Valencianidad





Desde que regresé al blog he estado usando este termino con frecuencia, conviene entonces explicarlo un poco, pero… ¿Pero como definir algo tan subjetivo? Usemos lo de siempre: Amigos y algunos cuentos.

Sr. Arrogante

De entre todas las personas sobre las que puedes escuchar algo en Valencia, Sr. Arrogante es un caso inspiración. Con su infame cuenta de Twitter® ha creado diatribas que harían palidecer cualquier respuesta grosera de Norkis Baptista en la misma red social. Tiene éxito económico y se ve bien.

La primera vez que escuché sobre él estaba saliendo con alguien quien lo definió como un “amigo” (ahora sé que solo se acostaron y ya) y todo surgió porque esta persona me estaba explicando que Sr. Arrogante tenía un negocio muy próspero. Me sentí atacado, acababa de gastar 4mil bs en una camisa y un suéter de algodón licra y no quería saber de nadie quien pudiese comprar eso sin pensar en las consecuencias.

La segunda vez que supe algo de Sr. Arrogante estaba en Twitter® y se creó una infame matriz de opinión con algo que él dijo, muy pedante por cierto, que prefiero no revelar, pues supongo que los tweets aún existen. Ese día concluí que era un idiota.

Luego escuché de él y el sexo casual con alguien en alguna institución de dominio público. Solo Dios sabe como odio esas historias de sexo casual contadas como si fuesen algo extraordinario.

Con todas esas piezas solo se podía sumar y concluir la razón por la cual Sr. Arrogante es/era tan popular: Se ve hetero, tiene una camioneta, tiene dinero y es buena cama. Decidí olvidarme de él en ese momento.


Cumpleaños infantil en Mc Donalds

Sentados en Mc café vemos que al otro lado hay una fiesta infantil. De repente entra un espécimen de nuestra valencianidad. Tenía el cabello negro, era morena, voluptuosa y además de usar hot pants muy poco apropiados para una fiesta infantil, sobre ellos llevaba una especie de tul. Parecía una profesora de danza árabe venida a menos.

Yo y mis 3 amigos la criticamos a mas no poder, mas sin embargo, los hombres de la fiesta de deshacían en atenciones con ella. Creo que hasta le cargaron al niño, que no parecía muy bien portado.

De eso tenemos acá, mujeres que creen en los excesos y personas que las odian y las aman.

Merú

Una camioneta terrible, con un tablero plástico horroroso, que sin proponérselo se ha convertido en un símbolo de estatus deplorable (aunque poco a poco se ha visto desplazada por la no menos tacky Fortuner).

Carros tacky, la pasión de los valencianos.

iPhones vs Samsung Galaxy

Yo compre un iPhone en 700 dólares y luego decidí que me iría mejor vendiéndolo y así lo hice.  Un día estoy en reunión cool y alguien ve mi BlackBerry (es del trabajo, tengo un Galaxy normal, pero esta aclaratoria me hace Valenciano honorífico) y me dice:

—¿Qué haces tú todavía con eso?

Al momento de escucharlo nuevamente supe había tomado la decisión correcta.

Teléfonos, un símbolo de estatus.

Sábado en la noche, valencianidad en pleno

Estoy con Sr. Intenso y Blandi cuando repentinamente vamos al encuentro con unos amigos del primero en Baccarat… Entonces ahí estaba. No lo reconocí al principio, solo vi a alguien de “interesantes brazos”. Pero luego cuando se habla de Twitter® y hay varias cervezas de por medio me doy cuenta:

—¿Tu eres Sr. Arrogante? —le pregunto.
—Si ¿por qué? ¿Me sigues? ¿Nos conocemos?
—No te sigo, pero si he leído tus cosas y ciertamente eres algo detestable.

Decidí que no había que medirme dado que probablemente nunca mas le vería, lo cual es un error en Valencia, donde eventualmente todos nos conoceremos y luego hay que mudarnos de ciudad para no aburrirnos. Pero también de eso hay acá: Sinceridad uncool.

Entonces me di cuenta que Sr. Arrogante era dos personas en una: El sujeto masculino que se monta en una camioneta poco apropiada para su estatura, va al gimnasio, alardea de lo que tiene y lo que ha hecho, pero en el fondo es como cualquier otro:

—Yo tengo que ir a Green Hill Zone porque una amiga me esta diciendo, pero yo odio esos lugares —dice.

Juro por Mario Bros que yo no soy una persona de andar provocando, pero me cuesta creer en el blanco o en el negro… Fue en ese momento en que decidí fastidiarlo.

Cuando estamos en el estacionamiento de Green Hill Zone le digo:

—¿Tu no ibas a buscar a una amiga?

Le tembló un poco la voz antes de responder:

—Me dio ladilla.
—Pensé que ella era la razón por la cual venías —le digo y sigo.

Y luego todos tomamos como locos.

Y luego todos nos agarramos el back pack.

Y luego ponen una canción terrible y de repente Sr. Arrogante me toma por la cintura y ya no se si es su pierna, su cartera o otra cosa lo que está ahí.

Antes de cerrar nos mira a Blandi y a mi. Dice:

—¿No quieren ir a mi casa? —y sube las cejas.

Yo tuve que resoplar para no reír y ni siquiera quise ver la cara de mi amigo. Se soltó el “no” de una forma sutil.

Eso si tenemos en Valencia. Nunca has rumbeado del todo bien hasta que sales con nosotros.

Dos caras

De nuevo en Baccarat, pero viernes en la noche. Normalmente este día es como un adelanto de lo que vendrá el sábado. El lema era “tipo temprano”.

Sr. Arrogante estaba en lo suyo: Hablando de los que ven el Miss Venezuela y sus pocas lucrativas vidas. Yo solo me rio y escucho. Cuando nos quedamos solos en la mesa le digo:

—Yo entiendo lo que estás haciendo, pero… ¿No te cansas? No tienes un momento en que dices “¡Al carajo voy a hablar cinco minutos de divas del pop!”

Me mira dubitativo, luego responde:

—Claro que si, de hecho ahora estoy con un amigo que mantiene al día y por eso ahora odio a Rihanna.

Reí, finalmente ahí estaba su otra cara. El creo que parecía algo aliviado también.

A ver

No estoy seguro si esto se entendió, pero así somos acá. Pareciera que hay que alardear de algo para no pasar desapercibido y sobrevivir pero en el fondo somos iguales a todos. Los grupos de amigos son cerrados pero siempre hay alguien que te invita a entrar, ya luego depende de ti si te quedas adentro o no. Tu decides que pretender y cómo lo harás, pero la cosa no es tan terrible. También puedes ir contra la corriente, criticar todo eso y aún así encontrarás un grupo con quien hacerlo. Hay mucho de donde escoger.

Siempre que leo “los valencianos tal cosa”, no puedo mas que pensar que esas personas en realidad no conocen nada de acá. Eso.

¡Hasta el próximo sábado!

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