El bueno, el malo y el malvado


Siempre hay una diferencia entre la persona que queremos ser, la que realmente somos y la que los otros creen que somos. Tratando de descubrir la verdad en esa trifecta imperfecta se nos va la vida, y hasta se nos enreda, como esto que viene acá.

Mr. Mano Escondida

En los últimos cinco años Mr. Mano Escondida ha tenido tantas profesiones, que podríamos decir que sufre de promiscuidad laboral. Yo lo conocí cuando creo que era una especie de diseñador gráfico y siempre me pareció menos tonto de lo que aparenta. Antes era muy guapo, ahora luego de algunas decisiones de estilo un poco cuestionables y algunos kilos de mas… digamos que ya no coincide con mi arquetipo.

Un día estoy tomando café con Blandi y Sr. Controlador en Mc Donalds (no pregunten) y de pronto el nos dice que esta realmente a gusto con el nuevo chico que esta saliendo. Ese día quedamos en que luego tendríamos que conocerlo. Yo también sugiero que la ocasión podría ser idónea para conocer a Sr. Intenso. Todos quedamos de acuerdo.

Cómo esta historia es de hace 4 años o mas, la presentación en sociedad del nuevo chico fue en Babylon. La “masa no estaba para bollo”, diría la amiga fatal de mi otra amiga.

Un par de charcos pisados y mucha música mala después yo ladeo mi cabeza hacia la barra y veo como Mr. Mano Escondida y Sr. Intenso están zampándose en la barra.

Y luego le cuento lo que esta pasando a Sr. Controlador y nos preguntamos si debemos decirle a Blandi. Después sorbemos un trago grande de nuestro vasos y miramos hacia los lados.

Pero entonces, cuando el lugar va a cerrar, Mr. Mano Escondida y Sr. Intenso se van en el carro de este último y Blandi hace algunas llamadas furiosas, mientras Sr. Controlador y yo seguíamos viendo hacia los lados.

Así terminaban mis noches antes de los 30.

Mensajes de sombra, primera parte

A la mañana siguiente (seguimos 4 años atrás), le escribo a Sr. Intenso.

“—¿Por qué hiciste eso anoche?”.
“—Yo no sabía que ellos estuviesen saliendo. Tu no me dijiste nada”
“—Tu tampoco preguntaste”.
“—Bueno ahora la cagué… Me da pena con Blandi y todo”.

Luego le escribo a Sr. Controlador y juzgamos un poco a Sr. Intenso. Decidido a acabar con la cuestión y ver si Sr. Intenso podía ser nuestro amigo le escribo a Blandi para preguntarle sobre el asunto. Equis, me da por toda respuesta.

Y ahora son amigos, dice la leyenda.

Algunos (3) años después

Juro que estaba tranquilo y al trago siguiente era yo quien me estaba zampando con el ahora Sr. Indeciso.

A la mañana siguiente Blandi me escribe para preguntarme sobre el asunto.

“—El y Sr. Maneras están saliendo”.
“—¿Cómo se suponía que iba a saberlo?”
“—Podrías haberme preguntado”.

Y el resto es historia, dice la leyenda.

El pasado esta allí para recordarte que está allí

Hay un nuevo sitio en Valencia que se llama Birra Bar. Está en pleno corazón farandulero de la ciudad, y yo estoy allí con Sr. Indeciso a la hora de la cena. Casi no hay nadie en el lugar y hace frío dentro.

—Estoy alegre de que podamos salir —le digo. El me ve como si estuviese demente.

Luego Mini Cute llama para avisar que lo pasemos buscando junto con su novio. Como no habíamos ordenado ni siquiera la primera cerveza, decidimos salir al encuentro de ellos.

Mientras voy conduciendo y hablamos los cuatro siento que es Diciembre de nuevo. Parece que nada ha cambiado, que no ha pasado nada y me siento tranquilo y feliz. Regresamos a Birra Bar y esta vez parece que toda Valencia esta allí. Mujeres operadas y los hombres que las aman. Hombres en chemises, que probablemente invierten 2 horas levantándose un copete. Niñas en pantalones de corte alto, lentes de pasta y pollinas que no le favorecen. Hay de todo.

Dos tobos de cerveza después. Sr. Indeciso habla con el novio de Mini Cute al otro lado de la mesa y yo estoy con este último comparando notas.

—¿Y como va todo?
—Vamos bien supongo. Yo estoy paciente —le respondo.
—Que bueno ami.

Si me dieran un dólar por cada vez que alguien me pregunta cómo va todo…

Como al día siguiente Sr. Indeciso debe trabajar lo dejamos en su casa, y nosotros seguimos a Green Hill Zone. Al despedirse me da un beso.

—¿Cómo va todo con Sr. Indeciso? —me pregunta el novio de Mini Cute.

“Aún sigo sin recibir ningún dólar”, pienso.
—Prefiero no pensar demasiado en ello. Disfruto cada día como si fuese el último.
—¿Cómo es eso?
—¿Ah es que tu no sabes? ¿Mini Cute no te ha contado?
—No.

Le agradezco a Mini Cute por su discreción y le explico lo sucedido. De repente el pasado toca la puerta.

—Oye es una lástima. Ustedes hacían una pareja muy linda… Y que imprudente yo hablándole a él como si ustedes aún siguieran juntos.

Luego pienso en todos los dólares que no tengo y los que aún me faltan.

Llegamos al bar.

La breve viñeta correspondiente a una muerte anunciada

A todo el grupo nos tomo por sorpresa cuando de pronto Sr. Controlador y Mr. Sonrisa comenzaron a salir de nuevo. Fue como cuando hacen la segunda parte de una película no tan buena y esencialmente no te gusta porque es cursi y sabes como terminará al final. Me gustaría decir que el grupo se equivoco esta vez, pero no fue así.

Una noche estamos en Tony Roma’s y yo siento lo inevitable, es algo que llamo “la mirada al vacío”. Es cuando al observar una pareja en acción de pronto sientes como que uno de los dos ya no está allí. “De repente esta cansado”, pienso. Esa noche también esta Sr. A. con nosotros. Cuando salimos borrachos a las 12 de la noche del restaurante me dice:

—Se ve que a Sr. Controlador le gusta mucho Mr. Sonrisa.
—Demasiado diría yo… y de él no se —pero de pronto de me callo.

Y también dejo de escribir.

Pero los días pasan y almuerzos y salidas van y vienen. Luego cada día comienzo a saber menos y menos de Sr. Controlador y una parte de mi comienza a molestarse un poco. Cuando ya comienzo a convencerme de que todo va bien, llega un mensaje

Mr. Sonrisa terminó conmigo”.

De repente mis sentimientos con respecto a la situación cambian. No me gusta que mi amigo este así y comienzo a sentir un desagrado repentino por Mr. Sonrisa.

Ese día en el bar

Jude nunca va un bar porque teme ser visto por muchas personas que siempre tienen una opinión con respecto a lo que él hace. Ese día hay de todo en Green Hill Zone. Esta la banda de los creídos. Están las personas con las que le duele haber salido en algún momento, esta Mini Cute y su novio, estoy yo… Pero falta él.

—Pensé que no vendrías mas a este sitio —Le digo cuando lo veo camino al baño.
—Yo también.

Luego me cuenta que comenzó a salir con alguien pero no esta seguro de nada.
—¿Cómo es eso? Pensé que tu siempre estarías seguro de todo.
—Pero no es así —me responde
—¿Y dónde esta él?
—Para eso vine, para ver si lo encontraba aquí.

Esas son las cosas que pasan en nuestros bares. Nunca sabes si te vas a encontrar a tu futuro ex-novio o a tus propias inseguridades.

—No entiendo nada.
—Es simple… A veces no estoy seguro de salir con él y creo que él lo siente. Secretamente esperaba encontrarlo aquí.
—¿Hay algún problema?
—El problema es que cuando estoy con el pienso en mi ex. Y cuando estoy con mi ex pienso en él ¿eso te hace algún sentido?
—Sabes el otro día hable de eso con mi psicóloga…
—¿Y que te dijo?
—Que cuando tu no puedes ver a tus amigos sin ningún tipo de sesgo conviene preguntarse si de verdad puedes ayudarlos con sus problemas… Y en este caso mi amigo, creo que esa respuesta conviene que la averigües tu solo.

La muerte se anunció pero no se llevo a cabo

Sr. Controlador está lejos de estar controlado en este momento. Se siente culpable por lo que hizo y le dijo a Mr. Sonrisa, lo cual, para bien o para mal desencadenó en que terminaran. Pero luego, y contra todo los consejos de nosotros, el le ofrece la cola a Mr. Sonrisa. Y entonces este le pregunta si ya ha seguido yendo a terapia.

—Si, todos los lunes —responde Sr. Controlador.

Entonces Mr. Sonrisa se baja del carro y Sr. Controlador me llama para contarme esta historia. Siento algo de molestia al respecto, lo cual probablemente es una buena señal. La verdad la saben ellos.

Ese día en el bar, segunda parte

Luego estamos bailando y suena ese remix de “Everybody Needs a Man” que todos adoramos y es tan cierto.

Cuando nos cansamos, nos sentamos. A nuestro encuentro llegan también Sr. Intenso y su novio.

Mucho quisiera decir que todo fluyó tranquilamente, pero en cierto momento se aparece un fantasma del pasado. Mr. Mano Escondida.

El novio de Mini Cute esta fumando y malintenseando con Sr. Intenso (valga la redundancia) y mientras los escucho hablar de las diferencias entre la USB y la UCV (deben haber tesis doctorales al respecto), Mr. Mano Escondida irrumpe.

—Disculpa que le toque el hombro —dice dirigiéndose a Kid G, el novio de Sr. Intenso, mientras le agarra el hombro a este último.

Entonces la atmosfera de la mesa cambia violentamente. Sr. Intenso y Kid G comienzan a murmurarse cosas. Minutos después se van.

A las afueras del bar un odontólogo le pide fuego al novio de Mini Cute y luego me ofrece consultas gratis para mi ortodoncia “transparente” o mas bien “blanco roto”, debería decir. Creo que le digo algunas cosas en mi nube de ron barato servido en vasos de plástico.

—Eres gracioso —me dice.

“Y no sabes cuanto”, pienso. Se veía lindo.

Ya montados en el carro, Mini Cute me pregunta por qué no le pedí el número.

Ya uno sabe como termina esa leyenda, dice la leyenda. Luego uno quiere es escribir su propia historia.


Mensajes de sombra, segunda parte

A la mañana siguiente le escribo a Mr. Mano Escondida para preguntarle sobre el asunto.

“—Yo no recuerdo haber hecho nada en particular”.
“—Si, pero bueno creo que Kid G se molestó un poco ¿no te diste cuenta?
“—Yo ni sabía quién era él… Además yo conozco a Sr. Intenso desde hace como 6 años. Primero fue Sábado que Domingo.

Nunca he entendido ese refrán, ni voy a googlearlo tampoco, así que no lo corregí.

-o-


¡Hasta la próxima!

Reply to this post