mi el príncipe azul, apuesto, inteligente, carismático, pero hay dos razones irreductibles, que sea honesto y que te quiera. Que es lo más importante en una relación? Eso, honestidad y amor, amor recíproco. Uno sabe cuando llega. Si no eres capaz de ser honesto tu, olvídate del príncipe azul, si no estas dispuesto a ceder, etc. Tienes que cultivarte como persona, mente, cuerpo y espíritu, tu pareja debe sentirse orgulloso de ti también. No digo que sea imposible, pero en los lugares de ambiente no vas a encontrarlo. Ni acostándote con todo el que encuentres. Lo mejor es mantener a amigos y familia lejos de la relación. Dinero y al menos casa, un lugar propio ayudan mucho, porque aunque no puedan ir al mejor restaurante todas las semanas, sirve pasar por el súper y cocinar juntos en casa, o cocinar algo para el, nada complicado y eso alimenta al cuerpo y a la relación. Mi mensaje, se resume en que el príncipe azul SI existe, y cuando lo encuentras debes cuidarlo, y eso es también un arte propio de otro post, pero existe y es maravilloso. Hice un post dentro de tu post. Espero sigas escribiendo mucho y escribas de las posibilidades. Saludos!

Anónimo | 5 de octubre de 2013, 22:06

Una relacion gay necesita libertad y esa solo puedes tenerla en tu propio espacio, tu lugar, casa, apartamento. Esa intimidad verdadera solo llega cuando te das cuenta que no es el fin de semana, sino que llega la vida real, la de todos los dias y la compartes con el {en mi caso ella} . Puede pasar cualquier cosa, pero estirar el brazo de madrugada y que esté alli es priceless. El equilibrio economico es importante, sobretodo en funcion de las expectativas que tengas y para mi es algo fundamental. A donde vamos a estar en ... Metas en comun, eso definitivamente retroalimenta, ata. Si la meta de uno es ir a Cool café todos los viernes para trollear a la parchita y el de tu pareja es ir a Iskia a escoger las servilletas para cuando hagan el open house...bueno, no mucho mas que decir. El resto, como la vida misma, altas y bajas, no siempre estaras en "y fueron felices para siempre" #mood, pero mas allá de eso, sabes que solo esa persona comparte contigo lo que realmente eres, son, como seres humanos

Unknown | 7 de octubre de 2013, 7:15

A ver es que tengo problemas tratando de entender las conclusiones del post. Obviamente hay cosas lógicas sobre tener una relación madura:

1) El dinero es lógico, pero no por una cosa de estatus sino por aquello de tener objetivos comun y eso. Si son dos carajitos estudiantes pelabolas les puede ir tan bien como dos profesionales. Claro, cuando combinas los dos: desastre.

2)Discusiones pajúas y esas vainas, again, es una cuestión de que tan madura es la persona y que tan madura esa persona quiere que su relación sea.

Ahora, lo social? Mira aquí el problema que veo, o lo que creo que me está reflejando el post, es que la gente es demasiado metiche. Si yo decido salir con la puta del pueblo, esa vaina es peo mio. Puede ser que salga fregadísimo como que no. Pero eso de ver con quien esa persona ha salido y con quien no? De que me sirve? O sea para establecerme una cantidad de prejuicios y autosabotearme la relación? Capaz eventualmente me entero y me pasen cosas, que ya me han pasado, como que he tenido sexo con mis mejores amigos por transitividad jajajaja ergo, con una persona de por medio. Y?

En fin, mi pregunta es: es realmente la exposición social es la perjudicial, o es la gente metiche ladilla de la vida que tiene que constantemente perder la oportunidad de quedarse callada, o es la inmadurez de cada uno de no saber poner un parado entre la vida en pareja y la vida pues con el resto?

Anónimo | 8 de octubre de 2013, 2:50

Definitivamente si, la gente es capaz de dañar las cosas... a veces por más claros que estén los miembros de la pareja, los dimes y diretes de terceros pueden llegar a afectarlos. Sobretodo porque aún no vivimos en una sociedad madura que respete y apoye las relaciones, mucho menos homosexuales. A poco cuando ven que a dos hombres les va bien, no empiezan a meterse, todo el mundo. Apoyo que hay que mantenerse alejados. Finalmemte nos emparejamos para compartir la vida con UNO. Si nuestra necesidad vital es ser el centro de la atención social. Keep Calm y olvídate de vivir en pareja.