Muerto por dentro
Imagen seleccionada por ser la peor en la historia del blog |
Si de algo yo me la he dado en este espacio es de ser un
investigador cuyas hipótesis no se basan en el rigor científico. Mientras tomo
pequeños chocolates Hershey’s de una bolsa y agradezco mi metabolismo,
finalmente me doy cuenta que en estos últimos cuatro años he llevado la
investigación aplicada mas grande que una persona haya realizado sobre si misma
(en caso de dudas sobre esta afirmación volver al principio del párrafo), ¿No
me creen? Veamos:
Año 1
El año uno es difícil ya que en esa época yo casi no escribía del
tiempo presente. Al tiempo que me las daba de inocente, estableciendo un
porcentaje de virginidad cuya formula no revelaré (ver),
en realidad tenia un affair con alguien que aún a estas alturas no puedo ni
decir en voz alta, pero quién no haya tenido ese tipo de relaciones que lance
la primera piedra. Esa relación supuso el primer balazo a lo que en ese
entonces pensaba que era el amor. Pero eso tiene varias vidas, la cosa
continúo, pues conseguí en ese mismo año otro clavo que saco ese, y aún puedo
decir que fueron los años mas felices de mi vida.
Año 2
En el año 2, sin porcentajes de virginidad latentes, y con muchas
ganas de vivir, recibí otro balazo (ya van 2 vidas) y este fue más certero que
el anterior. Esta fue una de las últimas veces que le vi, aunque la cosa estaba
disfrazada por las circunstancias (ver)
Año 3
Moribundo, entonces vino como una especie de derrape mojigatero
(porque no es un derrape como tal, yo soy un poco mojigato). Entonces salí con
gente mayor que yo (ver),
tuve incontables citas, las mas desastrosas narradas en este espacio como esta
(ver)
y otras que ni siquiera me atrevo a narrar porque el mero recuerdo me produces
nauseas (disculpen, no hay link).
Año 4
Entonces llegamos al año 4, con par de balazos y numerosos
intentos. Ese fue el año del “Go with the flow”. Si salía con 3 personas
diferentes en una semana bien, si luego no salía en dos meses, bien, estaba
moribundo como se empieza a notar aquí (ver) Al
menos mi estilo de escribir si evolucionó un poco, casi no puedo leer mis
primeros post.
Año 5
Con el blog semi
abandonado no tengo mucho a lo que hacer link. Ahora me dedico a ser como una
especie de arlequín que sale con amigos pero que siempre esta solo, mi función
es entretener. Me da miedo salir con alguien y asumir ese compromiso, pero a la
vez no quiero estar solo. La gente me pregunta si algún día “voy a conseguir a
alguien” (Mi mamá, 2012), o me dicen que es una lastima lo que sea por lo que
este pasando (Mi hermano menor, citado por mi mamá, 2012) y yo ya ni se que
pensar. Quiero sentir ese amor de hace años de nuevo, pero parece que ese tren
ya me dejo, y no me puedo montar en el nuevo, hay cosas que me dan flojera, que
no entiendo, con las que no quiero lidiar, al parecer también “quiero todo
fácil” (Víctor Molina, 2011). Esa actitud de “ir con la corriente” y esperar
que “todo se de solo” termino por matarme, por arrastrarme de un lugar del que
ahora no puedo salir y es como una mezcla de todo, como la desidia final de un
hippie que ya no tiene fuerza ni para buscar monte.
Ayer salí con un amigo y en un momento en que me quede solo con su
acompañante, este me preguntó:
—¿Y tu qué? ¿Tienes pareja? ¿Estas con alguien?
—No, yo estoy muerto por dentro —fue lo que respondí. Me vio con
algo de estupor, mientras yo mismo me preguntaba si era verdad.
Recordé como en mi última “cita”, la persona prácticamente se me
lanzó encima y yo fui incapaz de responderle. No me dio pena, no intente
disculparme demasiado, solo deseaba que sus intentos infructuosos finalizaran.
No era su culpa, era el primer “No eres tú, soy yo” sincero del mundo.
No me quedo más que seguir
tomando cerveza de la verde y esperar lo mejor. Me di cuenta que mi proyecto de
5 años había terminado: Logré en forma exitosa convertirme en una persona que
ya no espera nada de nadie, en un flojo emocional y aún así aparentar otra
cosa.
(Para la próxima seré más optimista, pero es que estos meses han
sido raros)