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La historia sin fin


Lee la primera parte >>>aquí<<<
El saber que el hombre que me ilusionaba era evangélico de nacimiento me decepciono ese fin de semana. El sentimiento de derrota frente a un plan armado por mi, y que ya ni siquiera pondría en marcha me deprimió. Decidí colocar punto y final a la situación, a partir de ahora me comportaría más seco, y volvería estar tiempo completo con mi sequito de amigos anterior (quienes ya habían mostrado señales de celos por mi nuevo amigo). Sin embargo Enawo no facilito nada las cosas. El lunes siguiente a su revelación, le manifesté que ya habíamos estudiado suficiente costos, que consideraba que ya estaba preparado y que le prestaba mi cuaderno el tiempo que quisiera (mis cuadernos son tan organizados y con tantos ejercicios y clases perfectamente copiadas que algunos lo ven como una especie de “guía”). Enawo no manifestó sentirse rechazado, al contrario, siguió tratándome como si nada, cuando me veía solo en las escaleras se sentaba a mi lado (y yo suspiraba), se sentaba conmigo el cafetín, insistía en estudiar conmigo las materias que compartíamos, de manera que al muchacho le interesaba mi amistad… Y nos hicimos amigos.

Yo seguía enamorado de él por supuesto. Ya no era algo físico. Teníamos una empatía especial. Podíamos conversar horas y horas sin cansarnos. Llego el punto que nos entendíamos perfectamente sin hablar, compartíamos un lenguaje de señas. Llegue a pensar cosas que el decía en voz alta. Secretamente, y sin que el lo supiese le decía “Mi Enawo”. Naturalmente las suspicacias no se hicieron esperar. El primero fue mí papá quien me pregunto directamente que hacia todo el tiempo con ese muchacho:
—Es mi amigo y estudiamos juntos, mas nada —corte enseguida.
Sólo había una piedra en mi camino, algo que me molestaba en el zapato. Los mensajes de “Ana”. Una mujer que llegue a odiar sin saber quien era, que lo llamaba cielo, que le preguntaba que estaba haciendo, inquiriendo que comió en la cena… “Esa estúpida”, era lo que pensaba cuando leía los mensajes…

Cierta situación me hizo perder la cabeza por completo. Un día por motivos académicos acordamos que yo dormiría en su casa para terminar un trabajo (Yo no tenía computadora en mi casa en ese entonces). La posibilidad de verlo al menos sin franela, o en pijama me erizo completamente y acepte tragándome un suspiro. El durmió en una cama matrimonial con su hermano, y yo en la cama de su hermano (una individual). A la mañana siguiente luego que yo tomara una ducha y el la suya, Enawo entro con una toalla al cuarto. Ver sus hombros musculosos, su piel blanquecina, su pecho fuerte y abdomen fuerte, ligeramente flácido (tenía un poquito de barriga), me emociono, pero luego, cuando se retiro el paño y lo vi… En boxers, creo que debí agradecer que estuviera yo sentado en la cama. Desde ese día Enawo ya no era para mí el hombre que me gustaba y que conversaba conmigo, desde ese día era EL HOMBRE.

Afirmo, sin temor a equivocarme, que yo estaba dormido antes de conocerlo. Sentimientos que nunca había sentido por nadie se despertaron en mí. Creo que sólo cuando estamos enamorados vivimos de verdad. De un día para otro el centro de mis intereses, la universidad, mi familia, mi mama, fueron como satélites distantes, el centro de todo, mi único interés era Enawo. Abandone a mis amigos sin titubeos, rechazaba salidas a comer y a pasear sólo por ir a casa de Enawo a ayudarlos con sus pendientes, a jugar en su computadora (cosa que desteto, no me gusta jugar en PC), estar cerca de él era mi único interés. Detestaba que por ser miembro activo de su iglesia no podía verlo los fines de semana.

Pero llego el final de semestre, y una información importante: Me entere que Carla la muchacha que rondaba a “Mi Enawo” perdió 2 materias por lo que el semestre siguiente compartiríamos clases con ella. Pase dos meses de vacaciones suspirando y recibiendo ayuda psicológica de Esteban que ya había pasado por eso, y además no le fue muy bien cuando se le declaro al amigo en cuestión. Pero la piedra en el zapato seguía ahí: Carla, Carla, Carla…
Continuara pronto, ya recupere mis archivos =)
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El Clavo que saca a otro clavo…


Una de las cosas que no le deseo a nadie, ni siquiera a enemigos que aún no tengo, es ese horrible sentimiento que queda luego de terminar una relación en circunstancias que escapan de tu control y tus deseos. Experiencias como esas me han enseñado que uno nunca debe decir frases como: “Yo jamás me rebajaría de esa manera”, “Yo nunca suplicaría por alguien de esa forma” o cosas similares. En esos casos creo que para mi lo peor, es esa sensación de cómo sería ese momento equis que estés viviendo si el estuviera aquí. O la convicción que aunque conozcas a alguien nunca será igual, no se jugaran igual, no llegaran al mismo nivel de confianza y otros pensamientos que no dejan de atormentarnos una y otra vez.

Creo que no me equivoco al pensar que, la mejor y mas rápida manera de superar eso es conociendo a otra persona. Una nueva ilusión te da un nuevo par de ojos, que te sirven, entre otras cosas, para notar todos los defectos que tenía tu pareja anterior. A la luz de un nuevo amor, el pasado se torna distante, y el sentimiento que te impulsaba “a rebajarte” es superado rápidamente por la vergüenza de haberlo hecho en primer lugar.

Me paso eso luego de mi primer “novio” (entre comillado por razones que algún día revelare, pero hay una pista en mi primer post). Me humille de formas que mi orgullo snob no me hubiese permitido, hice de todo para lograr una conciliación, pero fue inútil. Un día, mientras esperaba que unos compañeros salieran de un examen, estaba el otro. Me pareció un muchacho con una apariencia incompatible con los apelativos, bonito o feo, creo que simplemente no era mi tipo, pero analizando bien el asunto, Enawo, es un hombre llamativo, labios rosados y carnosos, espalda ancha, ojos grandes (quizás demasiado), digamos que algunas veces se ve como un caramelo de chocolate y otras como un caramelo piñata, pero es caramelo al fin y al cabo. Yo no recordaría este primer momento, pese a que en varias oportunidades intercambiamos miradas, si no fuera por un evento posterior. Desde ese día fue que el para mi empezó a existir. Estando en una “clase participativa” de Auditoria II, el muchacho hizo una brillante intervención que incluía un ejemplo basado en los Estados Financieros de una corporación venezolana muy importante. Todo el resto del salón cayo presa de la envidia, emitiendo comentarios como: “Que ridículo, para que tenia que hablar tanto”, “¡Quería dar la clase!”, entre otros. Yo, me hice eco de alguno de esos comentarios, pero en el fondo, me había cautivado su intervención, la manera en que hablo, la inteligencia con que emitió los juicios de valor que ameritaba el caso, en pocas palabras estaba en un éxtasis de fascinación. Recordé luego de esa clase, que ya lo había visto en aquella oportunidad anterior, su look semi punk, semi chico skater, no era de mi agrado, pero en realidad todo eso paso a un segundo plano luego de escucharlo.

En esas fechas mis amigos y yo éramos un grupo extremadamente cerrado. Además de ser los más jóvenes de nuestra sección, también éramos los mejores índices, por lo que nuestra presencia siempre levantaba comentarios de parte de los repitientes. Una vez, en el cafetín sugerí integrar a Enawo al grupo (que también estaba repitiendo por otras cosas). Fue como un intento de asesinato múltiple por cada uno de los de mi grupo. Ninguno estuvo de acuerdo. Frustrado pero decidido a conocer a ese muchacho que despertaba algo en mi, empecé a sentarme cerca de el en las clases que compartíamos (Auditoria y Contabilidad Superior). En cierto momento escuche que le comentaba a otra persona que tenía problemas Contabilidad de Costos (materia en la que yo era el consentido de los profesores) ¡Bingo! Disimule al terminar las clases, y lo aborde:

—No pude evitar escuchar que tienes problemas con Costos.

Me miro con aprensión, pero luego con una mirada simpática me dijo:

—Si vale, perdí muchas clases el semestre pasado y estoy perdido.

—Yo puedo ayudarte —le dije—, a mi me fue muy bien en esa materia y tengo los apuntes y todo.

No se negó a semejante propuesta. Y yo feliz, pensé que lo conocería mejor. Bastaron algunos días conversando de la universidad y luego de asuntos mas personales para darme cuenta que Enawo era todo lo que yo andaba buscando. No sólo poseía una inteligencia excepcional, que a veces me sorprendía, sino que también era creativo y ocurrente, tocaba el teclado, y pensábamos igual ante muchas situaciones de la vida. No se que día sucedió exactamente, pero estaba totalmente enamorado hasta la medula. Un mensaje de el, me hacía suspirar como un tonto. Frente a todo eso, los recuerdos de mi primer novio se hicieron distantes y borrosos. Me parecía de terror las niñerías que hacía (que antes les llamaba juegos), no soportaba su manía de fastidiarme como un niño pequeño (que antes llamaba juegos de cariño), incluso las cosas que conversaba con el me parecían tontas, en comparación con las charlas amenas y maduras que sostenía con Enawo… ¡Victoria!, pensaba, un clavo saca a otro clavo.

Pero entonces luego de esa primera ilusión vino el conflicto interno “¿Enawo es Gay?” me preguntaba. En mucho tiempo no le conocí novia, así que tenias mis dudas. Por otro lado, no había nada en su comportamiento que hiciera funcionar mi malogrado radar. Nos veíamos casi todos los días (aunque por motivos académicos) y nunca escuche llamada de mujer alguna. El conflicto interno fue creciendo en mi, hasta que un día algo lo detono: Enawo me envío un mensaje que tenia el sábado en la tarde libre (Nunca estaba disponible los fines de semana por razones que desconocía) y que era bueno que terminamos el trabajo de estadística. Le dije que si, obviamente pero le pedí que me viniera a buscar. Al salir al frente de mi casa una vez que el hubo llegado, me di cuenta que estaba afuera, pero en moto (siempre me recogía en su carro). No era una Harley ni nada similar., era una moto Job, de esas en las que a duras penas cabe un pasajero. Con algo de aprensión (No soy amante de las motos), me monte. Aún no me arrepiento. Sentir su cuerpo tan cerca del mío, su olor, el perfume que expedía en su cuello me enloqueció. No iba abrazándolo en la cintura, obviamente, pero tuve que hacer un gran esfuerzo para soportar las ganas. Ese día al regresar a mi casa, alumbrado por su esencia masculina, descubrí que sentía algo demasiado fuerte por él. Necesitaba saber si era gay o no. Además debía descubrir si tenía una novia, que se suponía hacía los fines de semana, en pocas palabras, necesitaba inmiscuirme mas en su vida (créanme que en ese momento lo pensé así). Me tomo varias semanas diseñar una estrategia para que pasara mas tiempo conmigo (si, tenía un plan), y antes de eso necesitaba comprobar si tenía novia. La ocasión de descubrirlo se presento un día mientras estudiábamos en mi casa. Unos profiteroles comprados por mí para la coyuntura y gran cantidad de refresco ayudo a que me pidiera prestado el baño. Aprovechando el momento revise su celular en busca de mensajes. Me sorprendí al ver que en efecto había mensajes de una mujer de nombre Ana, con la que intercambiaba frases melosas como “cielo”. Rápidamente hice una revisión de todos mis conocidos (en esa época ya me conocía a medio núcleo de la universidad) y pese a que es un nombre común nadie de los conocidos comunes, ni del ciclo profesional de la carrera tenía ese nombre (o por lo menos era conocida por ese nombre). Me calme pensando que quizás era una muchacha que conoció cuando estudio en la sede de la universidad en Caracas y no había perdido el contacto con ella. Seguí revisándole el bolso y encontré un extraño libro negro…

Empecé a hablar de mujeres para luego soltar la pregunta:

—Enawo… ¿Tú tienes novia?

—Ahorita no —respondió secamente.

—Ah… ¿Y Carla? —en varias oportunidades lo vi conversando con una susodicha que conocí tiempo atrás, pues me pidió un cuaderno. Se llamaba Carla y estaba un semestre encima de nosotros.

—No vale, ella y yo somos amigos —balbuceó.

Estaba seguro que no me decía toda la verdad. Carla había estado casada con un hombre acaudalado de aquí y además tenía un hijo con él, no creí que fuesen novios, aunque sospechaba que a el le atraía, pues muy bonita si es.

No obstante mis planes se fueron al caño por los momentos, mientras recogía sus cosas saco por accidente el extraño libro negro.

— ¿Y eso? —pregunte.

—Una Biblia

—Yo se que es una Biblia —respondí—, lo pregunto es por que nunca me imagine verte con una, ¿La lees siempre?

—Si, yo soy evangélico.

No, no, no, pensaba… Estaba ido, con esa sensación de “¿Me perdí de algo?”. Yo que había tenido muchos amigos evangélicos, pensaba que ya conocía todos los esteriotipos de esta gente, pero no, Enawo no encaba en ninguno de ellos.

— ¿Qué intentas? —Pregunte tratando de usar un tono jocoso— ¿Vacilarme?

—Para nada…

Me explico que existían varios tipos de evangélicos y el pertenecía a los que son mas liberales, por eso usaba esas ropas modernas y escuchaba la misma música que escuchamos todos. Aclaro además que nació en el seno de una familia evangélica (lo cual me ayudo a entender por que su papa se la pasaba con un “Dios me lo bendiga hijo” en la boca).

Acostado en la cama y derrotado, pensé que ya no había nada que hacer, debía tratar de superar ese sentimiento ¡Que difícil sería!

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Con este post cumplo una promesa vieja que hice >>>>aqui<<<<

Si quieren leer las otras partes deben dejarlo por sentado en un comentario--- =) Si son muchos, lo pensare!

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De cómo el que dirán es absurdo, en una sociedad sin clases.


En una ciudad como Valencia, donde la gente parece tener siempre una cosita marrón en la punta de la nariz, no es difícil imaginar como es que la gente se preocupa por cosas sin sentido alguno. Pongo como primer ejemplo mi caso:

Situación: Ir al cine sólo, por que a veces me hastío de salir con parejitas hetero.

Pensamientos: Aunque la situación me molesta, mi psique se activa por que ¿Que pasaría si alguien conocido me ve entrando solo al cine? ¿Tendría que inventar alguna excusa? ¿Se vería muy triste si digo que fui sólo?

Solución al conflicto: Al final del post

De alguna forma u otra, aunque no pertenecazmos a alguna elite social, no seamos artistas o figuras públicas, siempre nos estamos preocupando por lo que dicen los demás. Continuamente me repito cosas a mi mismo para tratar de superar esto, pero es difícil, y más si te encuentras otras situaciones como las siguientes:

Situación: Tienes un viaje cuadradísimo con varios panas y unos “culitos”, pero la cosa se salio de control y los culitos cancelaron.

Pensamientos: “Yo cancelo toda vaina, así haya comprado salmón, se ve muy feo un montón de panas yendo a la playa solos” (Juan, 26). “No entiendo que tiene que ver si van solos o no a la playa, son amigos, nosotras vamos solas a la playa” (María, 25). “Déjate de vainas, hay cosas que los hombres simplemente no hacen solos” (Gian, 26). “Ustedes son demasiado ridículos” (Andri, 24)

Solución al conflicto: Parece que al final, sin culitos, un hombre hetero no puede ir a la playa, sin importar si el mismo es tan estirado, que lleva botellitas de agua potable, para lavarse los pies cuando este de regreso (Gian, 26). A las mujeres, de la boca para afuera, no les importan si los hombres van solos o no, suelen estar más pendientes de sus novios, o de conseguirse a alguien que les pague el viaje una vez que están allá.

Parece que el hombre heterosexual no sólo se ve forzado a tener un comportamiento esperado desde que nace, sino que además debe aparentar que es hetero, dejando de hacer ciertas cosas que no tienen ningún tipo de connotación sexual. Por más que lo pienso, no entiendo por que debería ser un problema que un grupo de amigos, vayan a la playa, y así existen un montón de cosas mal vistas como, ir a la discoteca sólo, ir al cine solos, sentarse a tomar un café y discutir sus problemas. Creo que al final me hice gay por que subconscientemente me daba flojera seguir ese montón de reglas absurdas tipo “Macho que se respeta”.

Algunos días después de escuchar esas tontas reflexiones de gente sin ningún tipo de cultura, comprendí que cuanto más me aleje de ese tipo de cosas, mi vida será más fácil. Observe la pizarra de letras rojas y verdes del cine, compre mi entrada para ver a mi querido DanRad en HP6, y subí. Contrario a lo que absurdamente imaginaba nadie me miro de alguna forma especial, no me encontré a nadie conocido aunque secretamente deseaba entrar a la oscuridad de sala y cuando al fin lo hice me sentí mas tranquilo… Claro que al final se fue la luz y cuando se encendieron las lámparas de emergencia me pudo haber visto cualquiera…

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Tener un departamento solo...


Yo siento algo de tensión en este momento. Mi mamá desea mudarse y no hay manera de que yo a esta edad comparta de nuevo una habitación con mi hermano. Mis otras opciones no son muy halagueñas: Mudarme a una habitación, quedarme viviendo con uno de mis hermanos mayores (lo cual tendría fecha de caducidad), ir a vivir con mi abuela (con fecha de vencimiento también)… Cada opción me parece más descabellada que la otra. Según recuerdo estoy trabajando desde los 16 años ¿A dónde fue ese dinero? Estoy pagando un carro, el cual entiendo, no me pertenece del todo… Tengo un regio juego de cuarto, y gracias a toda la inversión hecha en ropa, pude pasar un año ahorrando sin necesidad de comprar más (y seguir viéndome fabuloso en el proceso), sin embargo, ahora que estoy en esta debacle, en la que claramente no puedo hacer lo que me da la gana ¿Vale la pena ese sacrificio?

Según se, un prostituto*, de acuerdo a su cuerpo y sus atributos, cobra entre 300 y 400 la noche, eso serían al menos 2100 a la semana, suponiendo que decida trabajar el domingo, sin olvidar también que podría ver a mas de 1 en un día, eso sería al menos 8400 al mes que es casi 4 meses de mi salario. Prostituirse no es considerado un trabajo decente, pero en un mundo donde vales lo que tienes, y donde nadie realmente se interesa en nadie ¿Esto realmente importa? Se que algunos, al ver las imágenes que aún quedan de mi por ahí pensaran que no tengo “madera” para ser un prostituto, pero sin en vez de comprar un juego de cuarto de 5 millones hubiese gastado ese dinero en mi cuerpo ¿No habría recuperado la inversión ya? Por momentos desearía estar en un país desarrollado como Suiza, donde la gente piensa en prostituirse por que su vida es demasiado perfecta, y no en uno como el mío, donde la gente piensa en vender su cuerpo ya que las más de 40 horas de trabajo a la semana no le alcanzan para nada.

Hay gente que opta por alquilar en grupo. Erróneamente piensan que aunque no estarán completamente solos, tendrán libertad de hacer lo que quieran, ya que sus amigos no los juzgaran… Claro la primera semana, por que cuando empieces a llevar a personas diferentes cada mes, cuando quieras hacer una fiesta y tu compañero quiera dormir, notarás que no hay nada como tener tu propio hogar. Me encantaría tener mi propio apartamento. Sería uno de esos tipo estudio, de una sola habitación, con un ventanal enorme, y decorada lo mas claro y minimalista posible. Llegaría del trabajo y podría pasar y recoger a quien quisiera y llevarlo a mi casa por que no habría nadie ahí preguntándome con quien estoy. Podría organizar “aparto-partys” sin pensar en nada mas que los canapes y las bebidas que ofrecería.

Lamentablemente nada puedo hacer al respecto. La ayuda habitacional sólo me prestaría algo más de 200.000 en el mejor de los escenarios, y con eso no compraría nada, en ninguna parte de Valencia… Y la sóla idea de alquilar dada la situación actual, sería poco más que un suicidio para mí. Si eres un hombre joven, mayor de 20 años, nunca pensante en ahorrar y deseas mudarte sólo ¿Cuáles son tus opciones?

En estos días converse con Jonás, un amigo, y me contó como estaban sus finanzas: gana aproximadamente 2800… De los cuales gasta 800 en renta, 400 en comida (sin incluir las veces en las que forzosamente debe comer en la calle) y por supuesto el seguro del carro, el mantenimiento del carro (el cual no compro él, fue un regalo de sus padres). El al igual que yo, le gustaría vivir sólo, pero desafortunadamente se ve en la obligación de compartir un apartamento con alguien más. Mi amigo, a diferencia de este servidor fácilmente podría prostituirse y ganar su salario de un mes en poco menos de una semana: Sonrisa perfecta, estatura promedio, linda piel, cuerpo proporcionado ¿El problema? Es hombre heterosexual, y ellos están menos propensos a dedicarse a esas cosas, o al menos así me lo parece a mí.

Quizá es que aún no soy todo lo independiente que creo ser, tal vez no es mi culpa sino culpa de gobierno, pero por los momentos sólo me queda vivir a costa de mis padres, seguir preparándome, vivir intensamente (lo de ahorrar no se me da del todo bien) y esperar que de alguna forma se acabe es puto socialismo…

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*Lo de la prostitución obviamente es un chiste

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Corto e interesante viaje al mundo de los certámenes.


Hace algún tiempo sucedió que fui a un certamen de Travestidos…

Resulto más divertido de lo que imagine y mejor, ya que no fue en Valencia, así que no tenía miedo de encontrarme a alguien conocido ahí. Después de un corto viaje en vehiculo, llegamos a Tinaquillo. El pueblo es muy parecido a donde solía vivir, así que aunque estaba en un certamen de hombres que se visten de mujer, extrañamente, me sentía en casa. Mi hermano menor era uno de los patrocinadores del evento. Yo no le he dicho nada de lo mío, así que no creo que estuviese aupandome a participar. Al llegar me instale en una de las mesas cercanas a la tarima (ventajas de llegar con el patrocinador) y me puse a observar a los sujetos que acomodan el sonido. Se estaban divirtiendo mucho, comenzaban a bromear sobre el “espectáculo” que verían esa noche y encima de todo realizaban imitaciones, como pueden comprobarlo en este video. Nunca he comprendido por que los hombres que se autodenominan a si mismos como abiertamente heterosexuales les encanta hacer bromas de este tipo, y hasta se dicen “maricos” entre ellos ¿Es mi imaginación o hay mas gente en el closet esperando a ser sacada de la que parece a simple vista?


Estos eventos suelen ser vistos por el común de las personas heteros como una de las cosas más representativas de “nuestra comunidad”, llegando inclusive algunos a pensar que son muy modernos por acudir a “semejante show” como escuche decir, muy cerca de la mesa donde yo estaba sentado. Para mí, quien nunca había acudido a uno, y menos en un pueblo como Tinaquillo, donde como se imaginaran se puede ver todo lo que conlleva un acontecimiento de esta calaña en todo su esplendor, significo una oportunidad fantástica para observar una de las cosas mas fascinantes y divertidas o patéticas y agotadoras, según como lo queramos ver, acerca de nuestro mundillo cotidiano. Casi todo el pueblo se reunió en un salón, que según me cuentan, dadas las expectativas creadas por el evento del año anterior, quedo pequeño para más de quinientos asistentes, que fue más o menos el total de personas. Mujeres casadas con sus maridos, gordas solteronas, chamos y no tan chamos, gays en todas sus variedades, señoras solteras, hombres de aspecto agresivo y hasta niños (no me pregunten como pasaron), se mezclaron para ver el “Miss América 2008”.

Fue una experiencia alucinante ver a Thalía, Mónica Naranjo, Las chicas del Can, Britney Spears (Antes de Womanizer), Gloria Trevi, Mayre Martínez y hasta Selena, a la cual fue la única quien Maite (Algo subida de peso, y sin vestido de Ángel Sánchez) no entrevisto pues “ya estaba muerta”. Uno de los momentos más terroríficos de la noche (al menos para mí) fue cuando anunciaron que venía un desfile en traje de baño. Las chicas, según explico Maite Gordita, llevarían un pareo, el cual dejarían caer al son del público; “Que se lo quite”, era lo que debíamos decir. Y pese a que en muchas oportunidades he visto a travestidos en fotografías me sorprendí cada una de las veces, que uno de los pareos caía al suelo ¿A dónde se habían ido los testículos? La representante de Brasil, quien tenía una de las pelucas más impresionantes que he visto, al parecer realizada con el cabello de las mismísima Pocahontas, se veía, caminaba y actuaba como una mujer. Aún mas sorprendente fue ver a un chico que conocí en Dunas, el cual lucía muy serio en aquella oportunidad, maquillado de forma espectacular y con un vestido precioso que parecía copiar algún diseño Marchesa que le vi en fotos a cierta celebridad norteamericana (salvando las distancias, obviamente). Mención especial merecen las chicas de Factoría, quienes se veían igual de niches que el grupo original, llevando inclusive las botas confeccionadas con “Tela de peluche”, de ese mismo con que los chóferes de los microbuses forran el tablero de sus colectivos. Mónica Naranjo también estuvo impactante, sobretodo en la parte que mostró su trasero, ver para creer. Sorprendente fue también el parecido físico existente entre una de las cantantes de “Las chicas del Can”, Mónica Naranjo, Selena y una de las mujeres de Factoría, vamos que ¡Solo se diferenciaban en el cabello y el vestuario!

Al final y como en casi todas las competencias a nivel mundial gano Brasil, y también gane yo, ese día mi tolerancia subió muchísimos puntos, y me alegre bastante por ello.

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Hablando de indecisión...


El otro día me sucedió algo muy extraño, mientras me encontraba trabajando recibí una llamada inesperada:

—¿Luis Alberto eres tú?

—No, habla Sandum ¿Quién es?

—Ah, ¿Cómo estás? Es José Manuel.

Aunque la voz me sonaba familiar, no estaba seguro. El pareció interpretar mi silencio, por que a los pocos segundos me replico:

—Nos conocimos el otro día cuando estabas con tus primos, cerca del Sambil, creo…

Aunque no eran mis primos, según recordaba el era de Caracas, y yo tenía mucho trabajo, decidí no colgar:

—Ah, cierto, estoy muy bien ¿Quién te dio mi teléfono?

—Me le dio tu prima…

Rápidamente calcule que lo de llamar a mi primo solo era algo fingido. Traducción: El chico estaba interesado.

Desde esa noche y durante las últimas dos semanas estuvimos conversando por MSN. Me entere que era mucho mayor de lo que me pareció después de la séptima cerveza, además de eso supe que al igual que yo, también es graduado en contaduría pública y trabaja en la empresa de la competencia ¿Se puede pedir más? Al parecer al fin estaba conociendo a alguien con algo verdadero que ofrecer, y todas las pintas de ser un posible novio ¿Sería posible por fin terminar con la razón de ser de este blog?

Finalmente y después de tanto conversar, ambos decidimos que debíamos vernos nuevamente. Escogí que nos veríamos en Caracas, y una vez que todo estuvo arreglado decidí que viajaría este sábado. En la noche y con el encuentro más cerca decidí poner las cosas en orden:

—Sabes, mi abuela me dijo que no voy a poder quedarme en su casa, así que si voy a Caracas será un viaje de ida y vuelta ­—Le explique.

—Bueno pero yo tenía planes para salir en la noche con unos amigos, además quería presentarte con algunas personas.

Podía sentir como el sujeto se pensaba que al vernos automáticamente tendríamos algo, sin embargo no lo contradije:

—Eso seria fino, pero en ese caso tendríamos que amanecer en la calle.

A mi entender fue bastante notorio que no planeaba quedarme en ninguna parte con él. No obstante:

—Podemos quedarnos en el apartamento de alguno de mis amigos.

—No lo se, no estoy seguro —en realidad estaba aterrado.

—O si te parece muy incomodo, podemos quedarnos en algún sitio por ahí.

De repente me imagine en un motel barato llamado “La arboleda” o algo así con olor a sabanas y mueblería vieja, destapando un condón y siendo victima de alguien a quien prácticamente no conocía.

—Bueno mañana yo me voy temprano, almorzamos por ahí y según se den las cosas, vemos.

No iba a dar mi brazo así de fácil, verlo sin tragos encima, sin cámaras pixeladas de por medio, y con la energía de un buen almuerzo, me daría suficientes motivos para decidir si el único sombrero que empacaría sería usado.

—Bueno mañana yo voy a estar libre desde las 12.

No entendía, se suponía que íbamos a pasar juntos todo el sábado.

­—¿Tienes que trabajar?

—No, pero tengo cosas que hacer aquí en la casa, llevar ropa a la tintorería… Tú sabes.

Sentí que a propósito quería que pasara la noche en Caracas, pero no le dije nada. A la mañana siguiente, luego de una rigurosa “reflexión” en el baño, decidí que no iría. Le llame, invente una excusa que no vale la pena escribir y eso fue todo.

En la noche me llamo. Me encontraba cenando solo en un sitio de la trigaleña. Me contó que se dirigía a Paseo las Mercedes a reunirse con unos amigos, para luego ir a otro lugar. Me arrepentí de mi poca valentía, y trague el último bocado.