Disfruta la fiesta
Viernes
en la noche. Green Hill Zone
remodelado. Gente, mucha gente. Amigos completos con la excepción de Sr. Controlador, siempre perdido en
acción. Varios cócteles de pre-despacho y apenas 6 cucharadas de ensalada como
cena. Que empiece la fiesta. Esta noche te vas a emborrachar.
“Personajería” típica
Estamos
en la cola para pagar la entrada y mientras decidimos si el sitio vale la pena
para un servicio, Blandi saluda al
alguien y luego a varios más. Si de personajes hablamos, Blandi es nuestro alcalde.
Luego
en una de las esquinas (ya habiendo establecido que el lugar no vale más que
una entrada “barra libre”) se encuentra un 25% de la facultad de medicina.
Saludos van, saludos vienen. Son gente chévere que luego, en un futuro no muy
lejano, te las encontrarás en la clínica y te aseguro que serán más competentes
que el resto del personal médico (además podrán entender si agravaste tu
condición con unas copitas extras).
Después
llega el personajito este que tiene el cuerpo extraño, que se la da estirado
(aunque mide como 1,30 mts) y por supuesto no me saluda, aunque me lo han
presentado 3 veces. Piensas que alguien con ese cuerpo (la hallaca mal amarrada
con una variación: esta cruda en el centro) no debería permitirse ser odioso,
pero esto es Valencia. La gente aquí es
maleducada, suele decir Sr. Intenso.
También
veo a esa persona típica del trabajo, cuyo nombre no debe ser mencionado, con
una chaqueta de cuero. De pronto se me sale una frase de la mujer blanca con
mala actitud del video de “The Chainsmokers”: That´s so ratchet.
Más
tarde llega un amigo del Sr. Intenso.
—
¿Tú qué haces aquí? —Le pregunta Sr.
Intenso a su amigo, slash ex fuck
buddie.
—Bueno
yo estaba fuera ¿sabes? Pero me tuve que venir para acá por unas cosas del
negocio y total que me voy a quedar aquí como unos cinco meses. Valencia me
hacía falta, pero no dejo de pensar ¿qué feo esta esto? ¿no? Pero bueno uno es
de aquí y esta como acostumbrado, pero igual no dejas de pensar en lo feo que
esta todo.
Se
inició entonces un loop.
—Deberíamos
entrar —Le digo a Blandi y a Sr. Indeciso.
Adentro
está una prima de Blandi que dice él,
no juega en la liga, pero luego cuando veo con quien anda, comienzo a pensar que
ciertamente el amor es ciego.
—Yo
te creo amigo —digo.
Luego
tenemos rato bailando y veo a Cute Young
Homeless y nos abrazamos. Lo conozco desde que no era artista y no era homeless y recuerdo todos esos bellos
momentos en que lo sonsacaba para salir sin permiso de la casa de sus padres y él
les mentía para que le dieran permiso. Pero todo era por amistad. Yo saco cosas
de la cuna, pero siempre las devuelvo listas para usar. Por lo que pase luego
no me responsabilizo.
También
presencio ese hermoso momento de cuando no sabías nada de alguien y lo ves con
su novio de equis cantidad de años. Lo saludas y comienzas a pensar que su ¿súbita?
salida del closet lo hace lucir más lindo.
—Parece
como un buen partido —dice Sr. Intenso.
Después
hago contacto con la típica diva de internet que no saluda. Él sabe quién eres
y tú sabes quién es él, pero la altivez de su mirada es tal que no queda de otra
que devolverle la misma, aún con más altivez y luego desviar la vista hacia
otro lado.
Que comience la fiesta
Las
luces del lugar se reflejan en los rostros de todos y es divertido. Hablas
cualquier cosa entre la bebida barata, la restregadera de hebillas, la
agachadera y el recordatorio cuando ya estás en el suelo de que tuviste
bursitis y no deberías caerte en esa suciedad llevando Topman®. Todo da risa.
Alguien
derrama medio trago en tu espalda y llegas a pensar que es refrescante. Otra
persona baila con tu novio, pero tú bailas también con esa persona y luego con
tu novio. Nada importa.
Otros
salen y luego llegan con los sentidos alterados y los ojos más rojos. Están en
un país libre (hasta ahora eso creemos).
Suenan
cosas de las divas del pop y todos comenzamos a hacer nuestra propia versión de
la coreografía.
Alguien
se va a peregrinar al baño y otros comentamos cosas de él. No es con mala
intención, además has de suponer que hacen lo mismo contigo cuando vas al baño,
donde por cierto, te puedes encontrar a un viejo crush que justo ahora te mira con cara de “sup?” y tú piensas que
es un poco tarde (para él).
Cuando
estás en la cola de la barra alguien te agarra una nalga, pero cuando tu pasas
a través de un bululú haces lo propio con otro. Es como un juego de nunca
acabar.
En
el bar, el que sirve los tragos es sexy y luego comienza a hablarle a Sr. Intenso.
—Se
llama Juan —nos dice, ya bastante de pasado de tragos.
De
repente Sr. Intenso tumba el vaso en la mesa, pero como todos somos seres con experiencia,
nadie resulta manchado o mojado.
—Tal
vez esta es la oportunidad de ir a hablarle de nuevo —dice Sr. Intenso y se pierde nuevamente.
La
noche está por terminar y unos pueden manejar y otros no. A los que no, al día
siguiente les espera uno de mis desayunos favoritos: Una capsula de Atamel® y
dos vasos con agua.
Las fiestas también pueden ser en
casa: Una introducción.
Una
pre-fiesta en una casa puede sustituir un exceso de cócteles en un restaurante.
La cosa se puede prolongar si hay comida, pero es lo mismo. El grupo puede ser
mixto en la casa. Pueden estar los amigos heterosexuales del colegio, las amigos
que conociste en una discoteca, tu hermano menor, los novios, etc.
En
esos grupos puede que alguien te caiga mal, a mí siempre me pasa eso, pero lo
importante es mantener la compostura y mandarle un mensaje a tu mejor amigo. “¡Qué
niña tan insoportable!”, puede decir el mensaje. Puede que tu amigo te responda
“Si vale, es bien fastidiosita” y tú te sientes bien ya que no eres el único que
piensa así.
De
la nada la niña comenta algo en broma y tú tal vez no desperdicias la oportunidad:
—
¿Te sientes bien?
Ella
creerá que es una broma –porque de hecho lo formulaste como una broma—, pero está
planteado como una amenaza, es una flecha directa a su autoconfianza.
—Si
vale —dice ella, pero a los segundos reacciona y te ve con una cara que dice “desgraciado”
y yo hago lo mismo y luego pienso que razón tienen algunos en decir que les
caigo muy mal. No me importa mucho, me importa más que ella sepa lo que siento.
Pero
para no dejar solo una mala impresión, también tienes que enfocar los esfuerzos
en caerle bien a alguien diciéndole cosas como: “amaría tener tu cabello”. Ella
sonreirá y te dirá que eres muy lindo. Luego tendrás que validar cualquier cosa
que ella lance al grupo –por ejemplo- y cuando vengas a ver se sentará junto a
ti y dirá que eres súper chévere.
Al
día siguiente puede ser que haya conversaciones sobre ti. La mayoría dirá que
eres odioso por los comentarios pasivo agresivos, pero unos tantos saldrán en
tu defensa: “¡ay a mí me pareció bien chévere!”, mientras se pasan la mano por
su cabello.
-o-
Este
post está dedicado a los que querían saber cómo es una fiesta con “nosotros” y
como no, a nuestro Blandi, que quería
que tocara el tema.
¡Nos
vemos el otro finde!