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Disfruta la fiesta



Viernes en la noche. Green Hill Zone remodelado. Gente, mucha gente. Amigos completos con la excepción de Sr. Controlador, siempre perdido en acción. Varios cócteles de pre-despacho y apenas 6 cucharadas de ensalada como cena. Que empiece la fiesta. Esta noche te vas a emborrachar.

“Personajería” típica

Estamos en la cola para pagar la entrada y mientras decidimos si el sitio vale la pena para un servicio, Blandi saluda al alguien y luego a varios más. Si de personajes hablamos, Blandi es nuestro alcalde.

Luego en una de las esquinas (ya habiendo establecido que el lugar no vale más que una entrada “barra libre”) se encuentra un 25% de la facultad de medicina. Saludos van, saludos vienen. Son gente chévere que luego, en un futuro no muy lejano, te las encontrarás en la clínica y te aseguro que serán más competentes que el resto del personal médico (además podrán entender si agravaste tu condición con unas copitas extras).

Después llega el personajito este que tiene el cuerpo extraño, que se la da estirado (aunque mide como 1,30 mts) y por supuesto no me saluda, aunque me lo han presentado 3 veces. Piensas que alguien con ese cuerpo (la hallaca mal amarrada con una variación: esta cruda en el centro) no debería permitirse ser odioso, pero esto es Valencia. La gente aquí es maleducada, suele decir Sr. Intenso.

También veo a esa persona típica del trabajo, cuyo nombre no debe ser mencionado, con una chaqueta de cuero. De pronto se me sale una frase de la mujer blanca con mala actitud del video de “The Chainsmokers”: That´s so ratchet.

Más tarde llega un amigo del Sr. Intenso.

— ¿Tú qué haces aquí? —Le pregunta Sr. Intenso a su amigo, slash ex fuck buddie.

—Bueno yo estaba fuera ¿sabes? Pero me tuve que venir para acá por unas cosas del negocio y total que me voy a quedar aquí como unos cinco meses. Valencia me hacía falta, pero no dejo de pensar ¿qué feo esta esto? ¿no? Pero bueno uno es de aquí y esta como acostumbrado, pero igual no dejas de pensar en lo feo que esta todo.

Se inició entonces un loop.

—Deberíamos entrar —Le digo a Blandi y a Sr. Indeciso.

Adentro está una prima de Blandi que dice él, no juega en la liga, pero luego cuando veo con quien anda, comienzo a pensar que ciertamente el amor es ciego.

—Yo te creo amigo —digo.

Luego tenemos rato bailando y veo a Cute Young Homeless y nos abrazamos. Lo conozco desde que no era artista y no era homeless y recuerdo todos esos bellos momentos en que lo sonsacaba para salir sin permiso de la casa de sus padres y él les mentía para que le dieran permiso. Pero todo era por amistad. Yo saco cosas de la cuna, pero siempre las devuelvo listas para usar. Por lo que pase luego no me responsabilizo.

También presencio ese hermoso momento de cuando no sabías nada de alguien y lo ves con su novio de equis cantidad de años. Lo saludas y comienzas a pensar que su ¿súbita? salida del closet lo hace lucir más lindo.

—Parece como un buen partido —dice Sr. Intenso.

Después hago contacto con la típica diva de internet que no saluda. Él sabe quién eres y tú sabes quién es él, pero la altivez de su mirada es tal que no queda de otra que devolverle la misma, aún con más altivez y luego desviar la vista hacia otro lado.

Que comience la fiesta

Las luces del lugar se reflejan en los rostros de todos y es divertido. Hablas cualquier cosa entre la bebida barata, la restregadera de hebillas, la agachadera y el recordatorio cuando ya estás en el suelo de que tuviste bursitis y no deberías caerte en esa suciedad llevando Topman®. Todo da risa.

Alguien derrama medio trago en tu espalda y llegas a pensar que es refrescante. Otra persona baila con tu novio, pero tú bailas también con esa persona y luego con tu novio. Nada importa.

Otros salen y luego llegan con los sentidos alterados y los ojos más rojos. Están en un país libre (hasta ahora eso creemos).

Suenan cosas de las divas del pop y todos comenzamos a hacer nuestra propia versión de la coreografía.

Alguien se va a peregrinar al baño y otros comentamos cosas de él. No es con mala intención, además has de suponer que hacen lo mismo contigo cuando vas al baño, donde por cierto, te puedes encontrar a un viejo crush que justo ahora te mira con cara de “sup?” y tú piensas que es un poco tarde (para  él).

Cuando estás en la cola de la barra alguien te agarra una nalga, pero cuando tu pasas a través de un bululú haces lo propio con otro. Es como un juego de nunca acabar.

En el bar, el que sirve los tragos es sexy y luego comienza a hablarle a Sr. Intenso.

—Se llama Juan —nos dice, ya bastante de pasado de tragos.

De repente Sr. Intenso  tumba el vaso en la mesa, pero como todos somos seres con experiencia, nadie resulta manchado o mojado.

—Tal vez esta es la oportunidad de ir a hablarle de nuevo —dice Sr. Intenso y se pierde nuevamente.

La noche está por terminar y unos pueden manejar y otros no. A los que no, al día siguiente les espera uno de mis desayunos favoritos: Una capsula de Atamel® y dos vasos con agua.

Las fiestas también pueden ser en casa: Una introducción.

Una pre-fiesta en una casa puede sustituir un exceso de cócteles en un restaurante. La cosa se puede prolongar si hay comida, pero es lo mismo. El grupo puede ser mixto en la casa. Pueden estar los amigos heterosexuales del colegio, las amigos que conociste en una discoteca, tu hermano menor, los novios, etc.

En esos grupos puede que alguien te caiga mal, a mí siempre me pasa eso, pero lo importante es mantener la compostura y mandarle un mensaje a tu mejor amigo. “¡Qué niña tan insoportable!”, puede decir el mensaje. Puede que tu amigo te responda “Si vale, es bien fastidiosita” y tú te sientes bien ya que no eres el único que piensa así.

De la nada la niña comenta algo en broma y tú tal vez no desperdicias la oportunidad:

    ¿Te sientes bien?

Ella creerá que es una broma –porque de hecho lo formulaste como una broma—, pero está planteado como una amenaza, es una flecha directa a su autoconfianza.

—Si vale —dice ella, pero a los segundos reacciona y te ve con una cara que dice “desgraciado” y yo hago lo mismo y luego pienso que razón tienen algunos en decir que les caigo muy mal. No me importa mucho, me importa más que ella sepa lo que siento.

Pero para no dejar solo una mala impresión, también tienes que enfocar los esfuerzos en caerle bien a alguien diciéndole cosas como: “amaría tener tu cabello”. Ella sonreirá y te dirá que eres muy lindo. Luego tendrás que validar cualquier cosa que ella lance al grupo –por ejemplo- y cuando vengas a ver se sentará junto a ti y dirá que eres súper chévere.

Al día siguiente puede ser que haya conversaciones sobre ti. La mayoría dirá que eres odioso por los comentarios pasivo agresivos, pero unos tantos saldrán en tu defensa: “¡ay a mí me pareció bien chévere!”, mientras se pasan la mano por su cabello.

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Este post está dedicado a los que querían saber cómo es una fiesta con “nosotros” y como no, a nuestro Blandi, que quería que tocara el tema.

¡Nos vemos el otro finde!
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El origen


“Qué Dios todo poderoso y el universo mismo conspiren en mi favor para que siempre pueda seguir viajando y que el favor de Dios ilumine mi camino” –Palabras de Freddy.


Elucubraciones

Cuando se está en una relación hay ciertos riesgos que jamás tomarías si estuvieses soltero. Riesgos como viajar a Maracay en una noche lluviosa solo porque el debe hacer una diligencia. Salir a cenar un viernes de quincena o confesarle a alguien como realmente duermes. Son cosas que en un principio parecían impensables… Lo mismo que creer que necesitas de otro para seguir viviendo.

Luego esta el hecho de que comienzas a imaginarte situaciones y de repente no encuentras la paz. Siempre dijiste que no eras celoso, pero comienzas a sentir celos y eso te asusta ¿cómo hace la gente que realmente no es celosa? Yo creo que son mentirosos.

Así te encuentras un día tipo normal, de lo más relajado como quien dice y él te comenta que va tomarse un café con equis persona. A las primeras de cambio tú intentas actuar normal, como los memes, pero luego te dices “mira yo debería ir para allá”. Así que le dices que vas y él responde que fino, que te espera.

Luego llegas y ves que no necesitabas tomarte ese café porque quien está ahí no sabe nada de la vida y sonríes. El te recuerda a tu yo del pasado, cuando tenías 10 años menos y te encantaba estar jugando fuera de ranking.

Cambios

Es difícil describir lo que se siente cuando una relación de 2 años se estrella contra la pared. Pero yo lo vi, no lo viví afortunadamente, pero lo vi. Estábamos todos sentados y una confesión fue hecha. Alguien había tenido un affair. Y mientras yo escuchaba el montón de excusas al respecto no hacía mas que preguntarme si debía hablar ¿qué pasaba si luego cualquier cosa que dijera jugaba en mi contra? ¿sería yo capaz de hacer algo así? ¿qué deben hacer los amigos en ese caso? ¿apoyar?

Luego conoces al muchacho y piensas que tal vez la cosa no dure y te odias mucho porque eso no es tu problema ¿el trabajo de un amigo no es desear felicidad al otro amigo? ¿son celos?

Después la cosa deja de ser un affair y se convierte en una nueva relación y uno comienza a preguntarse hasta que punto eso esta bien. De pronto veo la cara de Sr. Indeciso y también me pregunto si nosotros pasaremos por eso y cuando será ¿hay que encomendarse a Dios?


De cómo te dejan sin pasarte un memo

Estamos cenando y Sr. Intenso nos dice (a su manera) que todo en su relación se esta yendo al carrizo viejo. De repente me siento confundido, mal y comienzo a pensar en esa persona y a ponerme en su lugar. Cuando llega el momento de opinar, simplemente digo que de estar en sus zapatos preferiría no saber. Que solo me interesaría en caso de que no exista vuelta atrás.

—… porque existe vuelta atrás ¿no?
—No lo sé. Yo rompí el contrato y debo decirle. Yo pienso que él tiene derecho a saber que pasó algo en su ausencia.

Comienzo a pensar que si igual tu le dices eso a una persona tampoco le estás dando el derecho a escoger. Simplemente le das una información para que él decida si quiere continuar o si por el contrario el camino ya se hizo demasiado pedregoso.

Entonces saco mi tobo y le doy con todo a Sr. Intenso. Le digo que todo eso esta pasando porque el nunca fue sincero y en realidad él no le dio la oportunidad de decirle a su contraparte que esa distancia si era un problema. Que él lo estuvo engañando, incluso antes del engaño mismo.  Posteriormente eso inicia una línea de pensamiento interesante… ¿en realidad cuando empieza a gestionarse un engaño?

El contacto previo de Jude

—¿Qué harás mas tarde?
—No lo sé, debo preguntarle a mi novio —responde Jude.
—Ahora eres una de esas personas que antes odiabas ¿sabes?
—Lo sé.
—En verdad quiero verte en esa fiesta —dice el otro.
—Y a mi me hubiese encantado que quisieras verme en fiestas cuando yo también podía verte en fiestas —responde Jude y luego cuelga.

Pero al colgar el se replantea la situación ¿y si le dice a su novio que vayan a la fiesta solo para verlo y saber si aún hay algo allí? Luego se pregunta si eso sería justo.

Gente que no sabe

—Sabes que luego del café el muchachito de la residencia me dijo que tu te veías celoso.

Entonces me da un ataque de risa. Yo ya había detectado que hubo cierta cara de decepción de parte del muchachito cuando me vio llegar al café, pero no quise hacer la acotación.

—¿En serio te dijo eso?
—En serio.
—Me imaginé que algo así iba a pasar porque obviamente tu le gustas.
—¿Tu dices?
—Claro… Y ahora esta es la confirmación… ¿qué esa tramoyita de séptimo grado de escribirte eso? Secretamente el desea eso, que yo sienta celos.

Pero luego, cuando estoy en mi casa pensando en todo, me pregunto hasta cuando el muchachito será un muchachito… Me siento seguro, pero la situación de Sr. Intenso irremediablemente me afecta ¿y si soy yo el próximo?

Desequilibrios mentales

—No puedo dejar de pensar en el hecho de que toda la relación de Sr. Intenso se fue al carajo en una semana.
—Es algo terrible —dice Sr. Controlador.
—Siento que me vendieron una mercancía falsa, que no conocía del todo. Que no leí la letra pequeña. Ahora tengo un producto que no conozco y no sé qué hacer.
—Yo lo que creo es que simplemente allí ya no había nada y ambos se estaban engañando al respecto.

Esa podía ser una posibilidad ¿pero y si no?

—Yo estoy claro que ese no es mi problema, ni siquiera debería estar opinando al respecto, pero es mas fuerte que yo. Me pongo en lugar del carajo y me siento mal.
—Tal vez debas hablarlo con él.
—Eso sería peor, sería el límite de meterme en lo que no me importa. Solo asumiré que estoy loco y creo que eventualmente se me pasará.

Última cena

Estamos en Rico Ricón® y de pronto todo parece como los viejos tiempos, salvo por el pequeño detalle que yo tengo novio y estoy con él. Hablamos y bromeamos mucho. Luego Blandi le pregunta a Sr. Intenso por su nuevo marido.

—Todo va de maravilla —responde él—. Mi estatus actual es que soy una persona feliz.

Entonces yo también estoy bien. Lo único que era mi problema (que mis amigos estén bien) salta a la vista y no hay ninguno: Mi amigo esta bien y está feliz.

Un M. en Twitter

I wish you well 
I hope you survive 
I hope you live, oh baby, so I can watch you cry -8-

Ouch.

-0-

¡Hasta el otro fin de semana!
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Come into my world...



Cosas extrañas pasan cuando el ego de los hombres que gustan de otros hombres entra en la ecuación…

La aventura comienza…

Estoy en la Green Hill Zone Reloaded con Sr. Indeciso y Blandi. Estamos esperando que llegue Sr. Intenso, aunque sabemos en el fondo que ya no irá. De repente el humor de todos cambia. Mientras Blandi quiere pasar coleto con su trasero on the dancefloor, Sr. Indeciso comienza a estar de mal humor y yo empiezo a preguntarme si ese es el inicio del fin. Mientras pienso eso, aclarándome a mí mismo que es algo completamente absurdo, comienzo a darme cuenta del impacto que han tenido los últimos acontecimientos de las vidas de mis amigos en mí.

Comienzo a sentirme inseguro. Mientras lo veo por allí bailando sin ganas, comienzo a imaginar una historia paralela. Una en la que al día siguiente me dice que se acabó, pero la imaginación llega hasta ahí… No logro saber cómo me sentiré si es que eso llegara pasar, tanto en la historia o en la vida real.

Luego llega Kid Icarus y comienza a bailar con Sr. Indeciso y yo no hago nada. “Las personas no nos pertenecen” pienso. En la historia paralela que se desarrolla en mi cabeza decido que es mejor irme a acostumbrando a ello.

— ¿Quieres un trago? —me pregunta.
—Seguro.
— ¿Puedes ir a buscarlo?

Siento como una especie de indignación extraña, pero luego me apego a la historia que se desarrolla en mi cabeza y voy por el trago, eso sí, ni idea con qué cara.

Mientras estoy en la barra pensando que el bartender es lindo, llega de nuevo Sr. Indeciso-

—No sé que tengo —dice—, pero ya se me va a pasar.

Y yo sonrío. La historia queda en pausa y el bartender desaparece tras los tragos.

Daños colaterales

Una vez tuve un problema por algo que escribí. Luego tuve otro problema, y después otro más. Pero aunque los problemas eran distintos, la persona siempre era la misma: Un ser egocéntrico que cree que su vida le importa tanto a los demás que no desperdicia cualquier ocasión en sentirse herido u ofendido, por las razones que sean.

En uno de los tantos problemas uno de los ofendidos me dijo que yo era un mentiroso.

— ¿No tengo derecho a molestarme e interpretar mal una cancelación de una cita a último momento? —le había dicho yo.
—Yo te dije lo que había pasado y eso debía ser suficiente.

Como era el primer problema y cuando eso yo tenía sentimientos, me dolió algo la pérdida de su amistad, pero luego, como todo, con el tiempo lo superé y comencé a preguntarme ¿por qué a él debía importarle lo que yo escribiera sobre el asunto, en un blog que nadie lee y a que a fin de cuentas son cosas que pienso (o imagino) y que no le debo a nadie? Aún me sorprende el hecho de que alguien piense realmente que su vida, como un ente individual, le importe tanto a otro ser que se va tomarse la molestia de averiguar seudónimos, dónde trabaja y vaya usted a saber que más. Pero yo no escribo sobre la vida de nadie, yo escribo historias.

Luego hubo otro problema donde de la nada un miserable ser humano de pronto comenzó a odiarme. Y yo lo quería bastante. Pero al parecer él no estaba de acuerdo como yo vivía mi vida, las cosas personales que yo contaba sobre mi le afectaban bastante (solo estoy suponiendo, en realidad aún no lo sé del todo) y de pronto comenzó a decir verdaderas mentiras sobre mí. Se metía con mi mejor amigo y luego stalkeaba personas cerca de mí y peleaba con ellas también. Esta persona, capaz de hacer todas esas ridiculeces me decía loca. Si, esa persona. Loca sí, pero loco jamás querido.

Finalmente recientemente tuve otro problema. La forma inapropiada, indiscreta y barriobajera en que se creó no merece ser contada, porque que afortunadamente siempre he procurado estar lejos de gente así y he tenido éxito en ello. Pero curiosamente el “afectado”, una persona que desde ahora tiene mi completa admiración por su madurez, me dijo:

—Tú una vez me hablaste de tu trabajo en el blog y créeme que yo lo entiendo, pero solo quería dejarte un mensaje: A veces tal vez es conveniente pensar cuando lo que hacemos daño a un tercero. Yo no te puede pedir que borres nada ni que hagas nada, ni siquiera ponerme a pensar en el mensaje que quieres transmitir y lo que piensa la gente, eso es tuyo.

Quedé maravillado porque siendo él la única persona realmente afectada tuvo la reacción más ecuánime, la más justa y la más madura. Yo quise responder de la misma manera y por eso no dije nada más. Aun pudiendo averiguar sin mucho esfuerzo como se desató todo y crear enemistad, decidí tomar la ruta correcta, porque las tramoyas, estar dentro de una, desatar otra o peor aún, opinar sobre lo que no es mi problema en lo absoluto, nunca ha sido lo mío. La gente vive su vida y al margen de eso se inspiran las historias, que no tienen ya nada que ver con las personas, son hechos que se cuentan (o se inventan) solos y que cada cual interpreta a su manera, inclusive yo.

Alta autoestima

—Normalmente la gente piensa que soy creído, pero tú que me conoces, sabes que eso no es así.
—Es así —responde Jude—. Lo mismo pasa conmigo, pero yo no le paro, si alguien se hace una idea de mí y no quiere salir conmigo por eso, allá ellos, que se jodan.

Comienzo a reír.

—Pero decir eso es algo creído.
— ¿Y qué si lo soy? —ambos reímos.
—Tal vez no existe tal cosa como la alta autoestima —le digo—, todos tenemos momentos en que nos sentimos geniales y momentos donde nos sentimos la peor basura del planeta, incluso los que no lo parecen, deben tener momentos así. Debe ser parte la vida.
—Me arrecha cuando comienzas a hablar así —replica Jude—. Y más cuando no quiero pensar que lo que estás diciendo es cierto.

Juego de tramoyas

Para los no iniciados. Les contaré sobre una tramoya de la cual fui testigo y luego protagonista. Esta es nivel 1. Preparados.

Carlos y Juan llevaban 2 años saliendo cuando esto sucedió. Estaban más fuertes que nunca hasta que un día Juan recibe una llamada.

—No debería decirte esto, pero tu novio tiene un perfil en Grindr.
—Es cierto —responde Juan—. No debiste haberme dicho eso.

Luego de eso, el que llamó, le contó a Juan que él le había escrito (solo para averiguar que se traía con ese perfil allí) y que Carlos le había respondido aunque ciertamente no pudieron concretar nada.

Finalmente cuando Carlos llegó de Maracaibo, Juan lo confrontó. Le dijo que sabía que tenía un perfil “de chances” y que quería una explicación de inmediato. En primera instancia Carlos se sintió sorprendido, luego confundido (se preguntaba cómo pudo haberse enterado), pero finalmente admitió lo irremediable: Que si tenía el perfil, pero que solo lo usaba como un divertimento, que jamás habría concretado nada por allí. Solo le gustaba molestar a la gente o ver si tenía la dicha –o la desdicha- de encontrar a algún enclosetado conocido.

Juan decidió confiar y dejo eso así. Carlos por el contrario luego de sentirse mal, le molestó que Juan hubiera reaccionado de esa forma tan violenta con el primer chisme. Desde ese día algo se rompió.

Luego de aquello Carlos salió con su amigo Federico y le contó lo sucedido.

— ¡Qué bolas! —le había dicho Federico—, el debería confiar en ti antes de formarte un problema. No me parece la forma en que te preguntó.
—Tal vez yo hubiera reaccionado de la misma manera —dijo Carlos, pero el “¡Qué bolas!” con todo y sus signos de exclamación se le quedó instalado en la mente.

A partir de ese día la relación comenzó a resquebrajarse más. Cada bando de amigos tomo parte en el lado que creía más justo y luego de varios chismes parecidos la pareja se separó.

Hoy en día Carlos está con Federico, quien luego supe, fue quien le escribió en Grindr a Carlos, hizo la llamada a Juan y envenenó a Carlos en contra. Federico además tiene algo con alguien de su trabajo, como comprobé un día cuando los vi muy tranquilos en un restaurante.

Sin embargo yo no dije nada nunca. No son del todo mis amigos y bueno… No es mi asunto. Tampoco sé si esa actitud está bien.

Sin embargo esa historia me persigue ¿Qué motiva a Federico a actuar de esa manera? ¿Por qué hay gente que no puede vivir su vida sin fastidiar la de los demás?

Un día estoy en un pequeño “Get Together” y tengo la oportunidad de confrontar a Federico. Sabía que la historia era cierta pues él se la había contado a alguien y esta persona me la contó a mí para que “la pusiera en el blog y desenmascara todo”. Jamás lo hice porque además de lo ridículo que me parecía la frase, no es mi rollo.

Federico estaba hablando de locas… Y de chanceras… Y de gente mal portada.

—No sé si tú tienes mucha moral para decir eso —le dije.

Todos rieron, pero Federico enseguida supo. Luego hablamos a solas en la misma fiesta y me dijo:

—Juan no era la persona para estar con Carlos. Él se merecía algo mejor.
—Exacto. Alguien que sale con compañeros de trabajo. Por favor.
—Tú no eres mejor. Todos sabemos que tuviste algo con el esposo de C.
—Yo no estoy diciendo que sea mejor o peor —aunque el golpe me dolió—, pero no me pongo en una fiesta a hablar de otras personas como si yo fuese diferente. No me pongo a decir que eso afecta el trabajo de ellos cuando yo le monto cachos a mi novio con alguien del trabajo. Yo no hablo.
—Pero escribes…

Tuve temor que de lo que podía pasar. Él podía perfectamente tomar una de mis entradas y mostrársela a C. Sería el fin de mi vida social.

—Es anónimo, no afecta a nadie.
—Tranquilo que yo no diré nada y sé que tú tampoco, como has hecho hasta ahora.

Muchos años después no dejo de pensar si lo que hubiese pasado de saberse la verdad habría hecho daño o por el contrario terminaba arreglado varias vidas ¿una cuestión de interpretación quizá? Ya no importa, total, ya ninguno de ellos existe.

Wrap up

—La loca lo que tenía era unas ganas de decirte lo fracasado que eres.
—Supongo.
—Y lo peor es que o sea… Toda esa cuestión es algo tuyo, nadie tiene por qué meterse. Tu nos invitas y nos hacer partícipes y es fino, pero eso no es problema de nadie. Son unas ganas de tener tramoyita es sus vidas, de ser parte de un drama, de sentirse importantes o heridas. Terrible.

Entonces comienzo a finalizar esto y me preguntó si debo dejar la pista para que la última tramoya se resuelva. Miro hacia mi cama y veo a Sr. Indeciso instalado cómodamente viendo Game of Thrones®. Pienso en mi trabajo, en las propuestas que tengo, lo bien que me va y en mis verdaderos amigos. Y simplemente escribo:

¡Hasta el próximo sábado!

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¿Qué significa ser extremadamente hermoso?



Hace algún tiempo tuve la oportunidad de compartir un cóctel con alguien extremadamente hermoso que conozco por razones no tan amistosas.

Mientras estábamos en la pantalla de no revelar nuestras intenciones, yo dí un paso adelante:

—Lo que más me sorprendió de los sitios de New York es lo bonita que es es la gente.

Me cuide mucho de enfatizar en gente, como si quisiera ocultar el género al que me refería.

—San —dice él—, y ese sitio ¿cómo era? ¿de ambiente?

Ambos reímos.

—Claro —respondí.


Sin necesidad de tomar chances

—Supongo que para alguien como tú muchas cosas se dan fáciles —le digo.

Mira hacia la derecha. Mientras lo hace las luces del bar toman otro ángulo en su rostro y se destacan aún mas sus ojos verdes.

—Podría decirse que si ­—responde finalmente.
—Y debes quitarte los tipos a sombrerazos como dicen…
—Yo jamás le he dicho nada directamente a nadie, además siempre me caen los tipos de los cuales la gente piensa que no son.
—¿Y entonces cómo te das cuenta?
—Es fácil —me dice y toma el control como si estuviese a punto de revelarme un gran secreto—: me miran a los ojos.

Carajo.

Tienen sentimientos

—No lo sé, pero últimamente lo veo demasiado distraído en el trabajo como si algo le molestara.
—Es que el novio lo dejo —me explican.
—Como alguien es capaz de dejarlo ¿es algún ser de belleza artificial?
—Para nada… La verdad creo que no sé la razón.
—Espero se recupere pronto.

En relaciones

—Cuando tu estás en una relación hay tantas cosas por las que puede terminar de golpe que si te pones a pensar en todas ellas nunca uno llega a ser ser feliz. Cuando yo estoy con alguien prefiero confiar, pues solamente así puedo sentirme bien.

Me mira evaluando la frase. Su belleza es cautivadora, por lo que realmente no logro concentrarme en tratar de adivinar qué puede estar pensando.

—Yo no he tenido tanta experiencia en eso —comenta—, pero creo que lo que dices es cierto, solo que cuando confías mucho…
—Lo sé, lo sé… Pero supongo que cuando tu terminas algo, tienes una fila de donde escoger al siguiente.

Se rie.

—Hablo en serio —presiono—. En el trabajo me contaron que alguien dice que eras la persona mas guapa de todo el piso.
—Bueno —me dice­—, una vez me sonó la extensión y nadie hablaba. Luego volvió a sonar y me preguntaron quien era. Les dije mi nombre y la persona dijo “Ah, tu eres el bonito” y luego colgaron.

Trofeos

—Pero ahora tiene un nuevo novio —me cuentan—. Es gerente en una gran empresa.
—Es el paso lógico para él —digo—. Si yo me viese así no trabajaría.
—Te pasas.
—Es la verdad. Aunque luego me deje el trabajo guindando y toda la cosa pienso ¿para que trabajar y preocuparse por algo tan chimbo como el dinero si puedes resolver eso de otra forma y simplemente dedicarte a vivir?

También hay que enseñarlos

—Yo no hice nada especial el día de los enamorados. No creo mucho en eso —dije, pero la verdad es que tenia 6 días apenas con mi novio para cuando sucedió esa fecha.
—Mi pareja y yo fuimos a Ruccula®.
—No se dice pareja —le explico—. Se dice novio. Decir pareja es ok si te la pasas en Cristal y usas la palabra tramoya al menos 3 veces por semana.

Se rie.

—Esta bien San —dice.
—Nunca he ido a Ruccula®, mas que todo porque no se ha dado la oportunidad, pero Crush me dijo que era muy caro.

Entonces me mira con una sonrisa que me indica que obviamente eso no lo pagó el.

¿A quién le importa?

—Entonces no vino porque se fue de viaje.
—Si, pero al menos me dijo. Me dio mucha rabia pero es alguien en que se puede confiar.
—También le veo una ropita nueva.  Supongo que su papás le dan todo y esto solo es un hobbie.
—Supongo…

Corazones al viento

—Yo creo que mi otro novio me dejo por alguien —confiesa.

No dejo de preguntarme quien sería capaz de cometer semejante error.

—Cuando se tiene cierta edad uno no sabe lo que quiere —digo.
—Y no sé… Yo nunca he podido ser de esas personas que salen a los bares y se van con un tipo. Muy pocas veces he ido a cuestiones de esas y no me han gustado.
—Y además de eso sabes cocinar…

Se ríe.

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¡Hasta la otra semana!