El momento de organizarse



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En Colombia (y me disculpan no saber en que departamento o si es en general), usan el termino “organizarse” cuando llega ese inevitable momento en que la pareja debe juntar sus peroles y ver como van seguir la vida juntos de ahora en adelante. Las razones para organizarse son muy variadas:

Porque llega ese momento en la vida en que el noviazgo serio se pone aún más serio.
Porque ya no quieres tener más  citas.
Porque aunque por ahí puede haber otro más, por otro lado piensas que es difícil conseguir a alguien mejor.
Porque tus padres te presionan, tienes más de 30 años y aún vives con ellos.
Porque “trabajas” de trendsetter y es un oficio no remunerado, el cual requiere un compañero que si tenga un contrato de trabajo de verdad.


Vida de casados

Hace algún tiempo Taleb me conto que uno de sus amigos se mudo (se organizó) con su novio. Compraron una casa en algo que se llama “Buenaventura” que queda en otra cosa que se llama “Ciudad Alianza” que a su vez está dentro de la más reconocible municipio Los Guayos

No puedo negar que estaba sorprendido. La última vez que supe de este chamo ( que para mi no es más que un simple conocido, debo decir), acababa de terminar con su novio, y se quejaba de lo difícil que es salir con alguien en estos días ¿De que me había perdido?

—Ya va, me estás diciendo que Juan se organizó con un tipo… ¿En serio?
—Si bueno, al parecer entre el y el novio compraron una casa en Buenaventura.
—¿Compraron una casa?

De repente la imagen que tenía de Juan, durmiendo todo el día antes de irse a la Universidad se me hizo algo borrosa. Me pregunte que había hecho yo con todo el dinero que he ganado a lo largo de los años. La respuesta: Nada.

—El novio puso la mayor parte como supondrás, pero si, compraron una casa.
—¿Y fuiste?
—No aún no, pero hay planes.

Ha llegado la buena nueva.

—No te he contado… Juan se compro una casa y se fue a vivir con el novio.
—¿En serio? ¿Y sus papás?
—Nada, al carajo todo. Ahora vive con su novio en Buenaventura.
—Vaya.

De visita

—El otro día fui por fin a casa de Juan —me comento Taleb.
—¿Y que tal? ¿Es horrible? —Le pregunté.
—Para nada, estaba todo muy limpio y acomodado.

Me acordé de lo que decía mi prima sobre los bebés. Cuando no son bonitos, la gente dice que son graciosos. Cuando las casas no son bonitas, la gente dice que son limpias.

—Ah, que bien.
—Bueno Juan no esta haciendo nada en este momento, creo que el novio es quien se esta encargando de todo.
—O sea que está de ama de casa —bromeé y ambos reímos.

Efectos

—Eso que me contaste de Juan el otro día me dejo mal.
—¿En serio? ¿Por qué?
—Eso de que se rebeló a su familia y se fue a vivir con el novio… Comencé a preguntarme porque no puedo hacer yo lo mismo.
—No te lo conté por mal, no sabía que te iba a afectar tanto.
—Bueno lo hizo, me siento un poco mal conmigo mismo.
—A todos nos llega ese momento. Cuando sea el tiempo de separarte de tu familia y hacer ese gesto dramático, necesario de más esta decirlo, estoy seguro que lo sentirás, justo como le pasó a él.

Pero cuando termine aquella frase me pregunté si era verdad… ¿Quién decide cuando es el momento de juntarse? ¿Son las circunstancias o las personas las que vuelven una relación seria en un montón de muebles y una cocina remodelada en algún suburbio de la ciudad?

Un mensaje y… ¿Es mi turno?

—Hola ¿Qué es de tu vida?—le preguntó Cheo a Jonathan.
—Me estás haciendo la pregunta mas típica que se puede hacer en estos casos—replicó Jonathan

Después de eso él le dio una pequeña disertación sobre los últimos acontecimientos de su vida.

—¿Y los novios? —preguntó Cheo.
—Pues no tengo a nadie
—¿Alguien como tú?

Esas tres palabras se quedaron flotando en la cabeza de Jonathan… De repente le vino a la mente esa frase fatalista de “Siempre es mejor estar con alguien que te amé mas de lo que tu lo amas a él” ¿Era verdad?

Jonathan se ríe y replica:

—Pues aunque no voy a tratar de indagar porque me dices eso, si es perfectamente posible (y hasta natural) que alguien como yo este solo. Tal vez es también un poco de lo quiero así”.
—De verdad quisiera verte de nuevo. Me había hecho muchas ilusiones contigo.
—Ay por favor.
—Lo digo en serio, de repente tu también estabas esperando por mí, y este es el momento.

La gente del trabajo también se organiza.

Durante todo ese día la gente del trabajo de Jonathan no habló de otra cosa distinta a créditos de apartamento, mudanzas, novios… A las 6 de la tarde cuando Jonathan salió de la oficina al banco, y luego mientras se dirigía a casa se desvió al Sambil… Caminó por los pasillos y pensó… ¿Qué sentido tiene andar sólo si al menos tienes a alguien que quiere estar contigo? ¿Llego el momento de organizarse?

3 comments

Anónimo | 14 de julio de 2011, 10:20

Pos novio (porque seguimos siendo novios) me parece muy bonito de tu parte querer organizarte (y sip, es casi que general en el pais) aunque como dices en algún aparte de post, eso termina siendo, a veces, circunstancial. Eres un buen niño asi que te llegará el momento que sé te va a durar mucho tiempo.
Un abrazote, te sigo leyendo, aunque como ya no tengo desde hace años pues por eso cero comments.
Mucho juicio, animo y espero todo siga marchando bien.

Akira

The Dreamer | 16 de julio de 2011, 21:34

Yo necesito organización en mi vida pero no de ese tipo :/

Monchis | 26 de julio de 2011, 14:35

Hola Sandum,

Para organizarse hace falta tres pasos:

1. Indispendable tener novio conocido, reconocido y aceptado en la totalidad de sus cualidades y defectos.

2. Necesario que entre los dos exista el deseo de hacer un proyecto de vida en común e independiente de las familias de cada uno.

3. Deseable tener cierto nivel de estabilidad económica en cad auno de los miembros de la pareja... tal y como dicen en mi tierra: Cuando la necesidad entra por la puerta el amor sale por la ventana.

Saludos,