Diez años más


Lily Allen sacó un single con el que estoy obsesionado, se llama “Hard out here” y además que estar acompañado de un excelente video que lo explica por si mismo tiene una buena melodía. Aunque todo es muy chévere Lily déjame decirte que es mas difícil para un gay, en especial si se es joven.

Rondar los 18 años, ser gay y vivir con tus padres es una época que muy pocos quisiéramos volver a repetir, aunque es necesaria. Es un periodo de tiempo donde pueden concurrir diversas desgracias, no necesariamente todas a la vez: Preguntas constantes por la novia, salidas furtivas donde debes mentir mucho, tener que justificar todo tipo de cosas y si son varios hijos en la casa te conviertes en el hermano de segunda clase. Luego llega el día en que se enteran y por un tiempo que parece infinito la cosa se pone peor: Dicen que te aceptan pero te lanzan puntas, tus hermanos ya no te tratan igual, recibes la mirada crítica antes de informar cualquier cosa que vayas a hacer, tipo “Mamá voy a salir” –inserte mirada crítica- “¿Hijo por qué tu sales tanto?” y mientras tu intentas responder tu hermano mayor puede irse sin avisar en medio de esa conversación y a nadie parece preocuparle.

Tu vida social también es un desastre: Sales con la gente equivocada, usas la ropa que no es, dices lo que no debes, hay gente diva que te ignora y eso te importa. En general ciertas personas que ya tienen cierto tiempo en esto y  están afuera te tratan como una porquería. De manera que si tu joven, estás leyendo esto y te preguntas, como alguien me preguntó a mi “¿Cómo hiciste con tus padres y como tienes ese estatus en tu familia?” y además quieres saber como llegamos a este estado de paz, sigue leyendo.

La conversación

—No se lo quiero, pero no estoy seguro que sea una mujer —le dijo Jude al teléfono a su madre.

Hubo cierto silencio, durante el cual Jude pensó que ella iba a colgar. Aunque él ya no vivía con ella, aún le importaba su reacción

—Siempre lo supe —soltó ella finalmente.

Ambos rieron incómodamente.

Haciendo lo que no se debe

Estoy en una cena con unos conocidos y otros amigos. Esta Blandi, esta Mr. Amigos y esta Sr. Controlador. Yo tenia una imagen vaga de Mr. Amigos un día que salimos a comer y debí haberme quedado tranquilo, pero la forma en que me miraba ese bícep era mas fuerte que yo, de manera que decidí hablarle apenas llegó.

—Yo me vine de mi casa cuando terminé la universidad —me dice. En seguida pensé que era un buen partido —mi mamá sabe pero prefiere no lidiar con ello.
—Yo aún vivo con ella le digo… O ella conmigo, ya eso no esta definido.
—Cuando llegué aquí,  nadie sabía en mi casa y de repente comencé a ganar mucho dinero —comienza a recordar y entonces su mirada se tornó extraña, solo puedo usar una palabra para describirla: éxtasis—… Y hice muchos desastres —me dice
—Bueno eso es normal en la gente de tu tierra —digo riendo—, tengo un amigo de allá que cuando llegó aquí tuvo en el mismo año 3 mujeres en la firma.

Ambos reímos.

—Cuando se vive con los padres así, lo mejor es irse.

Luego Blandi comienza a hablar de alguno de los rollos de vivir con su madre, como la mirada crítica incluso cuando le dice que va a salir conmigo. “Ese muchacho esta viniendo mucho para acá”, le dice.

—La cosa es —explica—, que luego cuando le cuento a ustedes me da risa, pero no es fácil.

Todos asentimos. Pero Sr. Controlador me mira y me dice con los ojos “sé lo que estás haciendo”.

Saliendo con la gente equivocada

Un día salí solo, había bebido y en el bar una mujer se me acerca.

—¿Estas solo?
—Si —le respondo.
—Yo estoy con unos amigos por allá ¿te gustaría conocerlos?

En cinco segundos repensé todo y acepté. Los tragos siguieron viniendo y cuando me di cuenta estaba montando en el carro a 3 desconocidos que me parecieron divertidos y con uno de ellos ya estaba prácticamente empatado. Al día siguiente, aún con la resaca de malos cócteles, llamé a uno de ellos y decidimos encontranos en “El Éxito”. Al momento en que ese lugar fue propuesto yo debí echarme para atrás, pero bueno.

Bajo la luz del día te das cuenta que en verdad no todos los gatos son pardos. Lo único bueno de ese muchacho era que junto a él en verdad yo lucía mas “expensive”. Luego llegó el amigo. Decidí cambiar de planes. Al día siguiente me desempaté del otro y lo invite a salir. Aceptó sin titubeos.

Después de besarnos en el carro le pregunto que hace. Me dice que trabaja como estilista en algún lugar que prefiero no nombrar. “Que tanto”, me dije “Por lo menos trabaja, uno no debe dejarse llevar por ínfulas”. Lo volví a besar, lo hacía muy bien.

Pasadas varias semanas me di cuenta que lo único que hacíamos era beber todos los fines de semana y comencé a sentirme como un personaje de novela preguntándome “¿hacia donde va esto?”. Un día me cuenta que esta pasando por una mala situación económica y que es probable que deba regresarse a Caracas con sus padres, quienes en cierta forma lo odian.

—Si estás tan mal ¿Por qué vamos al bar hoy?
—Yo siempre voy al bar, es algo que no puedo evitar, es mas fuerte que yo.

Ese día yo no fui al bar.

Usando la ropa que no es

Antes solía vestirme de demasiados colores y creía que eso estaba bien. En la búsqueda por mi look actual, el cual defino como “effortless expensive”, tuve que pasar por muchas cosas terribles. Aprendizaje le dicen.

Estaba sentado en el Cristal y vestía una franela que no me quedaba muy bien pero la amaba, un pantalón de vestir y converse. Alguien comienza a verme e inicia un juego de miradas muy divertido. Al levantarme ve la combinación y de repente la magia se acaba.

Derechos en el hogar

—Como te dije yo no tengo problemas en que un amigo —mirada crítica— se quede aquí, pero esta tu hermano, pregúntale a él.

Jude finalmente decide llamar al hermano.

—No hay problema —dice el lacónicamente.

Otro día.

—¿Seguro que le dijiste a José?
—Le dije y el me respondió que al igual que tú —mirada crítica— no tiene ningún problema con ello. Viene el viernes en la noche y se va el domingo.
—¿Y los niños?
—Los niños no tienen que interpretar nada distinto a cuando mi hermano menor viene con la novia y se queda aquí ¿no crees?

Los niños

—Tío ¿Ese muchacho que se quedó aquí es tu…? —levanta las cejas, parece una mirada crítica, pero tiene candidez.

No puedo parar de reír como si tuviese once años de nuevo, justo como él.

Episodios conversacionales 2

No puedo creer que estemos teniendo esta conversación de nuevo —le dice Blandi a su madre.
—No lo acepto dice ella ¿Tú me estás diciendo que la enferma soy yo?
—Sí —responde él simplemente.

Al día siguiente nadie dice nada. Se comen una arepa y la masa estaba simple. Nadie habla de ello tampoco.

Mi episodio conversacional: Una excepción

—Ven que quiero hablar contigo —dice mi madre—. Quiero que me digas si eres gay
—Sí —respondí­—, olvida todo lo que te haya podido decir antes. Ahora estoy seguro
—Siempre lo supe —dice, y luego comienza el muchas veces escrito discurso de tu eres mi hijo y todo eso. La quise mas ese día.
—Lo único que te pido es que no me hagas hacer este show ante la familia, diles tu lo que quieras cuando lo consideres conveniente.
—Esta bien.

No decirlo

—Tu te quedaste en 17 años —le explico a Sr. Controlador—, mira a tu alrededor, miranos a nosotros. Incluso Blandi logró salir del entuerto,  llevas 10 años de retraso.
—Yo lo sé, pero es difícil.
—Mira ahora las consecuencias. Tu ahora tienes otra familia y debes caminar hacia allá. Él es tu familia y ese es el mensaje que te esta mandando. Las personas adultas no se ven de esa forma luego de tantos años de relación. Las personas adultas no van solas a la cena de navidad del trabajo. Las personas adultas no hacen viajes vacacionales con sus padres como si tuviesen cinco años. Tu has permitido que ellos en cierta forma anulen esa parte de ti. Debe acabarse.
—Tengo mucho que pensar —me responde y me siento como si le hubiese dado un correazo. Pero para eso estamos, los amigos se dicen la verdad y no lo que quieren.

Nunca se acaba

Mesa, cigarrillos de él y tragos. Noche de amigos en Green Hill Zone con Sr. Intenso. Hablamos de transporte público y aeropuertos, de vida en otros países y lo inusual que es estar aquí Valencia. Luego me comenta de sus padres

—Mi papá salió conmigo para tener “la conversación”. Luego que le dije la verdad, me dice “en todos estos años de relación jamás le he guardado un secreto a tu mamá y esta no será la excepción”. Al llegar a la casa me fui a prepararle un trago y cuando volví a la sala ella ya estaba en lágrimas.

Solo lo miré esperando que continuara.

—A partir de ahí han sido altibajos. Me han dicho cosas como que jamás me consiga a nadie y así ambos (ellos como un todo y yo) seremos mitad felices, pero yo he tenido el valor y les he dicho que yo no estoy solo.
—La gente siempre va a preferir actuar como si nada esta pasando, cuando eso sucede es mejor hacer un gesto dramático, algo que nadie olvide nunca —explico.
—¿Un gesto dramático?
—Es cuando por ejemplo llevas a alguien a una fiesta familiar sin avisar, algo grande, como una boda. Ese día te robarás el show, será terrible, pero a partir de ese momento ya no serás mas el elefante blanco en la sala del que nadie habla.
—Supongo que el mío será cuando me mude con él.
—Es increíble como la familia es un factor determinante en como actuamos ante la vida —digo y enseguida me doy cuenta que es hora de finalizar la noche, había mucha charla intensa ya.

Los nuevos

—El ya no es mi amigo —apenas digo eso, me doy cuenta que era algo que no me atrevía a pronunciar en voz alta
—Qué fuerte —dice Sr. Intenso. Sr. Controlador solo me mira.

Recordé algo que me dijo Sr. Controlador una vez sobre esa persona: “Ese carajito es muy bueno en muchas cosas, pero esas juntas y esa forma de vivir la vida lo va a arruinar”.

—No somos compatibles —le digo, pero luego me doy cuenta que es mentira, hay algo más.

En ese breve espacio comprendí que ya estoy superando mis veinte y me dirijo a una nueva etapa, una donde ya sabes escoger con quien sales, donde tu familia te respeta y sabes que ponerte en cada ocasión. Una nueva era donde puedes pagar tu trago y el de alguien mas sin preocupaciones, donde haces lo que quieres sin pedirle permiso a nadie. Estás del otro lado tratando a los otros como una porquería. Sonrisa.



¡Hasta el próximo sábado!

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