Fuera de contexto.

Finalmente llego el día esperado por todos: La fiesta de navidad de la empresa. No puedo decir que me disgusta la idea de ir a comer y beber gratis, pero la verdad es que tampoco estaba demasiado emocionado: Llevo escaso tiempo trabajando ahí, conozco a pocos compañeros y algunos no me caen bien la verdad.

 

Cuando entre un mesonero me recibió el regalo que llevaba en la mano (para el intercambio), me pregunto que quería tomar. Mientras agitaba el whisky veía hacia todos lados, nadie de los que conocía había llegado aún, pese a mi esmero de llegar con una hora y media de retraso. La incomodidad se hacía cada vez mas manifiesta en mí. Recordé como esa tarde estaban hablando de un compañero de la oficina:

—Bueno en la fiesta del año pasado la gente se volvió loca —comento uno de los compañeros, quien lleva un año mas trabajando que nosotros—, incluso Arnaldo cuando se termino de volver mierda empezó a gritarle a Samuel Sosa que lo iban a llevar a conocer unas mujeres.

— ¿Y por que le diría eso? —Inquirió una de las muchachas. Parecía evidente que sabía por que, aunque no lo preguntaba de frente.

—Bueno tu sabes que ese Samuel es como raro —continuo el primero—, me imagino que fue por eso.

Después de eso perdí el control, me sentía ridículo en medio de la fiesta, empecé a apurar cada vez más rápido el vaso de Buchanan's 18 años. Pasado un par de minutos, llegaron algunos de los chicos que hicieron el curso conmigo. Sentí un alivio, finalmente me alejaría de esas mujeres odiosas que tienen como tres años mas que yo en la organización y siempre cargan ese gesto como de asco en la cara ¡Me encantaría decirles lo mal vestidas que son! Me contengo y me dirijo a saludar a mis compañeros. Fotos van y fotos vienen, conversamos sobre los pormenores de esa semana. Los entremeses bajan rápidamente y whisky todo lo contrario: Se me sube a la cabeza más rápido de lo previsto. Y entonces llego él. Vestía formal como de costumbre aunque con algunas concesiones. Haberlo visto nuevamente me hizo recordar más de aquella conversación de la tarde:

—Si marico —siguió otro—, a mi me toco ir a un cliente con él y era medio extraño, además comía con una paciencia. Yo creo es medio extraño también —Recalco la palabra extraño de una forma bastante particular, era como si quisiera evitar decir gay, pero lo remarcaba vehementemente, como para dejar la idea en el aire.

Sentí unos deseos horribles de decirles a todos que se callaran. Quería gritarles que vivieran sus vidas, que dejaran su curiosidad morbosa, que la vida de ese chamo no era de su incumbencia… Quería, pero no lo hice. Todos se volvieron esperando que añadiera algo. Sólo dije:

—No sé quien es él.

Trataron de explicarme sus rasgos, pero seguí mintiendo.

En la fiesta me lo presentaron por segunda vez. Por cortesía dije que ya nos conocíamos. Hice un comentario sobre mi apetito, el se acerco y me susurro en el oído:

—Yo espero eso también —Creo que se refería a que la hora de servir la comida.

Alarma. Quise hablar con el. Quería decirle que en su intento de parecer serio se veía más gay que ningún otro. Quería alejarme con él a algún sitio apartado y conocerle más. Me hubiese gustado prevenirle sobre las cosas que sus compañeros hablaban a sus espaldas. Lo deseaba, pero no lo hice. Me dedique a asentir nerviosamente cuando me susurro en el oído y lo esquive toda la fiesta: Mantuve la distancia mientras bailaba con otras personas. Me levanté de la mesa cuando el se aproximaba, me acercaba a otros grupos cuando creía que el se acercaba. Quería por todos los medios evitar ser asociado a él, pero ¿Por qué?

 

Aunque intentaba divertirme lo cierto es que no lo estaba logrando. La bebida no logro darme suficiente ánimo etílico por lo que aún me seguía aburriendo. Por más que trato cada vez me es más difícil hablar con hombres heteros. No se nada del futbol, del Barcelona, ni me interesa el lugar que ocupa Magallanes en la clasificación. Las mujeres seguían siendo odiosas y mal vestidas. Resulta paradójico que me haya dedicado a evitar aquel con quien quizá hubiese podido llevarme mejor.

 

A las dos de la mañana me sentía lo suficientemente invisible ya como para marcharme. Me arrepentí de mi actitud,  traicione todo lo que he querido creer y vivir estos meses por mantener una imagen que tarde o temprano caerá por su propio peso. Quizá faltan muchos años para superar las desventajas que los gays tenemos en ciertas situaciones. De repente tales desventajas no existen y solo soy yo y mis ideas. Por un momento imagine como sería tener novia y saber sobre la liga española. Mientras divagaba sentado junto al chofer, esa noche no me gusto ser yo…

14 comments

The Dreamer | 15 de diciembre de 2008, 22:40

Ventajas? Desventajas? What the hell are you talking about! :P Pero me parecio mala onda que le sacaras el culo al tal chamo de quien hablan... Aunque no es una sacada de culo sin haber sentido previamente que queria seguir platicando contigo... Por otro lado, a mi no me molestan que hablen a mis espaldas... Yo tambien lo hago :) :P

Anónimo | 15 de diciembre de 2008, 23:14

Senti que brincarias encima de la mesa, te arrancarias la ropa y revelarías un traje de colores de la bandera gay gritan "soy gay no me importaaaaaaaaa"

PD: La gente que se mete con Samuel... (N) Vivan sus vidas y no miren a quien y se divertiran mas (la gente com oque no vió bienvenidos)

Gustavo | 16 de diciembre de 2008, 8:58

A veces juzgamos sin razón, o quizá es una manera de defendernos, tampoco sé q haría en esa situación, pero q tanto, sí así fue como resolviste actuar, pues bien por ti, normalmente no ando pregonando mi preferencia sexual, trato de desempeñarme en mi trabajo lo mejor posible, lo q la gente piense de mi me tiene sin mucho cuidado. La idea era disfrutar de la fiesta, si no, ya habrán más oportunidades, y por el compañero de trabajo, pues tienes otro chance en los días laborales, quizá cuando lo vuelvas a ver tendrás otra actitud porq ya estas al tanto... guerra avisada, no mata soldado!

ITO | 16 de diciembre de 2008, 10:32

Pues eso me pasa cada tres dias, eso de sentirme fuera de contexto, que no cuadro con ninguna persona y cosas por el estilo. Sin embargo en la oficina poco se habla de deportes y mucho de politica y jodedera,(somos diseñadores, lo que menos queremos saber es de deportes)

Pero si, en la epoca de liceo, en la universidad y fuera del ambiente laboral el resto se mantiene asi, fuera de sitio. Las mujeres hablan de chismes, los hombre de temas que no me interesan, y termino aislandome.

La clave seria tratar de integrarse y empezar a modificar el tema de conversacion, hablar de algo de lo que te vaya bien y asi te das mejor a conocer. Conversas por un rato, te logran indentificar, y una vez cumplido el cometido, sales por la retaguardia y que sigan hablando pajuatadas.

Con respecto al chico, pues... depende del ambiente laboral, si son de ese tipo de gente a la que le daras asquito por acercarte a un tipo que consideran ¨raro¨ estas frito a menos que demuestres antes que eres la persona mas tolerante y abierta del mundo como para que no te censuren mucho.

Suerte con eso, abrazotes!

Anónimo | 16 de diciembre de 2008, 18:44

Te entiendo, estos dias estoy seriamente dispuesto a tomar mistolin y esperar que pase lo que tenga que pasar. Jeje =P

Cudate! Eres un poco, demasiado egocentrico. Pero congenio con vos en algunas cosas.

Jernest | 16 de diciembre de 2008, 20:55

Muy mal ignorar al pobre Samuel... Yo que tu hubiese hecho que todos vieran que me asociaba con él, a la gente tan tercermundista hay que darles de que hablar, que aprendan con hechos que las cosas cambiaron ya de una vez por todas...

Y FYI... Los Str8 son aburridiiiiiiiisimos!

Anónimo | 17 de diciembre de 2008, 0:16

Guapo hola, ay querido mio, desde q estas en Valencia casí no t reconozco...mentira vale, Sanduncito me encantan tus discusiones mentales y el dialogo q propicias contigo mismo, me gusta la sinceridad y creo ciertamente q has mejorado tu narrativa, vete animando a escribir. Besitos.
lodariatodo

Monchis | 18 de diciembre de 2008, 10:06

Hola Sandum,

Por mucho que tratemos de "encajar", habrá siempre algún tipo de límite invisible que ya sea por sugestión propia o por perjuicios reales de los demás no lograremos superar.

Por lo tanto relájate y piensa que por mucho que lo escondas, la gente tarde o temprano se dará cuenta que andamos en algo "raro".

Te aconsejo que te concentres en el trabajo y a realizar de la mejor manera posible tu labor; lo que piensen los demás acerca de tu vida privada debe tenerte sin cuidado; al fin y al cabo tu trabajas para ganarte la vida y no estás en la oficina para conseguir amistades o levantar un novio.

El segundo consejo es que puedes perfectamente asistir y disfrutar las fiestas de la oficina, pero cuando sientas que el licor se les empieza a subir a la cabeza a los asistentes... SAL CORRIENDO!!!

Saludos,

The Dreamer | 18 de diciembre de 2008, 21:27

Ya te había comentado el post... Pero averigua desde donde te estoy comentando de nuevo y a la final su teclado no es tan engorroso... :)

Sandum | 18 de diciembre de 2008, 22:27

Ok, que pantallero eres! I hate U!

Para los otros muchas gracias por los comentarios, solo tengo 5 minutos de internet al día! Besos!

Arquitecturibe | 18 de diciembre de 2008, 22:43

Hmmmm me parece estar conversando esta mañana con mi amigo andres... hemos hablado casi las mismas cosas que has puesto aqui y me definió la reunion que tiene, que recien es mañana, con una cualidad que desea tener por dentro y por fuera: invisibilidad.
saludos desde mi lejana galaxia

Thiago | 19 de diciembre de 2008, 4:32

Pues cari, no seas bobo, además no tiene remedio, eres como eres.. Es tontería querer ser otra cosa. Se que a veces es duro estar medio escondido y callando tantas cosas que querríamos decir, pero todo el mundo lo tiene que hacer por unos motivos o por otros. No sufras, cari.

Bezos

BIRA | 13 de enero de 2009, 5:45

A veces no somos como nos gustaría por las personas que en ese momento nos rodean. Quizás te echó un poco para atrás el haber escuchado toda esa sarta de tonterías acerca del otro chico. Quizás tu subconsciente encendió una alarma para avisarte de que el siguiente en pasar por sus malvados labios serías tú. Quizás tantas cosas que a veces uno no entiende. Sé tú y los demás que piensen lo que les de la gana!

Carlitos | 9 de febrero de 2009, 20:00

Entiendo que esa noche no te gustara ser tú, pero desde que leí esta entrada me gusta más el que eres. Gracias por ser tan sincero contigo y con tus lectores.