¡Maricos que te miran por encima del hombro, envidias, política e indiferencia!
Imagen representativa |
Uno
no debería preocuparse cuando uno de esos hombres mas feos que tú, te mira
de reojo mientras vas por él único centro comercial visitable de esta ciudad.
Para nada. Uno lo mira, frunce el ceño y luego vuelve la cabeza hacia un lado,
para restarle importancia, porque esa persona no importa. Cuando tu estás con
él, NADA
IMPORTA.
Destruyeteque
Cuando
Sr. Sonrisa y yo estamos juntos es
mejor que no te atravieses en nuestra lengua.
Un
día cualquiera lo invito a la playa. Luego vamos a buscarlo a algún lugar de
San Diego. El está pasando los tragos de ayer y yo también. Blandi maneja. Por el camino nadie que
haya sido nombrado sale con vida. Nos divertimos.
—Eso
no hace daño —explico—. Una cosa es
destruir a la gente sin que ellos sepan, porque tienen el cabello hecho un
asco, no se saben vestir y poseen la cara muy angulosa para usar copete y otra
muy distinta es agarrar y ver a la gente como si fueses superior, torcer los
ojos y sisear. Eso esta mal.
—Si
ellos no saben nada, no importa —dice Sr.
Sonrisa y yo siento que es mi soulmate,
solo que 5 veces mas guapo y 1.5 mas alto.
En
la playa también están Samán y Sr. Indeciso quienes solo ríen o
asienten circunspectos.
De
regreso le propongo a Sr. Sonrisa que
se quede en mi casa y que en la noche vayamos a Green Hill Zone. Ya en mi apartamento me dice:
—Yo
si soy loquito, no tengo ni ropa que ponerme.
Por
supuesto, le presto una de mis camisas y le queda mejor que a mi. Lo odio, pero
luego ya que tanto. Cuando los tres estamos listos, Sr. Indeciso, él y yo; les doy la agenda:
—Vamos
a un cumpleaños y luego nos encontramos con Blandi
en el bar.
En
el cumpleaños, Sr. Sonrisa se integra
enseguida. “¡Que guapo se ve!”, me escribe Sr.
Controlador, que también esta en el sitio. “Creo que es una excelente
adición al grupo”, le respondo.
Horas
mas tarde llegamos a Green Hill Zone.
No había mucha gente, pero igual destruimos todo. Incluso al carajo cuarentón
que siendo honestos no estaba tan mal pero…
—Mira
el Puma esta aquí —señala Sr. Sonrisa.
—Hizo
falta el carajo que se gasta todo el sueldo y saldo de la tarjeta para comprar
ropa y venir hasta acá —comento yo.
—Yo
lo odio —me explica Sr. Sonrisa—.
Cada rato me agrega y me da unfollow en Instagram®. El esta obsesionado con que
yo lo siga. Pero NO VA A PASAR MAMITA.
—El
error clásico, gente que no juega en su liga.
En
la discoteca se suma El Hobbit y tres
enanitos mas, de los cuales al menos dos parecen interesados en Blandi
—A
Blandi le vamos a decir
“Blancanieves” —me dice Sr. Sonrisa.
—No
entiendo —respondo.
—Mira
ese poco de enanos detrás el.
Ambos
reímos.
Después
suena “Everybody needs a man” y “Anaconda” y dejamos ese trapo en el
suelo.
Cena simple
Luego
estamos cenando en Concepto®. Al rato El
Hobbit me pregunta:
—¿Y
tu amigo la quemona? —Se refería a Sr. Sonrisa.
Solo
tuerzo el gesto por toda respuesta.
Terminada
la comida llega lo que parece ser “un amigo” de Sr. Controlador. Cuando llega siento que pasa un escáner por todos
nosotros: En la mesa está: Sr. Indeciso,
Blandi el Hobbit y Mr. Querubín
(nuevo, ya tendrá su post profile, pero este es el Sr. Sonrisa). En seguida Blandi
me escribe “¿Por qué ellos se conocen y que está pasando allí?”. Solo mando la
carita desentendida.
Playa por… segunda vez en el año
Yo
suelo ir a la playa una vez al año. Dos máximo si Sr. Indeciso empieza con su cantaleta de “tengo ganas de ir a la
playa, le voy a decir a mi amiga” y no me queda mas que torcer los ojos y
acceder para evitar pasar una tarde calarme chistes que no entiendo y no quiero
hacer el esfuerzo de entender tampoco. Sin embargo cuando se organiza un viaje
donde solo hace falta Sr. Intenso, la
cosa puede tornarse interesante. “Nunca había estado con tantos maricos en una
playa”, pienso de pronto.
La
cosa va así: En un carro vamos Sr.
Controlador, su invitado, Sr. Sonrisa,
Sr. Indeciso y yo. En otros carros
venían los demás, entre los que destacaban: Blandi,
Mr. Querubín, El Hobbit y Samán.
Cuando
llegamos al muelle Mr. Querubín me ve.
Yo llevaba un short corto y una franelilla que fácilmente podría ser talla 12.
Además cargaba unas alpargatas Kenneth Cole®. Todo era de colores distintos.
Los lentes de mi mamá completaban el look ¿Cómo iba a hacer si yo no soporto el
sol y boté mis lentes de 120 dólares? El país es otro. Eso funcionaba ajuro.
—Menos
mal que no me compré esa franela —me dice.
—No
te habría quedado —le respondo y sonrío como Blair nos enseñó.
Al
momento llega Samán flanqueado del
sujeto que tiene todos sus activos en ropa y que Sr. Sonrisa odia. Venia acompañado de un amigo con un copete
altísimo y dignísimo, color caoba. Desastre. Cuando llegan me ven a mi con Sr. Sonrisa de arriba abajo. Es la
mirada de superioridad marica. Pero no chico, como te parece que no. En seguida
viene la parte de presentaciones, pero damos las manos tan rápidamente y sin
apenas tocarnos, que mas bien parece el saludo de unas señoritas.
—¿Qué
hace esteee aquiiii? —me sisea Sr.
Sonrisa.
—Samán
—respondo— y en ese momento Samán viene hacia a mi y nos abrazamos, cómo estas amigo, que chévere todo, jajaja,
jejejeje.
—¿Y
sabrás por que carga ese copete? —pregunto para jorungarle la lengua a Sr. Sonrisa
—Ese
rancho se va a caer apenas toque el agua, no se por qué hacen eso. Cuidate esa
keratina del agua salada mamita
Ambos
reímos.
Ya
en la playa, pues todo no fue tan interesante como pensaba. La cosa se dividió
en dos grupos y cada uno destruyó por su lado. En un momento, Sr. Sonrisa me comenta lo “interesante”
que se ve Mr. Querubín y me sorprendo,
era la primera vez que veía que le gustaba alguien.
—Tiene
lo suyo.
—Ven
acá chico —me dice en broma como si le estuviera hablando a él—. Vamos a jugar
papá y papá.
Después
empezamos a jugar “La eres” en el agua y sin saberlo. Donde estamos Sr. Sonrisa y yo, se mueven “La ropa” y
“el copete”. Nos persiguen. Al parecer la atracción del primero por mi amigo
era mas fuerte que el hecho de que llego a la playa con otro.
—Vamos
a salirnos —le digo a Sr. Sonrisa y
suspiro.
En
otro momento llega nuestro infiltrado del otro grupo:
—¿De
qué hablan allá? —preguntamos.
—Muchas
cosas, una de ellas que Sr. Sonrisa
odia al otro.
Y
seguimos bebiendo y hablando.
Al
final cuando dejamos a Sr. Sonrisa
cerca de su casa, me doy cuenta que no hablamos casi nada trascendental en el
día ¿Quién es él?
Tal
vez algún día sepa.
Por las
escaleras te veo
Voy
por las escaleras automáticas mas largas del centro comercial. Sr. Indeciso me habla de su trabajo y se
ve lindo mientras hace eso. Por la otra escalera y bajando viene una hermana
gordita con su amiga, que lo mira y me mira. Luego tuerce el gesto.
Sonrío
y empiezo a tipear en mi mente…Claro después de volver la cabeza y restarle
importancia.
-o-
¡Hasta
el próximo finde!
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hola buen dia me llamo victor jose gil mi cedula de identidad numero 582.011 mi edad 18 años mi rol versatil serio discreto estudio universitario vivo con mi madre que es hipertensa y otras patologias medicas y mi padre de crianza murio hace meses de parkinson vivo en venezuela y la situacion esta complicada en mi pais y mi mama es pensionada tiene 56 años y no le alcanza para su tratamiento medico y hay dias que no tenemos para comer mi padre de crianza era de gran apoyo el que quiera darme una ayuda aqui mis datos bancario: bancaribe cuenta de ahorro numero:0114-0540-10-5401413296 si me puedes transferir victor jose gil cedula de identidad 582.011 correo:victor_gil1934@outlook.com disculpe la molestia generada
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