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¿Amor en Valencia? No es como crees



Mientras más sigo la vida de alguno en redes sociales y también basado en la experiencia, me pongo a pensar en lo verdaderamente extraño –que no difícil—, es encontrar el amor verdadero ¿cómo hacerlo en una ciudad así? Amigos que quieren que te enseries pero que a la vez quieren que salgas con muchos hombres, otros hombres, tragos, tramoyas, conocidos de otros, gente que se pone guapa de la noche a la mañana, la mayor densidad de gays por metro cuadrado. Valencia no es fácil.

Amor en tiempos de difíciles
Usualmente veo como personas que parecen que son geniales se quejan demasiado de no conseguir a alguien especial. Podría parecer el colmo que tal frase venga de este blog que fue precisamente inspirado en algo así, aunque con matices. En mi vida normal, yo aprendí a estar solo y de hecho es algo que me gusta y puedo soportar.
Pero no todo el mundo es así. Siempre me sorprenderá por ejemplo que mi hermano duró un solo día soltero, luego de una relación de casi 4 años. ¡qué ladilla es salir con alguien nuevamente! Me dice, mientras yo recuerdo como se supone que su novia actual era su consuelo sexual post rompimiento. Ella triunfó porque aunque parezca increíble, mi hermano es guapísimo y le espera alguito de un testamento.

Amor en la discoteca
Estamos en Green Hill Zone HD y toda La Facultad está allí. Esta el nuevo crush de Sr. Controlador y yo me apresuro a enviarle un mensaje. Esta el ex de un amigo y sus ojos torcidos en dirección contraria a mí. Están esos estudiantes que son famosos en Instagram® pero que luego al verlos piensas que esos filtros son una desgracia para la sociedad actual. Pronto noto que varias personas nos observan. El momento se acerca.
En la barra le pongo el brazo encima a Sr. Indeciso.
—Marcaste territorio —me dice Blandi.
Después, camino de vuelta desde la barra, un sujeto alto se acerca a Blandi. La oscuridad del salón lo hace lucir más o menos bien.  
—Yo te conozco de algún lado —le dice y Blandi sonríe.
En seguida los otros que veían a Blandi cambian de humor y tuercen los ojos. Eso es el amor en una discoteca.

Amor en el cine
Otro día estamos el mismo trío poderoso en el cine y parece que toda Valencia está en la cola de comprar cotufas. De la nada alguien de La Facultad aparece y yo le sugiero a Sr. Indeciso que hable con él para que podamos comprar lo nuestro también. Él me explica que no le tiene tanta confianza y esas cosas.
Al final Blandi uso sus talentos y lo logramos ahorrarnos la cola. En la salida post película, se encuentra O. dentro de los implicados. Esta con un muchachito que podría ser su hermanito, aunque probablemente tienen la misma edad, pero O. es tan musculoso que parece su papá y un mono.
—Yo me voy con ustedes, acompáñeme a llevarlo a él a agarrar un taxi.
Cuando el muchachito se marcha, O. suspira,
—Listo ya puedo fuertear, hoy andaba de pavo y tal.
Eso es amor de cine y primera cita.

Amor en la discoteca, 2da parte.
Pero volviendo a la discoteca, otro personaje de La Facultad hace su debut: Sr. Gris.
—¿Dónde está tu novio? —le preguntan.
—No quiso venir —dice él, sin dar mayores explicaciones.
Sr. Gris es guapísimo y esta vestido con una camisa imposible que solo le funcionaría a algunos cuantos, entre los cuales me incluyo pues yo la tengo. No dejo de pensar como quien quiera que fuese el novio lo dejaría ir solo a la meca de la gente que busca lo que no se le ha perdido.
—Y tiene platica —me acota Blandi luego que le comento tal cosa.
—Él es muy perro y su novio es súper fiel. Yo siendo Sr. Gris realmente no bailaría de esa forma si estuviese metido con alguien en algo serio, ni haría otras cosas que he visto.
Quería preguntar que eran esas otras cosas pero sentí que Sr. Indeciso no estaba de humor para ellas, así que escogí la duda.
Después veo la mano alegre de Sr. Gris haciendo de la suyas. Eso es amor en la discoteca.

Amor en La Facultad
—Todos ahora parece que son —comenta Sr. Indeciso.
—Tienes que prometerme algo —dice la amiga—, si por casualidades de la vida mi novio resulta gay y tu enteras primero, dímelo.
Así es el amor en La Facultad.

Amor luego del amor
Uno porque sabe agarrar a un tipo y que no se suelte y otros porque tienen ese exceso de recursos y parece que no saben usarlos ¿por qué una persona que ha sido dejada tantas veces parece no darse cuenta nunca que el problema es él y no los demás?
Luego los ves llorando por al amor de su vida (una relación de 7 meses) y después hablando pestes del nuevo novio de sus exes. Tal situación no es fácil.
—En realidad él no me cae bien. Me envió un mensaje diciéndome que “nos veíamos bonitos juntos”, así con comillas.
Así es luego que encuentras el amor en Valencia.


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Extraños



Hemingway dijo una vez que conocer a un hombre y conocer lo que tiene dentro de su cabeza son dos asuntos distintos. Cada día que pasa me doy cuenta de lo cierta que es esa frase.

Etapas

Un día salí con Blandi y un “amigo” de él. Ser el tercero en discordia es un papel que he aprendido a interpretar a lo largo de los años, por lo que no me importó mucho. Cuando ya ha pasado cierta cantidad de tiempo y la cosa comienza a ponerse suficientemente extraña, de la nada aparece alguien y Blandi sale a su encuentro dejándome solo –en la pista- con su date. Pocas veces en la vida había sentido yo tantas ganas de matar a alguien pero sin embargo lo intenté.

—¿Quién es ese? —me preguntó finalmente el abandonado.

“¿Qué crees tú?”, pensé.

—No tengo ni idea —respondí.

Me prometí esa noche que le diría a Blandi que si me hacía algo así se olvidara de que volveríamos a salir de nuevo.

Dudando

Luego otro día estoy en El Templo y entre tanta gente que va y viene me quedo hablando con alguien. Todo marcha bien y comienzo a preguntarme si debería pedirle su número de teléfono. Luego de dos iteraciones de ir a buscar trago Blandi me dice:

—Ustedes no han parado. Nawara.

En las narices

Después estamos de tragos con Sr. Intenso y llega alguien a quien él previamente por teléfono le confirmó que estaba allí. El grupo se divide y los originales seguimos juntos, Sr. Intenso y su nuevo acompañante se separan mas y más.

—El nuevo está totally pendiente de Sr. Intenso —me dice Sr. Controlador.
—¿Tu dices? —pregunto por toda respuesta.

Me pongo a escuchar lo que están hablando:

—La gente en Caracas es más tropical —esta diciendo Sr. Intenso—. Allá en las fiestas siempre hay salsa y cosas por el estilo, mientras que aquí en Valencia la gente es como mas “mantuana”. Aquí reniegan de esa herencia tropical.
—Mas wannabe —responde el gordito.

Entonces reparo en su aspecto. Por alguna razón siento que le faltaba un control de PlayStation® para completar su look. De pronto me pregunto si es mayor de edad. Sin alcanzarlo a comprender del todo la situación comienza molestarme y sigo hablando con Sr. Controlador, quién a su vez esta en otro rollo.

—No entiendo nada de lo que están hablando —nos dice Sr. Intenso.
—Sucedió algo mientras tu y tu amigo hablaban de aeropuertos.

Cuando solté esa frase supe que estaba fastidiado, pero aún así logré contenerme.

Y luego ambos se fueron juntos y comencé a preguntarme como debía sentirme al respecto: indiferente, alcahueta, molesto o si por el contrario no debía pensar nada al respecto y confiar en él.

Cumplefails

El mayor evento de mi cumpleaños fue que ese día iniciaron los disturbios en la ciudad/país. Todo era un caos, pero también yo tenia una dinner party montada para la ocasión que ya no podía echar para atrás. Invertí bastante tiempo explicándole a la gente como iba a llegar a mi casa y todo iba bien. No obstante cuando todos llegaron y faltaba Sr. Controlador realmente comencé a molestarme.

Luego me manda un mensaje disculpándose que no puede ir ya que se había ido a casa de su novio y después este no había querido llevarlo hasta mi casa. Me molesté tanto que comencé a sudar y Sr. Indeciso (Que apenas nos conocíamos) trataba de calmarme. Absurdamente comencé a pensar en los años que teníamos de amistad y me preguntaba si la misma era reciproca. “De todas las personas invitadas la única que no podía faltar eras tú”, le respondí.

Ese día colegí que aquella era una vieja pregunta que me acosaba desde todas aquellas veces que lo invitaba a salir y me decía cosas como “tengo cambiar todos los bombillos de mi casa, aquí los demás son incapaces de ayudar con nada”. Comencé a pensar en la frase de la jefa de Mr. Sunshine® explicándole que los cumpleaños para ella son recordatorios de porqué estamos vivos y a quienes les importamos. La depresión no hacía mas que aumentar.

El mensaje que me envió la mañana siguiente, explicándole la conversación que tuvo con el novio ayudó menos a la situación. Mi conclusión fue que la cena sirvió para saber a quien realmente le importaba.

—Créeme que los que estamos aquí te queremos demasiado —había dicho una amiga mientras veía su carro estacionado en la calle desde la ventana del edificio.

Finalmente

Mientras estoy esperando en el carro y veo a Sr. Controlador saliendo de su casa, me doy cuenta que lo quiero mucho como para pelear por la tontería del cumpleaños ¿qué importa el sushi que sobró en la mesa y los tragos que nadie se tomó? ¿Qué importa los  vasos que no se usaron, las bromas que no escuchó y que luego le cuento para su beneplácito? ¿Qué importa si una gente te sorprende? Lo verdaderamente importante es que luego siguen allí… y que el pagó esa comida como disculpas.

¡Hasta pronto!
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Algunas tribus



Me queda menos de un año en este piso… Y a medida que uno se acerca a los temidos 30's, los nuevos 20's dicen, comienzo a preguntarme que tribus ya consagradas me encontraré en el piso de arriba y como encajaré en alguna de ellas (aunque ni siquiera quiero pensar qué fui en mis 20), pero bueno veamos algunas.

Los hombres bicicleteros

Yo salí con un hombre bicicletero cuando aún no se había convertido uno. Lamentablemente antes de ser bicicletero era motolito, entonces la cosa no funcionó demasiado bien. De todos modos su pupilo me cuenta que ahora, entrado en los 34-35 planea comprarse una bicicleta, pero esta evaluando dónde debe hacerlo.

—Me dijo que de todos sus amigos él es el único que no tiene una bicicleta y que esta pensando hacerse con una.

Los hombres a los 30 también pueden permitirse otras cosas que los de 20’ no, como por ejemplo comprar sus juguetes en las tiendas mas caras.

—Me parece un horror gastar tanto dinero en algo que ni siquiera estas muy seguro que te gusta solo porque tus amigos lo tienen.
—El me dice que lo hace sentir saludable.

Entonces esa es la cuestión con los hombres bicicleteros. No es como se ven o como son, es que siguen teniendo 20, tienen ahora mas dinero, pero en el fondo siguen siendo igual de motolitos e inseguros.

Los compra novios

A medida que te acercas a los 30 tu vida social también da un vuelco. Todos tus amigos heterosexuales están en la búsqueda del apartamento perfecto de 3mm de bs y así poder casarse. Algunos tienen hijos. Tus amigos gays —dependiendo de con quien te juntes, claro está—, comienzan a enseriarse también. Manejar esto no es fácil. Algunos solo necesitan alcohol para lidiar con el hecho de que son la única persona soltera en toda la fiesta (tos, tos), mientras que otros simplemente no van. Otros hombres de 30 van mas allá: Ellos deciden comprarse un novio.

Para ello hacen cosas tan 2010 como abrirse un perfil de Instagram® a esa edad y por allí comienzan a seguir jóvenes que podrían ser sus sobrinos. Imitan a los de 22 todo lo posible: exhibiendo sus cuerpos sin camisa que pueden estar mas o menos bien –ese es otro tema- y haciendo comentarios en otros perfiles de sujetos realmente hermosos.

—Una vez un tipo con el que salía un amigo me invitó un fin de semana a Margarita. Que y que nos “escapáramos”. Que el me pagaba todo y me “compraba cosas”. Ni siquiera le respondí —me cuenta Sr. Intenso.

Recordé cuando trabajé 4 meses en Apure y un tipo ganadero me invitó a su finca —a la cual no fui, tenía apenas 22— y me prometió equis cantidad de cosas. Ahora, ya avanzados en esta crisis económica me pregunto dónde estará.

De manera que los compra novios son como nosotros, pero con la capacidad de gastar boletos de avión cada fin de semana.

Disco hoppers

Unos amigos vienen de Caracas y yo me ofrecí a ser su anfitrión. Mas que amigos son de esos conocidos de vieja data, pero accedí con gusto.

Luego estamos en Personas Importantes (un bar que en realidad no se llamaba así, y ahora de hecho cambió de nombre) y cuando la cosa se llena se me acerca un señor:

—Tu amigo es muy bonito —me dice.

Yo, que ya estaba preparado para escuchar eso toda la noche pues uno de mis amigos en verdad es muy bonito, me tome un cuarto de vaso de mi cóctel lo miré y le dije “lo sé”, en el mejor tono despectivo que las náuseas por beber tan rápido me permitieron.

Pero luego, mientras seguía hablando y yo trataba de ignorarlo al tiempo que veía a mi amigo besarse con otro sujeto en medio del salón, él comenzó a poner sus movimientos en mi:

—Tu también eres muy bonito.

De pronto decidí prestarle atención. Tenia unos 39 años a lo menos y estaba bastante golpeado por la vida. Recé una pequeña plegaria para que la virgencita de las discos me alejara de andar en esas, a esa edad. No obstante, un cumplido es un cumplido.

—¿Qué haces en la vida? —le pregunté. Las náuseas seguían su curso.
—Soy profesor —responde.

Mientras sonaba la música y él se movía de una forma que no quiero describir para no recordar tanto, me debatía entre preguntarle si de liceo o de universidad (donde al menos se encuentra uno a personas adultas), pero decidí dejar eso así. Suspiré y seguí tomando. Ya se me estaba acabando el cóctel.

—¿Y tú que haces?
—Soy contador

—Yo creo que podríamos seguir viéndonos.

Habían tantas cosas malas en esa sola frase, que me replantee la sabiduría que supuestamente da la edad. En eso mi otro amigo llegó de su larga peregrinación al baño y me rescató.

Jamás le hice replica a la frase. Lo vi con mi cara borracha de “buen mal-intento-tipo” y me marché.

Luego no podía sacarme al hombre de la cabeza. Me lo imaginaba como los vendedores de drogas en la puerta de los colegios públicos: Lanzando frases engañosas trilladas, tratando de agarrar con sus garras a los desprevenidos.

Los extremadamente cerrados y no de aquello

Se visten igual. Leen lo mismo. Casi siempre van a los 2 o tres mismos sitios. Tienen buenos trabajos ¿seré yo de esos? Déjenme leer nuevamente todo el blog desde Agosto del año pasado a ver si puedo completar esto.

Triunfando

Ya esta por finalizar la noche. Fue exitosa. Asistí a una cena con mi ex jefe —ahora amigo—, su esposa y Sr. Indeciso. Era de esas cosas que creía imposible a los 23, cuando mi carrera era mas importante que todo y pensaba que al año siguiente si “me enseriaría” con alguien.

En el carro nos desviamos al templo –ya sin mi ex jefe, naturalmente-, pues aunque estaba cansado no quería finalizar la noche de manera abrupta, en especial para Sr. Indeciso, quien se ahogó en conversaciones de auditoría.

En el templo vemos a un señor bailando solo.

—Siempre le pido a todos los entes celestiales no terminar de esa forma —le comento a Sr. Indeciso.
—No lo creo —responde él.

Pero cuando ya voy directo a caer en un agujero de depresión; comienzo a pensar en la diferencia de edad que hay entre Sr. Indeciso y yo, me pregunto que va ser de mi en dos años; veo como el tipo toca a alguien por la espalda y al rato ambos comienzan a bailar juntos.

"Siempre hay esperanza", pienso.

-o-

Me disculpo por la ausencia, pero a los 30 también se encuentra uno con mas trabajo.

¡Hasta el sábado!
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¿Tener tiempo a solas para pensar en vacaciones? No, gracias



Muchas cosas pueden pasar cuando la gente tiene días libres, sus novios no están y hay poco en qué distraerse.

Desayuno con duraznos

Jude vino a mi casa justo la mañana en que yo iba a hacer mercado. Le doy lo único que tengo para ofrecerle, un durazno, y comenzamos a hablar.

—El otro día salí con un ex —me cuenta.
—Yo con un amigo —le digo.
—Estamos a mano si es quién yo estoy pensando.

Al momento que dijo eso las palabras se revolvieron en mi mente ¿estamos a mano en verdad?

—La diferencia es yo no sentí ni coquito —repliqué—, pero creo que tu no puedes decir lo mismo.
—Es verdad.
—Pensé que ya habíamos hablado eso. Corta eso por lo sano.
—Yo sé que estoy tirando todo por la borda, pero tu una vez me dijiste que el sexo con los exes no cuenta.
—He cambiado de opinión. No creo que quieras abrir esa puerta.

Papelillos

Alguien a quién llamaremos Jaime esta muy confundido en este momento. Desde afuera la vida de Jaime parece perfecta. Tiene un carro del año, un trabajo por el cual muchos recién graduados se matarían, un novio con un gran trabajo también ¿qué mas puede pedir? Sin embargo para un observador mas minucioso Jaime tiene problemas mas serios.

Un día de las vacaciones, Jaime llama al novio y este le da una retahíla  de excusas y le dice que no pueden salir. Aún desconcertado por la existencia de excusas en días libres, Jaime recibe una llamada de un conocido hasta ahora nulo. El ex-nulo le invita a beber unos tragos con él y unas amigas. Jaime no sabe que hacer. El ex-nulo le gusta mucho, pero el tiene novio. Por otro lado ni siquiera sabe si ex-nulo es gay ¿por qué no ir?

Dos cervezas se convirtieron en 8 y luego en mas tragos. Para cuando Jaime sintió ganas de irse Nulo estaba tan borracho que no lo podía dejar así. Las amigas decidieron por unanimidad que debía llevarlo a su apartamento. Cuando se bajan del carro, Nulo se cae y Jaime debe llevarlo en hombros hasta su cama.

—Quédate, es muy tarde para que te vayas.

Jaime recordaba todas las veces que había salido del templo a las 2am sin que eso significara nada, ya que en Valencia todo queda a 10 minutos cuando no hay tráfico, sin embargo decidió tragar y resoplar los papelillos que le lanzaron.

—De acuerdo.

La mano muerta

Estoy con Santi y vamos al cine.

—Total que terminamos yendo a la playa y como yo no tenia carpa me pusieron en la misma con él.
—¿Y no intento jugar la mano muerta? —Pregunté.
—La mano muerta ¿cómo qué la mano muerta?
—No puede ser que no sepas que es la mano muerta. Tu sabes, se hacen los dormidos y cuando vienes a ver te lanzan un brazo.
—Si eso paso, no me di cuenta por lo borracho que estaba.
—Bueno aunque como están las cosas ahorita creo que ya nadie juega la mano muerta, todo es de frente y sin máscaras.

Pensamientos destructivos

Jude no sabe qué hacer. Fantasmas del pasado no cesan de escribirle y el se siente mal al respecto. Su novio tuvo que trabajar toda la semana santa y mientas el anda por ahí mandando mensajes –en especial a mi- sobre si tengo algún plan, comienza a pensar que tal vez debería hacer algo… ¿qué tal si su novio no es el definitivo? Una parte de el comienza a darse golpes de pecho porque mientras mas lo invaden esas dudas mas recuerda esos días penosos cuando se la pasaba quejándose que nadie quería nada serio ¿qué estaba mal con él? ¿acaso debía esperar a ver que pasaba o sencillamente terminar todo por lo sano?

La mano muerta regresa

Jaime sigue acostado contemplando a nulo y pensando en lo fue, en la inmortalidad del cangrejo y muchas otras cosas más. En un momento se despierta y nulo esta en su hombro. Era la confirmación que estaba esperando ¿qué debía hacer?

Mientras tanto…

Yo estoy en casa una vez que se marchó Jude y no dejo de preguntarme por qué no hice un plan estructurado en semana santa. Sr. Indeciso lejos, Blandi medio depre, Sr. Controlador siendo el mismo y Sr. Intenso en deberes conyugales (el único en esos menesteres en semana santa). Comienzo a preguntarme si esos días de ocio les comienzan a afectar tanto como a mi.

Luego me da gripe.

Luego se hace sábado y llego hasta aquí y me doy cuenta que logré hacer el típico texto vacacional sin sentido.

¡Hasta el otro sábado!


P.S.: Jaime no hizo nada