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¿Quién dijo crisis?

Todavía falta


Edades

Apenas subimos nos recibe un hombre enorme. Guapo a su manera. Luego escucho en mi oído:

—¿Ustedes son la pareja? Este es el cuarto.

El ojo me vibraba de estupor “¿La pareja? ¿En serio?”

Luego nos sentamos a tomar frescolita y surge la inevitable pregunta:

—¿Qué edad tienes?

Le doy un sorbo a la frescolita y recuerdo cuanto la odio.

—Veintinueve
—Wao. No lo parece —responde él—. No los aparentas para nada.

Entonces me pongo a recordar toda la crema hidrante que traje para diversas partes de la cara y el cuerpo y de verdad me pregunto si ese comentario se refiere a mi aspecto físico o a mi actitud. Hasta hace poco creía que era siempre mi aspecto físico, pero bueno, ya estamos en la mitad del camino y uno empieza a ver todo de otra manera. Doy otro sorbo del refresco. Maldito sabor.

Exteriorizando las dudas

Estoy tomando vino en Tony’s con Sr. Indeciso. Celebramos su grado. La copa es tan grande que cuando casi la termino estoy borracho, pero no digo nada, total pronto vendrá la comida.

—¿Tu crees que yo me comporto como una persona de mi edad? —le pregunto. Después caigo en cuenta de lo patético de la situación.
—Si —responde Sr. Indeciso secamente. Luego de una pausa, continúa—: ¿Por qué lo preguntas?
—Desde que regresamos del viaje no dejo de pensar en el novio de Mini Cute, solo tenemos de diferencia un año y él parece un señor ¿debería comportarme yo así?

Mientras sigo hablando me siento más y más patético, pero no puedo apurar mas vino porque de pronto me da acidez. Al menos físicamente si tengo la sintomatología de una persona de mi edad.

—Tu eres echador de broma y te comportas como una persona adulta cuando debes hacerlo.

La respuesta me satisface un periodo considerable de tiempo, pero luego vuelvo a caer en cuenta que Sr. Indeciso tiene 23 años. Al demonio la acidez.


Claridad para las fiestas

Otro día estamos en una fiesta con varios personajes interesantes. El que se besó con Sr. Intenso. El que se besó con Blandi (el mismo que se besó con Sr. Intenso), el que ahora tiene novio (El mismo que se besó con Sr. Intenso y Blandi). También esta ese muchacho que una vez manosee en el carro de Blandi y el creo que nunca supo (hola, ahora sabes). No faltó a la cita tampoco ese otro chico que una vez en El Templo apenas me vio llegar me agarro por la cintura y no me dejaba ir... Entre otros.

La fiesta va bien, unos hablan con otros, es Valencia típica. Luego esta un gafo que empieza a preguntarle cosas a Sr. Indeciso, conmigo allí en medio, como si estuviese pintado. Después le daría su lección.

De pronto alguien dice “¡Vamos a jugar tapita!” y se me vienen los años encima. Ni siquiera es que me siento viejo para jugar eso. Me siento ladillado de jugar eso “¿será la edad?”. Entro en coma depresivo, pero al final logro decir que no y quedarme a por lo menos observar el juego. Todos parecen divertirse. Pero como el tema de la edad aún me molesta comienzo a fastidiar a Sr. Indeciso:

—¿Tu no estás jugando porque yo no estoy jugando? —le pregunto.
—No, yo no quiero jugar.
—Pero al principio te vi como animado a hacerlo. Puedes hacerlo si quieres. Igual yo manejo.
—No quiero jugar —repite él.

Entonces siento que comienza a exasperarse un poco y me da como un reconcomio. Tengo que seguir.

—¿Pero seguro no quieres jugar? No tengo problemas en que tomes más que yo.
—No quiero jugar —repite él, pero ya había logrado encontrar la calma. Ya no iba a lograr que se exasperara, lo cual era un objetivo que ni yo entendía para qué quería lograr.

¿Tengo una crisis de edad?

Mr. Amigos tiene la misma edad que tú

A veces me pregunto que habría pasado si Mr. Amigos y yo aún estuviésemos saliendo. No es que sienta algo por él ni mucho menos, pero él tiene mi edad. Después comienzo a hacerme preguntas peores ¿Si entonces él trae la madurez a la relación que iba a aportar yo?

Luego Sr. Controlador me cuenta que el ahora tiene una bicicleta, que sube cerros, que casi no sale de noche, que se la pasa comprando cosas para remodelar su cocina… Y sigue la pregunta flotando.

Otro día voy a Beco® y compro un ventilador.

Felicidad y hacerla posible

Luego estoy comprando entradas para ir al cine y veo que los datos del novio de Mini Cute se quedaron grabados en mi celular. A juzgar por los millones en su cédula tenía al menos 5 años mas que yo. De pronto me siento distinto.

Al mismo tiempo me llega un mensaje de mi mamá preguntándome si voy a pasar la navidad con mis tías. “Yo ya les dije que no iba a ir. Yo haré lo que me haga feliz”. En vez de recibir la usual retahíla me dice “Esta bien hijo, que la pases bien entonces”.

“Ser tratado de cierta manera también refleja lo que eres”, me digo.

Claridad 2

Cuando ya nos vamos de la fiesta esta el tontito allí llamando un taxi sin éxito.

—Cuelga eso —le digo—, nosotros te llevamos.

Luego le pico el ojo.


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Relatividades y pocas pistas



Yo rara vez invito a alguien a hacer algo si no estoy mas que seguro que esta persona va a decirme que si. No se trata de una norma que luego derivará en mi “Decálogo para conocer gente mal educada en Valencia” y es algo que Blandi me discute al menos una vez al mes, pero si es una maña que heredé luego de muchas invitaciones titubeantes, cuando uno no esta seguro de lo que es o lo que siente.

Relatividades de la belleza

Estoy cenando con Sr. Controlador en algún lugar de Concepto®. El me está actualizando acerca de Mr. Amigos. Esta hablando también de alguien nuevo que entró al grupo al que llamaremos Charles Cute y sobre quien Mr. Amigos no puede dejar de fantasear. Pero la historia comienza a ponerse interesante a partir de ese punto. Charles Cute al parecer esta pendiente es de Sr. Controlador. Por un segundo no logro decidir quién es mas guapo entre Sr. Controlador y Mr. Amigos y luego entre el incesante parloteo también comienzo a preguntarme como luce este tal Charles Cute. De pronto salgo de mi estado.

—Lo siento mucho por Mr. Amigos, pero el tiene que entender que yo soy mas lindo que él.

Conociendo a Charles Cute, 1ra. Parte

Luego estamos dando vueltas en un carro y Charles Cute vuelve a aparecer, esta vez en la pantalla del teléfono de Sr. Controlador. Era una invitación.

—Ay vamos —digo—. Quiero conocerlo.

Terminamos en el Dique un Domingo en la tarde. Jamás había ido a ese sitio en tales circunstancias y la abundancia de camionetas y niñitos desarrollados escapados de sus casas merece un tema aparte.

Al llegar al encuentro de Charles Cute, hice lo que cualquier gay en mi situación hubiese hecho. Le tomé una foto y se la envié a Blandi. “¿Es él?” fue su reacción y casi podía imaginármelo en frente con sus bracitos de cocodrilo y su cara de “WTF?”, que supongo era la misma que yo tenía en ese momento. Estamos hablando de un tipo de menos de 1,69, dientón y que hacía gala de una mojigatería falsa que daban ganas de echarlo al agua. Además se había rascado con guarapita. A todas estas era difícil determinar si era del equipo o no.

Luego para mi sorpresa Charles Cute comienza a hablar de mujeres con Sr. Controlador y yo comienzo a sentir cosas extrañas, como una mezcla entre estupor y fastidio. De pronto salgo de mi ensimismamiento cuando me dan la oportunidad de lanzar algo de veneno. Yo no debí decir nada, pero la maldad es mas fuerte que yo.

—Ella me dijo que quería ir al Embbasy®, pero yo le dije que no —dice Charles Cute
—¿Y por qué le dijo que no? —Le pregunta Sr. Controlador
—Ella no es la que me gusta.

Ya yo tenia la información de que hacía un buen tiempo desde que terminó con la novia.

—¿Y el verano qué? —le pregunto.

Entonces se puso rojo como un tomate. “Te tengo”, pensé. Sr. Controlador me lanza “La mirada” y dice mi nombre. Usualmente eso basta para detenerme pero la oportunidad era muy grande, así que dije una última.

—Tu eres el primer carajo que conozco que pela una oportunidad así en nombre del amor. Y me parece fino, te lo respeto, pero… wow.

Luego de habernos marchado, le comento a Sr. Controlador que no tengo dudas.

En las costillas

Cuando alguien tiene el atrevimiento de pasar su mano por el costado cuando te saluda en medio de la oficina uno hace una evaluación, suponiendo que estés soltero. Primero revisas bien a la persona y si realmente es más fea que tu, uno piensa en su salario, en cosas que valen mas la pena, como preguntarte si tu jefa irá hoy a trabajar y luego mira al carajo con aprehensión para dejar claro el siguiente mensaje: Amigo, mejor juega en tu liga.

Gaia en Green Hill Zone

Blandi es tan cute que cuando uno esta en la barra y de pronto lo ve tratando se sacarle fiesta a un sujeto alto y desgarbado que no lo merece, el cual, dicho sea de paso, lo mira con una media sonrisa, es cuando uno piensa que el mundo definitivamente tiene cierta clase de equilibrio.

Sonrisa de triunfo

Un check in donde estoy cenando y Sr. Controlador me escribe. “Estoy al lado con Charles Cute y Mr. Amigos. Perfecto, pienso. Ando con Sr. Indeciso, me gusta como me veo y mas me gusta como se ve él.

Entonces llegamos al restaurante, saludos van y saludos vienen. Y mientras finjo que estoy hablando con Sr. Controlador puedo ver como Mr. Amigos pasa su radar sobre Sr. Indeciso. Entonces me rio, pero no porque lo que estuviese escuchando fuese especialmente gracioso.

Conociendo a Charles Cute, 2da parte.

Estamos en una fiesta en casa de Sr. Controlador. Personajes destacados, Sr. Intenso y Charles Cute. Este último se aparece con una mujer y de verdad ese día comienzo a pensar que ciertamente no es de nuestro equipo. Me cuesta pensar que alguien que use a mujeres de tapadera puede escoger a una con semejante tamaño de nalgas.

—Esa caraja tiene culo de señora —le susurro al oído a mis amigos. Todos reímos secretamente.
Luego Sr. Controlador se pasa de tragos y le repite mi comentario a Charles Cute.

Desastre.

Mano sobre el costado, la saga.

Luego estamos en otra de esas fiestas clásicas de apartamento donde nunca hay suficiente hielo y Charles Cute está allí. Ese día le inventé este sobrenombre. Nunca se vio mejor. Las mujeres andaban como locas por él y Sr. Controlador también.

Durante toda la noche fallé tratando de hallar la oportunidad de ponerlo en evidencia. Además ando con un suéter American Eagle® que me queda algo grande y no puedo ser tan malo cuando siento que no me veo tan bien. Además hace demasiado calor en ese apartamento del demonio.

Luego llega el momento de la foto grupal y Charles Cute se pone junto a mi. De pronto siento su mano en mi costado

Que fastidio.

¿Volverá?

Vamos en la vía y le damos el aventón al guapo nuevo de turno. Por casualidades de la vida y aunque todos sus episodios están superadísimos, Sr. Controlador me cuenta algo de Charles Cute. Entonces el nuevo de turno habla:

—Yo te digo algo, si parece, es. Sin excepciones.

Ok.

-0-

¡Hasta la próxima!


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Iniciar una relación


Llevo tanto tiempo solo desde mi última relación larga y me siento tan cómodo de esa forma (con sus altos y sus bajos) que luego uno se olvida de las cosas tan ventajosas/desventajosas que te suceden cuando estás en pareja.

Todo empezó como siempre. Estas bailando y te dices “debería besarlo” y lo haces. De repente todo a tu alrededor comienza a dar vueltas y te das cuenta que no es un simple beso. La música se vuelve un eco mas lejano. Las luces cuando terminan de darse el beso y lo ves nuevamente son mas intensas. Comienzas a sentir como todo a tu alrededor es menos importante. Te das cuenta que esta noche, con esa persona puede ser diferente, pero luego vienen las preguntas.

Los amigos, debe (s) gustarle (s)

Cuando lo estás besando abres un poco el ojo y te das cuentas que los amigos con los que viniste –que además fueron los responsables de traerlo a él- te están mirando con aprehensión y te da risa, pero no te puedes reír porque estas en ese momento.

Y luego, como uno está en Valencia y aquí es perfectamente posible besarse con una persona y a las 12 horas siguientes fingir que no la conoces, haces tu primer move de la noche:

—¿Buscamos a los demás?
—No, quedémonos aquí solo nosotros —dice él.

Ya en ese momento descartas que esta será una situación de “besos que se olvidan a las 12 horas”.

Pero luego otro día vuelves a salir con él y eres torpe, preguntas cosas de más, que no son de tu incumbencia y él dice algo:

—Mi amiga me dijo de ti… Que bueno tu no estas en mi liga. Que tu no eres suficiente para mi.

Entonces sientes como un golpe. Las luces vuelven a la normalidad y la música se escucha fuerte y clara. Al fondo ves un sujeto divino en unos pitillos rosados y camisa blanca.

—… Pero yo le dije que a mi no importaba lo que ella considera que debe tener alguien con quien estuviese saliendo —“¿Estamos saliendo?”, te preguntas—. Le dije que me gusta bailar contigo y me gusta besarte.

El carajo del pitillo rosado entra y te das cuenta que la canción que suena no te gusta mucho, pero es aceptable. Te quedas y le dices:

—Bueno no se te puede negar que eres sincero cuando estas borracho.

Balancear, desventaja.

Balancear las cosas es difícil. Él te llama:

—El sábado cumplo años y me gustaría comenzar a celebrarlo desde día.
—Perfecto —le dices—, yo te busco y hacemos algo el viernes.

Pero luego tu mamá te llama:

—El viernes tenemos la despedida de tus sobrinos. Hay una cena en casa de tu hermano.

Y después tu jefe te llama:

—Para el viernes o antes deberíamos tener todo lo de la presentación gerencial.

Te imaginas que estás haciendo malabares y te añaden un par de pelotas mas. Piensas que no tener que lidiar con tantas cosas no es tan malo después de todo.

Ver con suficiencia, ventaja

Después de que milagrosamente balanceas todo, logran verse de nuevo. La misma intensidad, el mismo alrededor difuminado. Comienzas a hacerte un montón de preguntas ¿Podría tener un relación con él? ¿será que el quiere? ¿debería mandarle mensajes todos los días e invitarlo hacer cosas?

Entonces entran al sitio tomados de la mano y notas que causas un tipo de escozor en el lugar. Se besan y cuando miras a tu alrededor puedes sentir como las parejas de amigos fastidiados y solos te miran de formas extrañas o al menos comienzas a imaginar todo eso y se siente francamente bien. Las otras parejas te ven en forma amistosa y pareciera que hasta quieren hablarles. Todo se vuelve una locura inédita.

Comienzas a ver con suficiencia, aunque sea desde adentro y te da mucha risa, pero no puedes reír.

Resurrecciones de la carne, desventaja ¿o no?

“Hola”, dice un mensaje de Mr. Amigos.

Recuerdas que no le hablas hace como dos meses. Comienza a enviar tonterías hasta que finalmente pregunta lo que quiere saber: “¿Tu saliste anoche?”. Le respondes que si y luego quieres mandarlo al carajo, pero eres educado y escribes: “Te dejo, estoy trabajando”.

Un misterio, es mejor así

Te das cuenta que te resulta lejano tu forma de comportarte en una relación. No recuerdas casi nada de cómo se dieron las cosas la vez anterior y ni siquiera recuerdas haberte hecho todas esas estúpidas preguntas. Una pequeña voz te dice “ve con la corriente”, pero otra pregunta y pregunta.

Y luego comienzan a pasar muchas cosas en el carro.

Y luego le dices que deberían terminar lo del carro en tu apartamento.

Cesan las preguntas.

-0-

¡Hasta el otro sábado!